Parte 1 Sin Título
Nota:
Este es mi primer aporte para este bello y hermoso fandom. Amo mucho a Jiang Cheng y hace tiempo tenia ganas de escribirle algo. espero que disfruten. Y espero haberlo hecho bien jaja
como verán, mi fuerte no son los resúmenes o los tag. Lo siento.
Mi inspiración vino de la canción The words, por Christina Perry, que cada vez que la escucho, veo mucho a estos dos.
Aporte para la celebración de cumpleaños de Jiang Cheng, por parte de la página de Facebook: En esta página se ama el Xicheng.
Había sido una semana difícil y Jiang Cheng estaba agotado. Toda la semana tuvo que ir y venir entre asuntos de la secta, ayudar a Jin Ling, ayudar a sectas aledañas menores con sus problemas y un largo etc. Lo único que deseaba en ese momento era un baño caliente y algo fuerte de beber, pero, le había prometido a su sobrino acompañarlo al pueblo para disfrutar de un pequeño festival que se realizaba por esas fechas en el muelle de Loto. Sin duda se arrepentía ligeramente debido a su cansancio, pero se consoló pensando que duraría solo un par de horas. Además, secretamente, le encantaba ver a Jin Ling disfrutar de estas cosas, y si él era feliz, pues con mayor razón Jiang Cheng también. Pero jamás lo admitiría en voz alta. Solo serviría para que Wei Wuxian tuviera más material para molestarlo. Y eso sí que no. No tenía ganas de lidiar con tanto.
Ya se había terminado de asearse, cuando sintió unos fuertes y conocidos ladridos acercarse. Era Fairy, la ruidosa y tierna perrita de su sobrino.
— ¡Tío! — llamó Jin Ling, con evidente emoción en su voz. — ¿Estás listo?, ¡ya es hora de irnos!
Jiang Cheng no pudo evitar esbozar una leve sonrisa. Sí, el entusiasmo era el mismo con el que su hermana y Wei Wuxian le insistían para que los acompañara a los festivales del pueblo cuando eran más jóvenes. No es que le molestaran, al contrario. Sin embargo, desde hace mucho tiempo que no iba a uno. ¿Cómo se suponía que disfrutara alguno si siempre estaba ocupado? En fin. Al menos hoy tenía la oportunidad, y por muy cansado que estuviera, se sentía algo positivo.
—Ya no estés gritando, ya estoy listo — contestó igual que siempre, mirando a su sobrino.
No estaba muy seguro, pero el mocoso parecía algo nervioso, movía mucho sus manos y parecía querer decirle algo más, pero nada salía de su boca.
—Bueno, no te quedes pegado ahí — prefirió no preguntar nada, seguramente ya soltaría todo. Jin Ling parecía no ser bueno guardando cosas.
Existía, además, otra razón por la cual Jiang cheng prefería ir. Quería distraerse, porque sabía que si se quedaba en casa, sus pensamientos lo traicionarían y terminaría, irremediablemente, pensando en él. No quería admitirlo, pero había extrañado al mayor. Su presencia siempre lograba, de alguna manera, calmarlo.
Si tenía que ser sincero, ellos no eran nada más que líderes de secta, que se aconsejaban y ayudaban cuando requería la situación. Pero Wanyin intuía que había algo más. Sentimientos muy complicados para ponerles nombre o si quiera pensar en ellos. No sabía si Lan Xichen pensaba en el de otra forma. Tampoco quería averiguarlo.
—Tío — llamó despacio el menor a su lado, — ¡Ni siquiera me estas escuchando!, ¡es la tercera vez que te llamo!
—Estaba pensando en la mejor manera de envenenar a Wei Wuxian, sin que su maridito se entere, y así llenar Lotus Pier de perros— soltó sin más.
Jin Ling se había quedado de piedra por un momento... ¿en serio su tío acababa de hacer una especie de...broma? ¿O hablaba en serio? Esperaba de corazón que fuera la primera, pero eso lo llevaba a cuestionarse las actitudes de su tío. Si bien últimamente se había comportado más...relajado, nunca se permitía "bromear" de aquella manera. Entendía que habían pasado muchas cosas entre sus tíos, pero ellos habían hablado, o mejor dicho, habían conversado amenamente con sus puños. Aun recordaba la escena. Así que, Jin Ling sabía que en realidad su morado tío ya no quería asesinar tanto su rojo tío, bueno, blanco ahora.
—Me voy a adelantar y comprar algo de comer, ¿deseas algo, tío? — prefirió no comentar nada acerca de la...broma.
Hace un rato habían llegado al festival. Por supuesto, todo estaba muy animado. Las luces tenían un bello contraste con lo oscuro del cielo. Los gritos y alegres conversaciones llenaban el lugar. Sin lugar a dudas, el paisaje era muy bello.
—Si quiero algo — empezó con voz firme. — Quiero la cabeza del segundo Lan en bandeja de plata.
Ok. Esa era la señal para que Jin Ling huyera un rato del lado de su tío. En serio, ¿Por qué estaba tan enojado con esos dos? ¿Había pasado algo y él no se había enterado? Bueno, ya le preguntaría al descarado de Wei Wuxian que rayos había hecho para enojar a su tío. Con un asentimiento de cabeza, camino un poco más lejos, para perderse en alguna calle. Esperaba que su tío no lo siguiera. Debía ser precavido.
Jiang cheng suspiró. Estaba asustando a Jin Ling, pero cuando pensaba en la vida amorosa de esos dos, su sangre hervía. Suspiró de nuevo. Lo mejor sería distraerse.
Por supuesto esa era su intención hasta que vio que alguien agitaba la mano en su dirección. Wei Wuxian. Ya sabía que él podía aparecer por Yunmeng, sobre todo si había un festival. No esperaba encontrarlo tan pronto.
—¡¡A-cheng!! — llamó despreocupadamente el otro. — ¿Cómo está el hermanito más lindo del mundo? ¿A ver, quien es un bonito hermanito?
Wanyin podía sentir su vena en la frente latir con violencia. Y al parecer el otro también lo noto.
—Ok, ok, no más bromas. ¿Cómo estás?
—Ahora que tu estas aquí, estresado — contestó Jiang Cheng
—Aww no te preocupes, tengo el lugar ideal para quitar todas tus penas. — le dijo alegremente Wei Wuxian. Como siempre, lucia despreocupado y jovial. Pero algo llamo la atención de Wanyin.
— ¿En dónde está tu maridito?, pensé que no le gustaba dejarte a solas conmigo.
—Aww, no te preocupes, Lan Zhan ya no te odia...tanto. Pero eso no es lo importante aquí. ¡Ven, vamos, sígueme! — le dijo tironeándolo de la manga.
Era sinceramente muy sospechoso. ¿Y en dónde rayos se había metido Jin Ling? Si se había atrevido a perderse le iba a cortar las piernas en cuanto lo encontrara.
— ¡¿Por qué demonios iba a seguirte?! Quiero disfrutar del festival. Y por disfrutar me refiero a no ver tú cara tan de cerca.
— ¡Vaya! Eso es nuevo, el pequeño Jiang Cheng quiere divertirse. Me parece maravilloso, si seguías sin cambiar de aires, te iba a dar la chiripiorca. ¡Vamos! te prometo que esta será la mejor noche de tu vida.
Ajá. Quizás la mejor noche de su vida consistía en que Wei Wuxian se emborrachara y se pusiera aún más descarado, de lo que ya era, con su maridito. Y él no iba a consentir ver eso.
—Si te arrimas a tu muralla con patas, te corto las piernas, ¡¿me oyes?! — le gritó Jiang Cheng enojado.
—No es mi culpa que Lan Zhan sea tan sexy... ok no, no, me calmo —dijo, viendo como el otro sacaba chispas de Zidian.
Wanyin no entendía como había aceptado, pero siguió al descaro con patas. Este lo llevó por unas calles, un poco lejos del ruido, y de pronto se encontraron frente a un gran local, que estaba algo oscuro.
—Oye, ¿Por qué esto esta tan oscuro? ¿Qué es esto, una broma?
—Calladito te ves más bonito —le dijo Wei Wuxian empujándolo hacia dentro.
Jiang cheng casi tropieza, y casi se le sale el corazón, cuando de pronto escuchó un fuerte: ¡¡ FELIZ CUMPLEAÑOS SECT LIDER JIANG/ JIANG CHENG/TIO/ PIKACHU MORADO!!....
El primer pensamiento de Jiang Cheng, luego de salir del inicial estupor, fue enojarse con el infeliz que le había llamado pikachu... él no sabía que mierda era eso, pero se había enojado de todas maneras, y juro encontrar al que lo gritó y destruir su vida.
Su segundo pensamiento fue recordar que, efectivamente, hoy era su cumpleaños. ¿Cuándo había sido la última vez que lo había celebrado? Ya no recordaba.
Su tercer pensamiento fue darse cuenta que había mucha gente ahí. Estaba Jin Ling y sus amigos, los discípulos Lan. Algunos de sus propios discípulos de más confianza. Lan Zhan y, por supuesto, Lan Xichen, quien lo miraba con un extraño brillo en los ojos. Se aclaró la garganta y los miró a todos. No sabía que decir, las palabras no eran su fuerte, pero se sentía... especial. Estaba emocionado. Wei Wuxian lo miraba con una gran sonrisa en su rostro.
— ¡Sorpresa! — pareciera como si quisiera abrazarlo, pero se contuvo por ahora. — ¡esta será una noche inolvidable!
Ante la evidente conmoción del honorable líder de Yunmeng Jiang, cada uno fue a entregarle sus respetos con una reverencia, y un presente. Jin Ling se acercó con un gran ramo de flores.
—E..espero que sean de tu agrado— le dijo, con las mejilla sonrojadas.
Jiang Cheng seguía sin saber qué decir. Todos a su alrededor empezaron a conversar y servirse sonrisa del emperador y comida. De repente, notó una silenciosa figura a su lado.
—Líder de secta— le dijo, inclinándose respetuosamente. — ¿Es posible poder hablar con usted a solas? Le prometo que no será muy largo, después de todo, esta es su fiesta— le dijo con ese tono políticamente correcto y de nuevo ese brillo en sus ojos.
Wanyin no pudo negarse. Lo siguió hasta afuera y un poco más lejos. Habían llegado a un claro, no tan lejos de donde estaban, donde podrían conversar a gusto.
—Quisiera desearle un feliz cumpleaños—comenzó el mayor. —Hoy se ve tan radiante como siempre. Jiang Cheng se sonrojó. Iba a hacer un gesto para acallarlo, pero Xichen fue más rápido. —Por favor, déjeme continuar. Jiang Cheng se quedó muy quieto entonces, algo nervioso.
—Líder de...no, Wanyin. El menos se sonrojó de nuevo al ser llamado de esta manera. —Permíteme ser sincero contigo. Porque he esperado todo este tiempo y ya no puedo guardarlo más. Desde hace un tiempo, cuando me ayudaste a salir de reclusión, cuando me extendiste tu mano, y fuiste un pilar importante en mi recuperación, que yo he descubierto que te amo.
Jiang Cheng sintió su respiración paralizarse unos momentos, sus ojos se habían abierto un poco más, reflejando sorpresa.
—Al principio pensé que lo estaba confundiendo con amistad, pero no. Eres importante. Te extraño cuando no estas, añoro escuchar tu voz, sentirte cerca mío. Odio cuando vas a esas ridículas sesiones para encontrar esposa. Por favor, sé sincero conmigo. Sé que sientes esa conexión entre los dos. Y me tomaré de todo lo que pueda para que aceptes que te corteje formalmente.
Jiang Cheng no había emitido ruido alguno. Estaba sorprendido, algo confundido, algo alegre. Demasiadas emociones con las que lidiar a la vez. ¿Amaba a Lan Xichen? Sabía que sentía algo por el otro, sabía que su compañía le hacía bien. Sabía que también lo extrañaba y que deseaba tenerlo por más tiempo cerca de él también. ¿Era eso amor? ¿No era el un hombre? ¿No eran ambos líderes de secta?
—Por favor, puedo escucharte pensar — le dijo Xichen. No me interesa lo que pueda pensar el resto. Pasé mucho tiempo siendo amable y gentil para los demás y quiero serlo conmigo mismo también. Lan Xichen se había acercado a Jiang Cheng y posó su mano en la mejilla contraria.
— ¿Puedo besarte? — preguntó, casi susurrando.
¿Quería Jiang Cheng ser besado por el Pimer hermano Lan? La respuesta era sí. Ni el mismo entendía del todo la situación, pero si anhelaba ese contacto. No dando una respuesta verbal, se acercó al Jade y tiró de su túnica para besarlo. Si el otro pensaba que esperaría su primer beso cual princesa, se equivocaba. Jiang cheng tomó entonces la cara de Lan Xichen entre sus manos y acarició con fuerza los labios del mayor. Eran suaves y cálidos. Lan Xichen, por su parte, había tomado a Wnyin de la cintura, acercándolo más a él. Fue un beso largo, partiendo lento y avanzando a medida que comprobaban lo mucho que sus labios se adaptaban al otro. Se separaron cuando la necesidad de aire se hizo inminente.
—Pregúntame de nuevo mañana— dijo Jiang Cheng, despacito. —Por ahora, sigue besándome.
Lan Xichen nunca había estado más feliz de acatar una orden. Sin duda estaba siendo una noche inolvidable
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