Capítulo III: Innecesario.

  When people said Love at first sight• Wherever•However•Whoever said that•I never believed it  

Está bien. Estaba bien que Sasaki estuviera en mi casa, bueno también es su casa hace algún tiempo, quiero decir desde el día en que su padre y mi madre decidieron llevar su relación a un punto más serio, arruinando mi vida a su paso. Bueno, no es que antes era perfecta...sin embargo todo pareció empeorar a partir de ese evento.

Entonces que Sasaki estuviera metido en su vida, era cosa de todos los días. Restregándole todo su brillo en la cara ¡maldita sea! él podría opacarlo cuando quisiera, sí tuviera la oportunidad, claro.

Y por otro lado...

—Ah. 

Notó la mirada dubitativa de Urie por lo que se giró sonriente hacia su invitada. 

—Es Mutsuki-chan, de la escuela. Espero no te moleste que nos acompañe en la cena de hoy.

 —Me da igual. (¿Era necesario traerla aquí?...Moléstate en preguntarme primero. ¡También vivo aquí!)

— ¡AH! Urie-kun, por favor llevémoslo bien.

 — (Molesta...tan efusiva) Como sea.

Se encogió de hombros y se dispuso a tomar ese baño que tanto ansiaba. Debía de descansar un poco de tantos malos ratos, aunque sería un tanto complicado, si el demonio de sus días felices estaba en la cocina junto a su mascota.

Parpadeó de pronto repensando en una supuesta situación. Sí sus padres le habían dejado una bandeja de comida para cocción rápida en microondas... ¿Por qué Sasaki estaría encargado de la cena? Aquello no tenía sentido. Sería que...

La imagen de Mutsuki muy cerca de Sasaki, teniendo un cita en pleno centro comercial surcó por su mente ¿Ella es su novia?

Fantasías.

No. Eso no sería posible. Claro que no, él conocía los gustos de Sasaki en cuanto a mujeres se tratara. En una de esas charlas al azar, le había confesado lo mucho que le atraían las mujeres maduras y Mutsuki era del tipo de chica...linda, pero ahí moría la cosa. No obstante, aquellos libros avanzados que ella leía en clase y la manera en que Sasaki parecía estar al pendiente de ella daban indicios de que tal vez sí estuvieran en una relación.

¡Demonios! Ella sonríe mucho en sus recuerdos. Bórralos ya.

De pronto sintió un aroma peculiar y unas risitas llegaron a sus oídos. Levantó la cabeza en dirección a la puerta de su dormitorio, ¿siquiera podrían respetar su momento de paz? Y de nuevo una imagen se instaló en su mente, una muy horrible de presenciar...

Sasaki es bueno en la cocina. Siempre que puede le restriega esa cualidad culinaria por el rostro, casi siempre que sus padres están presentes. Él prepara una gran variedad de platillos y no lo discute, los resultados son buenos.

De Mutsuki él no sabe nada. Pero se atreve a confiar en su instinto. Seguramente se debe pasar horas viendo el programa culinario más popular que emiten por televisión. Horas preparando panecillos esponjosos rellenos de Nutella y desechando aquellas galletas que no han salido del todo bien. Las quemadas se las comería, luego lo mejor de su producción iría a las manos de sus amigos....y a las de Sasaki.

Suspiró, esta vez frustrado. Él también quisiera alguien así para sí mismo. Por el momento se tendría que conformar con las bandejas congeladas que le dejaban sus padres sobre la mesada de la cocina. Decepcionante.

[...]

Un mensaje de line. "—Ya está lista la cena, por favor baja ya. Sasaki"

¿Acaso... no podía venir el mismísimo Sasaki a decirle eso en persona? Al parecer se encontraba muy ocupado siendo el anfitrión perfecto. Llevando a Mutsuki al living de la casa, luego al playroom y finalmente a su habitación...

"—Mutsuki-chan mira mi colección de trofeos"

"— Wow... ¡Sasaki-san es muy inteligente!"

Se mordió la yema del dedo pulgar. Que ansioso lograba ponerse de vez en cuando.

Bajó cada peldaño con disimulado enfado. Intentaba no verse tan agobiado por lo que tomó asiento ignorando lo majestuoso del banquete. Su estomagó gruñó ¿Su cuerpo le traiciona también?

¡Gracias por la comida! Pronunciaron al unísono.

Sasaki sonrió agraciado cuando sirvió a cada quien una ración del curri. Su especialidad. Mutsuki por su parte lleno de elogios al cocinero y viceversa.

— ¡Oh Sasaki-San, esto es realmente delicioso! – Su rostro estaba algo ruborizado.

— (Que vergonzoso)

— Oh, gracias Mutsuki-chan. – Respondió sumamente alegre—Sin embargo, pienso que sin la ayuda de Mutsuki-chan, no sabría de la misma forma.

— (Eso es demasiado complaciente)

— ¡En verdad... estoy practicando mucho Sasaki-san! Estuve practicando muchas recetas de cocina, desde  ya hace mucho tiempo.

— ¿En verdad? Yo también lo hago a diario, pues el pequeño Urie-kun no sabe cocinar. —Rió agraciado.

Todo era un jolgorio, una hermosa escena de amor doméstico y para Urie...

  (¿Qué? ¿No pueden dejar de comportarse como dos idiotas? ¿Acaso no ven que estoy aquí? Soy un mal tercio, pero ¡por Kishou-sama!... al menos ¿podrían considerarme?)

—Urie-kun...—Ya conocía ese tono juguetón que a veces empleaba Sasaki con él—   ¿Qué piensas de la cena?

 —Más, por favor.

Había visto de reojo el rostro expectante de Mutsuki. Solamente alzó con su mano izquierda el tazón vacío de arroz hacia Sasaki quien no podía borrar su estúpida sonrisa.

No podía negarlo, Sasaki preparaba un Curri exquisito aún mejor que su madre. Bueno, cualquiera era mejor que su madre en materia gastronómica. Miró de reojo a la chica de cabellos verdes, quien sonreía a cada bocado.

(¿Y tú...cocinarías así para alguien que no fuera Sasaki?)

Sasaki cerró la puerta principal luego de despedirse de Mutsuki. Urie se había quedado oculto en la cocina tratando de agudizar sus oídos. Había constatado que Sasaki le ofreciera su compañía para ir hasta la estación del metro, sin embargo ella se había negado amablemente. Disimuló su interés al ver entrar al mismo cuarto a Sasaki, quien al parecer iba a tomar una bebida dietética del refrigerador.

Por su parte terminó de poner los platos en el lavavajillas y tras verter el jabón liquido en el lugar indicado, presionó el botón de encendido. Notó que Sasaki se había quedado en el mismo lugar: Apoyado contra la encimera de madera mientras bebía de la lata color verde. Al parecer quería hablarle de algo, puesto a que no se había movido de ese lugar.

— Kuki-kun...

— (Ahí vamos...)

No le extrañó la familiaridad con la que le habló de pronto. En la escuela solían tratarse por su apellido a pedido de Urie, quien detestaba estar familiarizado de alguna manera con Sasaki. Ambos lo habían acordado durante el curso de verano, cuando sus padres se unieron en matrimonio.

— ¿Qué te parece Mutsuki-chan?

— (¿Qué? ¿A qué viene esa pregunta?) ¿A qué te refieres?

— Es bonita ¿Verdad?

— Supongo. (¿Me pides un consejo? No soy bueno dándolos)

— ¿Crees que sería una buena novia?

— No lo sé. (¿Por qué me preguntas eso a mí?)

— Lo siento, sólo fue una pregunta que hice al azar. —Se irguió por completo y se echó andar hacia su habitación. —Descansa Kuki.

Urie lo imitó y se quedó meditando aquella pregunta para sus adentros, sin ningún interés en particular. Todo aquello si que había sido extraño, pero sin lugar a dudas lo piensa y lo vuelve a pensar todo lo que había acontecido había sido innecesario.

•••

Capítulo doble.

Para Urie todo es innecesario si se trata de sentimientos expuestos...

oh Uriboy, ¿no entiendes que así te delatas más aun?

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