Shadow.
Capítulo IV: Cliché.
What is it? What is it about you? • You're not that pretty • But my eyes keep going to you
Los días pasaban y pasaban desapercibidos. Las vacaciones de verano se acercaban de apoco, no sin antes acudir a los exámenes de fin de semestre.
Urie aquel día había llegado temprano a su casa, la cual como era acostumbrado se hallaba libre de padres. Suspiró algo cansino, por suerte el club deportivo al que acudía había tomado un tiempo de receso con anterioridad. Entonces, tendría la casa para él solo, puesto a que Sasaki se encontraba en su trabajo de medio tiempo.
Y vaya que sí lo disfrutaría. Primero se tomaría un baño, para luego dirigirse a su habitación y tomar el atril de madera que descansaba en un rincón. Comenzaría con el armado del lienzo blanco y disfrutaría de afilar algunos lápices negros con la esperanza de retratar alguna cosa, lo que fuera. No se pondría quisquilloso, no esta vez.
Se adentró al cuarto del baño, tras haber cambiado su uniforme escolar. Oportunamente se había cerciorado de colocarlo dentro del lavarropas tal y como su madre se lo había indicado. Aún recordaba el día en el que su descuido, había hecho de su uniforme un horrible arcoíris. Todo gracias al bóxer de Sasaki, el cual aún no se había tendido. Rayas multicolores se desplegaban, desdibujadas por la camisa escolar. Su madre se había reído al respecto, más a Urie le costó un uniforme nuevo descontado de su mesada semanal.
Miró de soslayo el reloj que se encontraba en la pared del living y sonrió sutilmente al descubrir que aún tenía tiempo para hacer todo lo que se había propuesto. Su cabello aún estaba húmedo, decidió conservar una toalla seca alrededor de su cuello, para evitar que su camiseta se mojara.
De pronto el sonido del timbre le hizo virar el rostro hacia cierta dirección. Una figura desdibujada se percibía a través del cristal de la puerta principal. No esperaban visitas y a juzgar por la altura de aquel individuo, no se trataba de Sasaki.
Urie decidió abrir la puerta, encontrándose con el rostro nervioso de Mutsuki Tooru. Ella sonrió algo tímida ante la expresión confundida de Urie.
— Mutsuki...
— ¡Ah!...Hola, Urie-kun...
Ella llevaba un paquete cuadrado aferrado a sus manos, al parecer era una caja con panecillos. Panecillos para Sasaki, desde luego. Urie no pudo evitar arquear una ceja en desconformidad.
— Él no está aquí —Ella había parpadeado ante la rápida respuesta—Sasaki... ¿Vienes a verlo verdad?
Él no se propuso en ningún momento ser descortés, pero a juzgar por el tono de su voz aquello era un hecho. Mutsuki bajó un poco la mirada, ella parecía querer encontrar las palabras adecuadas, antes de que Urie le cerrara la puerta en la cara.
— Lo siento, yo no sabía eso. – Pausó un poco su hablar. Ahora lo mira a los ojos, aunque ella se vea algo apenada. — ¿Sabes a qué hora regresará?
— Su turno termina a las 10.
Ella bajó el rostro un poco desilusionada. Urie no pasó por desapercibido aquello. Realmente él esperaba a que ella decidiera finalmente marcharse. Pero no.
— En ese caso...—Ella parecía estar pensándolo detenidamente— ¿Puedo esperarlo? Si es mucha molestia...puedo esperarlo afuera. —Señaló con su dedo índice las escalinatas que permanecían en la entrada de la casa.
— ... (¿Tanto así lo quieres?)
Urie alzó ambas cejas, eso sería algo penoso de ver. Recién pasaban de las 7 p.m.; esperar hasta que regresara llevaría mucho tiempo. Se encogió de hombros y se adentró sin más a la casa dejando la puerta abierta.
Mutsuki parpadeó insegura. Luego de comprender de que aquella acción era para su mayor confort, aun sin ser invitada abiertamente.
— Lo siento. Con permiso.
Dejó sus zapatos en la entrada y se decidió por entrar, de todos modos ya estaba ahí. Miró hacia ambos lados, la figura de Urie había desaparecido de su alcance. Un poco pavorosa, pero cargada de buen ánimo se aproximó a los sillones para tomar asiento en sumo silencio.
Él se había quedado con la respiración atorada en la garganta, dentro de la cocina. Mazorcas en las cortinas blancas, estantes de madera por doquier. Abrió la nevera pensando en el futuro regaño de su madre "No hay que ser descortés con los invitados". El choque de las botellas de vidrio se propago por todo el cuarto al cerrar la puerta del electrodoméstico. Se sentía un completo idiota, después de todo él había sido quien le había abierto la puerta.
Que estupidez. Ahora tendría que estar cerca de ella. Pendiente de ella...hasta que Sasaki vuelva, quizá.
Sirvió dos vasos con jugo de mango y una porción de tarta de durazno reino en el centro de un pequeño plato de porcelana. Un sorbete color blanco flotaba graciosamente dentro de uno de los vasos. Posteriormente preparó una bandeja rectangular para llevar todo lo servido.
Se acomodó el cabello con sus dedos y tras hacer un conteo regresivo, tomó la bandeja entre sus manos y se encaminó hacía la sala. No sabía por qué, pero sí que estaba nervioso.
Ella lo vio y lo siguió con la mirada, no había escuchado mucho ruido venir de la cocina. Ya había asumido que estaría sola en aquel lugar, al menos hasta que Sasaki llegara. Sin embargo, se sorprendió levemente al descubrir a Urie trayendo una bandeja consigo. Si alguien se lo hubiera contado, no lo creería.
Acomodó ambos vasos con aquel contenido anaranjado y sonrió suavemente al admirar aquel pedazo de tarta. Ella no se volvía loca por los dulces, pero sin duda era uno de sus favoritos. La tienda en la que vendían aquella tarta, siempre estaba atestada de personas.
— Gracias Urie-kun
— Sólo hice lo que debía hacer.
Él se quedó junto a ella un momento, sentado en el sillón de enfrente. Las manecillas del reloj sonaban fuertemente. Tomaba el vaso entre sus manos esperando a que comenzara a hablar de algo, lo que sea. Se sentía extrañamente curioso y ansioso.
— Por cierto... ¿No hablaste con Sasaki, acerca de hoy?—Ella lo miraba dudosa—Quiero decir, ustedes parecen llevarse muy bien, me resulta extraño que no te haya comentado lo de su trabajo de medio tiempo.
— Bueno, él me había comentado de que podría ir a visitarlo cuando gustara. —Paró su hablar unos segundos, estaba más que inquieta. —Sasaki-san es una persona un poco reservada a veces, creo que no quiso contármelo después de todo.
— Ya veo. (¿No le contó a su novia acerca del trabajo?)
Ella probó un bocado de su tarta y sonrió encantada por su sabor. Urie no pasó por inadvertido aquello y se sonrió para sus adentros. Ella es alguien fácil de encantar.
— Esta tarta es deliciosa.
— Eso veo... (Tiene un poco de nata en la comisura del labio...)
Mutsuki se percató de la mirada de Urie, dirigiéndose a un punto en específico de su rostro. Se acercó el pulgar de su mano derecha, tratando de borrar cualquier imperfección.
— Oh...lo siento, estoy siendo muy descuidada últimamente.
— No te preocupes. (Tú pareces tener problemas con eso...)
Tendió una servilleta sobre la mesa, esperando a que ella hiciera el trabajo. No obstante, la pobre Mutsuki no podía dar con aquel punto de nata. Urie estaba desconcertado. No creía posible que su cuerpo le jugara aquella pasada, siquiera lo había pensado con detenimiento que ya estaba limpiando el rostro de una apenada Mutsuki. Sus ojos viajaron de sus labios a sus ojos. Ella estaba impactada.
El simplemente se había arrojado sobre ella. Él no es hospitalario. Él no es el tipo de chico que ayuda a las chicas, menos aún si se trata de una chica como ella. Ella es la novia de su herm...
— Urie-kun...
— Discúlpame. (Cliché)
Se reincorporó a la brevedad, necesitaba alejarse de todo aquello. Temperatura corporal rozando los 39°C. Tomó el celular que descansaba en el bolsillo de su pantalón y marcó al número de Sasaki, esperaba que al menos estuviera en su descanso. Resopló en el largo camino al corredor principal. No podría mirar hacia atrás. Por todo su inmenso orgullo, por su integridad.
"—Oh...Urie-kun, siento que tengas que pasar por eso" Le había mencionado con su típico tono amigable.
"— En este mismo instante llamare a Mutsuki-chan para disculparme también, no es justo que ella me espere por tanto tiempo."
Esperaba que no hablara en serio. Claro que era injusto aquello. Se reprimió mentalmente al pensar en eso, ser considerado con Mutsuki era lo último que quería hacer en la vida.
—Si, como sea. Encárgate.
"—De acuerdo Ur—
Cortó la llamada sin dejar que Sasaki terminara con la misma. Se adelantó a cruzar el umbral de la arcada de madera que separaba al living de los distintos ambientes. Levantó la mirada hacía Mutsuki quien mantenía aquella odiosa caja sobre su regazo.
— Sabes...Sasaki no estaría feliz si te quedaras aquí a esperarlo.
— ¡Oh!... ¿lo siento te estoy incomodando? Puedo volver luego si así lo prefieres.
Él simplemente no quiso verla, por lo que se dio la media vuelta esperando a que esa sea la despedida. Caminó hacia la escalera fuera del alcance de su mirada. Ya admitía que se volvía un imbécil estando cerca de Mutsuki, que es la novia de su hermano.
Escuchó la voz suavizada de la chica al contestar la llamada en su móvil. Seguramente había sido Sasaki diciéndole lo que ya sabía. No se acercó otra vez a esa habitación y sólo esperó a que ella cortara la llamada. Tras unos segundos, la puerta principal se escuchó al cerrarse. Urie ladeó la cabeza para asegurarse de que Mutsuki ya no estuviera en los alrededores.
Dio un par de pasos y suspiró al confirmar lo que había pensado. La caja de panecillos estaba sobre la mesa.
Intranquilo y codicioso, ambicionó probar aunque sea un poco. Así, a él no se le diera lo dulce. Su bolsillo vibró de momento a otro, salvándolo de una posible futura fantasía penosa en su mente. Shirazu.
•••
Hola mi querido lector♥
Si usted esta abordo en esta ship, sabrá que me encuentro de muy buen humor y eso significa...sí ¡Capítulo doble!
Y con respecto al capítulo presente ¿Usted que piensa del cliché? Hablo de esas situaciones típicas y sobre-dibujadas-actuadas en cantidad de mangas shojo y dramas asiáticos. ¿Son realmente necesarios? ¿alimentan a la trama o solo sirve de relleno temporal?
Gracias por leer♥
Recomendación musical: Come Over • Dean (ft. Baek YeRin)
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