-ˋˏ 𝑪𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟲: Vacaciones
Ellie's POV
Estudiar para los TIMOs (Título Indispensable de Magia Ordinaria) era horrible, pero las quedadas diarias con Newt en nuestro lugar favorito debajo de nuestro árbol lo compensaron. Pero el tiempo cálido y a veces fresco se convirtió en un invierno frío y nevoso cuando nos acercábamos a la Navidad.
A medida que las estaciones cambiaban, la carga de trabajo de las clases aumentaba y finalmente tenía montañas de deberes tan altas que pensé que podrían haber llenado mi tumba en la que me iban a meter. Empecé a quedar con Newt cada vez menos, lo que hizo que mi corazón pesara.
Echaba de menos nuestras conversaciones que cambiaban de discusiones de criaturas mágicas a poder hablar y reírnos de cualquier cosa bajo el sol. A medida que las vacaciones se acercaban, finalmente tenía algo de tiempo libre lejos de las clases y de los deberes, así que fui a buscar a Newt, a quien se veía fácilmente sentado en un banco en el patio garabateando en su cuaderno. Me sonreí a mí misma al verlo y al instante me sentí más ligera mientras caminaba rápidamente hacia él.
—Hola, Newt —lo saludé alegremente. Levantó la mirada de su trabajo y me sonrió.
—Oh, hola, Ellie —respondió él.
—Siento mucho no haber podido verte tanto. Espero que no haya sido demasiado solitario para ti. ¡Estos exámenes van a ser mi final, lo juro! —me reí.
—Ya somos dos. No he tenido tiempo para mucho más —murmuró Newt. Algo en su tono y su expresión parecía apagado. Aparté el pensamiento.
—Bueno, ahora tengo algo de tiempo libre, ¿así que me preguntaba si querías pasar el rato? ¿Quizás dar un paseo por los jardines? —pregunté con una sonrisa esperanzadora. La cara de Newt cayó y supe que algo iba mal.
—Oh-- em.. —tartamudeó. Se llevó la mano a la nuca y pasó sus dedos por el pelo—. En realidad tengo algo que debo hacer. ¿En otra ocasión quizás?
Mi cara también cayó.
—¡Oh! —jadeé por la vergüenza—. Lo siento. Muy tonto de mi parte. Absolutamente. Lo siento. Yo- em.. Sí. ¡Tengo que irme! —dije vacilando mientras buscaba mis palabras. Mi cara se puso roja y esperaba que él simplemente lo ignorara y pensara que era por el frío en mis mejillas si se daba cuenta. Al igual que recé para que no pudiera ver la humedad en las esquinas de mis ojos mientras rápidamente me daba la vuelta y corría hacia el castillo.
Sin embargo, ¿por qué debería estar tan molesta? Es bueno que él tenga planes, supongo. No siempre puede tener tiempo para quedar conmigo. Me tensé y doblé una esquina del castillo sólo para chocarme con el otro Scamander, que inmediatamente se dio cuenta de mi desaliñado aspecto.
—¡Ellie! ¡Buen Godric! ¡¿Estás bien?! —maldijo mientras yo caía al suelo. Me reí tratando de no romper en lágrimas en ese mismo momento. Theseus extendió una mano y me levantó mientras la tomaba.
—Oh, sí. No te preocupes, Theseus. Estoy bien —le aseguré.
—Parece que estés a punto de llorar —dijo él poniendo una cálida mano en mi mejilla tratando de señalarme mis ahora obvias lágrimas, que se deslizaban por mis mejillas.
—¡Oh no! Es sólo por el pellizco en el aire. Acabo de llegar de afuera —rápidamente mentí.
Theseus suspiró, aliviado.
—¿Te gustaría ir al Gran Comedor conmigo para conseguir algo caliente para beber? —preguntó ofreciendo su brazo.
Me reí.
—Pero si todavía no es hora de cenar —respondí tomando su brazo con una sonrisa.
—Sé cosas —dijo Theseus sonriéndome mientras me guiaba por los pasillos del castillo. Finalmente llegamos a un pasillo tenuemente iluminado y sin ventanas que parecía ser un callejón sin salida con sólo un retrato en la pared trasera de un tazón grande de fruta.
Theseus me llevó al cuadro donde le hizo cosquillas a la pera, lo que me pareció tonto, hasta que apareció un picaporte. Giró la perilla y mantuvo la puerta abierta para que yo entrara primero. Entré en una habitación con el equipo de cocina más lujoso que podías imaginar, docenas de elfos domésticos se apresuraban a realizar sus ocupadas tareas. Theseus entró y cerró la puerta detrás de él todavía sonriendo. Sonreí y reí un poco.
—¡¿Cómo encontraste esto?!
—Como te dije antes. Sé cosas —sonrió—. ¿Te gusta?
—¡Me encanta! —jadee. La boca de Theseus se fundió en una genuina sonrisa al ver cuán complacido se había vuelto mi estado de ánimo.
Theseus hizo que uno de los elfos domésticos nos hiciera un poco de chocolate caliente y la pequeña criatura regresó con una jarra grande y dos tazas. Nos sentamos allí durante horas, riendo y bebiendo la deliciosa bebida que instantáneamente calentó y derritió mis entrañas con placer. Una vez que la jarra estaba vacía se llenó mágicamente, y yo estaba disfrutando de mi tiempo. Aunque fue genial estar con Theseus, no pude evitar comparar mi tiempo con él a mi tiempo con Newt.
¡Fue solo una vez, Eliana! ¡Cálmate! Pensé para mí. A Newt se le permite tener otras cosas que hacer que estar contigo. ¡Deja de ser tan egoísta y disfruta del tiempo con tu amigo Theseus!
Debo de haber tenido una expresión extraña en mi cara mientras internamente me regañaba porque Theseus se dio cuenta.
—¿Estás bien, Elle? Pareces ausente hoy —preguntó preocupado.
Asentí tomando un sorbo de mi bebida.
—Estoy bien, lo prometo. No puedes preocuparte por mí todo el tiempo.
—Lo sé, pero no puedo evitarlo. Me preocupo por ti a pesar de lo que otros quieren —respondió mirando hacia a otro lado.
—¿Qué quieres decir con lo que otros quieren? —pregunté confundida. Theseus hizo una mueca probablemente esperanzado de que yo no captara la última parte.
—Oh. Bueno. ¿Supongo que no te has dado cuenta entonces? —preguntó vagamente.
—¿Darme cuenta de qué? —empujé mi taza—. ¿Que no encajo? Me he dado cuenta de que eso también está pasando aquí, sí.
—No. No es eso —contestó él—. He tenido a varias chicas siguiéndome este año, y algunas incluso han llegado a pedirme salir.
—¿Qué tiene que ver eso conmigo? Nunca te he oído mencionar esto antes, Theseus —dije en voz baja.
—Eso es porque las he rechazado a todas —respondió Theseus evitando mi mirada.
—¿Por qué?
—Porque hay alguien más que ya tiene mi corazón —murmuró suavemente para luego mirarme. La forma en que me miró a los ojos finalmente me hizo darme cuenta, pero necesitaba escucharlo de su boca para estar segura.
—¿Quién lo tiene? —le pregunté.
—Creo que lo sabes. Debería ser bastante obvio, ya que estoy mucho con esa chica —dijo con una pequeña sonrisa. Tragué saliva, repentinamente nerviosa al darme cuenta de lo cerca que estábamos.
—Oh —susurré. Pero eso fue todo lo que dije antes de que Theseus posara su mano en mi mejilla y mi garganta instantáneamente cerró cualquier comunicación posible.
Bajó la mirada hacia mis labios y me encontré insegura de qué hacer, simplemente me quedé sentada allí mientras cerraba los ojos, y él se inclinó para cerrar la distancia entre nosotros. Sus labios eran suaves con un borde ligeramente áspero en ellos. Me quedé atónita, ¡pero entonces me sorprendí a mí misma cuando estaba correspondiendo su beso! Me pareció agradable, pero mi mente sólo pensaba en una persona, y no era Theseus. Sino Newt. ¿Cómo actuaría Newt en esta situación? ¿Cómo se sentirían sus labios en lugar de los de Theseus?
¡Por las barbas de Merlín, Newt! ¡Sal de mi maldita cabeza! Me regañé a mí misma. Theseus se apartó y me sonrió. Su sonrisa era agradable. Él era genial. Era un gran amigo. Nada más.
—Theseus —susurré.
—¿Qué pasa, Ellie? —preguntó.
—No puedo. Lo siento —respondí apenada, sacudiendo mi cabeza—. Me siento terrible porque eres mi amigo, y luego dices estas cosas dulces y siempre sabes como animarme. Pero después me besas y no puedo dejar de pensar en otra persona. Lo siento —sentí una lágrima caer por mi mejilla y Theseus se apartó de mí para mirarme a los ojos. Tenía una mirada lastimada, y pensé que incluso vi lágrimas tratando de formarse en sus propios ojos.
—Bien. Entiendo. ¿Puedes, por favor, prometerme algo? —suplicó.
—Cualquier cosa —respondí con sinceridad.
—Me preocupo por ti. Quiero que sepas que realmente me preocupo por ti. Siempre estoy aquí si me necesitas. Entiendo que sólo quieras amistad, pero si alguna vez sucede que cambias de opinión- sólo sé que estoy aquí para ti —me dijo honestamente. Asentí y me mordí el labio inferior.
—Lo siento mucho —murmuré.
—No te disculpes, Ellie. Estoy bien —me aseguró. Aunque la mirada en sus ojos me decía lo contrario. Fingí creerle y asentí.
Sonrió y nos levantamos para ir a cenar. El resto de la noche no resultó incómoda, pero fue inusualmente tranquila para nosotros, a pesar de la feliz conversación de nuestros compañeros Gryffindors.
Theseus después de pasar un poco de rato conmigo, se levantó y fue a sentarse con sus otros amigos, dejándome sentada sola como Newt. Eché un vistazo a la mesa de Hufflepuff tratando de verlo, pero no estaba en ningún lado.
Después del banquete, fui directamente a mi dormitorio y me tiré en mi cama, exhausta. Caí en un sueño incómodo donde mis únicos pensamientos eran sobre Newt y qué planes tenía que yo no podía pasar tiempo con él.
Cada vez que me acercaba a Newt en un intento de pasar el rato con él, me decía que tenía planes o algún otro lugar donde estar y que no podía quedar. Finalmente me cansé de ello y decidí seguirlo. Él no estaba escabulléndose así que pensé que no podía ser tan malo.
Fue a la biblioteca y eligió una mesa para sentarse. No fue a por un libro ni nada, pero sacó su cuaderno y empezó a escribir hasta que una chica con pelo oscuro y piel oscura con una túnica de Slytherin se le acercó y se sentó.
Inmediatamente levantó la vista de su trabajo y le sonrió. Comenzaron a hablar e incluso miraron a través de su cuaderno. Sentí una punzada en mi corazón y lágrimas en mis ojos. Pasé una mano por mis mejillas, quitándolas y caminé hacia donde la pareja estaba sentaba riéndose de algo que acababa de decir.
—Hola —dije tratando de llamar su atención. La sonrisa de Newt se desvaneció y rápidamente se levantó de la silla y se pasó una mano por el pelo, como si lo hubieran atrapado haciendo algo que no debía hacer.
—¡Ellie! —jadeó—. Hola.
—Hola —repetí con una pequeña risa y media sonrisa que no llegaba a mis ojos. La chica con la que estaba Newt, que todavía estaba sentada en su silla con una mirada confusa, aclaró su garganta y Newt salió de su trance mientras me miraba.
—Cierto. Um- Elle, esta es Leta-. —dijo haciendo un gesto a la chica que finalmente se levantó y extendió su mano con una expresión sombría.
—Leta Lestrange —se presentó formalmente. Tímidamente tomé su mano, que ella agarró con tanta fuerza que me dolió.
—Eliana Vance —le respondí, apartando mi mano de la suya, tratando de ignorar el dolor y las marcas rojas en mi mano—. Estaba caminando por ahí, y los vi, chicos. No quería molestar ni nada.
—En absoluto —Newt sonrió ganando una fulminante mirada de parte de Leta. Sonreí un poco.
—Oh. Está bien —dije suavemente—. ¿Me preguntaba si podría pedirte prestado a Newt por un segundo, Leta? —pregunto dirigiéndome directamente a Leta. Gruñó bajo su aliento lo suficiente como para que la oyera solamente yo y que Newt no se diera cuenta, pero estuvo de acuerdo. Saqué a Newt de la biblioteca y cerré la puerta detrás de nosotros.
—Lo siento mucho —soltó Newt—. Leta no suele ser así.
—¿Así que por eso me has estado evitando? —pregunté tratando de ser lo más amable posible.
—¡No! No te evito. Es sólo que desde que llegaste aquí he pasado todo mi tiempo contigo, y me olvidé de Leta, que antes era amiga mía. Sé que es una Slytherin, pero normalmente no es así. Supongo que está un poco molesta pensando que me has robado, apartándome de ella —explicó Newt.
—No estoy tratando de robarte de nadie. Ni siquiera sabía que existía —dije—. Pero tienes razón, ella es una Slytherin y claramente ya me tiene un profundo odio.
—Estoy seguro de que si ella te conoce-
Intentó decir Newt pero lo interrumpí.
—No creo que sea buena idea —respondí.
—No quería que se sintiera olvidada nunca más y no quería perderla o alejarla —defendió Newt. Suspiré.
—Ya, ahora en lugar de hacérselo a ella, me lo haces a mí —susurré. Newt fue a responder, pero ya me había dado la vuelta, no queriendo que viera mis lágrimas mientras corría por el pasillo.
No había hablado mucho con Theseus, y Newt pasaba todo su tiempo con Leta. Nunca me había sentido más sola. Se estaba convirtiendo en las dos semanas más largas de mi vida antes de Navidad. Todos los estudiantes se habían ido a casa excepto unos pocos, incluyendo a Newt y Leta. Así que en vez de estar rodeada de gente decidí hacerle una visita a Filbert en mi bolso.
Normalmente soy capaz de hacerlo en mi dormitorio ya que está vacío, pero una de mis compañeras de cuarto decidió quedarse esta Navidad y pasa todo su tiempo sola en el dormitorio. No podía darme el lujo de que me viera entrar y salir de mi bolso o posiblemente entrar a hurtadillas, así que llevé mi bolso a un lugar más privado.
Me dirigí a la Torre de Astronomía, comprobando constantemente a lo largo del camino que no me seguían antes de decidir, una vez que llegué a la parte superior de la torre en el balcón, que era seguro entrar en mi bolso. Bajé por mi escalera de cuerda y fui inmediatamente recibida por Phil, quien abandonó su brillante alijo para saludarme.
—Hola, amiguito —susurré mientras él se arrastraba a mis brazos. Me miró con sus pequeños y brillantes ojos y suspiré sabiendo lo que quería—. Está bien, adelante, hazlo —Phil inmediatamente salió de mis brazos, se subió a mi hombro y luego a mi cabeza.
Se sentó contento sobre mi cabeza y puso sus patas en los lados de mi cabeza antes de mirarme boca abajo. Me reí.
—Vale, ¡ese no era el trato! —me reí—. Se suponía que te ibas a poner en mi hombro, ¡no sobre mi cabeza! —Phil me parloteó. Estuve todo el tiempo de espaldas a la entrada y no pensé nada hasta que sentí que Phil de repente dejó de hablarme y se quedó tan quieto en mi cabeza que pensé que había desaparecido hasta que salió corriendo, volviendo a su brillante alijo.
—¿Pero qué-. —murmuré confundida mientras me daba la vuelta. Newt estaba parado al pie de la escalera en mi gran cabaña, mirándome con su boca abierta.
Oh, no.
—¿Elle? —preguntó—. ¿Qué-
—¡Lo sé! ¡Esto se ve mal, pero déjame que te lo explique! —expliqué.
—¿Mal? ¿Por qué en la Tierra dirías que esto se ve mal? —preguntó casi ofendido que confundiera sus expresiones.
—Espera —respondí—. ¿No estás extrañado o incluso perturbado? —me quedé atónita cuando Newt agitó la cabeza y sonrió.
—¿Bromeas? ¡Esto es absolutamente impresionante! ¿Tú hiciste esto? —preguntó asombrado. Asentí y me ruboricé. Newt caminó por ahí admirando mis herramientas y el pequeño nido de Phil donde guarda sus cosas brillantes. Phil puso sus manos sobre su alijo y le dio a Newt una mirada de advertencia—. ¡¿Un escarbato?!
Asentí.
—Lo encontré en el Bosque Prohibido cuando estaba en mi tercer año —expliqué.
—¿Cómo? No están en esta área —dijo Newt, escapando su amante de bestias mágicas interior.
—No lo sé —le respondí sacudiendo la cabeza—. Lo encontré y como sé que los escarbatos tienen una fuerte atracción por los objetos brillantes, usé una moneda para atraerlo hacia mí. Ha estado conmigo desde entonces —estaba tan ocupada admirando a Phil que no me di cuenta de que Newt me miraba con la mayor admiración hasta que lo miré—. ¿Quieres sujetarlo?
Newt asintió muy emocionado y me reí antes de acercarme para tomar suavemente a Phil y dárselo a Newt. Una vez que él lo agarró, tomé una moneda de mi bolsillo y se la di a Newt.
—Dale esto al pequeño granuja. Quizás le ayude a entrar en calor contigo —expliqué al ver su mirada confusa. Amablemente tomó la moneda y se la dio a Phil, quien la agarró apresuradamente y se la metió en la bolsa del estómago. Me reí cuando Phil saltó de los brazos de Newt e hizo círculos alrededor de la delgada figura de Newt antes de sentarse en su hombro.
—¿Cómo se llama?
—Filbert, pero le llamo Phil para abreviar —respondí con una sonrisa admirando cómo Newt miraba al escarbato con asombro y cómo Phil parecía conectar con él casi inmediatamente al igual que lo hizo conmigo—. Creo que le gustas.
—Es increíble —me dijo Newt mirando hacia arriba para hacer contacto visual conmigo—. Veo que ha ganado bastantes cosas brillantes con el tiempo —me reí y asentí. Se sintió bien tener esta interacción con él de nuevo, pero entonces recordé que estábamos en mi bolso, que debería haber sido un secreto.
—Oye, Newt.. —comencé—. ¿Cómo me encontraste y entraste aquí?
Newt miró hacia otro lado.
—B-Bueno.. Y-Yo.. Em... —se aclaró la garganta—. Quería hablar contigo y te vi subir a la torre, así que puede que te haya seguido. Te vi entrar aquí e hice lo mismo.
—Oh —solté—. ¿De qué querías hablar entonces?
—Sólo quería disculparme. Me di cuenta de lo maleducado que he sido contigo y de que tenías razón. Tenía tanto miedo de alejar a Leta que, en lugar de eso, te alejé a ti. Supongo que no soy bueno para tener amigos. Especialmente no más de uno —dijo Newt con una mirada sincera que hizo que mi corazón se derritiera—. Entiendo si aún sigues enfadada conmigo y me odias para siempre, pero quería decirte eso.
—¡Oh, Newt! —exclamé lanzando mis brazos alrededor de él. Rápidamente me devolvió el abrazo y pude jurar que incluso lo oí suspirar y lo sentí acurrucarse un poco en mi cuello—. Nunca podría estar enfadada contigo. Me preocupo demasiado por ti —le susurré al oído. Me alejé y sonreí por primera vez en dos semanas, una sonrisa que llegó a mis ojos. Estaba feliz de tener a mi mejor amigo de vuelta.
—Prometo que a partir de ahora no olvidaré a ninguna de las dos —prometió Newt.
Sonreí y me reí un poco.
—¡Gracias Newt! —dije tirando de él para darle otro abrazo que una vez más felizmente me lo devolvió. Una parte de mí estaba triste porque aún así significaba no poder pasar tanto tiempo con él como estaba acostumbrada, pero me recordé a mí misma que estaba más contenta de tenerlo de vuelta.
Finalmente llegó la Navidad, así que rápidamente salí corriendo de mi dormitorio, pasando al lado de mi dormida compañera de cuarto y baje las escaleras de caracol, dirigiéndome hacia donde estaba el árbol en la sala común. Debajo de él había tres paquetes dirigidos a mí, y varios para mi compañera de cuarto. Me incliné con entusiasmo y recogí un paquete con una carta encima. ¡Era de Theseus! Abrí la carta primero.
Querida Elle,
espero que te estén yendo bien las vacaciones. Sé que no hemos hablado mucho últimamente, así que me disculpo. ¿Sin resentimientos? Espero que disfrutes tu regalo. Siento no poder hacer más, pero vi esto y pensé que te gustaría tenerlo. ¡Nos vemos pronto!
Con amor
Theseus
Sonreí al leer la carta, sabiendo que Theseus no estaba enfadado conmigo y en realidad estaba asegurándose de que no me hiciera daño. Dejé la carta a un lado y recogí la pequeña caja a la que estaba unida, rasgando felizmente el papel. Dentro había un juego de cuadernos para escribir y algo de tinta y plumas nuevas. Me quedé atónita. ¡Quizás podría usar un par para escribir y un par para dibujar!
El siguiente paquete, para mi sorpresa, era del profesor Dumbledore. También tenía una nota en la parte superior.
Eliana Vance,
Feliz Navidad, felices fiestas, y espero que siga con su brillante trabajo en las clases dentro y fuera de la escuela.
Albus Dumbledore
Dentro del paquete había una bufanda de Gryffindor y algunas prendas de ropa ya que no tenía ninguna. Siempre estaba vestida con lo básico de mi uniforme porque mi ropa estaba en 1994. Mi corazón se calentó instantáneamente por el amable gesto de Dumbledore. La bufanda me recordó a la de Newt porque estaba en colores suaves, casi pastel, pero en lugar de los colores Hufflepuff, eran los colores de Gryffindor.
El último paquete también tenía una nota en la parte superior. La caja también era pequeña en tamaño. Tomé la carta y la leí.
Elle,
¡Feliz Navidad! No es mucho, pero espero que disfrutes de tu regalo y espero que ayude a compensar lo que pasó.
Tu amigo
Newt
Sonreí ante el hecho de que Newt me hizo un regalo. Por supuesto, también le hice un regalo, pero no esperaba nada de él. Además tengo mi regalo para él antes de todo el incidente de Leta. Arranqué el papel del paquete y abrí la caja. Dentro estaba uno de sus cuadernos donde había ilustrado y descrito varias de las criaturas mágicas que ambos encontramos muy fascinantes. Sonreí mientras hojeaba las páginas hasta llegar a la última página donde escribió otra carta.
Querida Ellie,
Espero que te guste esto y que disfrutes recordando nuestras varias conversaciones sobre estas mismas criaturas. Fuiste la primera persona a la que mostré esto. No he actuado como un buen amigo últimamente, y por eso quiero que lo sepas de nuevo, lo siento mucho. Mi peor miedo es hacerte daño, romperte el corazón o causarte angustia y sufrimiento. Eres mi mejor amiga, Elle. Nunca olvides lo mucho que me importas mientras tú y yo vivamos.
Muy sinceramente
Newt
Sentí mis ojos cristalinos y llenos de lágrimas al sentir el mensaje de su corazón. Me reí un poco al mismo tiempo que sonreía como una idiota y mientras me vestía, hice mi camino al Gran Comedor para el desayuno con el regalo de Newt. En lugar de sentarme sola en la mesa de Gryffindor, me dirigí a la mesa de Hufflepuff donde Newt ya estaba sentado con un plato de huevos y tostadas. Me senté a su lado y me puse la misma comida que él.
—Buenos días —dije alegremente.
—Buenos días —Newt sonrió y le di su regalo.
—Feliz Navidad —susurré con una gran sonrisa que era incapaz de abandonar mi cara. Newt me miró con una mirada sorprendida.
—R-Realmente no tenías que hacer nada —murmuró sonrojado mientras sonreía.
—Lo sé, pero quería hacerlo. ¡Ahora ábrelo! —insistí. Hizo lo que le dije y ansiosamente abrió el regalo que contenía una maleta de cuero marrón.
—E-Ellie —Newt jadeó—. No deberías haber hecho esto.
—¿No te gusta? —dije preocupada de haber hecho algo mal.
—Me encanta, ¡pero esto debe haberte costado una fortuna! No deberías haber--. —empezó Newt antes de que lo interrumpiera.
—No importa mientras te guste —dije poniendo una de mis manos sobre la suya. Se estremeció un poco sin esperar el contacto, pero no se alejó. En cambio, me miró con la máxima confianza.
—Es perfecto para lo que planeo hacer cuando sea mayor —Newt sonrió.
—¿Qué es eso que planeas hacer? —le pregunté.
—Quiero ser magizoólogo y viajar por todo el mundo para estudiar estas criaturas mágicas que tanto amo —explicó con orgullo.
—¡Oh, Newt! ¡Eso suena absolutamente maravilloso! Desearía poder hacer algo así —dije.
—¡Entonces ven conmigo! —contestó él pero inmediatamente se puso rojo y retiré mi mano de la suya.
—¿I-Ir contigo? —tartamudeé en estado de shock.
—Lo siento —comenzó Newt preocupándose inmediatamente de que me haya molestado o algo—. Quiero decir, sólo si tú quieres. Lo siento. Eso fue estúpido-
Lo interrumpí abrazándolo con más fuerza que nunca.
—¡Sería absolutamente un honor viajar contigo! Estar contigo y ver a estas criaturas en sus verdaderos hogares. Incluso tal vez podríamos encontrar algunos escarbatos para que Phil pueda encontrar un hogar —respondí felizmente. Me alejé y Newt rompió en una amplia y aliviada sonrisa.
—Eso suena increíble —dijo él—. Yo también tengo un regalo para ti.
—Lo sé. ¡Fue absolutamente encantador! No puedo creer que me dieras tu cuaderno —respondí.
—No, el cuaderno no. Esto es otra cosa —me dijo Newt sacando otro paquete. Este era el más pequeño de los que he recibido. Lo tomé con gracia y sonreí a Newt antes de romper el envoltorio. Abrí la pequeña caja para revelar un medallón de plata. Jadeé y mi mano voló a mi boca mientras lo abría para revelar tres imágenes diferentes. Había una muy buena foto de Newt, una mía, y una con los dos.
—Newt, Yo--
—Dale la vuelta —me dijo, interrumpiéndome. Lo hice y vi que en la parte posterior del medallón había un pequeño mensaje grabado en la superficie fresca y brillante.
Cuando te sientas sola, mantén esto cerca de tu corazón y recuerda que yo estoy ahí.
Con amor
Newt
Sentí una lágrima resbalar por mi mejilla y Newt rápidamente la limpió con la yema de su pulgar mientras yo continuaba mirando hacia abajo en el medallón. Lo miré y sonreí genuinamente.
—Hablando de costar una fortuna —susurré.
—¿Te gusta? —preguntó y asentí.
—Este es el mejor regalo que he recibido en mi vida. ¡No puedo creer que hayas hecho esto!
—Cualquier cosa por mi mejor amiga —contestó Newt con suavidad.
—Y yo haría cualquier cosa por ti- mi mejor amigo —susurré.
—¿Quieres que te ayude a ponértelo? —se ofreció Newt tímidamente. Acepté su ofrecimiento y me di la vuelta, levantando mi pelo mientras él sujetaba el hermoso collar y lo ponía con delicadeza alrededor de mi cuello. Me volví para mirarlo a los ojos.
—Feliz Navidad, Elle —susurró.
—Feliz Navidad, Newt —le susurré.
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