ੈ♡˳Mírame a mí- Parte única 🥺
—¿Por qué tan escondido, Jeon?
Jungkook volteó el rostro, encarando a su hyung, Min Yoongi, quien le estaba molestando como ya era costumbre. Sin embargo, esto había incrementado cuando en un momento de debilidad le confesó que desarrolló sentimientos por ese bonito joven de ojos avellana.
—¡Shhh! —lo silenció, sin quitar la vista de ese precioso chico que ordenaba con tanta dedicación unos libros en una estantería de madera—. No estoy haciendo nada malo, simplemente me gusta observarlo de lejos porque me da vergüenza hablarle.
Un puchero se formó en sus labios, realmente su comportamiento era patético. Pero valía la pena hacerlo, pues cuando la oportunidad se le presentaba, con solo verlo por unos segundos, Jungkook se contagiaba de una increíble tranquilidad.
Kim era como un calmante que le hacía mucho bien a su corazón.
—Eso se escucha peor, ¿no crees? —le cuestionó con diversión, pero Jungkook bufó por el comentario del mayor—. Bueno, allá tú. De todas formas, con esa facha de bad boy que te cargas, nadie se imaginaría lo nervioso que te pones al estar en el mismo radar que Kim Taehyung.
—Lo sé y eso ayuda bastante... Porque él es simplemente inalcanzable para mí.
—Cada quien sus gustos, Jungkookie. Para serte sincero, a mí me llama más la atención su amigo Jimin, pero al igual que tú soy un poco idiota como para acercarme. Ya que quisiera que fuera algo más natural.
—Oh, ¿es en serio? Y pesar de eso, ¿te atreves a molestarme por ser un cobarde?
El ceño del azabache se frunció y Min suspiró, por lo que rápidamente puso una mano sobre su hombro, en gesto de mantener la paz entre ambos.
—Tranquilo Jungkook-ah. La diferencia está en que a mí no se me baja la presión cada vez que lo veo, ¿sí? Soy más del tipo de persona que gusta ser disimulado con mis sentimientos.
—No es mi culpa ser así hyung, apenas descubrí que estoy enamorado de él y no quisiera ser rechazado tan pronto—admitió con pesar—. Por eso me siento satisfecho con esta manera tan sencilla de alegrarme con su presencia desde lejos... Ya que a pesar de que en la universidad puedo compartir una que otra interacción con él, sabes lo nervioso que me pongo compartiendo el mismo aire que él.
—Sí, lo sé de sobra. Y estás bien escondido para no ser captado con las manos en la masa—puntualizó Yoongi rodando los ojos, sin creerle nada—. Aunque siendo realista, estoy seguro de que en algún momento te devolverá la mirada y todo se irá al carajo, a fin de cuentas, lo único que les separa es este ventanal.
Yoongi tocó el cristal, pero Jungkook en un veloz movimiento lo tomó del brazo, evitando que pudiera hacer algún ruido que alertara al castaño y al resto de personas que estaban curioseando los nuevos best-sellers que habían llegado a la pintoresca librería.
—Ya tengo la excusa perfecta, y es que le puedo decir que simplemente estoy revisando los libros que tienen de exposición.
El azabache señaló con su mano libre los tomos prolijamente acomodados en repisas, y el más pálido simplemente suspiro cansino.
—Ah... Está bien—el menor asintió y soltó al más pálido—. Pero que sepas que por muy nerd que Taehyung sea, no quita el hecho de que a ojos de muchos es atractivo.
—¿Por qué me estás diciendo algo que ya sé, hyung?
—Porque tal vez, solo tal vez escuché unos rumores de que Park Bogum quiere quedarse con el bonito castaño de anteojos.
—¡¿Qué?! ¡No puede ser!
—Mierda, no grites—como pudo le tapó la boca y le empujó lo suficientemente lejos como para quedar fuera de la vista de la gente.
Taehyung creyó escuchar algo, pero al ver que no había nadie afuera, continúo con su trabajo, mientras se deleitaba con la música jazz que sonaba en sus AirPods.
Jungkook le observó indignado, y Yoongi le descubrió la boca para que pudiera responderle.
—Ahora sí, podrás hablar todo lo que quieras y yo responderé con gusto, pero antes de eso vamos de camino al McDonald's más cercano antes de las clases de la tarde, ¿te parece?
—De acuerdo...
El menor se puso en marcha junto a su hyung, viendo de reojo como se hacía más distante aquella librería en donde trabajaba el chico de sus sueños. Taehyung era una persona tan increíble, que por eso no pudo evitar enamorarse de él. Era atento, responsable, amable, dulce, talentoso y muchas otras cualidades más.
Aquel castaño era un semestre mayor a él en la carrera de arte, por lo que lo conocía de ahí. Ya que cada cierto tiempo, todos los estudiantes de dicha carrera hacían reuniones para distraerse un rato y compartir más sobre lo que les apasionaba.
Y aunque Taehyung no lo disfrutaba tanto como el resto de personas -pues prefería quedarse en cama, tomando un chocolate caliente mientras leía alguna nueva novela- terminaba cediendo por las súplicas de su mejor amigo Park Jimin, el cual parecía ser el alma de cada una de las fiestas a las que asistía, gracias a su carisma.
El azabache había cruzado palabras con Kim en diversas ocasiones, además de toparse con él cada tanto en los pasillos de la universidad a la que asistían. Sin embargo, no había nada más allá que una cordial amistad, que eventualmente el tatuado comenzó a ver como algo más.
Ya que gracias a que la admiración por Taehyung terminó creciendo a tal punto de que Jeon empezará a tener sentimientos románticos por este.
En pocas palabras, se volvió su crush, y aunque sabía disimular hasta cierto punto lo que sentía, siempre llegaba un momento en el que estaba a punto de mandar todo a la basura, y ahí era cuando Yoongi hacía acto de presencia para salvarle el trasero.
Para el joven de piel canela no pasó desapercibido dicho comportamiento, sin embargo, más que molestarse o sentirse extrañado por ello, le parecía muy tierno, aunque esa información se la guardara solo para él y nadie más.
Porque sin pretenderlo, Taehyung veía como algo imposible que el atractivo chico con la piel entintada y piercings pudiera fijarse en un cero a la izquierda como él. En su mente no cabía que el "intimidante" Jeon Jungkook le viera con otros ojos más allá que los de un querido amigo o un buen superior de la carrera que estudiaban.
Dejando de lado sus fantasías en las que adoraba imaginar cómo le regalaba sus dulces sonrisas de conejito o esa mirada brillante que guardaba estrellitas en sus oscuros orbes. Tan diferentes a la apariencia que tenía para con los demás, quien parecían solo quedarse con su apariencia exterior, en lugar de ese interior que ocultaba muy bien, pero que en ciertas situaciones salía a la luz.
¿Y cómo era que Taehyung sabía sobre esto? Demasiado fácil, ya que había tenido el gusto de ver esas expresiones en el azabache cada vez que observaba alguna obra de arte que se expusiera en las muchas exposiciones a las que llevaban a algunos alumnos como representantes de la universidad de Seúl.
Quince minutos habían pasado cuando llegaron a su destino, así que, sin perder más tiempo, entraron al lugar donde predominaban los colores amarillos y rojos. Saludando en el proceso a los meseros que les brindaron una cordial bienvenida.
—Ahora que estás más relajo, te contaré lo que escuché Jungkookie.
—Soy todo oídos hyung—respondió, cuando por fin tomaron asiento en el local de comida rápida—. ¿Qué fue lo dijo Bogum?
Yoongi tomó una bocanada de aire antes de comenzar, porque sabía que, en cierta parte, aquel asunto era un poco delicado tratándose de alguien como Park Bogum.
—Lastimosamente nosotros conocemos de sobra a Bogum, sobretodo sus actitudes estúpidas, así que no me parece raro que este rumor se esté esparciendo como pólvora, pues supuestamente quiere pedirle una cita a Taehyung para aprovecharse de él.
—No se lo voy a permitir, él no merece esto.
Jungkook apretó el puño sobre la mesa. Él no permitiría por nada del mundo que Taehyung saliera herido de alguna manera. Bogum era de los que no se rendía fácil y podía llegar a ser muy intenso, pero si al menos ponía en aviso al mayor, todo sería más fácil.
Y de paso él se encargaría de cuidarle como su sombra, si es que Bogum decidía hacer alguna tontería por cuenta propia.
—Obvio no, y por eso es que tú debes actuar.
—Tienes razón. ¡Se lo voy a advertir! —musitó con seguridad, pero el más pálido se golpeó la frente. Su amigo podía ser realmente lento con estas cosas.
—No Kook, deberías usar esto a tú favor.
—¿Cómo? —le cuestionó confuso—. Explícate mejor, hyung.
- Comienza a cortejarlo, y así Bogum sabrá que está fuera de su alcance. Por suerte ese tipo tiene sus códigos, y no será tan idiota como para molestar a alguien que ya está quedando con otra persona. Pues de su misma boca había salido que solo iba tras personas solteras, sin ningún tipo de compromiso.
—No puedo, no quiero que me mande a volar todavía.
La tristeza se hizo presente en el rostro ajeno, pero eso en vez de suavizar a Yoongi, provocó que la boca se le fuera de largo. Tenía que ser duro para que Jungkook comprendiera la magnitud de aquel asunto.
—Ahhh eres imposible, Jeon. El destino está jugando a tú favor y no lo aprovechas, pero está bien, sí quieres seguir estando en esta burbuja, hazlo—le incitó—. Dile la verdad acerca de lo que planea Bogum y siéntate a esperar que alguien que si tenga buenas intenciones venga y lo haga su novio.
—Yo no quiero eso...
—Entonces deja tu jodida timidez a un lado y por un día hazle honor a tú apariencia ¡y sé un conquistador! Estoy seguro de que lo lograrás Jungkook-ah.
Min le otorgó una mirada confiada, y eso terminó por convencer al azabache, quien todavía tenía sus dudas al respecto. Pero al imaginar un panorama donde Taehyung estaba siendo feliz con alguien más, Jungkook se decidió. Aquello hizo doler en demasía su corazón, y por más egoísta que sonara, no quería rendirse antes de intentarlo como la situación lo ameritaba.
Aunque Taehyung tenía la última palabra, y si era negativa, lo comprendería y se alejaría, sabiendo que al menos actuó para hacerle saber que solo guardaba los más bonitos sentimientos hacia su persona.
Nadie tiene el derecho de obligar a otra persona a corresponderle, porque los sentimientos deben ser genuinamente recíprocos para que una relación funcione, así que, con eso en mente, Jeon se encargaría de averiguarlo por cuenta propia.
Y si tenía suerte, próximamente esperaba tener el honor de llamar su pareja al bonito joven de ojos avellana y espesas pestañas.
—Está bien, tú ganas, pero igual necesitaré tú ayuda y apoyo moral, porque algo dentro de mi tiene miedo de que no vea como alguien lo suficientemente serio para tener una relación.
—¿Lo dices por tu aspecto? —inquirió el de mirada felina y el tatuado asintió quedito. Ambos eran tan distintos, pero confiaba en que tal vez el dicho de: "polos opuestos se atraen", pudiera funcionar para este caso—. No creo que Taehyung sea alguien que se deja llevar por las apariencias, así que no te preocupes, porque cuentas conmigo para lo que sea.
—Gracias hyung.
Jungkook sonrió con el corazón latiéndole frenéticamente por la apabullante emoción que se instaló en su ser. El mayor correspondió el gesto con esa sonrisa que mostraba sus rosadas encías.
—¡Desde mañana inicia el plan de conquista antes del día de San Valentín! —exclamó orgulloso por la decisión del azabache. Sin duda parecía que todo se estaba poniendo de su lado. Hasta el mismo hecho de que se encontraban tan cerca de aquella fecha tan célebre en el calendario—. Y con respecto a lo otro Koo, deja que te conozca más, y verás que no te rechazará. Porque sabrá que debajo de esos tatuajes, piercings, cabello largo y apariencia ruda, se encuentra el chico con el corazón más sensible del mundo.
—Eso espero hyung. De verdad.
—Bien, tenemos siete días por delante, donde tenemos que planear hasta el mínimo detalle para todo para que salga perfecto—comentó, seguro de que harían un espléndido trabajo—. Iremos de a poco a poco, tal y como se cortejaba tiempo atrás.
Jungkook asintió, confiando en que las palabras del más pálido sé harían realidad y posiblemente para el día de los enamorados, estaría gozando de una cita romántica con Taehyung, el chico más bonito del mundo.
🥺
Durante aquel almuerzo, Jungkook y Yoongi se la pasaron planeando un sinfín de cosas que ayudaran al azabache a acercarse a Taehyung. El menor se encontraba ansioso, pero gracias a su hyung, la confianza en sí mismo iba aumentando.
Así que hoy, siendo un nuevo día daría rienda suelta a su plan de conquista, anhelando que funcionara a la perfección.
Por otro lado, Taehyung, estaba más que ocupado en su propio mundo. Ese que estaba tan marcado por la rutina de ir a estudiar y luego trabajar para poder pagarse la carrera, pues lastimosamente, sus padres no tenían la condición económica suficiente para ayudarle con todo el pago.
Aunque eso era lo de menos, ya que para el castaño lo que más importancia tenía era que lo apoyaran en cada una de sus decisiones como siempre habían hecho. Gracias al cielo su familia era de las más comprensivas, por lo que se podía dar por satisfecho.
En la librería Smeraldo le pagaban demasiado bien, y él amaba los libros, así que podría asegurar que en ese aspecto se sentía en su zona de confort. Sin embargo, por más que estuviera siguiendo la carrera que le apasionaba y trabajando en un lugar tan acogedor, sabía que le faltaba algo.
Por eso le fue imposible no recordar la conversación que había tenido días atrás con su mejor amigo Jimin, quien le hizo abrir los ojos momentáneamente a esa realidad que lo tenía vacío por dentro.
—Dios mío TaeTae, en serio te admiro por llevar este estilo de vida.
—¿A qué te refieres Jiminnie? —Taehyung cuestionó, sacando de unas grandes cajas los libros que habían llegado en la mañana a la librería, mientras su mayor suspiraba tristemente a su lado.
—Pues vas y vienes de la universidad al trabajo, y no dedicas ni un mínimo de tiempo para ti mismo. Eso no es saludable, Tae. Y lo sabes muy bien.
El regaño no se hizo esperar, y tampoco la respuesta, dejando desencajado a Park.
—Eres un exagerado Mimi. Ya estoy acostumbrado y esto lo hago por un bien mayor.
—Lo sé y eso es lo admirable, pero no debería ser a costa de tu propio bienestar. Hasta tus padres te dicen lo mismo, por lo menos deberías salir al parque para que te dé un poco de aire. Pero no, prefieres pasártela encerrado en tu cuarto. Todas las personas merecemos más que sea un tiempo para nosotros mismos.
—Y ese tiempo lo tengo cuando salimos a alguna reunión con la gente de nuestra carrera. Para mí eso es más que suficiente—aseguró con una sonrisa, que no terminaba de convencer al joven de labios rellenitos.
—No lo sé Tae, en el fondo tengo presente que si asistes es por mí, pero de verdad quisiera que disfrutaras un poco de esta juventud que se vuelve efímera en nuestras manos.
Jimin se acercó, dejando una mano sobre el hombro del chico de lentes. Obligándole a realizar contacto visual. Los ojos avellana y miel encontrándose, tan amables el uno contra el otro. Desbordando ese cariño tan puro que sentían esos amigos de años.
—No lo hagas por mí, hazlo por ti. Sé que en un futuro te arrepentirás si no me haces caso. Abre tus alas, y expande tu horizonte, talvez haya alguien que quiera embarcarse en tu viaje.
—No me arrepentiré de nada Mimi, no tengo a nadie más que a ti con quien pueda disfrutar de algo. Siempre estoy solo, encerrado en mis libros o en mi arte—murmuró apenado, sus orbes tornándose cristalinos por lo mal que le sabía reconocer aquello—. Nadie se fijaría en mí, como para querer gastar su valioso tiempo a mi lado.
Decir que una persona en particular no se apareció en sus pensamientos cuando dijo eso, sería mentir. Pues esos ojitos brillantes y sonrisa de conejo lo perseguían día y noche, no obstante, se obligaba a ignorarlos. Ya que Kim sabía que era imposible, y tenía que hacerse a la idea. Porque nunca era bueno vivir de ilusiones, si al final sabes que estas pueden hacerte daño.
—Pues para mí esas son puras tonterías, porque quien se dé el tiempo de conocerte, sabrá que se ha ganado la lotería contigo. Personas como tú, muy pocas TaeTae, jamás lo olvides, ¿sí?
El joven de piel canela asintió suavecito, dejándose abrazar por ese chico al que consideraba su alma gemela. Tan suave como un pastel de arroz, y tan cariñoso como nadie más en el mundo. Así era Jimin, el único con el que podía ser sincero y que sabía no lo juzgaría por la poca confianza que tenía.
Sí, tal vez debía hacer lo que su mejor amigo le dijo, pero siendo realista, no sabía ni por donde comenzar. Por el momento, se dejaría fluir, quien sabe y si tenía la suerte de que todo cambiara de un instante a otro. O bueno, eso era con lo que trataba de convencerse así mismo hasta tener el valor de actuar por su propia cuenta.
—Eso es lo mejor.
El castaño susurró para sí mismo, cerrando la tapa del libro que había estado ojeando durante esa tarde. La librería estaba vacía y no había mucho que hacer, por lo que para no aburrirse mientras esperaba que su turno terminara, decidió ver el contenido de aquella novela de ángeles y demonios.
—Ahhh... Ya quisiera ser tan valiente como el ángel de esta historia—expresó, dejándose caer un poco más sobre la silla—. Tan valiente como para hacerle caso a mi corazón, e ir detrás de la persona que me gusta.
La mirada decaída del chico fue directo al gran ventanal de la librería. Sin inmutarse se quedó observando por un largo rato como las parejas que salían de su universidad, pasaban por ahí, abrazadas o tomadas de la mano conversando inmersas en sus respectivos acompañantes.
Siempre era así, por lo que a veces creía que la vida era demasiado cruel por dejarlo ser testigo de esas escenas que dudada experimentar alguna vez en su vida.
—Todo es un desastre...
Cerró los ojos, pero inmediatamente los volvió a abrir cuando escuchó la campanita de la entrada resonar. Alguien había ingresado a la librería, y él debía poner la mejor cara para atenderlo.
Sin embargo, no imaginó que se tratara específicamente de esa persona que últimamente se instaló en su mente.
Porque ahí frente suyo se encontraba Jeon Jungkook, su menor de la carrera de arte y el chico del que estaba enamorado desde hace un buen tiempo.
—Jungkook-ssi... ¿Qué haces aquí?
La pregunta había sido demasiado tonta, tanto que confundió un poco al azabache, que luego de dos horas se animó a ingresar al local. Todo porque Yoongi lo mandó al carajo por ser cobarde, y él por querer darle la contraria, se terminó llenando de valentía para entrar a tantear el terreno.
Porque ejecutaría el plan con calma, así que debía ser realmente sutil en cada paso que daría.
—Hola hyung—le saludó con la mano, un tanto apenado—. Mmm, solo vine a ver un libro.
—Oh sí, que tonto que soy—quiso abofetearse, pero rápidamente se recompuso, sonriéndole lo mejor que podía—. Pasa, siéntete como en casa.
—Está bien...
Jungkook hizo una pequeña reverencia, e ingresó por completo, detallando la mesa en la que había estado acomodado el castaño antes de interrumpir su sesión de lectura. Si bien Jeon no era tan fan de la lectura, le gustaba hacerlo cada tiempo, y no se arrepentía de usar ese tiempo para adentrarse a mundos fantásticos o cotidianos, con personajes con los que podía sentirse identificado o seres sobrenaturales que le hacían vivir sus aventuras como si fuera en carne propia.
Simplemente era una de esas experiencias que le ayudaban a sanar su alma con tan poco. Porque así de maravillosa era lectura.
No pudo evitar sonreír cuando vio el libro que el castaño había estado leyendo. Pues hace unos días lo terminó y le encantó, ya que fue regalo de uno de sus hyungs favoritos, Kim Seokjin, quien trabajaba en un editorial y cada cierto tiempo le enviaba las muestras de los próximos libros que saldrían a la venta.
—Lamento haber interrumpido la lectura de ese libro tan bonito, hyung.
—No te preocupes, más tarde continuó—le restó importancia, ubicándose a un costado del tatuado para tomar el libro de tapa celeste y morada—. ¿Ya lo habías leído? —preguntó curioso y el chico afirmó con un moviendo de cabeza.
—Muy recomendado, mi personaje favorito es el encantador demonio de ojos púrpuras.
—A mí me encanta el dulce angelito de orbes color cielo—comentó, rememorando a ese personaje tan tierno, y cautivador—. Sin duda es una historia muy disfrutable, pero como lo conseguiste tan pronto, tengo entendido que hace poco salió a la venta.
—Pues... Tengo mis contactos, hyung—respondió, queriendo hacerse el interesante. Lográndolo con éxito, ya que el castaño le observaba fascinado por dicha información—. Y no fue hace mucho, hace una semana atrás lo terminé.
—Ya veo, entonces con más razón lo continuaré.
Kim sonrió de esa manera tan bonita, capaz de hacerle sentir maripositas en el estómago, que por un instante Jungkook se olvidó de la razón por la que estaba ahí. Pero no lo juzguen, era imposible no perderse en ese rostro tan etéreo.
—Sí, vale la pena.
Lo último no sabía si lo dijo por el libro, o fue una forma de convencerse a sí mismo de que estaba haciendo lo correcto. Él de verdad quería cortejar a Taehyung, pero tenía miedo de ser rechazado. Sin embargo, ya no había vuelta atrás y debía enfrentar esto hasta el final.
—De acuerdo, pero dime, ¿qué libro puede ser tan difícil de conseguir con tus contactos que por eso debes venir hasta una librería?
Dios, ese chico era demasiado astuto e inteligente, si no decía algo que sonara lógico quedaría como un tonto. Y en lugar de que su táctica fuera interesante frente a Kim, le haría verse como la burla por no tener otra mejor idea.
—E-Este es un libro un poco viejo, por eso no me lo pueden conseguir por ahí—"Bingo, bien pensado Jeon", se felicitó—. S-Sí, es por eso.
—Ya veo. ¿Cuál es el nombre?
—¿Q-Quieres salir conmigo?
—Oh, claro que sí—respondió contento y Jungkook casi grita de la emoción. Eso había sido demasiado fácil, no obstante, se quedó de una pieza al ver como el joven de ojos avellanas se iba de su lado hasta Dios sabe dónde. Para luego regresar con un libro de tapa roja y letras rosadas que no tardó en dejar sobre sus manos—. Aquí está, es realmente viejo, pero es un clásico, no te arrepentirás de leerlo Jungkook-ssi.
—Sé que no—El azabache sonrió incrédulo por la suerte que tuvo, y el mayor no tardó en extenderle una bolsita de papel para que lo metiera ahí—. Gracias, hyung....
—Son 8390 wons, gracias por tu compra, ha sido un placer.
—El placer fue mío. - dijo, y no dudó en pagarle la cantidad exacta, para luego salir de ahí como alma que lleva el diablo.
Esto sería un largo camino por recorrer.
🥺
—A eso le llamo mala suerte.
Yoongi se limpió las lágrimas producidas por la risa. Ya se imaginó que algo así pudiera suceder, pero que Jungkook se lo dijera lo hacía más gracioso.
—Yo que iba a saber que un libro se llamara así.
—Y que el otro fuera tan despistado como para no captar esa indirecta, pero... ¿quién tiene la culpa? Nadie más que tú, Jungkookie—el joven de mirada gatuna lo señalo y el menor bajó la cabeza por la vergüenza—. En estos casos debes ser directo y mira, la vida me ha dado la razón así que mañana vas de frente y le dices tus intenciones a ese muchachito, porque si sigues así, no avanzarán nada.
—Tienes razón, no quiero perderle. Así que tendré que ser honesto—aseguró y Yoongi le mostró el pulgar arriba, en señal de aprobación.
—Muy bien, vamos progresando.
Mañana sería un nuevo día, por lo que eso significaba que todo podía ser mejor.
O eso esperaba.
🥺
Cuando Jungkook creyó que el día siguiente sería un nuevo comienzo, se imaginó así mismo no siendo rechazado por Taehyung, y sobre todo viéndolo feliz al aceptar su propuesta de cortejo. Sin embargo, el panorama que tenía frente a él, distaba mucho de sus pensamientos, dado que Bogum se le había adelantado. Por lo que debía actuar ya, pues no quería seguir viendo esa expresión de incomodidad en el bonito rostro del castaño.
Todo había estado yendo de maravilla para Taehyung en ese día, hasta que Bogum se apareció en su camino. No tenía una gran relación con el susodicho, y tampoco le llamaba la atención tenerla, así se tratará de una simple amistad.
Algo en ese castaño oscuro no le agradaba. No sabía si era por su actitud prepotente y de donjuán, o si había algo más. Pero fuera lo que fuera, no quería averiguarlo, mucho menos compartir algo con él.
—Vamos Taehyungie, acepta mi propuesta—pidió con una sonrisa ladina, terminando por acorralar al chico de lentes—. Solo quiero tomar un café contigo a la salida de la universidad.
—Estoy ocupado, Bogum-ssi.
"Si supiera que detesto el café", pensó indignado. Al castaño no le quedó de otra más que obligarse a sonreír falsamente, ya que no quería ser descortés—. En serio lo siento, tal vez en otra ocasión.
—Por favor, no te hagas del rogar. No tardaremos mucho.
La gota que derramó el vaso fue que además de invadir su espacio físico, Bogum se atreviera a tocarle el rostro. A Kim no le agradaba aquello, a menos que él diera su consentimiento previo, sin embargo, antes de poder darle su merecido, sintió como el mayor era apartado de su cuerpo, y una silueta se posicionaba frente suyo.
—Para ya Park, lo estás poniendo incómodo.
—Jungkook...
—¿Por qué te metes en cosas que no te incumben Jeon? Este es asunto es de Taehyung y mío, nadie más—musitó enojado—. ¿O me equívoco?
—Tienes razón, pero no me moveré de aquí hasta que hyung me diga lo contrario.
Nada más que eso haría cambiar de opinión a Jungkook. Todavía sentía la rabia recorrerle por ver ese semblante de desagrado en su crush. Cuando lo que más deseaba era verlo tranquilo, feliz y despreocupado. Kim no tenía motivos para aguantar a Bogum, mucho menos cuando sus intenciones eran las peores.
—Dile que se vaya, Taehyung—ordenó, pero el susodicho negó y se tomó el atrevimiento de sostenerse de los brazos del azabache. Lo que haría quizá sería una locura, pero tal vez podría servir para alejar definitivamente a ese joven que se creía superior al resto.
—No, él no se va a ningún lado.
Su voz fue determinada, pero ni siquiera eso pareció inmutar a Bogum.
—¿Qué vela tiene en este entierro? Ni que fuera tu novio Kim—el más alto se burló, aquella reacción había sido demasiado graciosa, pero bien sabía que Taehyung estaba soltero, por eso era tanta su insistencia.
Y Jeon no se veía como alguien de compromisos, por algo nunca nadie le conoció alguna pareja, así que esa opción estaba descartada. Así que Taehyung debía inventar algo más interesante como para que él se rindiera.
—Sí lo es, Jungkookie es mi novio.
Ah, sin duda había perdido el juicio.
🥺
Taehyung y Jungkook se encontraban caminando uno a lado del otro, en completo silencio. Después de que el castaño soltara aquella mentira, el menor no vaciló para seguirle la corriente, con el único objetivo de que Bogum lo dejara en paz. Y sí que lo había conseguido, pues el castaño oscuro se fue antes de que se creara un gran revuelo. No le convenía quedar mal ante las personas.
No obstante, ni bien Park desapareció de la vista de los menores, el ambiente no demoró en ponerse incómodo para ambos, pues se percibía que tenían mucho que decir, pero ninguno se animaba por completo a hacerlo estando en plena universidad.
Así que aprovechando que las clases habían terminado, y que a Taehyung le faltaba una hora y media para entrar a su turno de la tarde en la librería, Jungkook le propuso ir hasta un parque que quedaba a diez minutos de la universidad.
Cuando llegaron, se sentaron en un banquito, cara a cara. Con el mayor siendo el que encargado de romper el silencio.
—Lo siento mucho, Jungkook-ssi. Te puse en una situación muy incómoda, pero espero puedas ayudarme a mantener la mentira por un tiempo más—el joven de piel canela jugó con sus dedos, tratando de distraerse un poco de la tensión que le generaba la mirada profunda de Jeon—. El suficiente para que Bogum no se meta conmigo.
—¿Por qué lo hiciste, hyung? —interrogó, desviándose del tema—. No necesito esas disculpas, solo quiero que me digas porque te sentiste tan confiado para hacerlo
—Porque eres alguien digno de mi confianza, Jungkook-ah.
Por primera vez, Taehyung lo trató con menos formalidad. Algo que emocionó al joven de piel entintada, quien cada minuto se sentía más confiado de decirle lo que sentía en realidad.
—¿Solo por eso?
—Yo... —¿Debería decirlo? ¿No se alejará de mí después de esto? Esas preguntas no tenían respuesta, pero Taehyung sabía que después de mandarse tremenda tontería, ya no tenía mucho que perder. Se conformaría con su amistad, y si la suerte estaba de su lado, tal vez el azabache le ayudaría con esa mentira—. Pues me agradas mucho, y creo que podrías ser el único con el que me sentiría bien al fingir un noviazgo.
—¿De verdad quieres que finja? ¿O quieres que se vuelva realidad?
Su declaración lo era todo por el todo, y no podía arrepentirse, ya no más.
—¿Perdón?
—Dios, no me imaginé haciendo esto—el menor tomó una bocanada de aire antes de continuar. En su mente se encontraba grabada la imagen de la carita impresionada de Kim—. Estoy enamorado de ti, hyung. Pero nunca me has notado, por eso no sabía si algún día tendría el coraje de ser honesto contigo.
—¿Tú enamorado de mí? ¿No me estás jugando una broma? Porque esto no es gracioso—respondió, angustiado. Esto no podía ser en serio—. Es malo jugar con los sentimientos ajenos Jungkook.
Taehyung quiso levantarse e irse de ahí, pero el tatuado fue más rápido, y lo tomó de la mano.
—No estoy mintiendo. Te lo juro, hyung. Dame la oportunidad de demostrártelo por favor.
—¿Cómo harías eso? —le cuestionó—. No hagas promesas que no vas a cumplir.
—De verdad no sé porque no me quieres creer, pero dame estos días para hacerte ver lo importante que eres para mí. -pidió, acariciando el dorso ajeno—. Me ganaré la oportunidad de que me veas con otros ojos, y cuando llegue el día de San Valentín me darás tu respuesta.
—Jungkook...
—Por favor, acepta hyung.
Esto era un sueño. En realidad, no existía necesidad para que Jungkook hiciera aquello, pues lo aceptaría sin problema. Sin embargo, esa vocecita dentro suya llamada inseguridad fue la que lo motivó a desconfiar y no creer esas palabras tan bonitas.
No se sentía suficiente y por eso tenía miedo de ilusionarse. Sin saber que era el mismo caso del azabache, pero con la diferencia de que este había decidido enfrentarse a sus temores para conseguir lo que más anhelaba.
El corazón de su hyung.
—Está bien, Jungkookie.
Taehyung le regaló su sonrisa cuadrada, y Jungkook no se contuvo de abrazarlo. La sensación de tenerlo entre sus brazos era simplemente mágica y el que lo ha llamado así, era como elevarse hasta las nubes.
Estaba perdidamente enamorado de ese chico de orbes avellana.
—No te arrepentirás.
—No quiero hacerlo—aseguró, cerrando sus ojos. Dejándose llevar por esa calidez tan buena para su alma—. Por eso esperaré con ansias.
El azabache asintió, con el corazón acelerado, dejando un beso en el sedoso cabello. No fallaría a su palabra. No ahora que el mayor le estaba dando esa increíble oportunidad de ser algo más en su vida.
Lo conquistaría sí o sí. Porque no tenía que ser una simple casualidad que las cosas resultaran así, y por esta vez, usaría todo lo que estuviera a su favor.
Porque su hyung podría no haberle creído en un principio, pero se encargaría de demostrarle lo merecedor que era de su amor. Ese amor que estaba destinado a nadie más que al chico bonito de la librería.
🥺
El cortejo inició al día siguiente, luego de que Jeon fuera felicitado por Yoongi, por reaccionar al fin. El tatuado estuvo ansioso al principio, pero conforme la situación se iba dando, se mostró seguro ante Kim, quien conforme los días pasaban se encontraba mucho más conmovido.
Jungkook era demasiado detallista, sensible y dulce. Tan distinto a lo que muchos decían, pero eso Taehyung ya lo sabía, porque esa sonrisa tan tierna y esos ojitos tan puros solo podían pertenecerle a un amor de persona como lo era el azabache.
Cada día después de su trabajo, Jungkook lo esperaba con un detalle diferente y lo llevaba a pasear o comer algo liviano en las cafeterías más bonitas de la ciudad. No importaba si eran flores, chocolates, cartas u otro regalito; todas causaban el mismo efecto en Kim, quien suspiraba más que enamorado por el "chico malo" de la universidad.
Cualquiera podría decir que lo suyo era un cliché, pero la sinceridad que Jungkook le demostró en ese tiempo, con cada palabra y gesto, era invaluable.
Se estaban tomando las cosas con calma, pues hasta el momento ninguno había cruzado el límite del contacto físico, más allá de los abrazos o tomarse de la mano. Sin embargo, Taehyung sentía que no podía aguantarse más.
Y por eso, luego de haberle comentado toda la situación a Jimin, quien estaba eufórico por la felicidad de ver a su amigo saliendo de su propio mundo para aventurarse al hermoso exterior que lo rodeaba, ambos habían salido al centro comercial para conseguir un regalo que el de lentes le entregaría a Jungkook en San Valentín.
—¿Crees que le guste?
—Le encantará, TaeTae. Todavía parece un sueño que esto esté sucediendo. Pero sé que no te estás equivocando, ya que si todo lo que me has contado es sincero, solo puedo decirte que tal parece que te sacaste la lotería.
—Yo también lo creo, él es muy encantador conmigo, y quiero devolverle más que sea con un detalle todo lo que me ha dado en estos días—expresó, guardando en su bolso la cajita que guardaba el regalo para el tatuado—. Por mí lo hubiera aceptado desde un inicio, pero ya me conoces.
—Lo sé, lo sé, pero ahora eso es lo de menos—le tranquilizó con esa sonrisa que hacía desaparecer sus ojitos—. Mañana es el día del amor, así que ya debes darle tu respuesta, y esta será más que afirmativa, por lo que no te estreses mucho, ¿sí?
—De acuerdo, Mimi. Te prometo que así será.
—Sé muy feliz Tae, nunca antes me imaginé que pudieras estar enamorado de Jungkook, ni tampoco que él estuviera interesado, pero si lo suyo es recíproco aprovéchenlo. En la actualidad es muy difícil tener la dicha de ser correspondido.
—Tienes razón, por una vez pensaré en mí y en lo que me hace feliz, sin miedos o tontas inseguridades—habló con convicción, ganándose una caricia en el cabello por parte de Jimin.
—Así se habla.
Los dos amigos se dieron un fuerte abrazo, confiando en que el día siguiente sería el mejor San Valentín que alguna vez el joven de piel canela pudo desear.
🥺
—¿Listo?
—Más que listo—declaró el menor, llevando un ramo de violetas entre sus manos—. Deséame suerte Yoongi hyung.
—Mucha suerte, lo conseguirás Jungkookie. Ve por tu chico, y no vuelvas sin él, ¿me escuchaste?
—Sí, hyung.
El más pálido le abrió la puerta con el orgullo reflejándose en su rostro, viéndole salir mientras se despedía de él. Confiando en que le iría más que bien.
No le quedaba más que esperar a que le viniera con la buena noticia.
Jungkook llegó hasta la librería en un taxi que había pedido desde la casa de Min. Por el cristal observó a Taehyung terminando de guardar sus cosas, para luego despedirse de Hoseok, el empleado que continuaba en aquel acogedor local en el turno de la noche.
Kim salió de la librería, y saludó a Jungkook con un ademan. El mayor estaba precioso como siempre, pero podía notar que ese día se había esmerado un poco más, y él no dudaría dos veces para hacérselo saber.
—Estás muy hermoso Tae, que ni las estrellas de esta noche pueden opacar tu irreal belleza.
—Tú también estás muy guapo Kookie—el mayor se sonrojó, y el contrario se sintió satisfecho al conseguir esa tierna reacción, aunque él estuviera el doble de colorado que el castaño. Sus mejillas quemaban con fuerza, pero valía la pena—. ¿A qué lugar me llevarás hoy?
—Te parece si me acompañas al sitio donde todo comenzó—preguntó, extendiéndole las flores que encantado Taehyung aceptó. Seguramente se refería al parque.
—Será un gusto, muchas gracias por las violetas, son mis favoritas.
—Es lo menos que te mereces—el azabache sonrió tiernamente, y Taehyung se puso a su lado, tomándole del brazo para emprender su camino hacia aquel lugar.
Durante el camino conversaron amenamente, sobre cualquier tontería que se les ocurriera mientras se sentían cada vez emocionados por la resolución de aquel dulce cortejo.
Cada rincón de la ciudad estaba lleno de decoraciones románticas y parejas que gozaban de su mutua compañía. Pero lo que terminó por sorprender a ambos jóvenes fue encontrarse con que el parque al que se dirigían, estaba completamente iluminado por lucecitas rojas y blancas que hacían alusión a dicha festividad.
Sin querer eso les cayó como anillo al dedo.
Se sentaron en el mismo banquito en el que habían estado, y sin querer darle más vueltas al asunto, se tomaron de las manos. Taehyung observaba expectante al chico que parecía querer confesarle con lujo de detalles todo lo que sentía en dicho momento, aunque lo cierto era que él no se quedaba atrás.
—Bueno, antes de que puedas dar tu respuesta, quisiera decirte lo feliz que me ha hecho que pudieras darme esta oportunidad, Taehyungie.
—El sentimiento es mutuo Jungkookie, realmente me lo he pasado genial, y tú has sido muy lindo conmigo. Jamás me imaginé vivir algo así.
—Yo tampoco me imaginé siendo capaz de hacerlo, pero no me arrepiento. Eres un chico increíble, por eso no fu difícil enamorarme de ti. Pero siempre sentía que había una barrera entre nosotros, y por eso no me arriesgaba. Así que, si algo tengo que agradecerle a Bogum, es que su molestosa intensidad fue lo que me dio coraje para terminar de acercarme a ti.
—Realmente fue muy intenso, pero dame un poco de crédito Kookie, yo fui el que le dijo que éramos pareja.
—Sí, pero por él que terminé envalentonándome para ir por ti.
—¿Hay algo que no me estés contando? —interrogó curioso. Jungkook asintió despacito.
—Sí, Bogum iba por ti con muy malas intenciones, yo me enteré y quise advertirte, pero mi mejor amigo fue el que me animó a usar esto como una oportunidad.
—¿Una oportunidad? ¿Para hacerme saber lo que sentías?
—Así es, aunque no lo parezca soy alguien muy tímido, además de que tenía miedo de ser muy poca cosa para ti—el azabache desvió la mirada apenado—. No soy el mejor estudiante, mi apariencia no me ayuda, y jamás vi que estuvieras interesado en alguien como yo.
—Dios, ahora todo tiene sentido—dijo como si fuera lo más obvio del mundo—. Y de paso te agradezco porque me hayas quitado a Bogum de encima. Quise ser amable, pero era muy molesto.
El castaño rio suavecito por la expresión impropia, por lo que soltó las manos a Jeon para acariciarle el rostro.
—¿A qué te refieres? Me siento sin contexto—cuestionó con un puchero que enterneció al mayor—. Y con respecto a lo de Park, no fue nada. Jamás hubiera permitido que te hiciera daño.
—Lo sé, Kookie. Eres como ese ángel guardián del libro que me recomendaste—comentó sonrojado por tremenda cursilería—. Pero volviéndolo al otro tema, y de paso para darte más contexto, lo cierto es que ya me había dado cuenta de que me observabas en mi trabajo, pero creía que era una coincidencia. Ahora entiendo que era por tu timidez. Aunque yo también me sentía igual que tú, porque seamos sinceros, quien en su sano juicio imaginaría que tú te fijarías en mí.
—¿Por qué no?
—Eres uno de los chicos populares, prácticamente de los más inalcanzables de toda la universidad y yo soy un come libros.
—No por eso somos diferentes Tae—musitó, poniendo sus manos sobre las impropias para regalarle suaves caricias—. A mí también me gusta leer, y tú disfrutas de algunos de mis pasatiempos. Lo de nuestras apariencias y con quienes nos llevemos es lo que menos importa, porque para mí más valor tiene lo que me haces sentir.
—Si en esas estamos, pienso igual que tú—concordó contento, mientras el tatuado lo admiraba con ojitos de corazón—. Y no solo yo soy el increíble, tu eres como un sueño Jungkookie, eres tan lindo en todos los sentidos y eres muy bueno en lo que te propones.
Jeon suspiró enamorado, con las ansias de hacerle esa esperada pregunta que yacía en la punta de su lengua. Esa interrogante de la que jamás se arrepentiría.
—¿Entonces aceptas ser mi novio?
—Ya te estabas tardando—Taehyung sonríe ladino y atrae el rostro de Jungkook hacia el suyo, uniendo sus labios en un ansiado beso en el que se trasmitieron todos sus sentimientos.
Sus bocas encajando como piezas de un puzzle que siempre deseo ser completado.
—A partir de ahora mírame a mí—pidió cuando se separaron, juntando sus frentes cariñosamente—. Solo a mí, TaeTae.
—Ya lo he estado haciendo desde hace mucho, mi chico de ojitos brillantes.
Estuvieron por un largo rato así, dándose muestras de cariño bajo las luces artificiales y la luz propia de la bonita luna redonda. Hasta que Taehyung recordó un pequeño detalle, que lo hizo salir de su burbuja.
—Espera Jungkookie, te tengo un regalo.
—¿Para mí? —el mayor sacó de su bolso una cajita de terciopelo que llamó en demasía la atención del contrario—. ¿Acaso me vas a pedir matrimonio? Porque si es así, acepto con gusto TaeTae.
—Ay cariño, no lo descarto, pero todavía eso es muy pronto. Disfrutemos de nuestra relación de novios primero, ¿te parece?
—Lo que tú digas bonito.
—Bien, cierra tus ojitos—el azabache acató la orden obedientemente, y Taehyung aprovechó para dejar en su mano el bonito anillo de plata que había comprado para él—. Ahora sí, ábrelos.
Jungkook sintió algo liviano en la palma de su mano, no tenía idea de que era, pero cuando abrió sus párpados y comprobó por sí mismo que era un arito de plato, no pudo evitar soltar un sonidito por la impresión.
—Es precioso, Tae...
—¿Pero sabes que es mejor? Hace juego con el mío—le mostró su dedo y por fin pudo analizar que el anillo que había estado usando el castaño era el mismo que le entregó como regalo—. Su significado es amor mutuo.
—Va perfecto con nosotros.
—No veo la mentira. Gracias por todo, Kookie. Pero más por arriesgarte a seguir a tu corazón, a pesar de tener miedo a que esto pudiera salir mal.
—Gracias a ti por corresponderme—confesó—. Te haré muy feliz.
—Nos haremos muy felices mutuamente—corrigió seguro de sus palabras—. Es una promesa.
Taehyung lo besó castamente, y Jungkook de forma automática le regaló su sonrisa de conejito. Esa que el castaño tanto adoraba y hacía latir frenético a su corazón.
Minutos más tarde, la pareja fue a cenar, disfrutando de una charla trivial, donde aprovecharon a conocerse más a fondo, como habían estado haciendo en cada uno de sus momentos compartidos. Y cuando terminaron, Jungkook se ofreció a acompañar a Taehyung hasta su casa como en noches anteriores.
Con un beso se despidieron, regalándose unas sonrisas llenas de ese amor que estaba floreciendo como la más bonita flor. Con la promesa de una relación que iría escalando, donde ambos se apoyarían y serían fieles a lo que sentían, por el contrario.
Su futuro era incierto, pero mientras contaran el uno con el otro, todo iría bien. Así lo creían y eso era suficiente.
🥺
Unos años después Jungkook y Taehyung, terminaron su carrera y ahora vivían juntos en un departamento que compraron con sus ahorros. Su relación como cualquier otra había tenido altibajos, pero entre ellos siempre abundó el respeto, el apoyo, la comunicación y la compresión. Además del trabajo que hicieron con sus inseguridades para que eso no les afectara en un futuro y gracias a eso seguían juntos.
Amándose con tanta sinceridad y pasión como si siguieran al principio de su noviazgo.
Y gracias a su unión, sus mejores amigos también se juntaron, por lo que ahora Jimin y Yoongi podían afirmar que, sin pretenderlo realmente, pero en el tiempo justo, encontraron a la otra parte que les complementaba.
Los detalles que Jungkook y Taehyung se hacían eran una parte fundamental en su relación, pues así se demostraban lo reciprocidad que había en cada uno de sus gestos sinceros. Asimismo, lo disfrutaban tanto, porque adoraban sorprenderse cada vez, porque eran realmente ingeniosos.
Dicha tradición comenzó luego de que Taehyung fuera quien sorprendió con detalles a Jeon durante el primer mes de noviazgo, el cual tuvo fecha en el mes "Blanco". Es decir, en marzo, donde se correspondía los sentimientos que tu enamorado había confesado durante febrero, el mes en el que se hicieron pareja oficial.
Kim fue feliz de devolverle el mismo cariño y emoción a su chico de ojitos brillantes, así que, a partir de aquello, los novios se prometieron sorprenderse mutuamente por mucho más.
Y todo indicaba que eso no cambiaría ni con el pasar de los años. Porque a pesar de todos los miedos propios o críticas que pudieron recibir, ellos jamás le prestaron atención a eso. No cuando lo que más valía era la manera en que el contrario los hacía sentir.
Completa e irremediablemente enamorados.
Fin 🥺
Y así termina la historia del jovencito de la librería y el bad boy de la universidad, espero les haya gustado tanto como a mí.
La historia a la que hace alusión Tae y Koo es mi fic de nombre nyctophilia, lo encuentran en mi perfil.
Y sí, la escena de lo del libro, fue inspirada en un lindo fan art que se hizo viral, tenía que ponerlo sí o sí porque encajaba a la perfección con esta temática que la tenía planeada desde hace tiempo.
Necesitaba escribir algo muy soft y cursi, y que mejor en el mes del amor y la amistad, lo iba a subir el día 14, pero se me juntaron muchas cosas como mi cumpleaños y demás.
Aunque siempre diré que mejor tarde que nunca, gracias por leer cielitos y sí es la primera vez que me leen, les invitó a que se pasen por mis otras historias, seguramente habrá algo que les guste.
-Shiro 🌙
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro