~03~
-¡Hoy practicaremos el combate cuerpo a cuerpo!- gritaba nuestro padre en la sala de entrenamientos- ¡Las parejas estás escritas en la pared! ¡Id a mirarlas y comenzad!-
Todos corrimos a la pared donde había una hoja pegada y vimos las parejas:
· Luther - Diego
· Allison - _____
· Klaus - Ben - Cinco
Tras mirar la lista nos dirigmos a las esterillas para que, al caer no nos hicieramos dañño, y comenzamos a pelear. Al ser impared, Cinco se fue turnando con Ben y Klaus para pelear con ellos. Estaba prohibido usar los poderes en este tipo de entrenamientos así que todos estabamos en igualdad de condiciones. Me coloqué en posición defensiva enfrente de Allison y ella de la misma manera enfrente mio. Allison soltó el primer golpe dandome en la mejilla. Se preparó para dar otro pero yo atrapé su brazo y ataqué con mi brazo libre (un puñetazo en la cara y dos en el estomago). Unos golpes más por parte de ambas y, tras mi golpe final, la dejé tirada en el suelo sin que se pudiera levantar.
-¡Bien hecho, número 8!- habló mi padre mientras yo observaba su mirada de aprobación.
Me diré de neuvo hacia Allison y la ayudé a levantarse.
-Buen golpe- me dijo acariciando su mejilla.
-Lo mismo digo- respondí tocando mi estomago donde ella había soltado una patada.
Puesto que ya habíamos terminado nuestra parte del entrenamiento, decidimos ir a mi cuarto a charlar un rato. Una vez entramos en mi cuarto, cerré la puerta con mi mente y comenzamos la conversación.
-Bueno...- dije intentando parecer interesante- ¿Qué tal con Luther?-
Ella se quedó con los ojos abiertos como platos mientra yo levantaba una ceja.
-Bien, supongo- contestó ella no muy convencida- No somos nada oficial pero se que hay algo-
Yo sonreí mientras ella mostraba una sonrisa vergonzosa.
-¿Y tú con Cinco?- preguntó dejandome atónita.
Eso no me lo esperaba. En ese momento ella fue la que levantó la ceja y yo la que abrió los ojos como platos.
-Es lo mismo- respondí nerviosa- Antes de entrenamiento se me confesó-
Allison se tapó la boca con sorpresa y me hizo señas con las manos para que la diera más detalles.
-Y después me besó- comenté mientras notaba el rubor en mi rostro.
-¡¿QUÉEEEEEE?!- gritó mientras se levantaba.
-Callate- dije mientras le tapaba la boca- Puede oirte-
-Espera, espera, espera- comentó mientras quitaba mi mano de su boca- ¿Estamos hablando del mismo Cinco? ¿Ese malhumorado y serio Cinco? ¿Al que solo le gusta el café negro?-
-Sí, Allison- respondí riendo- Se ve que tiene una parte amable y cariñosa, solo que estaba enterrada muy adentro-
-Jo, estoy muy feliz por ti, hermanita- comentó Allison mientras me abrazaba.
Nos separamos del abrazo y alguien llamó a la puerta.
-Espero que tu y Luther seais felices también- susurré mientras abría la puerta.
Justo al otro lado, un Luther con un ojo morado, entraba cargando a un Cinco tan dolorido que no podía andar.
-¡Qué ha ocurrido!- pregunté alarmada mientras indicaba a Luther que le tumbara en mi cama.
-Ben intentó no hacer uso de sus poderes mientras peleaba con Cinco- respondió Luther dejando a Cinco en mi cama- Y, bueno, sus tentaculos no se lo tomaron nada bien-
-Ven, Luther- dijo Allison mientras yo me sentaba al lado de Cinco- Dejemosles a solas-
Ambos salieron de la habitación cerrando la puerta tras de ellos. Cinco apenas podía abrir sus ojos y se tocaba el estomago con dolor.
-Estate quieto, ¿sí?- le susurré mientras preparaba mis poderes curativos.
Asintió con dolor y coloqué mis manos sobre su torso. De ellas comenzó a salir un brillo color rojo fuerte y, poco a poco, el dolor fue desapareciendo del rostro de mi amado. Cuando terminé de curar todas las heridas que tenía, quedé agotada. Poco a poco, Cinco se fue incorporando y ahora era él el que se precupaba por mi.
-¿Estás bien?- preguntó mientras yo recuperab fuerzas.
-Sí, tranquilo- respondí colocando mi mano en su mejilla- Solo necesito recuperar fuerzas-
Cinco me hizo un hueco en mi cama y me tumbé a su lado. Él me rodeó con un de sus brazos mientras que con el otro acariciaba mi brazo de arriba a abajo. Y así, por el cansancio, caí rendida de nuevo en los brazos de Morfeo.
(...)
El suave tacto de una mano sobre mi rostro me hizo despertar poco a poco. La sombra de Cinco fue aclarandose a medida que abría mis ojos. Me despejé la vista con mis manos y entonces fue cuando vi su preciosa sonrisa con ese hoyuelo que me traía loca.
-Buenos días- dijo mientras yo me incorporaba- ¿O debería decir "Buenas noches"?-
-¿Qué hora es?- dije soltando un bostezo.
-Casi hora de cenar- respondió mientras él me colocaba el pelo- Has dormido durante unas 2 horas-
-¡¿Dos horas?!- dije alarmada- Dime que no te has quedado aquí viendome dormir-
-Es el mejor pasatiempo que he tenido en mucho tiempo- respondió levantandose de la cama- Ben y Klaus han pasado por aquí y al verme han cerrado la puerta con caras... ¿pervertidas?-
-Algún día mataré a Klaus por esas ocurrencias- respondí mientras me levantaba hasta estar junto a él- Ben me cae demasiado bien para matarlo-
Él soltó una sonrisa mientras me agarraba la cintura para pegarme más a él. Yo pasé mis manos por su pecho hasta llegar a la altura de su cuello.
-______- me llamó ya que yo estaba concentrada en observar su rostro una y otra vez- Queria comentarte una cosa-
-¿Qué ocurre?- pregunté, separandome de él, alarmada.
-Tranquila- comentó al ver mi cara de susto- No tiene que ver con... esto-
Se refería a nosotros. Eso hizo que me calmara un poco. Hice una seña para que continuara hablando.
-Quiero viajar en el tiempo- dijo directamente sin mirarme.
-¿Qué?- grité- No. De ninguna manera. El viejo dijo que era muy peligroso-
-Pero...- empezó a dar vueltas por el cuarto- Quiero ampliar mis horizantes. Necesito avanzar-
-¿Y si sale mal?- pregunté casi obvia.
-No saldrá mal- respondió volviendo a mi para acariciar mi rostro con delicadeza- Te lo prometo-
Asentí con tristeza cabizbaja. Con una de sus manos cogió mi mentón y elevó mi vista hasta dar con sus ojos. Estos emitían una sensación de calma y tranquilidad. Poco a poco me estiré y él comenzó a inclinarse. Pero justo antes de que nuestros labios llegaran siquiera a rozarse, Diego abrió la puerta.
-¡Hermanita!- gritó entrando en mi cuarto haciendo que ambos nos separaramos avergozados- ¡Wow! ¿Qué está pasando aquí?-
-Nada, Diego- respondí indiferente- ¿Qué haces aquí?-
-Mamá dice que la cena está lista- comentó ignorando el hecho de que Cinco y yo casi nos besamos delante suyo.
-Ya bajamos- dijo Cinco esta vez.
Diego asintió y se fue por donde había venido. Segundos después, yo me dirigí a la puerta para bajar al comedor. Justo cuando estaba llegando a la puerta de mi cuarto, Cinco se apareció delante de mi y me robó un beso justo antes de salir de mi cuarto. Una sonrisa tonta se formó en mi rostro.
(...)
Todos estabamos cenando en calma; cada uno haciendo sus cosas pero siempre en silencio. Allison y Luther se lanzaban miraditas; Klaus estaba enrollando un tubo de papel, supongo que después lo fumaría; Ben estaba leyendo uno de sus libros favoritos; Diego y Vanya simplemente comían en silencio; y yo observaba a Cinco, de vez en cuando, que todavía no había probado bocado. De repente cogió su cuchillo y lo clavó en la mesa haciendo que todos nos sobresaltaramos, excepto mi padre.
-¡Número Cinco!- le regañó.
-¡Una pregunta!- dijo con el ceño fruncido.
-La sabiduría es una meta admirable, pero ya conoces las normas, nada de hablar durante las comidas- dijo nuestro padre sin interrumpir su comida- Estás interrumpiendo a herr Carlson-
-Quiero viajar en el tiempo- contestó ignorando a nuestro padre y ganandose una mala mirada por mi parte.
-No- dijo el millonario sin expresió alguna en su rostro.
-Estoy listo- anunció Cinco levantandose de la silla- He estado practicando mis saltos espaciales, como dijiste- se teletransportó al lado del otro- ¿Ves?-
-Un salto espacial es trivial comparado con la incognita de viajar en el tiempo- anunció nuestro padre sin mirar a Cinco- Uno es como deslizarse sobre el hielo. El otro es como descender a ciegas a las profundidades de aguas congeladas y reaparecer como una bellota-
-No lo entiendo- respondió Cinco mientras el viejo bebía de su copa.
-Es por eso por lo que no estás preparado-
Cinco miró a Vanya y después a mi. Ambas le dimos la negativa pero no le importó.
-No tengo miedo- comentó aún con la vista fija en mis ojos.
-Esa no es la cuestión- respondió cortando su comida- Los efectos que podría tener sobre tu cuerpo o incluso tu mente son impredecibles- soltó sus cubiertos harto de la situación- Ahora, te prohibo volver a hablar de esto-
De nuevo dirigió su vista a Vanya y después a mi. Me miró unos segundos más, fijamente, antes de girarse y salir corriendo de la academia.
-¡Número Cinco!- le llamó el viejo en vano- ¡No te he dado permiso!-
Me levanté de mi silla para ir a busarlo pero Vanya me agarró del brazo negando con la cabeza.
-Si sales por esa puerta, Número Ocho- anunció mi padre al verme de pie- Correrás la misma suerte que tu hermano-
Me senté de nuevo en mi silla y esperé que no tardara mucho en volver. Me quedé pensando en lo que me dijo mi padre. Hermano. Él solo era mi hermano. ¿Qué había estado haciendo? Supongo que el incesto es normal en esta familia.
Aquí os dejo otro capítulo, espero que os guste y dejadme en comentarios vuestras opiniones e ideas para proximos capítulos. Puede que dentro de poco empiece a dedicarlos. Comentad por aquí.
Os quieroooooooo. Besosssssss <3 <3 <3
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