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-ˋˏ 𝑪𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟱: El Escarbato y el Erumpent

Ellie's POV

Jacob y yo llevábamos a Newt a Central Park en silencio. No fue un silencio incómodo para Newt y para mí ya que estábamos contentos por la compañía del otro después de tanto tiempo, pero tuve la sensación de que a Jacob no le gustaba tanto el silencio. Lancé a Newt una mirada para que intentara hablar con Jacob, y él asintió algo despistado, entendiendo la indirecta.

—Lo he observado en la cena —soltó él de repente. Porque eso no es raro en absoluto, pensé mientras trataba de suprimir una risita ante el torpe comentario de Newt.

—Oh, em, ¿y? —respondió Jacob con un tono inquisitivo.

—Usted cae bien a la gente, ¿no, señor Kowalski? —preguntó Newt.

—Bueno, me imagino que usted también, ¿no? —intentó Jacob con una pequeña sonrisa.

—No, la verdad es que no. Yo incomodo —respondió Newt sin rodeos.

—Eh, tú no me incomodas en lo más mínimo —intervine.

—Pero tú eres mi mejor amiga —alegó Newt.

—¿Y? Hay un montón de gente por ahí que son incomodados por sus amigos, pero yo no soy incomodada por ti —repliqué con una sonrisa. Newt giró un poco los ojos y dejó caer el tema al darse cuenta de que yo seguiría persistiendo en el argumento.

—¿Por qué quiere ser pastelero? —preguntó Newt volviendo su mirada a Jacob.

—Porque... me... estoy enterrando en vida... en esa fábrica de conservas —explicó él—. Yo y todos. Acaba... con el más pintado. ¿Les gustan las conservas?

—No —respondimos Newt y yo al unísono.

—Ya. A mí tampoco... —Jacob soltó una pequeña carcajada—, por eso quiero hacer repostería. Hace feliz a la gente-

—Es por aquí —interrumpí, señalando en la dirección que necesitábamos girar para llegar a Central Park.

—¿Y ha conseguido el préstamo? —dijo Newt tratando de mantener la conversación, ahora intrigado.

—No —respondió Jacob con tristeza—. No tengo aval. Y, al parecer, he estado mucho tiempo en el Ejército. Yo qué sé.

—¿Luchaste en la guerra? —pregunté sorprendida.

—Pues claro que luché en la guerra. Como todos. ¿Ustedes no lucharon en la guerra? —divagó Jacob.

—No, yo lidié con dragones. Ironbellys ucranianos, frente oriental —respondió Newt.

—Yo estuve en una misión en África por un tiempo y haciendo otras misiones tratando de localizar a Grindelwald. También soy mujer, así que probablemente no me hubieran permitido luchar en la guerra —le informé y volví mi mirada a Newt—. Así que, dragones, ¿eh?

—Sí. Un trabajo muy fascinante —dijo él—. Lo disfruté mucho, pero a los dragonologistas no les gustó que pudiera vincularme tan bien con ellos, y se hacían daño si trataban de acercarse mientras yo estaba cerca.

—Siempre supe que tenías un don con las criaturas, Newt —sonreí, recibiendo una sonrisa y un sonrojo por parte de él.

—Tú también eres genial con ellas —elogió él.

—Gracias —solté una pequeña risa—. ¿Trabajaste sólo con los Ironbellys? 

—La mayor parte del tiempo, sí. En raras ocasiones, otros dragones se detenían como punto de descanso en sus viajes mientras eran transportados. Pero no estuvieron allí por largos períodos de tiempo-

Newt se detuvo de repente, sus ojos abriéndose de par en par. Lo miré con una expresión muy confundida.

—Em, ¿Newt? —llamé. Él simplemente señaló y giré mi cabeza para ver un adorno de capó que faltaba en la parte delantera de un coche, así como pequeñas joyas esparcidas a lo largo de la acera. Newt sigue el rastro furtivamente, y yo le sigo los pasos, no muy lejos de él. Los dos manteniendo una mirada aguda mientras buscábamos al escarbato que creíamos que estaba tratando de ocultarse por la zona.

Newt pasó agachado delante del escaparate de una joyería cuando se fijó en algo, rápidamente retrocedió de puntillas muy despacio y se quedó mirando el escaparate. Yo también miré y vi a Phil imitando, hábil y estúpidamente, la forma de un expositor de joyas, con los bracitos estirados, cubiertos de diamantes.

Sacudí mi cabeza y puse mis manos en mis caderas sonriendo mientras Newt sólo se le dio una mirada que prácticamente decía "¿Me estás tomando el pelo?". Phil giró lentamente la cabeza para mirarnos a Newt y a mí antes de escabullirse al interior de la tienda, huyendo de nosotros.

Newt sacó su varita y la apuntó hacia la ventana de cristal.

—¡Finestra!

El cristal se rompió y Newt no perdió tiempo en saltar a la tienda, prácticamente rompiendo todo al tratar de encontrar y capturar al escarbato.

Phil apareció y trepó por los hombros de Newt, que se había subido a una mesa, para situarse a mayor altura antes de saltar a la lámpara de araña de cristal que colgaba delicadamente del techo. Newt no dudó en hacer lo mismo, provocando que la lámpara se balanceara bajo el peso y girara sin cesar.

Jacob nos alcanzó, y se quedó mirando la escena con una mirada de horror grabada en sus rasgos.

—¡Oh, Dios! —jadeó.

La lucha dentro de la tienda continuó, y Phil finalmente salta sobre una vitrina en la otra ventana de exhibición con Newt, que le seguía ciegamente. Jadeé mientras la vitrina caía hacia adelante y se quedaba apoyada en el cristal, con unos paralizados Newt y Phil todavía encima de ella.

Una de las hebillas de la maleta de Newt se abrió y Jacob bajó la mirada hacia ella con cansancio. Miré hacia atrás a la ventana donde estaba Newt, el cristal rápidamente resquebrajándose bajo el peso de la vitrina y el peso encima de eso. La hebilla de la maleta todavía seguía abierta y Jacob no parecía tener ninguna intención de cerrarla ya que las criaturas gruñían desde dentro.

Sin pensarlo, corrí hacia la maleta de Newt y cerré la hebilla antes de volver mi atención a la ventana que en ese preciso momento decidió estallar, esparramando los fragmentos por la acera. Newt y Phil se cayeron de la tienda y se estrellaron contra el suelo. Phil, que fue el primero en ponerse de pie, se quedó quieto solo un instante antes de comenzar a huir, pero yo fui más rápida.

—¡Accio! —grité, apuntando con mi varita a la criatura.

Phil se levantó del suelo y comenzó a volar a través del aire en mi dirección a cámara lenta, collares de diamantes y joyas a montones fueron cayendo de la bolsa de su barriga y volando hacia atrás para golpearnos a Newt, Jacob y a mí.

Newt y yo esquivamos las joyas voladoras mientras Jacob, que sostenía la maleta de Newt, la usa como escudo. Al pasar al lado de una farola, Phil extiende un brazo y se agarra al poste, desviándose de la trayectoria en la que lo tenía atrapado y dirigiéndose a otro escaparate. Newt fue más rápido y lanzó un hechizo que hizo que Phil simplemente se quedara atascado en la ventana y rebotara hacia adelante y hacia atrás.

—Muy bien, ¿contento? —le preguntó Newt agitado. Lo agarró y lo liberó de la ventana, asegurándose de mantener sus manos bien apretadas alrededor de Phil para que no pudiera escaparse otra vez—. Uno a la maleta. Faltan dos.

En ese momento escuchamos sirenas y vimos que unos coches de policía se acercaban a toda velocidad hacia nosotros y nos rodeaban. Newt escondió a Phil en su abrigo mientras los oficiales salían con sus armas desenfundadas y apuntaban en nuestra dirección. Lo admito, la situación se veía mal ya que los tres teníamos joyas y diamantes colgando de nuestros abrigos y estábamos de pie junto a una joyería aparentemente saqueada.

Jacob levantó ambas manos en actitud de rendición.

—Se han ido por allí, agente.

—¡Manos arriba! —ordenó uno de los oficiales. Jacob inmediatamente obedeció mientras que Newt y yo nos quedamos totalmente ajenos al incidente. 

De pronto, el otro oficial notó que Phil asomaba la cabeza por la gabardina de Newt, soltando un gritito.

—¿Qué es eso?

Jacob tragó saliva, ya no tenía su atención apuntando a los oficiales.

—Un... león —jadeó apuntando a un lado. Por supuesto, por alguna razón desconocida había un león a unos metros de donde estábamos en la acera.

—Vaya. Nueva York es sumamente más interesante de lo que imaginaba —Newt sonrió, su voz sonando con un tono casi humorístico. Puso un brazo alrededor de mi cintura y agarró su maleta antes de tocar a Jacob y desaparecernos de allí.

Aparecimos justo en Central Park, donde estábamos tratando de llegar todo este tiempo.

—¿Por qué simplemente no nos aparecimos aquí desde un principio? —pregunté.

—Bueno, si lo hubiésemos hecho, no habríamos encontrado al escarbato —Newt sonrío de lado.

—Solo digo que hubiera sido más rápido —repliqué con una risa y Newt me dio una mirada antes de abrir la boca para repetir lo más probable lo que dijo antes—. No estoy diciendo que te equivocaste, sólo digo que habría sido más rápido y más fácil, y hubiera evitado que casi fuéramos arrestados.

Newt hizo aparecer en su hermosa cara la sonrisa descarada que yo tanto amaba y sentí mariposas en el estómago.

¡No, Ellie! No puedes pensar así de él. Te dijiste a ti misma que no podía hacer daño tratar de empujar las dificultades del pasado, así que sean amigos nada más. Me regañé internamente. Pero la forma en la me sonrió y me miró hizo que mi respiración se enganchara. Ahí fue cuando supe que ya era demasiado tarde, ya había vuelto a dejar que mis sentimientos me consumieran por completo una vez más.

Newt, Jacob y yo seguimos caminando y cuando estábamos cruzando un puente en el parque frío y nevado, por extraño que parezca, llegó un avestruz corriendo hacia nosotros desde la misma dirección donde estaba el zoológico de Central Park. De ahí debe de haber venido el león, pensé al darme cuenta. Miré a Newt y él asintió, haciéndome saber que estaba pensando lo mismo que yo. Dejando la maleta en el suelo, sacó un casco marrón de su gabardina azul y se lo entregó a Jacob.

—Póngase esto —instruyó Newt.

—¿Por qué iba a tener que ponerme algo así? —preguntó Jacob, algo divertido.

Newt lo miró directamente a los ojos.

—Porque su cráneo es susceptible de rotura bajo una fuerza inmensa —dijo con simpleza y casi sin rodeos.

Jacob, absolutamente aterrado, se puso el casco mientras Newt se escabullía en su extraña e incómoda forma de correr.

Es tan adorable... Pensé. Por las barbas de Merlín, ¡Ellie, lo has vuelto a hacer!

Jacob y yo perseguimos a Newt y una vez que lo alcanzamos estaba parado en la entrada del zoológico, que está medio vacío y cuyos muros exteriores están destrozados por varios sitios. 

Otro rugido atronador resuena alrededor del edificio de ladrillo, haciendo que Newt sacara un chaleco marrón, y se colocara detrás de Jacob para abrochárselo con rapidez.

—Está bien —dijo él—. No tiene absolutamente nada de qué preocuparse.

—Por curiosidad, ¿alguien le cree... cuando dice eso? —preguntó Jacob con un gruñido cuando Newt apretó el chaleco.

—Bueno, mi filosofía es que preocuparse es sufrir dos veces —respondió Newt antes de coger la maleta del suelo y salir corriendo hacia uno de los recintos de animales dentro del zoo.

Sonreí mientras Jacob digería las «sabias palabras de Newt» y le seguimos. Dentro del recinto había una criatura que debería haber adivinado que era la que se le había perdido a Newt, y la que le gustaba las grandes llanuras. Un Erumpent estaba en medio del recinto con un hipopótamo aterrorizado al que supera cinco veces en tamaño. Todo el zoológico fue prácticamente demolido por la monstruosa criatura.

—Está en celo. Necesita aparearse. 

Newt sacó un frasquito lleno de un líquido extraño y retiró el tapón con los dientes, escupiéndolo a un lado, luego se puso una gota del líquido en cada muñeca.

»Almizcle de erumpent. La vuelve loca.

—¿Exactamente, qué planeas hacer para que esa criatura vuelva a la maleta, Newt? —pregunté con un poco de descaro en mi voz.

—Ya lo verás —susurró Newt—. Me temo que si lo digo, me daría mucha vergüenza seguir adelante con esto.

Fruncí el ceño, entre confundida y preocupada ya que no tenía absolutamente ninguna pista de qué esperar de esto. Newt se alejó de mí y le dio el frasco abierto a Jacob antes de correr hacia el recinto con su maleta. Cuando llegó allí, dejó la maleta en el suelo, cerca del erumpent, y la abrió despacio, persuasivamente. El Erumpent estaba mirando lejos de Newt, pero esto no pareció molestarle. Se adelantó y se agachó en un movimiento muy abrupto.

—¡GNAAAAAHHHH! —gritó Newt, haciendo una llamada de apareamiento de Erumpent.

Comenzó a resoplar y saltar. Deslizó su pie en zigzag sobre la nieve de una manera seductora, y comenzó a saltar de nuevo, resoplando todo el tiempo. Ahora tenía sentido. ¡Estaba haciendo el baile de apareamiento de Erumpent!

Metí el puño en mi boca para no reírme, y así no estropear su plan. Vi como completaba el ritual cayendo de espaldas sobre el suelo y rodando para aterrizar en cuclillas.

El erumpent lo imitó, acercándose cada vez más a la maleta, que sigue abierta. Justo entonces, vi como un pez pasaba volando por el aire y le daba a Jacob en la cabeza, provocando que derramara el almizcle que le había dado Newt por todo su pecho.

El Erumpent olió el intenso aroma que provenía de Jacob e inmediatamente se escapó, alejándose de la maleta de Newt. Se levantó sobre sus patas traseras y miró a Jacob fijamente. La gran criatura se abalanzó hacia el origen del olor, bramando enloquecida, a lo que el nomaj respondió con una huida tan rápida como sus piernas pudieron llevarlo en la dirección contraria a la del animal mientras gritaba a todo pulmón.

Newt y yo empezamos a perseguirlo, y Newt levantó su varita para reparar el daño causado por el Erumpent.

—¡Repar...! —antes de que tuviera la oportunidad de terminar el conjuro, un babuino le arrebató la varita y la sujetó firmemente, como si fuera un premio, antes de salir corriendo con ella—. ¡Por las barbas de Merlín!

Entonces comenzó a intentar que el babuino le devolviera su varita ofreciéndole una ramita de un árbol a cambio. Me reí y arreglé el daño del zoológico yo misma mientras Newt se ocupaba de intentar recuperar su varita mágica.

—Exactamente lo mismo —le dijo Newt al mono, como si pudiera entender lo que estaba diciendo—. Lo mismo.

—¿Necesitas ayuda con eso? —le pregunté un poco divertida.

—Ellie, ve y ayuda a Jacob —instruyó Newt cuando el babuino comenzó a golpear la parte superior de la varita de Newt en una roca.

—Sí, de acuerdo —murmuré antes de salir corriendo para ver al Erumpent haciendo explotar el tronco de un árbol y me pregunté por qué hasta que vi a un frenético Jacob colgando del revés de una de las ramas, precariamente—. ¡Jacob!

—¡Ellie! —chilló Jacob aterrorizado mientras el árbol explotaba y caía hecho pedazos, con la atenta mirada de la criatura en él.

Salió despedido de allí y bajó rodando por una cuesta nevada, yendo a parar en la orilla del lago helado. Comenzó a huir de nuevo, casi resbalándose mientras era seguido de cerca por el Erumpent. Corrí tras ellos intentando seguir la distancia lo más cerca posible sin llegar muy lejos. Jacob corrió por el lago congelado y se resbaló, cayendo. El erumpent soltó un chilló cuando se dio cuenta demasiado tarde del hielo y cayó sobre su estómago.

Intenté correr hacia el hielo y no pude mantener el equilibrio, deslizándome rápidamente hacia el Erumpent que giraba sobre la superficie resbaladiza del hielo. Para mi suerte, Newt apareció con su maleta abierta y se deslizó contra el extremo posterior del Erumpent, lentamente volviendo a succionarlo dentro de la maleta. Aterrizó a pocos centímetros de Jacob y cerró la tapa.

—Me quito el sombrero, señor Kowalski —jadeó, cansado. Jacob le tendió la mano para darle un apretón.

—Llámeme Jacob —insistió.

Sonreí, pero como todavía me estaba deslizando sobre el hielo, rompí el dulce momento sin quierer deslizándome en la espalda de Newt y golpeándolo sobre Jacob.

—¡Lo siento! —jadeé intentando saltar a una posición de pie para poder ayudar a los dos hombres a pararse en el hielo. Ayudé a Jacob antes de tenderle una mano a Newt, el la agarró lo con una tímida sonrisa y un notorio sonrojo en su cara.

—Gracias —murmuró.

—De nada. Es lo menos que podía hacer por haberme chocado contigo —sonreí.

—Bueno, incluso podemos decir que ya estamos en paz ya que, después de todo, yo me choqué contigo en el banco hoy —respondió Newt. Me reí y una sonrisa de adoración apareció en su cara.

Los tres caminamos bajo el puente que habíamos cruzado para llegar al zoológico y Newt abrió su maleta.

—Muy bien, entrad, yo cierro —nos dijo él, y Jacob bajó primero. Antes de bajar, miré a Newt con un sonrojo en mi cara.

—Gracias, Newt —sonreí antes de darle un rápido beso en la mejilla y meterme en la maleta. Newt se quedó un momento más arriba antes de unirse a Jacob y a mí en la escalera de la maleta y cerrar la tapa detrás de él.

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