#7
[Reproducir: Looking at the World Trought a Window - From Overseas]
Habían pasado ya 3 meses, la condición de Raptor solo iba cuesta abajo.
Su cuerpo se debilitó tanto que los doctores decidieron que ahora sería mejor recibir alimentos a través de vías. El bi color perdía peso mucho más rápido que antes, normalmente perdía varias libras por semana, pero en los últimos días su pérdida de peso solo se describía como alarmante pasando de pesar 54 kilos a 42. Debido a la gran cantidad de peso perdido, Raptor también perdía poco a poco su libertad para moverse, caminar o hablar.
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Sparta se puso su característica chaqueta celeste, agarró las llaves y salió de casa. Caminó por el parque y entró al hospital. Este estuvo caminando por los largos pasillos hasta llegar a la habitación, pero a lo lejos vio a alguien conocido.
"¿Timba?" Dijo acercándose para encontrarse al de cabello azul sentado en una silla, al parecer esperando a alguien.
"Hey Sparta, ¿Que tal todo?"
"Podría estar mejor la verdad." Dijo algo agrio. "¿Hay alguien adentro?" Se podía ver a través de la puerta a una persona sentada junto a la camilla del enfermo.
"Trollino y yo vinimos a visitarlo, deberíamos darles su tiempo."
"Si..."
Timba rodeó a Sparta con su hombro, haciendo que este se inclinara hacia adelante con el peso y a la vez sorprendiéndose un poco.
"Sentémonos aquí mientras Trollino termina" Dijo el chico de lentes.
Sparta solo asintió.
Se sentaron en unas sillas de metal que se encontraban justo frente a la habitación del enfermo. El ambiente era algo pesado, sin embargo no pasó mucho tiempo hasta que Sparta rompiera el silencio.
"42 malditos kilos,Timba..."
"Eh?"
"42 kilos... es el peso actual de Raptor." Dijo frotándose el rostro con sus manos. Se podría ver la cara de preocupación en Timba.
"Cuando entré se veía demacrado..." dijo Timba con tono apenado.
"Maldita sea."
Timba se estremeció un poco, pensando en que decirle ahora al chico con el alma caída que permanecía a su lado. Ellos habían perdido contacto nuevamente, ya que Sparta pasaba más tiempo en el hospital, incluso se podría decir que pasaba más tiempo allí que en su propia casa.
Timba juntó sus manos para entrelazar sus dedos, para cautelosamente pronunciar algunas palabras y cambiar un poco el ambiente deprimente.
"¿Él habla mucho de ti sabes? Cada vez que algún compa viene a visitarlo habla mucho de ti"
Sparta se sintió avergonzado al respecto, pero a la ve se sintió bien.
Timba prosiguió. "Sigue haciendo lo qué haces jaja, lo haces muy feliz a pesar de la situación"
Ambos miraban al suelo, Con largos periodos de silencio entre cada oración que decían, no habían intercambiado miradas hasta que timba decidió voltear su torzo para encontrar la mirada de Sparta.
"Estoy seguro de que es más difícil para ti que para cualquiera fuera de Raptor. Eres fuerte hijo."
Sparta solo hizo una pequeña sonrisa. Esas palabras eran cosas que necesitaba oír. Esto no era fácil, Sparta cada vez le dolía más, y que alguien le recuerde su propósito y su dedicación le ayudaban.
"Gracias papá"
El momento fue interrumpido con Trollino saliendo de la habitación. Soltó un gran suspiro cerrando la puerta silenciosamente para no alarmar a Raptor. La expresión que tenía en el rostro sorprendió a Sparta y a Timba, Al parecer el azabache estaba en su modo amargo.
Ignorando a ambos chicos sentados, el azabache se dirigió a las escaleras para ir a casa, con los bolsillos en su chaqueta y una mirada clavada en el suelo. Timba al ver esto suspiró "Vaya" se levantó de su asiento rápidamente para no perder de vista a su compañero. Acto seguido colocó su brazo en Sparta para darle unas palmaditas de despedida. "Nos vemos otro día, ¿si?"
Ambos se despidieron, Sparta veía como el de cabello azul desaparecía de las escaleras para luego entrar a ver a su amigo.
El rostro de Raptor era delgado, se podía notar su clavícula y los huesos de su cara bien marcados. Los tubos que recorrían su brazo y al bi color recostado en su cama.
"Hola Raptor"
No hubo respuesta.
"Adivina, nos dejaron un trabajo súper difícil en la uni." Dijo mientras sacaba su computadora de su mochila junto algunos cuadernos para ponerlos sobre la mesita. "Ufff esto está acabando conmigo" colocó una mano sobre su frente haciendo una expresión deprimente.
Se escuchó una risita de la boca del enfermo. Sparta sorprendido se acercó hacia él.
"¿Oh? Al fin reaccionas y lo primero qué haces es burlarte de mi desgracia Raptor?"
"Lo siento jajaja" dijo el bicolor algo débil. "No lo puedo evitar"
"Rayos de verdad eres increíble" dijo Sparta contagiándose de la risa de su mejor amigo.
La tarde pasó más rápido de lo que pensaron, Sparta se la pasaba haciendo proyectos en su computadora mientras Raptor disfrutaba viendo anime.
Cuando él de ojos marrones acabó, se dirigió cuidadosamente hacia la cama del bicolor, para luego recostarse a su lado y contemplar las estrellas led del techo de la habitación.
"¿Raptor?"
"¿Si?"
"Te gustaría ir a un sitio genial?"
Raptor giró suavemente su cabeza, sorprendido por la propuesta.
"¿Se puede?" Dijo inseguro. Sabía que casi no podía caminar,¿Realmente podría?
"Yo me encargo" Sonrió Sparta seguro de sí mismo mientras se levantaba. "Espérame Aquí ¿si?, No tardaré".
Sparta apresuró su paso y bajó rápidamente las escaleras.
El hospital era un laberinto entero, hubo veces que Sparta se perdía o entraba a habitaciones equivocadas, haciendo que este pasara algunas situaciones incómodas. Esto hizo que Sparta aprendiera el camino correcto en poco tiempo.
El chico se acercó a una de las enfermeras. Ella al verlo le sonrió. La había conocido en todo el tiempo que había estado aquí, su nombre era Ela. Y se había encariñado con Raptor en poco tiempo. Como era de esperarse, Raptor era un sol.
"Buenas noches Ela"
"Buenas noches Sparta." Ella Agregó "No te había visto por aquí, ¿te irás a casa?"
Esta vez él negó girando su cabeza de lado a lado." No, hoy también me quedaré aquí"
"Ya veo, sabes que él se pone muy feliz cuando haces eso, le encanta tu compañía"
Una pequeña risa salió de Sparta. "Oh Cierto, me preguntaba si podríamos usar una silla de ruedas por un rato?"
Ela frunció el ceño, "¿una silla de ruedas?"
"Hay un parque cerca de aquí y planeaba sacar a Raptor a ver las estrellas un poco" Sparta se volteó para señalar hacia la puerta principal.
Ella dudó un poco. Junto unos papeles que tenía en mano y los puso sobre la mesa. "Sparta, de verdad lo lamento, sabes que él está muy débil para salir ahora. Además, a esta hora hace mucho frío para él." Dijo apenada. "Lo siento"
"Aún no es invierno Ela, hoy no hace tanto frío, planeo llevarle mantas para que se mantenga caliente." Sparta jugaba con sus manos, estaba un poco nervioso a que la enfermera respondiera de forma negativa. "¿Por favor?"
Ela suspiró para luego posar su mano hacia su frente "Su condición no es buena ahora... de verdad lo siento ."
Sparta apenado solo suspiró, pero entendió la situación, tampoco quería meter en problemas a la enfermera por ayudarlo a cumplir un capricho. "Está bien, no te preocupes" subió la mirada para ver cara a cara a Ela "Iré afuera unos minutos, Ten una linda noche." Ambos se sonrieron y siguieron con sus asuntos.
[Reproducir: Window - The Album Leaf]
Sparta salió por la puerta principal. Subiendo la mirada vio las incontables millas de estrellas que se encontraban a su alrededor, viendo cómo Raptor se perdería de esa noche tan hermosa.
"Ojalá pudiera llevarte las estrellas" dijo en voz baja hablando para sí mismo, deseando hacer a Raptor feliz. En ese momento, una idea pasó por la cabeza de Sparta, Una qué tal vez era un poco descabellada, pero podría funcionar.
"¡Eso es!" dijo mientras sacaba su teléfono para mandarle un mensaje a su mejor amigo.
Sparta
[Tardaré un poco, lo siento. Vuelvo en 10 min okey?] 8:03 pm
Sparta vió como el símbolo de "escribiendo" de Raptor permanecía por minutos. Pero por suerte no tuvo que esperar mucho tiempo.
Raptor
[Está bien, te esteré esperando aquí. :D] 8:05 pm
Al confirmar que Raptor había recibido el mensaje, rápidamente corrió por el parque, pues por suerte, a una calle más allá se encontraba una tienda de juguetes.
Era perfecto. Sí Raptor no podía ir hacia las estrellas, las estrellas irían hacia Raptor.
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"A donde fuiste?" Dijo Raptor recostado en su camilla dirigiendo la mirada hacia la puerta en donde se encontraba Sparta con una bolsa en las manos.
"Pues, ¡Qué bueno que preguntas! Planeaba llevarte a ver las estrellas al parque, pero no me lo permitieron, asi que luego se me ocurrió una idea muchísimo mejor~" dijo en tono presumido.
"¿Qué es?" Dijo Raptor curioso ahora dirigiendo la mirada a la bolsa.
Sparta solo sonrió al escuchar esto. Se dirigió hacia la cama de Raptor y le colocó una venda en los ojos. "Tranquilo, es una sorpresa! dame 3 min"
"Jeje"
En el momento que pasaron los 3 minutos, Sparta sentó cuidadosamente a su enfermo amigo en la cama para luego sentarse junto a él y quitarle la venda. Raptor respiró profundamente y abrió los ojos. Lo que vio no era nada de lo que se había imaginado.
Era como si estuvieran en medio del espacio. Era un proyector que adyacía en los pies de la cama. Una galaxia tono morado suave salía de él, cubriendo completamente cada pared de la habitación con millones de estrellas y constelaciones parpadeantes. Raptor estaba sorprendido, estaba encantado.
Los labios de Raptor se separaron ligeramente al ver la habitación, dudando en lo que veían sus cansados ojos.
"Sparta"
"¿Si?"
"Esta no es una alucinación verdad?"
Aunque sé no lo dijera de la manera que esperaba, y tal vez no la correcta para el corazón de este, Sparta estuvo aliviado de que le gustara la sorpresa.
"No Raptor." Este se acercó más hacia él, para luego inclinarse y encontrar su mirada clavada en la galaxia morada.
"Esto no es una alucinación, esto es real."
Raptor solo pudo soltar una risa de alegría, probablemente una de las más sinceras que Sparta había oído en mucho tiempo.
"Entonces... ¿Te gustó?"
Raptor volteó su cabeza para asentir eufórico. "Es hermoso."
El ambiente sin duda había dado un giro de 180 grados, se habían olvidado de los problemas, solo eran ellos y su pequeño mundo una vez más.
Raptor podía ver las estrellas en los ojos de Sparta, Sparta podía ver las estrellas en los ojos de Raptor.
No intercambiaron ninguna palabra. Sparta se puso a pensar en toda esta aventura que estaba pasando, en cómo había sido la vida junto a Raptor desde que eran niños. De cómo les encantaba ver las estrellas los fines de semana y jugar con figuras de dinosaurios o cuando ambos se regalaron brazaletes de amistad.
El momento fue interrumpido por Raptor un poco después, tal vez él también se había puesto emocional.
[Reproducir: Quintana - Slow Meadow]
"Hey Sparta?"
Sparta volteó su cabeza, se inclinó un poco para estar a la altura de Raptor. "Te escucho" dijo tranquilo.
"Uhm..." el otro dudó un poco antes de hablar, " hay veces... en las que me dicen que no estarás aquí más"
Sparta estaba un poco confundido, pero se quedó en silencio para ver lo que tenía que decir.
"Hay veces en las que... no sé si es una maldita alucinación. Las voces me dicen que me dejarás." Raptor bajó la mirada, sus manos apretaban débilmente las mantas de su regazo. "Me asusta mucho. Es decir, mírame, Soy una mierda ahora mismo, porque te quedarías aún a mi lado?". Sus palabras eran débiles, con un tono depresivo, pero aún se podía entender lo que trataba de decir.
Sparta lo interrumpió. "No digas eso, no eres una mierda. Sabes que estoy aquí" lentamente Sparta acercó sus manos hacia las de su mejor amigo. Al tocarlas el bicolor saltó por un susto, era una reacción normal en él ahora, pero al instante se tranquilizó.
"Estoy aquí ahora, Siempre lo estaré." Dijo una vez más.
Raptor suspiró aliviado, a pesar de que su mente no le dejaría creerlo completamente, una parte de él se tranquilizó cuando Sparta dijo aquellas palabras.
Tardó unos segundos antes de volver a hablar, el cansancio no le impidió pronunciar las últimas palabras que diría en la conversación.
"Gracias por todo esto, por estar aquí ahora"
Sparta sintió un pequeño nudo en la garganta, se acomodó al lado de raptor para seguir hablando solo.
"Sabes... a veces yo también tengo miedo. Tengo miedo de que me olvides." Este espero una respuesta, pero para su sorpresa no obtuvo ninguna.
"Tu enfermedad va avanzando tan rápidamente... yo también tengo miedo. He tratado de mantenerme fuerte por ti, Raptor. Sé que estás sufriendo mucho... Pero Dios, me está matando no poder hacer nada para ayudarte."
Hemos pasado tantos años juntos, pero siento que no han sido suficientes, quiero estar más tiempo contigo."
Sparta no pudo evitar sollozar, tampoco entendía por qué decía todo eso tan de repente, tal vez por culpa del ambiente emocional que los rodeaba. Su corazón estaba hablando en ese momento, no estaba pensando.
"Quiero que descanses, que vuelvas a dormir. Pero también quiero que te quedes aquí conmigo. ¿Eso es malo? ¿Me hace mala persona?"
Raptor no respondía.
"Eres la mejor persona que pudo aparecer en mi vida, mi mejor compañero, el mejor de todo en el mundo. No me arrepiento de nada Raptor, no me arrepiento ni de un solo maldito segundo que pasé a tu lado."
"Yo tampoco me arrepiento de nada" dijo Raptor unos segundos después al recuperar sus fuerzas. Sparta giró su mirada para encontrar a su amigo viéndolo, con una cálida lágrima que se asomaba por uno de sus ojos y separando ligeramente los labios para hablar una vez más " de nada, ni de un segundo" dijo sonriente, con esa sonrisa propia de él.
Ambos se quedaron en silencio después de esto. Las estrellas los cubrían junto a unas mantas qué colocó el de ojos marrones para que Raptor no tuviera frío.
Raptor se concentraba en las constelaciones, como todo giraba al rededor de él, parecía como si estuviera soñando nuevamente, un sueño muy lindo. A pesar de todo el cansancio y agotamiento que pudiera sentir, momentos como estos eran lo que lo hacía olvidarse de todo.
"Ven aquí" El bi color débilmente extendió los brazos, tratando de hacer un intento de señal de abrazo. Sparta supo inmediatamente de que se trataba.
Él lo rodeó cuidadosamente para no mover la aguja que permanecía en el brazo del bi color y se inclinó para abrazarlo, ambos se quedaron así por un largo tiempo.
Ellos querían estar juntos hasta que el destino los separara, el
destino que cada vez se acercaba más.
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