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Blurry Eyes.


Capítulo II.

  " We'll be meeting in the evening . I'm dreaming 'bout you girl " 


Noviembre, 12.

Miró de soslayo aquel viejo reloj que había pertenecido por generaciones a la familia Urie. Al volver a lo que estaba haciendo, se sintió levemente frustrado. Después de todo ¿Qué hacía él, quien odiaba a todo aquello que se viera falso, realizando tareas del consejo estudiantil?

En su memoria, tal y como si de una cinta cinematográfica se tratara, comenzó a proyectarse en forma de vagos recuerdos, que le hacían recapacitar de sus dichos. Entonces, finalmente callaba ante la conclusión que anidaba su mente. Urie Kuki se había enlistado en el consejo estudiantil, con un solo propósito. Tal motivo, era uno parlante y de sonrisa encantadora.

La recordaba a ella, siendo imperfecta y supurando por cada poro desesperación. La simple razón redunda al hecho de ser reconocida por un amor no correspondido. "Sasaki-sempai". Alguien aburrido, con complejos de padre sobre protector. Es el típico don nadie que logra todo con simples halagos y modestos gestos cordiales. Un ser que encanta al mundo con su voz y entabla relaciones rápidamente. Ya le había escuchado decir a la profesora Mado, lo impresionante de su desempeño en las asignaturas complejas como física cuántica. También, se hastiaba de ver la admiración de la profesora Yoshimura en la clase de literatura. Hasta el profesor Amón había mencionado su gran resistencia física en la clase de deportes. Todo aquello hacía que la mente de Urie se agotara y para rematar su conjunción de malos pensamientos, su novedosa inspiración no paraba de alabar con un sinfín de estupideces, que no le veía el caso.

Sin embargo ahí estaba él, realizando un presupuesto para el próximo festival que se llevaría a cabo en la escuela. Que idiota se sentía, utilizado, manoseado por todos esos idiotas del concejo, más al ser recurrido por Tooru Mutsuki, todo parecía cambiar drásticamente. No le importaba mucho el tener que realizar trabajos extracurriculares, si al finalizar el día podría tener una sonrisa sincera como recompensa y un final feliz para sus obras de medianoche.

Los campos de maíz pueden ser bonitos, si utilizas los tonos esmeraldas, en conjunción con tintes amarillos y jade. Sonrió al revisar su lienzo, afable.

Noviembre, 15.

La lluvia caía incesantemente, por suerte había recordado llevar su paraguas consigo. Aquel día le tocaba junta con el concejo, lejos de estar animado, mantenía cierta esperanza de ser finalmente reconocido por su buen trabajo en aporte al festival. Hasta imaginaba el gesto entristecido de Sasaki al perder tanta atención del montón de idiotas que lo seguía a todas partes.

Al tocar el timbre de la salida, Urie y Tooru aguardaban a que los miembros del concejo llegarán a la sala que tenían asignada. Estaban solamente ellos dos. Claramente, ya habían podido entablar una que otra conversación esporádica, de cosas sin sentido, como del clima o de las funciones del concejo. Urie amaba esos momentos. Eran minutos en lo que Tooru se la pasaba hablando y expresando sus ideas sobre cualquier cosa. En una ocasión, había surgido el tema acerca de la música. Los gustos de Urie variaba con los de Tooru, mientras él gustaba relajarse escuchando algo de vaportrap o inclusive algo de indie noise, ella gustaba de escuchar pop coreano, aunque admitía que no seguía tan de cerca a dichas bandas como, sí, su amiga Saiko. Finalmente, coincidían en un punto y es que se regocijaban con la música y el escucharla, los mantenía relajados.

Urie le había compartido uno de sus auriculares y ella lo había tomado con gusto. Ambos estaban sentados sobre el escritorio del profesor, ahora vacío, oyendo la melodía envolvente, disolverse en sus mentes. Una sutil frase sonaba "The beautiful you, like a gallery" Tooru sonrió suavemente, sin notar que los ojos triangulares la observaban cautelosamente, admirando cada detalle en su rostro. Urie en aquellos momentos, agradece con sinceridad, a la música por existir.

  "My eyes only follow you "

Lugo de unos cuantos minutos, los miembros del concejo fueron llegando de a uno y con ellos el rey de los imbéciles. Tras farfullar algunos insultos honoríficos se separó de Mutsuki, quien había soltado el auricular sin cuidado alguno. Ella solamente se alejaba de él, para caer en la trampa del titiritero de sonrisa complaciente. 

La junta acabó sin incidentes, para desgracia de Urie su proyecto no había sido aceptado por falta de fondos. Sentía una gran impotencia amontonarse en su pecho y extenderse por su garganta. ¿A quién quería engañar con todo aquello? Él no quería estar allí, él no quería pertenecer allí. ¿Por qué es que ella debería ser tan importante? Oculto en su pecho se albergaba un cálido sentimiento, contra poniéndolo a su pensamiento. Yo los odio, a todos ellos.

[...]

Se había tomado su tiempo para ir por sus zapatos al casillero, en la planta baja. Había premeditado su situación. Se había reído de sí mismo, no estaba más que actuando como un títere más, que sonriente y alcahuete acataba a cada orden y en virtud a un don nadie, cuyo trabajo solamente consiste en sonreír, dirigir, reeducar y por si fuera poco, ofrecerle comer los desperdicios, que sobraban del festín emocional de Mutsuki.

No le importaba caer en una vana frustración, en todo caso, cada artista tiene sus lapsos tormentosos. Bajó un poco la mirada, dirigiéndose exclusivamente a sus zapatos. Una gota mojo aquella superficie de cuero. La lluvia se hacía presente una vez más.

Inconscientemente desvió su mirada hacia el frente, siendo este un grave error. Él se había propuesto ingeniárselas para escapar de todo aquello. De no tener que perseguir al ratón por mucho tiempo. Existían momentos, en los que él, realmente creía ser el ratón, en vez del gato. A cada paso que daba, estaba ella por delante, y eso retumbaba en sus memorias, en sus necesidades. En su corazón de niño.

Quería quitar la mirada, el escenario no era uno muy bueno. Mutsuki Tooru, no tenía paraguas. Un cliché de drama japonés, se le vino a la mente. Efusivo, movió su cabeza en negación, tratando de alejar aquellas ideas, por lejos absurdas, de su mente. Continúo sobre su camino, sin reparar en ella. "No la necesitas" se mencionaba, como un adicto frente a una botella de alcohol. Había escuchado un leve sonido y visto una lágrima atorada en su ojo izquierdo. Estaba clavada en ese punto y no parecía tener intención alguna de moverse, ni siquiera para volver a su casa.

Le había escuchado decir que Sasaki no había traído su paraguas, por lo que se ofrecería a compartirlo con él. La gentil expresión que había demostrado en aquel momento, era algo precioso que Urie hubiera querido capturar en su memoria para toda la eternidad. Su rostro se iluminaba, con solo hablar de él y el de Urie con solo contemplarla a la distancia. Mutsuki había sonreído todo el maldito día, olvidando que ella no era la única, en ser devota a su rey.

La silueta se perdía a la distancia. Una pareja, llevaba un paraguas de vinilo transparente en alto, esquivando las gotas intrépidas, los charcos negros que eran ofrecidos al anochecer. El cielo parecía gritar y ellos solo reían en su ensoñación.

Urie con solo vislumbrar el recuadro, podría reconectar los hechos que resultan ser desechos de un sueño diurno. Mutsuki nunca olvidó su paraguas y jamás le negaría a su sempai, nada que estuviera a su alcance. Él se marchó con Kirishima, llevando su paraguas en mano.

Urie no pudo evitar preguntar, por qué Mutsuki actuaba de esa manera. No la creía tan estúpida, como para dejarse utilizar de una manera u otra, sin embargo, todo parecía indicar que era bastante masoquista. ¿El dolor era algo que los unía también?

Carraspeó su garganta y ella lo miró algo inquieta. Sacó su paraguas y lo abrió, para mirarla con algo de mesura. Él no dijo nada, no había nada que decir, para que ella entendiera lo que él gritaba en sumo silencio. Mutsuki Tooru asintió y se colgó su bolso sobre su hombro derecho. Urie aguardó hasta que ella le alcanzara. Fueron una pareja más, que desapareció en medio del vendaval.



La trama ya se está desarrollando y el conflicto ha sido expuesto. Urie espera cosas de Mutsuki, que tal vez, jamás sucedan. Él lo sabe y por ello sufre y se frustra. 

No obstante, parece que Mutsuki accede a él. ¿No lo creen?

Gracias por leer este capítulo, también, pequeño lector. Estaré aguardando por ti, en el próximo.

Track recomendado para este capítulo : • Dreaming 'bout you - Lunafly.

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