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Capítulo cinco


Jungkook permaneció en el suelo unos segundos, tocando su mejilla y sintiendo el ardor de la herida en su pómulo izquierdo. La furia en su interior era palpable, su lobo interior rugía por liberarse y atacar. Se levantó de un salto con la intención de devolver el golpe, pero Hoseok y YeonJun lo sujetaron firmemente de los brazos, frenando su acción.

Su lobo interior gritaba por salir y arrancarle la cabeza a su padre.

—¡Déjenme! —gritó Jungkook, intentando liberarse del agarre de sus amigos. Su respiración era rápida y pesada, sus fosas nasales se expandían y su nariz se arrugaba de la ira contenida. Su lobo interior luchaba por salir, pero él sabía que debía controlarse, por el bien de su familia y de sí mismo.

—Jungkook, cálmate —dijo Hoseok con voz apremiante, apretando un poco más el agarre sobre el brazo de su amigo—. Esto no solucionará nada.

—¡Basta! —gritó Hyemin, levantándose de golpe y corriendo hacia Jungkook. Se interpuso entre él y su esposo, extendiendo los brazos como una barrera protectora—. ¡Sehoo, para ya!

Jungkook, con el puño cerrado y la mandíbula tensa, respiraba con dificultad, luchando por mantener el control. La ira lo consumía, pero no quería que su madre sufriera más.

— ¡Pero que mierda! ¡¿No has escuchado cómo te ha humillado?! —espetó el pelinegro con furia.

Jungkook miró a su padre, Sehoo, quien lo observaba con una mezcla de desprecio y una satisfacción oscura. El deseo de Jungkook de enfrentarse a él era abrumador, pero sabía que hacerlo solo empeoraría la situación. 

— Hermano... —lo llamó YeonJun. Jungkook se giró a verlo, el pobre se mostraba claramente asustado por la situación. 

Pero Jungkook por fin iba a desahogarse.

— Eso no fue humillación. Eso fue ponerla en su lugar —aclaró Sehoo con cinismo.

— ¡Ni una mierda! ¡Estoy harto! —Jungkook se liberó con brusquedad del agarre de Hoseok, lanzándolo hacia atrás, mientras YeonJun apenas lograba mantenerse en pie debido a la fuerza con la que él se soltó. 

La tensión en la habitación era palpable, y la cara socarrona de Sehoo solo exacerbó la furia de Jungkook. Un gruñido bajo y gutural escapó de sus labios, revelando la presencia de su lobo interior que luchaba por salir.

—No quieras retarme, jovencito —amenazó Sehoo, pero Jungkook ya no podía contenerse. Sus músculos se tensaron aún más, listos para el enfrentamiento. 

La señora Hyemin intervino rápidamente, agarrando el brazo de su esposo con una mirada suplicante, pero Sehoo se liberó con un gesto de advertencia hacia ella. Jungkook, con los puños apretados y los dientes rechinando, miró fijamente a su padre, desafiándolo con la mirada.

—Esto no ha terminado, vamos afuera —gruñó Jungkook entre dientes, con los ojos llenos de furia y determinación.

Sehoo soltó una carcajada seca y sin humor.

—Siempre tan impulsivo, Jungkook.

Ambos salieron al patio, este tenia una pequeña cerca que lo dividía del bosque. Con calma, el señor Jeon camino hasta un extremo, vio a su hijo con obviedad y el pelinegro entendió rápidamente. Ambos a cada extremo. La señora Jeon sollozaba mientras un lastimado Hoseok y YeonJun la sostenían para no intervenir.

Ninguno podía hacer algo.

En ese momento, todo parecía estar en pausa, la atmósfera cargada de electricidad mientras los dos hombres se enfrentaban en un duelo de voluntades y poder.

— ¿Crees que podrás soportar? —preguntó el señor Sehoo con altanería.

Jungkook sonrió ladino 

— ¿No debería yo, preguntar eso?

De un salto, en un abrir y cerrar de ojos, ambos se habían transformado a su ser lobuno. Se gruñeron y se lanzaron a pelear el uno con el otro. Jungkook sabía que debía encontrar una salida a esta situación antes de que las cosas empeoraran irreparablemente pero posiblemente ya era demasiado tarde.


°°°°°

—...y básicamente, todo eso me pasó en solo dos días —concluyó SooJin, observando las reacciones de sus amigos. Mina y Namjoon estaban visiblemente sorprendidos. SooJin les había contado casi todo lo sucedido, excepto un encuentro que tuvo con una mujer misteriosa. No quería preocuparlos más de lo necesario.

—SooJin... ¿has pensado en que él sea... —Mina dejó la frase en el aire, sugiriendo la posibilidad sin decirlo directamente.

—¿Mi hilo rojo? Créeme que lo he considerado más que suficiente, pero necesito estar segura. Ya me conoces —dijo SooJin, encogiéndose de hombros y ocultando la mención de las palabras de la diosa.

Los tres estaban en la habitación de SooJin. Mina y ella estaban sentadas en el borde de la cama, mientras que Namjoon estaba en una silla frente a ellas.

—Sí, bueno... pero eso de los ojos, jamás lo había escuchado —musitó Namjoon, pensativo.

—Por eso no estoy segura. Es todo tan extraño. Además, quería preguntarte algo —dijo SooJin, volviéndose hacia Namjoon, quien asintió, indicándole que continuara.

—¿Crees que Tae podría saberlo? Es decir, ¿él podrá confirmar mi sospecha? —preguntó SooJin, ladeando la cabeza y frunciendo el ceño.

Namjoon lo pensó por un momento.

—Tendrían que ir juntos —dijo finalmente.

—¿Qué? ¿Hablas de ella y él juntos? —preguntó Mina, sorprendida.

SooJin suspiró y se levantó de la cama. Caminó hacia la ventana y observó la luna. Esa noche se sentía diferente. La luna brillaba, pero su luz no era tan intensa. El aire estaba fresco, casi frío, pero de una manera agradable.

—Debería... —SooJin no pudo terminar la frase. De repente, cayó al suelo, sintiendo como si la mordieran cerca de la yugular, golpeada en el pecho y en todo su cuerpo.

—¡¡SooJin!! —gritaron Mina y Namjoon al unísono, corriendo hacia ella. Entraron en pánico y no sabían qué hacer. SooJin se retorcía en el suelo, soltando leves sollozos. De pronto, jadeó de dolor. Su brazo ardía como mil demonios, el dolor se sentía como garras rasgándole la piel, y luego lo sintió en su vientre, abdomen y piernas. Sin embargo, algo más había sucedido.

Sus ojos se volvieron púrpura.

—M-mina... —sollozó SooJin. Creía que iba a desfallecer.

Después de unos minutos, el dolor se detuvo. Sus ojos volvieron a ser marrones. Se sentía como si hubiera regresado en el tiempo a cuando era torturada.

Namjoon la cargó y la colocó en la cama. SooJin se sentía exhausta, su cuerpo dolía como si acabara de luchar a muerte. Mina soltó un sollozo, confundida por lo que acababa de ocurrir. SooJin pidió descansar, y la pareja asintió, no sin antes asegurarse de que no tuviera heridas.

Nada. Absolutamente nada.

Estaba ilesa.

Después de dejar descansar a SooJin por una hora, Mina decidió que iría a buscar al joven licántropo para aclarar toda la situación y averiguar qué estaba pasando con su amiga.

Mientras Mina planeaba aquello, SooJin despertó. Había dormido un rato debido al cansancio, pero lo que la hizo despertar no fue sentirse descansada, sino una sensación extraña.

Se levantó lentamente, su cuerpo aún dolía. Bajó las escaleras, soltando uno que otro quejido. Oyó voces en la cocina y se dirigió hacia allí. Su respiración era irregular.

—¿M-Mina? —balbuceó.

—¡SooJin! ¿¡Qué haces fuera de la cama!? —la regañó Mina, preocupada.

—Yo... —SooJin fue interrumpida por un pequeño grito de auxilio que venía de fuera de la casa.

Se detuvo en seco, sus ojos ampliándose con sorpresa y preocupación. El grito de auxilio resonó nuevamente, más débil esta vez, pero aún claramente audible. Mina y Namjoon intercambiaron miradas alarmadas antes de volverse hacia SooJin, quien ya se dirigía apresuradamente hacia la puerta.


°°°°°


—¿Estás segura de esto? —preguntó la rubia, su voz cargada de preocupación.

—Claro —respondió con una sonrisa. Giró sobre sí misma, y su rostro, cuerpo y altura cambiaron por completo. Ahora se veía exactamente como SooJin. —Solo será un sustito —agregó, incluso sonando como ella.

—No debes exponerte —advirtió la rubia.

Ambas estaban fuera de la casa de los Min, escondidas entre los árboles, esperando la llegada de Min Yoongi, futuro alfa de la manada del sur.

—No lo haré. Además, soy SooJin, ¿no? —sonrió con confianza.

—Pero si Moonbyul llegara a... —no terminó de hablar, ya que la bruja que se hacía pasar por SooJin la sostuvo por el cuello con una mano, alzándola del suelo.

—¿Sigues dudando de mí, Lisa? —no contestó, solo movía sus pies de un lado a otro, tratando de hacer un movimiento lo suficientemente fuerte para soltarse del agarre. Se quedaba sin aire. —No debes dudar de mí. Recuerda quién te salvó —siseó con molestia. La soltó de golpe, haciendo que la pobre Lisa cayera de sopetón al suelo.

La rubia puso una mano en su cuello y comenzó a toser, recuperando el aire poco a poco. Alzó la vista, y la despiadada bruja ya la observaba con una ceja enarcada.

—No dudo de ti, Unnie —aclaró en un hilo de voz con la mirada en el suelo.

—Pues no lo parece.

—Unnie... —la llamó, pero la castaña ignoró su comentario y dirigió la vista a la casa de los Min.

—Ahora solo sigue el plan —sentenció.

Lisa asintió despacio y se levantó. Esperaron un rato más, hasta que el joven Min apareció.

—Cíegalo —ordenó la impostora de SooJin. Lisa obedeció, y sus ojos se tornaron grises con destellos negros debido a la magia.

En el caso de Min, este, de un momento a otro, perdió la vista, sintiéndose desorientado.

—¿Pero qué...? —su vista volvió, y una bruja con una escalofriante sonrisa estaba frente a él. Esa maldita impostora.

—Hola —sonrió aún más. —Supe que me buscas, futuro alfa —Yoongi soltó un gruñido lobuno.

—¿Quién eres? —apretó los dientes, tratando de mantener la calma.

—¿Yo? —soltó una risilla desde lo profundo de su garganta. —Moon SooJin —borró la sonrisa. —Sabes quién soy y tu manada no será diferente al resto. Todos caerán ante mí —sentenció, y luego sus ojos se tiñeron de un verde con tonos amarillos.

En un movimiento rápido, tomó a Yoongi por el cuello de la misma manera que había hecho con Lisa. Yoongi trató de defenderse, pero el aire se le acababa y sus pies no tocaban el suelo. Estaba a punto de desmayarse por la asfixia, pero no antes de escuchar lo último que la impostora dijo:

—Recuerda mi nombre: Moon SooJin.







Dije que iba a actualizar ayer pero tuve un día pesado y no me quedó tiempo de actualizar. Sorry.

Nos leemos luego.

~Jaz 🐧💜


Nota actual: La cantidad de veces que corregí el nombre de Yeonjun jajajaj

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