Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 26

Ya de regreso a casa me quité mi ropa llena de hollín y me di un baño. Mi madre celebró nuestro éxito con creces, regodeándose por haber destruido a nuestros enemigos.

Me duché, dejando un rastro de cenizas que se perdió por la rejilla. Sin embargo, al intentar dormir no pude hacerlo. Las razones eran algo obvias: la primera, mi cama no estaba amplomada; la segunda, la profunda tristeza de Susana al ver cómo su casa se quemaba. «Ella se lo buscó» intenté convencerme, sin éxito.

A la mañana siguiente desperté con un apetito voraz y una gran sonrisa. Por fin, podría desconectarme de los asuntos de Clarissa por un tiempo. Saqué mi teléfono y comencé a mirar las noticias. El escándalo de Kissa aún estaba en boca de todos; el funeral de la joven Alissa se había convertido en el evento del año. Por otra parte, un joven actor había prohijado a un clon, que ya causaba furor en las redes.

Cuando Gerard, el abogado de mi tío Stuart, me invitó a darle un último adiós, supe que no podría hacerlo. La escena de su corazón fuera de su pecho se repetía una y otra y otra vez en mi cabeza. Incapaz seguir adelante, me decidí por darle yo mismo la despedida en un ritual que esperaba que no resultara baldonante. Recolecté todas sus cosas: un viejo acordeón, su corbata favorita, un cinto que me había regalado para mi cumpleaños y la cadenita que colgaba de su cuello al momento que lo vi morir y que ahora coronaba el mío. Observé por segunda vez la inscripción.

Agente: F471 - EEUU

Algo en mí me decía que no podría honrarlo si no descubría de qué se trataba aquel mensaje. Dejé de preocuparme por mantener silencio con mi madre acerca del tema, pero necesitaba una respuesta inmediata. Mas cuando la inquirí, su respuesta me dejó impávido.

—No tengo idea de lo que será —al ver mi expresión de incredulidad, insistió—, en serio. Si lo supiera, no dudes en que te lo diría.

Abrí el ordenador y comencé a buscar información. En algunas páginas, el acceso era tan restringido que enviaron un par de virus a mi laptop, los cuales no habrían sido detenidos de no ser por nuestro infalible cortafuegos.

Tras unas horas de búsqueda, registré cuatro importantes pistas que podrían desembocar en un sinnúmero de lugares y agencias distintos:

a- Había 6.471 agentes como mínimo además de él en la agencia, lo cual derivaba en la segunda conclusión:

b- El grupo debía ser de alcance internacional, de ahí la gran cantidad de agentes.

c- Sus tareas no eran muy simples y requerían gran esfuerzo físico, lo cual se reflejaba en el inconmensurable entrenamiento de mi tío.

d- Si ninguno de nosotros sabía nada sobre eso era porque se trataba de un trabajo secreto, ya fuera una actividad demasiado legal o lo opuesto.

A lo lejos se escuchó un estallido y luego se dio un apagón general. Tanto mi madre como yo nos miramos entre sí, estupefactos, sabiendo que aquello no significaba nada bueno.

—Una impactante escena se vivió hoy en las calles concéntricas de la ciudad de Los Ángeles cuando una joven aún no reconocida estalló y, junto con su sacrificio, más de una decena de personas resultaron heridas y varios edificios acabaron damnificados. Aún se desconocen los daños...

Desde nuestro nuevo hogar, un pequeño garage que nos había cedido Sebastian, un amigo de Thiago, subí el volumen del televisor. La noticia fue un gran impacto para todos nosotros, sobre todo debido a que habíamos pasado por varias de esas locaciones hacía menos de una hora.

—Dios te quiere viva, querida —me había asegurado Susana— y esta es una prueba. Sólo tú sabes para qué.

La bomba había estallado hacía un minuto y toda la ciudad se había sumido en la oscuridad por culpa de la joven embozada. Varios políticos inferían que podía tratarse de un ataque terrorista, lo cual se transparentaba.

Susana se levantó de su silla, la única a la que teníamos acceso, y comenzó a cocinar pasta en un anafe que nos había dado Sebas cuando se dispuso a ayudarnos. Le agradecí el gesto y le prometí que no lo deshauciaría.

Thiago insistió a que jugáramos al tres en raya para despejarnos un poco, mas no me pude concentrar. Él, siempre tan astuto, acabó ganando todas las partidas que jugamos, que no fueron pocas. Luego, acomodamos nuestras pocas prendas que se habían salvado y encendimos la televisión por segunda vez. El titular era amenazador:

«SE CONFIRMA ATAQUE TERRORISTA DEL GRUPO ANJ»

Tras la pantalla, un lonjevo periodista de corbata morada denotaba una preocupación en ascenso. En el lugar de los hechos, una enviada del canal comenzó la cobertura.

—Esta tarde, a las siete y veintiuno, la joven que fue identificada como Mily Ruiz causó disturbios en el centro de la ciudad de Los Ángeles. El grupo terrorista America Needs Justice confirmó mediante un comunicado en su página oficial que aquella chilena formaba parte de su ejército y que sólo ellos eran los responsables de aquel desastre.

»Miembros del FBI declararon que la joven tenía un expediente en donde se anunciaba su fallecimiento por causa o causas desconocidas. Su madre, la señora Milán, identificó el cadáver de su hija y confirmó su identidad.

»La joven tenía un pequeño tintaje en el tobillo en donde nombraba su número de identificación. De acuerdo con nuestros expertos, el ataque debió planearse hace varios meses atrás, como protesta de la intervención estadounidense en Israel y el Estado Islámico. El presidente Garret dará un discurso alusivo en instantes.

Susana tomó un vaso de cerveza haciendo demasiado ruido. Me apenó verla jumarse para olvidar lo que acababa de ocurrir. Temía que, tras este momento de debilidad, acabara encontrando alivio en las drogas y el alcohol.

—Escapar de la realidad no significa que ella se aleje de ti. Es más, te acerca cada vez más a la muerte.

Tras mis palabras, ella soltó su jarra y se disculpó. Thiago asintió con la cabeza.

—Entiende que todos queremos que estés bien. Sería una pena verte sufrir.

—Haremos todo lo que valga la pena para que recuperes esa sonrisa —le prometió su nieto.

—Ya sabes que lo único que me haría feliz sería asistir al funeral de David Cecil —aseguró ella, con el ceño fruncido y una gran determinación en su rostro.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro