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El instituto Hybe.
Frente a él se encontraba aquel enorme edificio, Jungkook estaba sobre su moto mientras veía cómo aquel lugar definitivamente era todo lo que imaginó que sería.
Un edificio bastante moderno, lleno de lujos, alumnos que llegaban en sus autos último modelo, con sus guardaespaldas, usando ropa de diseñador, seguridad por todos lados.
Un lugar al que él no pertenecía, un lugar en el que alguien cómo él no encajaba y nunca lo haría. Estaba a punto de encender su motocicleta y regresar a casa cuando la voz de Namjoon lo detuvo.
- ¿A dónde vas Jk?- el alfa pelimorado le sonrió burlón.
- Me largo...
- ¿Por qué?
- Este lugar no es para nosotros, sólo mírenlo, aquí sólo asiste gente ricachona, nos despreciaran enseguida...
- Vamos Jk, no es algo que nos importe además... Venimos aquí a terminar la preparatoria, no venimos a hacer amigos...
- Si conejo, relájate... No te pongas de mamoncito...
- Púdrete Yoon...
El alfa pelinaranja le mandó un beso volador.
Namjoon comenzó a reir a carcajadas llamándo la atención de varios estudiantes que los observaron de arriba a abajo. Juzgándolos.
Era lógico pues eran nuevos y además no portaban el uniforme escolar. Claro que llamarían la atención de todos. Jungkook negó con la cabeza, no quería seguir en ese estúpido lugar.
Estaba harto, queria regresar a casa, ya encontraría la forma de terminar la preparatoria, tal vez en línea o pediría que lo enviaran a otro instituto, uno dónde asistiera gente cómo él.
Una brisa invernal llegó trayendo consigo los diferentes aromas de algunos alumnos del instituto, pero sólo uno se quedó grabado en sus fosas nasales. Uno exquisito, un aroma que nunca antes había olfateado.
Cereza.
Era delicioso. Cerró los ojos por inercia perdiéndose en aquel aroma hasta que Yoongi lo golpeó en la nuca, al parecer los estaban reuniendo en la entrada del edificio.
- Muévete inútil...
Jungkook respiró profundamente, estaba indeciso, no sabía que hacer, quedarse y averiguar cómo serían las cosas, además de buscar a quién le pertenecía ese aroma o irse, irse y seguir con su vida lejos de todo aquello que no terminaba de hacerlo sentir seguro.
El alfa pelinegro quitó las llaves de su moto y las guardó en su chaqueta de cuero, bajó de la motocicleta y caminó hacía dónde estaban todos sus compañeros, algo en su interior le pedía quedarse.
Sólo esperaba haber tomado la decisión correcta.
Todos los alumnos se encontraban frente al director del instituto Hybe, un alfa mayor que les sonreía de manera amable.
- Buenos días... Bienvenido al instituto Hybe...
Los 18 estudiantes becados saludaron haciendo una reverencia.
- Soy el Director Kang Taeoh... Me da mucho gusto recibirlos el día de hoy, estamos muy emocionados por recibirlos en nuestra escuela, esperamos que todos puedan sentirse cómodos y que su estadía este llena de mucho aprendizaje, que disfruten de los talleres y que puedan relacionarse con nuestros estudiantes de buena forma...
Las palabras del director sonaban muy bien, pero, ¿En serio serían los tratarian todos de la misma manera?. Los becados lo dudaban, desde que pusieron un pie en ese lugar los murmullos y las miradas mal intencionadas fueron lo primero que recibieron, así que no creían que en algún momento durante su estadía ahí, se sintieran bien y aceptados.
- En está institución existen diferentes reglas, ya las irán conociendo poco a poco, los uniformes son obligatorios, la escuela les entregará un paquete con útiles y un par de uniformes de diario y de deportes. Son un regalo de parte del senador Park quién muy amablemente los envía para ustedes...
Jungkook hizo cara de asco, él no quería que les regalaran nada. Tal vez no eran ricos, pero por lo menos podían comprarse un maldito uniforme. Odiaba que los políticos quisieran darles caridad para quedar bien, cómo si de verdad fueran unos jodidos héroes.
Jodida mierda...
Deberían de preocuparse en visitar Guryong y ver cómo viven todos en su barrio, es el mismo infierno. No hay agua todos los días, se va la luz todo el tiempo, asaltos, homicidios, secuestros. Ese senador y todos lo demás deberían preocuparse por eso y no por regalar útiles escolares y jodidos uniformes.
- Toda esta semana estarán acompañados por un compañero quién les enseñará las instalaciones, los horarios, los talleres y los guiará para que se puedan adaptar con mayor facilidad...
- Como si fueramos unos jodidos bebés!! ¿Acaso cree que somos estúpidos o retrasados?
Jungkook negó con la cabeza, el cretino de Jackson ya se había tardado en intervenir.
- Señor Wang... Sabemos que son bastante capaces, es justo por esa razón que se encuentran aquí con una beca completa. Nuestra intención es apoyarlos y ayudarlos para facilitar su adaptación a un nuevo instituto completamente diferente al que se encontraban....
Jackson bufó. Jungkook estaba seguro de que en cualquier momento daría media vuelta y se iria, no eran cercanos pero se conocian bastante bien como para saber que en muchas ocasiones tenían ideas parecidas. Habian estado juntos en algunos trabajos dentro de la pandilla, congeniaban muy bien. Pero hace algún tiempo estuvieron enamorados de la misma omega, así que se puede decir que eran rivales, claro que la muy arpía los había abandonado a los dos por irse con uno de los lideres. No era tonta, si queria conseguir dinero, ellos no eran los indicados.
- Entremos... En el auditorio se encuentran los compañeros que los acompañaran....
Los becados comenzaron a caminar siguiendo al director, al entrar al edificio pudieron percatarse que todo el interior era mucho más lujoso, parecia que en aquel lugar no existia el polvo, todo estaba jodidamente limpio y reluciante, el mobiliario parecia ser nuevo, las paredes blancas estaban impecables, había pantallas planas en los pasillos en donde se veian algunos comerciales hechos por alumnos invitando a todos a unirse a los diferentes talleres. Tenian casilleros demasiado modernos, esos malditos se habrían con una clave de acceso.
Jungkook abrió los ojos en grande al ver todo aquello, su maldita casa ni a eso llegaba, ellos todavia utilizaban llaves viejas, a veces hasta cadenas con candados pues en cualquier momento podrian entrar y saquear tu casa.
Definitivamente este instituto, no se comparaba en nada a su antigua preparatoria, aquel viejo edificio se estaba cayendo a pedazos, las bancas estaban más rayadas que la pared de un maldito baño público, las paredes no tenian pintura debido a la humedad, los pasillos estaban desolados y a veces no sabías si estabas en una escuela o en la maldita esquina dónde había parejitas casi follando y personas fumando o drogándose.
Todos sentían que estaban en otro maldito mundo.
Siguieron al director Kang hasta el auditorio, ese era casi del mismo tamaño que su antigua escuela. Todos tomaron asiento esperando las nuevas indicaciones.
- Los iré nombrando uno por uno, pasarán al frente y su compañero asignado se presentará con ustedes...
Todos asintieron, no estaban de acuerdo pero no podían oponerse, si querían seguir ahí, tenían que seguir las reglas.
Uno a uno fueron nombrando a los alumnos becados, parecía una pesadilla, Jungkook no era muy tolerante para algunas cosas y no se sentía bien en aquel lugar, lo intentaría una semana, vería cómo era todo y si no le gustaba su madre y su hermano tendrían que disculparlo pero él no seguiría estudiando.
- Min Yoongi, pase al frente...
- Okay, veremos que sorpresa me tiene el destino...- Yoongi se levantó y se despidió de sus amigos con un choque de puños.
- Suerte gato...
- Sé amable Min...
Antes de dar medía vuelta les mostró el dedo medio para luego avanzar hacía el estrado dónde lo esperaba un lindo y sexy omega peliazul. Yoongi lo observó de arriba a abajo y le sonrió coqueto. Jungkook lo vió alejarse con una enorme sonrisa en el rostro.
- Kim Namjoon, adelante...
- Es hora hermano, deséame suerte...
- Que la Luna te acompañe...
- Púdrete Jeon...
Namjoon se despidió de Jungkook y subió al estrado para encontrarse con su compañero el cuál era un omega bastante guapo, tenía el cabello rosa y llamaba mucho la atención.
- Jeon Jungkook, pase por favor...
El alfa respiró profundo antes de ponerse de pie, acomodó su vieja mochila y entonces avanzó, al subir el último escalón levantó la vista encontrándose con un lindo omega rubio, parecía un ángel, tenía unos hermosos ojos verdes y una sonrisa que lo estaba volviendo completamente loco.
- Hola! Soy Jimin... Park Jimin....
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