013
*Pa darle más feeling al momento, escuchen la canción desde ahorita si gustan. Joder, como amo las melodías de Final Fantasy.*
Taehyung gatea hacia a Jungkook una vez se ha despertado y admira su rostro embargado en el placer de tener un buen descanso. El mayor suspira cuando recuerda que debe levantarlo para ir con los demás, y también porque tienen otro tema sin zanjar: Bahamut persiguiendo a Jungkook. ¿Qué había descubierto Jungkook?
Se sostuvo en sus rodillas, posando sus manos en el pecho de Jungkook, subiendo a su cuello, acariciando con suavidad y dulzura para traerlo poco a poco a la realidad. Besó su barbilla antes de sus mejillas.
Luego de hablar con Jin, Taehyung sabía una cosa; debía disfrutar de Jungkook ahora.
Así que, se aferró a él posando su rostro en los pectorales del menor, suspirando fuertemente antes de hablar.
"Me gustas mucho, Jungkook" expresa, dejando salir todo el aire. "Y eso no es malo; quererte de esta forma no es malo, porque eres tú... El problema es que yo..."
Sacude la cabeza, separándose de Jungkook para volver a despertarlo cuando encuentra al menor con los ojos abiertos, mirándole de forma linda y, a la vez, triste. Suelta una sonrisa dolorosa y mira el techo.
"También me gustas, Taehyung..." murmura y Taehyung espera pacientemente. "Lo lamento; anoche me comporté como un malcriado y desconsiderado. Estaba enojado por todo, porque siento que nunca he tenido las riendas de mi vida y me he desquitado contigo."
Taehyung abre la boca, viéndolo enderezarse y copiando su acción, quedando frente a frente.
"No es tu culpa."
"Es mi culpa haber actuado así, y ponerte en un dilema" se encoge de hombros. "Ahora me siento mejor, y está bien, lo he aceptado; te adoro muchísimo, pero no perteneces a este planeta. Está bien si te vas, voy a mantenerte como un recuerdo bonito. Solo quiero pedirte algo."
"Jungkookie..."
"¿Puedo al menos tener un beso tuyo?"
Los ojos de Taehyung se cristalizan, asintiendo sin poder decir palabra alguna y de pronto se siente más pequeño que Jungkook. Su nenúfar siente su fragilidad porque las luces cambian de color hacia unas más cálidas, más tenues mientras Taehyung se acerca más a Jungkook y este posa las manos en su cintura. Los dos admiran el rostro del otro por un largo tiempo, queriendo memorizar cada detalle del otro porque ese amor no puede ser, porque los dos se pertenecen, pero no al mismo mundo, a la misma realidad.
Esta vez, Jungkook quiere llorar porque Capricornus de pronto cambia; ahí, en la privacidad que solo su nenúfar puede darles, Taehyung crea imitaciones preciosas de flores, que comienzan a rodearlos junto a mariposas y luciérnagas que revolotean alrededor de ellos. Y aunque las flores son preciosas y emiten luz turquesa que ilumina el rostro de ambos, Jungkook no puede apartar la mirada de Taehyung porque es simplemente lo más precioso que sus ojos podrán ver.
Y agradece vivir para experimentarlo.
Taehyung mantiene sus manos en la nuca de Jungkook y junta sus frentes; los dos miran los labios del otro antes de que sea Kim el que de el primer paso: ladea su rostro y le da una última mirada a los ojos del menor para asegurarse que también lo desea como él. Jungkook no tiene miedo, porque, aunque ese beso vaya a arrancarle el corazón, quiere que Taehyung y solo Taehyung lo tenga.
Sabe que no se ha equivocado en cuanto los labios suaves contrarios se posan sobre los de él y cierra los ojos para solo apreciar esa sensación. Se quedan así un momento antes de que Taehyung lo empuje hacia el pasto artificial, tomando su barbilla con una mano y su cabello con la otra, con las manos de Jungkook en su cintura, sus labios comienzan a danzar sobre los del otro y Jungkook suspira disfrutando de tener ese momento tan bonito con Capricornus; su primer y único amor.
Porque Jungkook no cree que podrá ver a alguien como mira a Taehyung alguna vez en su vida.
"Te adoro tanto, Jungkookie, te adoro tanto que me duele pensar en no tenerte" susurra.
"No pienses en eso" le detiene, con mucha suavidad sonriéndole tan bonito y cegadoramente que Taehyung solo quiere llorar. "Siempre vas a tenerme" asegura. "Siempre, siempre."
"Y tú a mí, Jungkookie" devuelve, apoyando su cabeza en el pecho de Jungkook.
Se quedan en esa posición no saben bien por cuantos minutos, pero Jungkook no se queja porque Taehyung está haciendo formas sin sentido en su pecho, mientras tararea una melodía que desconoce, que no existe porque es solo el corazón de Taehyung expresando su felicidad y amor en ese sonido.
Jungkook mira las mariposas agitar sus alas mientras bailan por todo el lugar, con la luz intermitente que las luciérnagas ofrecen. Quiere quedarse ahí y así; en ese nenúfar y con Taehyung abrazándole. No quiere más, solo eso.
Pero él mismo decide explotar esa burbuja tan etérea en la que se mantienen.
"¿Ese... uhm? ¿Ser? ¿Lo conoces?"
Taehyung comprende a qué se está refiriendo, y alza la cabeza para verlo a la cara.
"Es mi hermano menor; su nombre es Bahamut."
Jungkook se incorpora ante la confesión, mirándole con ojos grandes, apoyando sus manos atrás de sí para no caerse, girándose levemente hasta estar cara a cara con Taehyung que lo mira curioso y con una sonrisa porque rodea su cuello con sus brazos, mirándole de forma preciosa.
"Nos parecemos mucho, ¿no es así?" bromea y Jungkook se ríe suavemente antes de hablar.
"¿Es una broma?"
"No, no lo es, ¿te gustaría que lo fuera?" pregunta, pero no espera respuesta porque sigue hablando. "Honestamente, no sé que estaba haciendo por aquí; está prohibido que seres como él se acerquen a los humanos. Tuvimos muchas pérdidas en el pasado, porque ustedes le temen a lo desconocido; no siempre nos atacaron, pero la muerte de algunos nos hirió profundamente, sobre todo a Madre, así que ella nos empujó a mantenernos lejos."
"¿Es rencoroso Bahamut?" cuestiona, y Taehyung frunce el ceño, confundido dándole pue a que siga hablando para explicarse. "Los cuerpos en Daegu desaparecen porque él se los lleva. Se alimenta de ellos."
"Eso es imposible, Jungkook" Taehyung reniega.
"No lo es; lo he visto yo mismo, por eso me ha comenzado a perseguir, quizá... Quizá quería matarme."
"Te digo que es imposible porque Bahamut no come humanos, porque, literalmente, no necesita comer nada" Taehyung murmura.
"Pero yo lo vi" Jungkook mantiene. "Estaba en la iglesia cuando lo he visto meter la cabeza en las casas de los fallecidos, llevándose los cuerpos a su boca y tragándolos."
¿Qué estaba pasando ahora? Jungkook no podía estarle mintiendo; lo vio huyendo de Bahamut, y él se veía lo suficientemente molesto y decidido a matarlo. Pero no podía creerlo puesto que su hermano era demasiado sensato y prudente, un poco agresivo, sí, pero no estúpido, ¿qué ganaba comiendo humanos cuando no lo necesitaba? ¿Por qué había matado a todos ahí?
"Vamos a regresar a casa" comenta, de forma decidida, mirándole a los ojos. "Te dejaré ahí e iré a hablar con Madre; esto no lo puedo resolver yo, Bahamut pagará por sus crímenes, a pesar de las excusas o razones que le dé a Madre."
"Bien" Jungkook dice con la voz apagada.
Él no quiere irse de ahí, él quiere quedarse ahí; abrazado a Taehyung, quizá besándose un poco más porque sus labios pican por más, pero cuando el mayor le extiende una mano, sabe que debe levantarse e irse.
Los dos se ponen de pie mientras el nenúfar se impulsa hacia arriba para llevarlos a la superficie. Se miran a los ojos en todo el camino y Jungkook siente las manos de Taehyung acariciar con mucho mimo sus mejillas y le entrega una dulce sonrisa que es correspondida.
Sus labios se unen de nuevo, sin moverse, solo manteniéndose sobre los del otro y se separan cuando deben ir hacia a la arena, hacia las motocicletas. El nenúfar se hunde detrás de ellos, regresando a donde pertenece y cada uno monta en su motocicleta, encendiendo los motores.
En otro lugar de la ciudad, Yoongi está sentado detrás de Jimin sobre su motocicleta mientras conducen, sujetándose de su cintura mientras siente el aire acariciar sus brazos desnudos. La motocicleta no va demasiado rápido; Jimin está respetando las normas para no levantar demasiadas sospechas, y lleva sus gafas por si algún soldado reconoce que él estuvo en esa élite.
¿Qué pasaba si lo descubrían? Lo matarían, sin dudarlo. Porque Jimin conocía demasiados secretos de la empresa Jung y los soldados, así que no convenía que estuviese libre y tranquilo por las calles como si nada.
Yoongi estaba inmerso en las calles y en la sensación de felicidad que recorría todo su cuerpo al saber que volvería a ver a su madre por lo que no pudo darse cuenta de la tensión que empezó embargar el cuerpo de Jimin frente a él.
No fue hasta que la velocidad disminuyó en su totalidad que Yoongi tocó su hombro para preguntar qué pasaba, pero el exsoldado no le entregó una sola mirada.
"¿Qué pasa?"
"¿Por qué las calles están tan solas?" cuestiona analizando todo a su alrededor y Yoongi copia su acción.
Comprueba, con desconcierto, que Jimin no miente; las calles están vacías y silenciosas. Yoongi alza la mirada hacia los edificios altos, en busca de personas habitando los apartamentos cuando descubre que no está tan solos.
"¡Jimin!" grita cuando visualiza a un francotirador en uno de los apartamentos.
Jimin es veloz para acelerar con la motocicleta, logrando que la bala le quite las gafas, dejando sus ojos opacos expuestos y frunce el ceño conectando mirada con el francotirador que, en lugar de disparar de nuevo, hace una seña y Jimin no duda en manejar de nuevo.
"¡Sujétate!" le ordena a Yoongi quien obedece sin dudar.
Jimin decide que es mejor ir en dirección contraria y regresar con las personas cuando del tejado caen, de forma pesada, los mismo dos tipos que los atacaron en el túnel y tiene que frenar porque obstaculizan su camino.
"¿No los había matado Taehyung?" cuestiona.
"Son armas de la compañía; no van a esforzarse por hacerles una cara nueva" escupe Jimin.
No pueden compartir más palabras, porque de pronto, de los edificios, por las escaleras exteriores, muchos soldados comienzan a bajar con armas en manos y rostros cubiertos. Los rodean y Jimin chasquea su lengua mientras abre la parte trasera de la motocicleta, pidiéndole silenciosamente a Yoongi que le dé un arma. Min obedece, entregándole una espada grande porque sabe que con esa podrán cubrirse un poco de las balas.
"¡Soldado Park Jimin!" interrumpe uno de los Vigilantes, sonriéndole con malicia.
"Querrás decir, exsoldado" escupe Jimin, furioso.
"Lo que seas" se encoge de hombros. "Tengo una petición a cambio de ayudarte."
"¿Qué demonios?"
Jimin escucha la voz de uno de los soldados.
"¿Ayudarle? ¡Esa no fue la orden!" interrumpe el mismo soldado, apuntando hacia los Vigilantes.
"Cállate, lacra" le escupe, sin apartar la vista de Jimin. "Queremos ir con Madre; ella nos dará la vida que merecemos."
"Te va a matar si lo hago" responde Jimin. "Y me encantaría verlo."
"Madre no va a matarnos; somos sus hijos" el otro sostiene con una sonrisa tenebrosa y ojos desesperados.
"¿Qué mierda con estos tipos?" Yoongi cuestiona en un susurro.
"¡Kadaj, Yazoo!" grita el soldado que parece ser el líder. "¡Si traicionas a los Jung, te mataremos! ¡La orden es clara; matar a Park Jimin y a Min Yoongi por traición a la nación!"
"Significa" Min deduce, apretando la cintura de Park. "Que nos han descubierto."
"Yoon..." Jimin murmura, su cabeza trabajando rápidamente mientras los soldados amenazan al tal Yazoo y Kadaj.
"Ya, ya lo sé" le corta, sintiéndose decepcionado de que su padre lo haya traicionado; era obvia la situación, su madre no había despertado, solo era una forma de separarlo de...
¿De quién? ¿De Taehyung? ¿De Seokjin?
"Jimin, si saben que hemos sido nosotros" comenta en voz baja. "Entonces, Jin y los demás están en peligro; tenemos que avisarles..."
"Mierda."
Jimin lleva su otra mano hacia su bolsillo en busca del celular, entregándoselo con cuidado.
"Yoongi, vas a tener que llamar y sujetarte fuerte; vamos a salir de aquí a como dé lugar" Yoongi toma el celular, buscando el contacto de Jin. "¡Kadaj!"
El sujeto le mira, dejando de discutir con los soldados.
"Voy a llevarte a Madre, pero ellos no van a querer colaborar, ¿qué se supone que haremos?"
Kadaj sonríe de forma graciosa antes de llevar una mano hacia su pecho.
"¿Cómo que qué haremos?" cuestiona. "Matarlos, bobito."
"¡Somos más que tú!" los soldados apuntan directamente a Kadaj y a Yazoo antes de disparar sin pensárselo.
Los dos saltan, desafiando de nuevo la gravedad y regresan activando los poderes limitados que los Jung les han ofrecido, con las manos encendidas y los ojos emanando azul, acercándose a los soldados de forma rápida y matándoles dos contra cien.
Jimin sabe que es su oportunidad, así que la motocicleta sale disparada hacia la cafetería, decidiendo que tendrán que volar si quieren llegar antes de que ellos los alcancen. Yoongi se sujeta porque Jimin ni siquiera está deteniéndose en los túmulos, la motocicleta saltando y cayendo con fuerza y siguiendo el camino.
Yoongi lleva el celular a su oreja como puede para llamar a Seokjin esperando con todas sus fuerzas que le respondan. Llama una, dos y hasta tres veces, pero Pegasus no toma la llamada, consiguiendo que se ponga nervioso y su estómago se cierre en terror.
"¡Jimin, no responde! ¡Acelera!"
"¡Es lo que estoy haciendo!" grita.
La gente aparece de pronto, pero no están actuando de forma normal; ellos están con la vista fija arriba del muro que divide un sector con otro y Jimin decide detenerse cuando ve el portón cerrado, el portón que los llevaría hacia la cafetería, pero su atención no se concentra en eso si no en el humo que está saliendo de toda la ciudad, de los helicópteros sobrevolando la ciudad.
Y siente las manos de Yoongi apretar sus hombros, asustado de lo mismo que ven; una bestia gigante alada con cola agitando sus alas encima de un lugar y ambos reconocen donde es; encima de la cafetería, de su hogar.
¿Qué demonios estaba sucediendo?
"Estoy tan aburrida" Nari se queja.
Ella salta frente a Seulgi que se mantiene en la barra, mirando directamente hacia la puerta por la que no ha entrado absolutamente nadie. Ha visto a la gente caminar, mirando de soslayo la cafetería y pasando de ella. Mira hacia la niña que espera pacientemente a que Seulgi le ofrezca una solución genial.
"Yo también estoy muy aburrida" suelta, viéndola subirse a un taburete con cuidado, frente a la barra.
"¿Por qué nadie ha venido?" pregunta de forma inocente y Seulgi acaricia su cabello.
"No lo sé, honestamente" se encoge de hombros. "Quizá están muy ocupados."
"¿Y Taehyung? ¿A qué hora vendrá?"
"Dentro de poco" asegura esta vez con una dulce sonrisa. "Si te estás aburriendo demasiado; podrías subir con Jin y pedirle que te muestre una ballena."
"¿Una qué?"
"Una ballena; ve" la incita y Nari baja del taburete con prisa, ella corre lo más rápido que puede hacia el piso de arriba donde Seokjin se encuentra preparando el almuerzo porque pronto será hora de ello.
Seulgi se mueve por la barra, tamborileando un poco impaciente y confundida ante la falta de ganancias que van a tener ese día. Sin embargo, la televisión con las noticias detiene sus pensamientos porque se ha quedado completamente en silencio.
Frunce el ceño, mirando hacia la pantalla que ha quedado en blanco con el símbolo de la familia Jung y la compañía eléctrica junto a unas palabras que rezan: Atención.
La imagen cambia y se encuentra con un hombre extraño enfundando en un traje elegante, y Seulgi descubre que es Jung Sunwoo; el hijo del fundador del imperio Jung.
"Saludos, queridas ratas de alcantarillas" es lo primero que suelta y su voz se escucha tan fuerte, ella descubre que es porque no solo está sonando en la televisión; si no en los megáfonos en toda la ciudad. "Como cerebro de la campaña de colaboración ciudadana, yo, Jung Sunwoo, jefe de seguridad pública, les doy la bienvenida."
Seulgi escucha a Seokjin y Nari bajando por las escaleras, pero no voltea a verlos, porque sabe a la perfección que ese mensaje es para ellos; lo presiente. Tanto Pegasus como la niña observan la pantalla, y Nari se aferra a la pierna de Jin, mirando y escuchando con temor.
"Ahora mismo no hay ni un alma en el planeta entero que no esté pendiente de ustedes" escupe. "Sí, les hablo a ustedes; Kim Taehyung y su grupo terrorista."
"¿Cómo...?" Seulgi susurra.
"Como noticia de último momento" sigue hablando. "El gobierno Jung ha confirmado que las amenazas y ataques a los Reactores que dan vida a todo el mundo son obras hechas por Kim Taehyung, Kim Seokjin, Kim Nari, Kang Seulgi, Park Jimin y Min Yoongi.
» Se ha avistado a miembros del grupo infiltrándose en las instalaciones" Seulgi siente un escalofrío recorrerla cuando la pantalla muestra imágenes de ellos entrando en diferentes momentos, enmascarados y luego deshaciéndose de ellas bajo los túneles por los cuales escapaban; cada facción siendo clara y delatándolos. Sin embargo, hay algo extraño; en ninguna de las filmaciones Namjoon aparece. "Las fuerzas de seguridad están moviéndose en busca de cada miembro para someterlos a su condena; la pena de muerte."
La imagen vuelve a cambiar, hacia una reportera que está en directo con miles de personas detrás de ellos.
"Me encuentro en el muro que divide el sector cinco con el seis" ella explica y detrás de ella hay dos hombres golpeándose, y gente con diversos carteles; unos apoyando a Jung y otros apoyando al 'grupo terrorista'. "Tras confirmar la ubicación de la base de los terroristas, el centro de emergencia de los Jung ha anunciado la evacuación; esta gente es peligrosa y debemos proteger a nuestros ciudadanos" ella tiene que dar un paso hacia atrás cuando uno de los hombres en pelea empuja al otro muy cerca de ella. "Como pueden observar; los habitantes están indignados de que se esté atentando contra el sostén de la ciudad, del bienestar de cada una de estas vidas."
"Nosotros" vuelve a decir Jung Sunwoo. "La familia Jung nos hemos comprometido a eliminar de raíz esta amenaza a la seguridad ciudadana. Y a nuestros ciudadanos, atenazados por el caos, les ofrecemos el mayor de los consuelos: ¡un buen espectáculo!" Sonríe.
Unas sirenas suenan de forma fuerte alrededor de ellos y Seulgi se sujeta de la barra cuando escucha el viento siendo batido de forma violenta. No entiende nada de lo que sucede y dirige su mirada hacia Pegasus y Nari, el primero sujetando a Nari con ambos brazos y apretándola contra sí. Hay un silbido comenzando a sonar, demasiado agudo y ensordecedor que aturde a los tres.
"¡¿Escuchan eso?!" grita Sunwoo desde la pantalla y los altavoces. "¡Kim Seokjin, Kim Nari y Kang Seulgi, les presento a Bahamut; su verdugo!"
Jin alza la mirada ante ese nombre mientras el silbido sigue aumentando de volumen y entonces, reacciona, mirando a Seulgi que ha cerrados los ojos, tapado los oídos mientras se encoje suavemente porque es demasiado para ella.
"¡Seulgi, corre!" le grita, pero es demasiado tarde.
Pegasus ni siquiera tiene tiempo de saltar bien cuando una bola de fuego azul impacta contra el techo y pared frontal del edificio; destruyéndola y logrando que el segundo piso caiga sobre el primero ante la falta de apoyo. Seokjin logra lanzarse hacia arriba con Nari en brazos, en el segundo piso y cuando mira hacia el techo abierto se encuentra con su hermano Bahamut volando encima de ellos con la boca humeando ante el disparo que ha hecho.
¿Cómo era posible que su propio hermano los estuviese traicionando?
Seokjin escucha los helicópteros que danzan alrededor de Bahamut, y sabe que desde ahí los están grabando.
"¡Seulgi!" grita Nari, sacándolo de su trance. "¡Seulgi!"
Ella agita sus piernas mientras mira hacia el segundo piso y Seokjin dirige su mirada hacia ahí también; el techo ha caído sobre la barra y la zona donde se encuentran las mesas, pero no logra ver a Seulgi entre los escombros y cuando el silbido vuelve a sonar, alza la mirada, encontrando que Bahamut está cargando de nuevo, dispuesto a matarlos.
A matarlo, a él, su hermano.
¿Qué le han podido ofrecer los humanos para que traicione no solo a su hermano, sino también a Madre? A su creadora, a su progenitora.
Seokjin no espera a que le disparen de nuevo, y lanza a Nari hacia su espalda, pidiéndole que se sostenga antes de transformarse en su verdadera forma; el Pegaso. La ropa se deshace en cuanto sus alas grandes, fuertes y magníficas salen de su espalda y se convierte en un elegante corcel con cuerno y las que despega hacia el cielo justo antes de que la otra bola de fuego azul caiga sobre el segundo piso.
Se eleva por los cielos de forma violenta y observa desde ahí que todo el sector está evacuado; ahora siendo una zona de guerra en la que los Jung pretenden deshacerse de Nari, Seulgi y él. Sabe de antemano que no podrá hacer mucho contra Bahamut; y lo peor es que él nunca se imaginó luchar contra uno de sus hermanos, así que realmente no sabe muy bien qué hacer, sobre todo porque pensar en Seulgi debajo de los escombros probablemente muy herida logra que se desconcentre y siente los brazos y piernas de Nari sujetarse con fuerza de él.
No puede volar con tanta libertad porque debe asegurarse que Nari no caiga o será su muerte. Bahamut se posa sobre uno de los Reactores exteriores, mirándole con furia y ¿odio? No puede descifrarlo, lo único que puede entender es que va en serio porque Bahamut vuelve a cargar y Pegasus decide llamar a Madre en busca de auxilio.
Todo va a volverse un infierno, él lo sabe bien, porque ante ese llamado, Madre llamará a sus otros hermanos y, entonces, la raza humana volvería a descubrir su existencia. O, en el peor de los casos, será ella misma la que se aparezca por ahí, dispuesta a cuestionar y castigar a su hijo.
Relincha antes de planear un poco y caer en picada sobre uno de los tejados pensando que debe hacer tiempo en lo que la ayuda llega. Su mente también llama a Taehyung, pero este no responde y eso lo alarma aún más.
En todo ese revuelo, su celular ha quedado en su habitación que ya está destruida, y no puede escuchar a Yoongi llamándole insistentemente, así que, en ese momento, todo el grupo está desconectado.
"¡No luches, Seokjin!" Sunwoo grita. "¡Es pérdida de tiempo; morirás igual!"
Seokjin salta de nuevo cuando Bahamut se lanza hacia a ellos y escucha a Nari gritar por el miedo a caer y arañando su cuello al sostenerse con fuerza. Es lo que menos le importa cuando Bahamut vuelve a alzarse en el cielo junto a él y Seokjin lo mira a los ojos, aunque su hermano es gigante y trata de comunicarse con él, exigiéndole que se detenga, que Madre no tendrá piedad en cuanto vea que lo ha atacado sin justificación.
Su hermano no responde, en realidad, Seokjin siente un bloqueo y se pregunta qué demonios está pasando con la comunicación ese día, ¿qué han hecho los Jung contra ellos?
De pronto, la tierra tiembla, pero ninguno de los dos, en el aire, se dan cuenta. Escuchan un grito colectivo por parte de la gente afuera que está espectando todo con pavor e incredulidad. Cuando lo escucha, Seokjin baja la mirada, encontrando que se está abriendo en dos, un edificio siendo partido a la mitad y cayendo por ley.
Entonces, las ve; Madre y Aquarius aparecen juntas; Aquarius se adelanta, con su cabello rosa agitándose fuertemente con una enorme aura rosada que cubre todo su cuerpo ceñido por un traje que parece de piel. Ella se lanza hacia Bahamut, con una mano iluminada y le dispara con una onda que desestabiliza su vuelo, empujándolo hacia atrás y Bahamut da una vuelta, desorientado, antes de caer sobre un techo, sacudiendo la cabeza.
"¡Bahamut!" grita Aquarius, exigiendo una respuesta hacia su hermano.
Madre se eleva como una sombra sin forma y se transforma en una esfera negra sobre el cielo. La raza humana, incluyendo a Park Jimin y Min Yoongi, observa a Madre crearse frente a ellos cuando su esfera se rompe en mil pedazos y una mujer con el cabello gris y corto, los ojos tapados por una corona de oro con alas que terminaban en fuego, y un vestido largo que se abría desde sus pechos, mostrando un leotardo negro con decoraciones de oro, mostrando sus piernas largas con unos tacones dorados y, en su mano, un cetro gigante que posee el mango negro, una lanza de oro al final de este, y al lado contrario un símbolo de oro abierto en el centro con una esfera de luz anaranjada. Sus labios están pintados de negro y abre la boca levemente al presenciar tal imagen.
Pegasus aprovecha el momento en el que todos se congelan admirando a Madre que está dando todo un espectáculo flotando en el aire, con un pie frente al otro, mirando la lucha de miradas que Aquarius y Bahamut tienen, baja hacia la cafetería, dejando a Nari sobre el suelo y ella se arrodilla en el suelo, con una mano en su corazón, tratando de asimilar todo lo que está pasando.
Seokjin vuelve a su forma humana, con nueva ropa que cubre todo su cuerpo y quita los escombros que puede con mucho esfuerzo, buscando desesperado a Seulgi.
"¡Seulgi!" grita desesperadamente.
Logra el objetivo de llegar hasta la barra, y con la fuerza de sus piernas eleva un trozo del piso de la segunda plata, quitándola de encima de la zona de la barra. Seulgi se encuentra ahí, boca arriba y con los ojos cerrados.
Se lanza hacia a ella, quitándole los escombros que mantienen su cuerpo inmovilizado y su corazón se estruja demasiado cuando ve demasiada sangre huir del cuerpo.
"Seulgi" gimotea, sosteniendo su rostro con sumo cuidado.
Seulgi abre los ojos con dificultad, mirándole de forma perdida.
"Déjalo..." murmura cuando Seokjin posa una mano sobre su vientre que tiene una herida profunda por algún escombro que se clavó sobre él al caer. "Jin... Si pudieras verte la cara ahora mismo."
"No hables, por favor" pide tratando de pensar qué hacer. "Las materias... ¿dónde las dejamos?"
"Así que" Seulgi sigue. "Vas a ser tú quien... escuche mis últimas palabras" ella sonríe con esfuerzo, pero es sincera. "Soy... una chica con suerte, Jin..."
"¡No van a ser las últimas, Seulgi!" le ruega temblando.
"Está bien, no pasa nada" ella lo calma, sin poder mover nada de su cuerpo y Seokjin mira sus ojos. "Estoy regresando al planeta, Jin... Yo solo... quería creer que... que podíamos lograrlo juntos..."
"Basta, voy a salvarte, por favor" las lágrimas comienzan a caer de su rostro hacia el de Seulgi.
"No... no llores, ¿he dicho... algo malo?" su voz se corta mucho y Seokjin no puede dejar de llorar. "Estoy bien... de verdad, estoy... estoy regresando al planeta... a mi hogar..."
Seulgi sonríe y su rostro está lleno de polvo y golpes, pero está tranquilo, está satisfecho, porque ella ha luchado hasta donde pudo, y ahora, mientras la tierra le llama, ella responde a su llamado, soltando su último respiro antes de quedar inerte en los brazos de Seokjin que la sostiene mientras tiembla de agonía y sufrimiento.
Y no puede escuchar a Nari llamándole desde afuera, a Aquarius manteniendo a raya a Bahamut, porque todo él está concentrando en reunir fuerzas de su herido corazón para elevar a Seulgi entre sus brazos y llevarla fuera porque no va a dejar su cuerpo abandonado ahí. Aún fallecida, ella no merecía quedarse atrás, sola y vulnerable.
"¿Qué te pasa, Bahamut?"
La voz de Madre resuena con fuerza y todos se quedan estáticos, incluido los helicópteros que, con sus camarógrafos dentro, siguen grabando todo su esplendor.
"¿Por qué no me respondes? ¿Cómo osas atacar a tu familia?" ella exige.
Bahamut responde a sus palabras, mirándola con sus ojos negros perdidos y ella aprieta el cetro con fuerza antes de apuntar hacia a él con este.
"Te ordeno que te detengas y me des una respuesta o tu castigo será peor."
Aquarius observa, confundida, como Bahamut se sacude, como si algo le impidiese obedecer a Madre y luego, la bestia corre por el tejado hasta golpear su rostro contra el muro de otro edificio, haciéndolo añicos.
"¡Bahamut!" Madre grita, preocupada por lo que está haciendo. "¡¿Qué haces?!"
Sin embargo, su hijo no la obedece, y sigue dándose contra los demás muros. En el tercero, Aquarius siente su vista ser cegada suavemente cuando un destello rojo, desde el centro de la frente de la bestia, se presenta y entonces, ella se dirige hacia a él.
Sostiene su cara desde uno de sus cuernos, obligándolo a detenerse y analizando su frente; Bahamut ha logrado abrir una herida en su frente, su sangre es azul, así que Aquarius sabe que ese destello rojo no es de él, sin embargo, encuentra rápidamente lo que es; una materia roja.
Se posa sobre el hocico de su hermano, introduciendo su mano sin pensarlo sobre la herida, obteniendo un chillido grueso y ensordecedor por parte de él. Cuando extrae la materia roja, la examina con cuidado y Bahamut cae inconsciente al suelo.
Aquarius no le sigue, flotando en cuanto deja de sentir el hocico de su hermano, escuchando como se estrella de forma sorda en el suelo y mira a Madre, mostrándole la esfera.
"Mire lo que sus queridos humanos hacen; materia manipuladora" explica ella.
La esfera es arrancada de su mano y vuela hacia la mano de Madre que la toma con sus uñas largas y pintadas de roja, analizándola sin expresión.
"¿Qué más deben hacer?" Aquarius cuestiona. "¿Qué más deben hacer para que se dé cuenta de que no vale la pena luchar por ellos? Han puesto a nuestro hermano en contra."
Madre guarda silencio, y alza la cabeza hacia Aquarius que la mira con preocupación mezclado de molestia.
"Madre... Yo..." ella habla, acercándose más. "No comprendo su insistencia con estos seres de poco valor, ¿qué espera de ellos? ¿Por qué tanta admiración? Nosotros, sus verdaderos hijos, somo más fuertes, inteligentes y menos egoístas. Al menos yo no voy a matar a un hermano como ellos lo hacen... ¿Por qué mandó a mis hermanos a hacer esto?"
Aquarius apunta a su alrededor.
"Mírelos, Madre, mírelos destruyendo todo a su paso, solo para asesinar" insiste. "No es justo que tenga que sacrificar los sentimientos de mis hermanos por una raza que no vale la pena."
Madre da un giro sobre su eje, mirando la escena y deteniéndose cuando ve a Seokjin arrodillado, con el rostro hundido sobre el cuello de Seulgi, con Nari llorando cerca de ellos dos, mirando con dolor el cuerpo fiambre de la chica.
Aquarius guarda silencio, esperando que ella entienda, que la comprenda antes de que sea tarde. Madre aprieta los labios mirando a su hija y ha tomado una decisión cuando suelta un jadeo, suelta la materia de manipulación, que cae hacia el suelo y se quiebra al impacto.
Cuando se quiebra, Madre suelta un grito estridente, angustiante como si le estuvieran arrancando algo porque lleva las manos hacia su pecho.
Y Aquarius no sabe qué hacer.
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