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~06~

-______- susurraron todos ojiplaticos.

-Hola, chicos- contesté con una sonrisa cínca- He vuelto-

***

Salimos al patio trasero. Luther llevaba las cenizas de nuestro padre y el resto llevabamos unos paraguas color negro (excepto el de Klaus que era transparente con una tira rosa) ya que la tarde se había vuelto lluviosa. Varios segundos después apareció Pogo por otra puerta dando permiso a Luther para tirar las cenizas, que cayeron dejando un montón de color gris bajo la urna que las contenía.

-Un poco de viento no habría estado mal- comentó Luther intentando sonar gracioso.

Después, Pogo pidió permiso para decir unas palabras. Miré a Cinco de reojo viendo que tenía la cabeza gacha y su ceño fruncido; señal de que estaba concentrado, pensando en algo.

-En todos los aspectos- comenzó con tono triste- Sir Reginald Hargreeves, me convirtió en lo que soy ahora. Solo por eso estaré en deuda con él eternamente. Fue mi maestro... y mi amigo. Y le echaré mucho de menos- hizo una pausa oara reflexionar y continuó hablando- Sir Reginald deja tras de sí un legado compl...-

-Era un monstruo- interrumpió Diego ganandose malas miradas por parte de todos- Era mala persona y peor padre. El mundo está mejor sin él-

-¡Diego!- le llamó la atención Allison, pero él continuó hablando.

-¡Mi nombre... es Número Dos!- respondió cabizbajo- ¿Sabes por qué? Porque nuestro padre no se molestó ni en ponernos nombres. Tuvo que hacerlo mamá-

Mi madre comenzó a hablar y ellos siguieron discutiendo. No me interesaba la conversación así que decidí irme. Antes de eso, hice que una brisa volara las cenizas de papá despidiendome así de él. Entré de nuevo a la casa y me fui a mi cuarto. Una vez allí me asomé por la ventana y vi como Luther y Diego comenzaban a pelear. La verdad estaban tardando demasiado. Pude ver, también, como Klaus ponía su brazo delante de Cinco y é se apartaba. Aunque estuviera enfadada con Cinco, no podía evitar el hecho de que me había enamorado de él. Ni siquiera miles de años muerta hubieran podido cambiar eso; pero debía ser fuerte. Cinco dijo algo y entró a la casa seguido de mamá, Vanya y Allison. Luther entró después con un corte en su brazo, seguido de Diego, dejando a Klaus solo. Vi como apagaba su cigarrillo en el suelo justo al lado de la estatua caída de Ben (supongo que Luther la habría tirado de un puñetazo) y se iba de allí diciendo algo. Justo entonces noté una presencia tras de mi. Chasqué mis dedos preparandome para atacar a quien fuera que esuviera allí y me giré. Estuve a punto de soltar una ola de energía cuando me fijé en quien era aquel individuo.

-¿Qué quieres, Cinco?- pregunté de mala gana "apagando" mis poderes.

-Quiero que vengas conmigo- respondió serio- Necesito que vengas conmigo-

-¿Sabes lo que necesitaba yo?- pregunté de nuevo mientras me acercaba a él con el semblante enfadado- A ti. Solo a ti. Pero tú decidiste irte por tu cuenta-

Bajó la cabeza avergonzado y se fue. Segundos después salí de mi cuarto hacia la cocina para tomarme un café. Sí, me gustaba el café. Negro. Cinco me pegó su manía del café cuando eramos críos. Cuando entré a la cocina, un destello me indicó que Cinco se acababa de ir de allí. Allison estaba mirando a la nada mientras Klaus se levantaba de la silla. 

-______- saludó Allison al verme.

-Hola, Allison- saludé de vuelta con una sonrisa- Siento no haberte saludado como es debido antes-

-No te preocupes- respondió dándome un abrazo el cual yo correspondí.

-Me alegro de verte, Klaus- saludé a mi hermano que estaba un poco ido.

-Oh, hola hermanita- dijo con su típica voz despreocupada- Me encanta tu nuevo look-

-Cierto- concordó Allison viendome- ¿Cómo...-

-17 años medio muerta- respondí mientras levantaba una tabla de madera del suelo con mis poderes- Te cambia la vida y te da nuevos poderes, al parecer-

De debajo de la tabla salió un paquete de café que guardé allí después de que Cinco se fuera. 

-¿Eso es café?- preguntó Allison asombrada.

-Sí- respondí mientras me hacía una taza del mejor café negro del mundo- No se lo digais a Cinco-

-No problemo, hermana- dijo Klaus haciendo el típico saludo militar.

Entonces entró Diego y esa fue mi señal para irme. Decidí mirar en los registros de papá para ver que más nos había estado ocultando. Entonces me dí cuenta de algo. La estatua de Ben en el ajardín. El no verle en el funeral de papá. Una lágrima rodó por mi mejilla. Había perdido a mi hermano y no había tenido la oportunidad de desperdirme de él. Después iría a casa de Vanya a preguntarla que ocurrió. Busqué en las carpetas de papá hasta que encontré la que me interesaba. Una carpeta de color rojo intenso con la etiqueta "Número 8. ______ Hargreeves". La cogí y me dirigí a mi cuarto para leerla. Cuando la abrí no podía creer lo que mis ojos leían. Cada palabra era aún más confusa que la anterior. Ví como poco a poco se hacía de noche. Decidí que ya era hora de ir a casa de Vanya para hablar con ella. Probablemente ya habría terminado su jornada laboral. Salí de la mansión Hargreeves y me dirigí a la calle donde ella vivía. Subí hasta su piso y, con mis poderes, abrí la puerta dejandome ver a la última persona que quería ver aquel día.

-Mierda- susurré mientras cerraba la puerta tras entrar.

-Yo también me alegro de verte, _____- respondió Cinco sentado en uno de los sillones de Vanya.

-¿Qué haces aquí, Cinco?- pregunté mientras me fijaba en como su uniforme de la academia estaba manchado de... ¿sangre?- ¿Eso es sangre?-

Me acerqué alarmada hasta donde estaba él y le retire la manga del brazo para observar mejor la herida. Noté como se me quedaba mirando con cara de embobado.

-Como sigas mirandome así, te juro que te haré daño al curarte- advertí mientras él apartaba su vista de mi- ¿Vas a decirme que haces aquí?-

-Necesitaba hablar con alguien de confianza- dijo mientras yo comenzaba a preparar mis poderes curativos- Y tú no querías ni verme, así tuve que venir a ver a Vanya-

Mis manos se iluminaron y poco a poco la herida de Cinco se fue cerrando dejando una ligera cicatriz en su lugar. Cuando terminé de curarle, la puerta de Vanya se abrió dejando ver a la misma.

-¡Mierda!- gritó asustada Vanya al vernos.

-Deberías poner seguros en las ventanas- anunció Cinco con el rostro serio.

-Vivo en un segundo piso- replicó Vanya.

-Los violadores trepan- rebatí yo esta vez.

-Mira que sois raros- susurró Vanya cerrando la puerta.

Me senté en el sofá. Vanya estaba en el borde del mismo, justo al lado de Cinco, mientras que yo estaba al otro extremo. Les oía hablar pero mi mente seguía en las palabras que había leido en la carpeta que encontré en el despacho de nuestro padre. Entonces fue cuando oí las últimas palabras que esperaba escuchar.

-El mundo se acaba en 8 días- anunció Cinco haciendo contacto visual conmig- Y no tengo ni idea de como detenerlo-

-Voy a hacer café- dijo Vanya aún procesando las palabras de Cinco.

(...) 

Vanya y Cinco terminaron de hablar y entonces fue cuando me preguntaron que hacía allí. Vanya se giró hacía mi mientras yo tomaba otro sorbo de mi café negro.

-Cuando te fuiste- me dirigí a Vanya aunque Cinco también escuchaba- Entré en el despacho de papá para buscar el informe que tenía sobre mí. Lo encontré y me puse a leerlo-

-¿Y eso que tiene de especial?- interrumpió Cinco confuso.

-Los folios de mi carpeta contenían analisis de sangre- respondí recordando las analíticas- Mi sangre. Imaginé que cada uno tendría los suyos. Lo que me sorprendió de los mios es que...- suspiré y miré a mi café intentando encontrar las palabras- Mi sangre coincide con la de Reginald Hargreeves-

Ambos se quedaron ojipláticos mientras yo continuaba hablando.

-Según el diario de nuestro padre- dije recordando aquellas páginas que hablaban de mi- Mi madre, Grace Hargreeves, la que ahora es un robot, murió al darme a luz el 1 de Octubre de 1989. Al igual que el resto de vuestras madres biológicas, ella no tuvo esos 9 meses de embarazo. Yo fui la primera integrante de la Umbrella Academy-

Vi como Cinco se levantaba del sillón y se sentaba al lado mio pasando su brazo por mis hombros. Quería decirle que se apartara, que no necesitaba su compasión, pero no pude. Apoyé mi cabeza en su hombro y continué hablando. 

-No sé como sentirme- continué hablando mirando a la nada- Mis padres, ambos, están muertos y ni siquiera sabía que eran ellos-

-Tranquila- me dijo Cinco apoyando su cabeza sobre la mía.

-Deberíais descansar- dijo Vanya procesando todo lo que ambos acababamos de decir- Mañana seguiremos hablando de todo-

Cinco miró a Vanya no muy convencido y ella nos señaló que podíamos dormir en el salón. Se fue de allí dejandonos a Cinco y a mi a solas. Minutos después, Cinco se levantó del sofá poniendose la chaqueta que se había quitado para que le curara.

-Tienes dos opciones- anunció mientras se dirigía a la puerta- Puedes venir conmigo a intentar deterner el fin del mundo, o puedes quedarte con...-

-Voy contigo- dije con voz apagada mientras iba hasta él- Solo prométeme que no volverás a irte como hiciste la última vez-

Me miró durante unos segundos y asintió. Antes de abrir la puerta le abracé por la cintura mientras el me correspondía agarrando mi cuello.

-Vamos- dijo separandose y abriendo la puerta.

Salimos del cuarto de Vanya y me cogió la mano para teletransportarnos lejos de allí.









Aquí teneis otro capítulo. Como habreis podido comprobar he asegurado en la descripción de la historia que habrá acualizaciones diarias. Dependiendo de lo que pueda escribir se subirán uno o dos capítulos. 

Además queda poco para llegar a las 100 lecturas, en ese momento comenzaré a dedicar capítulos a los primeros que comenten y voten los capítulos. Por ahora me he fijado en una persona que ha votado en todos los capítulos y me gustaría agradecerle por ello dedicandole este mismo capítulo.

Dedicado a - MelaniDelgado2

Como siempre, os animo a votar en los capítulos que actualice y a que comenteis que os esta pareciendo la historia.

Os quieroooooo. Besossssss <3 <3 <3

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