007
"Soy Jungkook" dice la voz del muchacho y ambos terminan suspirando de alivio. Sin embargo, Seulgi gira el pomo con cuidado, quitando los candados y abriendo un poco para ver si realmente se trataba de Jungkook.
En efecto, era el muchacho.
Estaba vestido con un pantalón blanco, una camiseta a rayas de manga corta y una gorra blanca sobre su cabeza. Jungkook se veía tranquilo, aunque estaba un poco preocupado por Taehyung.
Se le había complicado decidir entre ir a buscarlo o no. Y es que no podía evitarlo, teniendo en cuenta que Taehyung (y quizá Seokjin y Seulgi) era el único amigo que tenía. Jungkook no solía congeniar con otras personas, porque todo el mundo pasaba tan ensimismado en su mundo, sin importarles nada más allá de sus ombligos.
Ninguno de ellos tenía una motivación clara para existir; todo lo tenían en sus manos, eran "felices" y vivían cómodos gracias a los beneficios de la Energía Vital. Se vivía en un mundo tan perfecto y maravilloso que no lograban observar que solo era una ilusión, y que seguían existiendo para ser esclavos de una compañía que solo los llevaba hacia su fin.
Jungkook había caminado entre ellos preguntándose por qué nunca se sentía como los demás si tenía un hogar, comida, salud y todo para vivir tranquilamente. Siempre sin poder unirse a ellos e ignorar que realmente existía la maldad, que se encontraba con ellos, fingiendo protegerlos.
Ahora que se había encontrado con Taehyung, y descubierto todo lo horrible que se encontraba debajo de su sociedad, una empresa tétrica y una familia desalmada, entendía porqué nunca pudo sentirse seguro con los soldados, porqué se congelaba cuando los veía cerca.
Jungkook tenía los pies en el suelo, en la dura realidad. Y no, no era para nada lindo.
Y lo único que podía hacer era aferrarse a ese grupo de desconocidos que luchaban por rescatar lo único que les queda; el planeta.
"Vine a buscar a Taehyung..." murmura, sintiéndose un poco estúpido, ¿y si Seulgi y Seokjin creían que era muy intenso? Sus miradas y cuerpos se veían tensos, sin embargo, la chica soltó un largo suspiro llevando una mano hacia su corazón y cerrando los ojos.
Una vez los abrió de nuevo, Jungkook pudo encontrar a la bonita Seulgi que se había mostrado ante él el día que vio como los soldados asesinaron a esa mujer. Ella le sonrió y lo invitó a pasar.
"Pasa, pasa" ella se aparta, para que él pueda entrar y mira a Seokjin, pidiéndole que se calme.
Sin embargo, Seokjin cree que Jungkook ha venido en el momento indicado, así que se lanza hacia a él sin dudarlo, tomándolo de los hombros.
"¿Sabes conducir motocicletas?" le pregunta y Jungkook abre los ojos en grande, sorprendido. Seulgi se acerca a ambos.
"¿Qué? ¿Por qué le preguntas eso?"
"¿Puedes o no puedes?"
"Eh... Puedo conducir bicicletas, ¿cuenta?" Jungkook responde, nervioso. Seokjin asiente, pensando que es más que suficiente. Lo toma de la mano y lo hala hacia la parte trasera, siendo seguidos por una Seulgi confundida.
"Tienes que llevar a Taehyung hacia el mar de Japón, ¿puedes hacerlo?"
"Eh..." Jungkook no entiende nada, y mucho menos por qué tiene que llevar a Taehyung hacia el mar de Japón, pero está dispuesto a hacerlo. "Claro, puedo llevarlo."
Seokjin se detiene en la puerta que detrás esconde a Taehyung, y mira a Seulgi.
"Lo siguiente que verán, es algo que más tarde explicaré, ¿entendido? No se vuelvan locos."
Seulgi se tensa en su lugar, mirándolo con ojos afligidos y Seokjin espera que ella hable, observándola apretar los puños a sus costados.
"Sabes que si dices me asusto antes de tiempo" ella le recuerda y Pegasus asiente, acercándose para sujetar uno de sus puños, acariciándola suavemente.
"Está bien, lo siento. Es que todo esto es tan estresante" suspira. "Han pasado tantas cosas de golpe, cuando todo parecía estar yendo bien."
Jungkook espera en total silencio, preguntándose qué estaba sucediendo y si era prudente cuestionar o dejar que le contaran cuando quisieran. Después de todo, Jungkook entendía que él era como un extraño para ellos y que estaban tomando confianza de poco a poco. Pero él estaba dispuesto a ayudarles en lo que pudiera, para ganarse la confianza de todos ahí, para poder pertenecer de nuevo a una... familia.
Porque mirando como Seokjin calmaba a Seulgi en un momento de tensión, de como ella se relajaba y apretaba los ojos para prepararse a lo que sea que estaba detrás de la puerta y lo que venía en un futuro, quiso con todo su corazón pertenecer a ello. Ser parte de ellos y no estar solo de nuevo.
"Vamos" Seulgi dijo, Seokjin la soltó para abrir la puerta y entro primero seguido de los demás.
Taehyung se encontraba con la frente apoyada contra uno de los frenos de la motocicleta, con su mano sana sosteniendo su brazo perdido (lo que quedaba de él), el cuerpo envuelto en el suelo, con la manta húmeda por la sangre azul y Seulgi llevó una mano hacia su boca al percatarse de una mano humana saliendo del bulto. Jungkook cubrió su nariz porque él era muy sensible a los aromas, y ese cuarto no olía especialmente a flores.
"¿Qué? ¿Qué es eso?" Seulgi pregunta. "¿Matamos a alguien? ¿No dijimos que no nos mancharíamos las manos?"
"Bueno, sí" Taehyung dijo, alzando la cabeza. "Pero esa cosa no era un humano ni un super soldado. Tenemos que estudiarla, por eso lo traje aquí."
Taehyung le sonríe a Seulgi de forma inocente y ella frunce el entrecejo, la mirada de Capricornus se dirige hacia la presencia de Jungkook que está concentrado en no ahogarse en el asqueroso hedor que el cuerpo estaba empezando a expedir.
"¿Jungkook?" pregunta. "¿Qué haces aquí? Es peligroso..."
"Hola..."
"Va a llevarte al mar de Japón, porque me da miedo que te estrelles con un solo brazo" Seokjin corta cualquier platica y apura a todos a moverse.
"¿Sí?" Taehyung duda.
"¿Sí?" Jungkook responde, pero se escucha dudoso. "Sí, te llevaré. ¿Puede ser en mi bicicleta?"
"Necesitamos velocidad, así que se irán en la motocicleta" Seokjin repite, volviendo a alzar el cuerpo, mirando a Seulgi por un instante. "Asegúrate que Nari no baje y me encuentre moviendo un cuerpo."
"Vale."
"¿Sabes conducir?" Taehyung pregunta cuando Jungkook se acerca, abriendo los ojos en grandes estudia el medio de transporte y boquea suavemente.
"Nunca lo he intentado" responde. "Son demasiado caras para mí. Me sorprende que tengas una..."
"Siempre hay tiempo para aprender" Taehyung asegura sonriéndole, aunque esté agotado y cuando Jungkook lo nota, su rostro cambia al instante en preocupación.
"¿Qué te pasa?"
Ambos están ya solos en la habitación, Capricornus está a punto de responderle, pero sus ojos y cabello castaño comenzó a parpadear entre destellos azules, como si no tuviese energía para controlar la apariencia más humana que necesitaba para pasar desapercibido. Entonces, Jungkook llevó sus manos hacia la capucha del abrigo grande, cubriendo su cabello.
"Dices que siempre hay tiempo para aprender, pero no tenemos nada de ello. Así que hay que irnos" Jungkook corta, Taehyung asiente suavemente, agotado y se desliza un poco atrás para que el menor pueda montarse delante de él. Toma el manillar con ambas manos y se dice a sí mismo que es como una bicicleta, solo que sin pedalear. Y con un motor. Sí, sencillo.
Le quitó la pata lateral como primer paso, pero en cuanto lo hizo, su cara fue de pura sorpresa al descubrir el peso de la motocicleta que no era para nada comparado con su pobre y bonita bicicleta. Plantó los pies con fuerza para no irse de lado y escuchó la risita de Taehyung.
"Dios" soltó. "No creo poder controlar esto..."
"Tranquilo" el mayor murmura, Jungkook lo siente apoyar la frente en su hombro, pasando ambas manos por su cintura. "Tú solo conduce, ¿vale? Yo haré que no pierdas el equilibrio."
"Vale" murmura con las mejillas rojas.
"Enciéndela" le pide, señalándole la llave. "Y abre el portón."
El menor obedece de forma diligente, y en cuanto la motocicleta se enciende con un rugido suave, casi como un ronroneo, Jungkook sonríe porque está nervioso y siente toda la adrenalina que ha empezado a invadir su vida desde el día en que creyó haber matado a Taehyung con su bicicleta el primer día que lo conoció llenarle las sangres. Ambos se colocan los cascos.
El portón se abre, mostrándole las calles, no las subterráneas, y Jungkook se pregunta qué debe hacer.
"¿Y ahora?" cuestiona.
"Sí" Capricornus murmura. Lleva su mano hacia la de Jungkook colocándola en el acelerador. "Acelera y sube el pie."
"Pero-."
"Estaremos bien, te ayudaré, confía."
Jungkook asiente, y, en cuanto acata la orden de Taehyung, la moto se impulsa de golpe hacia adelante y apenas logra recordar que debe subir el pie para no desgastar la suela de su zapato contra el pavimento. Jungkook tiene la dicha (y suerte, también) que el camino es recto por el momento y se sujeta con fuerza del manillar sintiendo el viento abrazarle todo el cuerpo.
Otra sonrisa se cuela en su rostro y mordisquea sus labios tratando de reprimir sus sensaciones porque seguramente le parecería ridículo a Taehyung que se emocionara por conducir algo tan simple como una motocicleta.
Pero, entonces, se da cuenta de una cosa.
"Espera, ¡¿cómo rayos giras con esto?!" grita de pronto, al ver que se están acercando a un cruce.
"Piensa que es tu bicicleta, yo mantendré el equilibrio, ¿vale?"
Jungkook asiente, y tensa todo su cuerpo en cuanto debe cometer el cruce. La motocicleta se inclina suavemente hacia el lado contrario y Jungkook siente que ambos perecerán ahí mismo, sin embargo, Taehyung cumple su palabra y mantiene la motocicleta en su lugar hasta que terminan de cruzar.
Jungkook respira, y vuelve a sonreír.
"Eso fue... increíble" comenta, emocionado. Taehyung suspira contento, aferrando su puño en la parte delantera de la camiseta de Jungkook, tratando de mantenerse consciente porque realmente se siente agotado.
Unos cruces y unos kilómetros recorridos más y salen hacia la costa del mar de Japón. El viento sopla fuertemente con ese aroma salado, con las olas golpeándose entre sí y a la orilla. Jungkook frena como buenamente puede y clava los pies en la arena, asustado, pero a la vez contento por no haber muerto en el intento. Se quita el casco y lo cuelga en su brazo, girándose hacia a Taehyung.
"¿Puedes levantarte?" pregunta, y Taehyung sacude su cabeza.
"Necesitaré que me ayudes, por favor..." pide con la voz cansada, quitándose el casco con una sola mano y Jungkook asiente. Entonces, el menor se levanta de la moto, y en cuanto lo hace, el vehículo se va hacia un solo lado, casi cayendo. "¡Jungkook!" exclama Taehyung, divertido, mientras, con sus pocas fuerzas, logra evitar que la motocicleta les caiga sobre las piernas a ambos. Jungkook chilla asustado y lo mira esperando un regaño.
Sin embargo, Taehyung suelta una gran carcajada desde el fondo de su alma.
"¡Tu cara!" apunta con su sonrisa cuadrada y Jungkook se sonroja, pero no avergonzado, si no porque, para él, la sonrisa de Kim Taehyung es lo más bonito que sus malditos ojos van a presenciar. "¿Te asustaste? ¿Uh?"
Y se pregunta porqué demonios a Madre se le ocurrió hacer tan bonito a su hijo, porqué tuvo que hacerlo tan perfecto y con una belleza incapaz de ser igualada.
"Jungkook" llama con suavidad y Jungkook asiente, volviendo al mundo. "La pata lateral."
"Uh, sí, sí, sí" responde, colocándola y cuando la moto está estable, Jungkook baja primero. "Lo siento" pide avergonzado, ofreciéndole sus manos. "¿Cómo te ayudo?"
"Necesito apoyarme y llegar al mar. Ahí, mis hermanas me pueden ayudar."
"Vale" Jungkook deja que el mayor pase el brazo sobre su hombro, lo sujeta de la cintura, y ambos se mueven a paso lento hacia la arena. El mar lame la orilla, hasta que ellos dejan que acaricie sus zapatos.
Al menor no le importa mojarse la ropa en lo que ayuda a Taehyung a poder llegar un poco al fondo del mar, el agua cubriéndoles hasta la cintura. Entonces, cuando mira hacia abajo, más al fondo, observa varios cuerpos con cola dirigirse hacia a ellos.
"Aquí" Taehyung murmura. "Ellas me llevarán" Jungkook asiente, soltándole y Taehyung se deja caer hacia adelante.
Jungkook descubre que, cada que cosa que Taehyung haga o esté relacionado con él, es fascinante, porque sus ojos miran maravillados como todas las hermosas sirenas alzan sus manos hacia el cuerpo de Taehyung que se deja caer con toda su confianza puesta en ellas. Los cabellos de colores pasteles y corales, se agitan con el agua, sus colas se impulsan y sostienen entre todas a Taehyung, llenándoles de besos.
Con sonrisas coquetas y dulces, lo aferran a ellas, aseguran su cuerpo para comenzar a moverse hacia un resplandor al fondo, que es el nenúfar de Taehyung viniendo a su rescate y llamado. Una de las hermanas de Taehyung se gira hacia Jungkook, con grandes ojos rosas y el cabello largo decorado con flores marinas lo mira con dulzura, y Jungkook sabe que es agradecimiento.
Ella golpea con su cola para seguir a sus hermanas y el nenúfar abre sus hojas, extendiéndolas, dejando a la vista de Jungkook una enorme flor rosa que también extiende sus pétalos, con el centro como una dulce cama. Sus hermanas lo depositan suavemente, cada una besando su frente antes de dejarlo solo en la planta acuática y que la flor volviese a cerrar sus pétalos, para ofrecerle calidez y seguridad a Capricornus.
Jungkook salió del agua, empapado de la cintura hacia abajo, con la ropa y los zapatos pesándole. Se acercó a la motocicleta y se sentó frente a ella, a esperar de forma paciente a Taehyung.
"¿El padre de Nari, dices?"
La voz de Jimin interrumpe a Jin que se queda callado antes de asentir a ambos.
Park suelta la mano del cuerpo inerte sobre la mesa que está siendo estudiado por Seokjin mientras le comenta qué es lo que Nari le había dicho acerca de su familia. Yoongi se encuentra cerca de la puerta, escoltando que ni Hoseok ni Nari entren a ese lugar, aunque duda mucho que alguno de ellos dos supiese la forma de encontrar la base de su hogar.
"¿Podría ser que es un super soldado?" Yoongi cuestiona en voz alta, con el ceño fruncido, pensativo.
"Esa es mi primera teoría" Seokjin menciona. "Sin embargo, me parece muy extraño que primero el gobierno se niegue a darles ayuda a los marginados por estar en contra de ellos y luego les ofrezca unirse a sus soldados. También, ¿por qué el padre de Nari, y todos los que fueron, decidieron aceptar? ¿Acaso no estaban dispuesto a defender sus principios?"
"No es tan sencillo aferrarte a tus principios cuando tu supervivencia está en riesgo" Jimin comenta y Seokjin lo mira de reojo. Jimin suspira. "Puede que todos estuviesen dispuestos a luchar, y sobrevivir de forma justa, sin aprovecharse de la Energía Vital. Sin embargo, tú, yo, todos nosotros sabemos bien en qué condiciones vivían esas personas antes que llegáramos a ofrecerles un poco de ayuda. A veces... La necesidad es más fuerte..."
"Pero, de ser así" Yoongi vuelve a hablar "¿qué se supone que debamos hacer? ¿Ir a buscarlo? ¿Vale la pena hacerlo? Quiero decir, sé que es el padre de Nari, que es la única familia que a ella le ha quedado, y que verlo sería de mucha ayuda y una esperanza para ella. Sin embargo, ¿cuántos años han pasado? Si el padre de Nari lleva mucho tiempo entre los soldados, puede que su mente y consciencia esté completamente desaparecida o, bien, él esté muerto. Entonces, ¿qué se supone que deberíamos hacer?"
"No estoy diciendo que vayamos a salvarlo, ni a él ni a todos los que fueron" Seokjin detiene quitándose los guantes. "Lo que digo es que debemos investigar porqué se los llevaron luego de marginarlos, y cómo... Cómo crearon esta cosa" apunta el cuerpo.
"¿Qué se supone que es?" Jimin pregunta, preocupado y Seokjin aprieta los labios.
"No sé ni como llamarlo" responde, viéndolos a ambos acercarse. "No es un ser humano, eso es claro, sin embargo, todo su cuerpo es... Es una mezcla extraña entre restos humanos, plástico, acero y metal, únicamente funcionando con esto" Seokjin les acerca lo que parece ser el corazón que es una esfera brillante azul con diversos agujeros por los cuales se asoman tubos que parecen conectar todo el cuerpo. "Esto bombea la Energía Vital por todo el cuerpo. Pero lo preocupante no es eso, lo preocupante es que sabemos que la Energía Vital necesita algo de qué alimentarse para seguir el ciclo de la vida."
"La Energía Vital está compuesta por todos los que han perecido, ¿no es así?" Jimin recuerda y ambos asienten.
"Todo lo que rodeaba esta cosa está compuesta de restos humanos, y..." Seokjin aprieta los labios. "Al estar en descomposición, y expuesta al aire libre..." los menores observan como Seokjin, con un bisturí, raja un poco el pecho que, a simple vista, parece el de un ser humano normal, expulsa un olor fétido y de él las típicas larvas de moscas salen retorciéndose.
Los menores se cubren la nariz antes el hedor, y Yoongi observa admirado como algunas de esas larvas tienen heridas, como si les faltaran trozos.
"Me estás jodiendo..." Yoongi exhala. "¿Está diciéndome que los Jung tuvieron la asquerosa idea de usar restos humanos para que las larvas alimenten la Energía Vital que mantiene consciente y funcionando a estas cosas?"
"Exacto" Seokjin dice. "Los restos humanos ya no tienen vida, y con su descomposición es posible mantener la Energía Vital funcionando, el problema es que para que este cuerpo funcione de la forma en que lo hace, necesitaban aún más vida, por ello, dejaron el pecho libre de metal o cualquier otro material que no sea humano expuesto al aire libre para que las moscas pudieran dejar sus larvas, solo así... Solo así podría esto moverse."
"Pero... ¿No necesitarían mucha carne en descomposición?" Jimin cuestiona.
Seokjin lo mira con el rostro pálido y señala todo el cuerpo.
"Es una coraza hecha de diferentes materiales, y la llenaron con carne humana" Seokjin explica. "Jimin, Yoongi, lo que trato de decirles, es que estas cosas no van a durar mucho, pero si pudieron luchar contra Taehyung y de paso arrancarle un brazo, creo que están entendiendo lo peligrosas que son... Y, que no sabemos cuantos más pueden tener en la compañía..."
"Alto, ¿de dónde consiguieron todos los restos humanos?" Yoongi detiene. "Quiero decir, ¿son los restos de los super soldados?"
"Pienso que sí" Seokjin asiente. "Supongo que, de ellos, y... de las personas que mataron en plena luz del día. No me sorprendería tampoco saber que algunos prisioneros y criminales."
"¿Qué demonios le pasa a la familia Jung?" Jimin exclama. "Cada día... Pierden aún más la cabeza y todo... Todo para mantenerse arriba..."
"Espera, ya sabemos que esa gente ha perdido toda moral y ética que cada humano debería poseer. Lo que yo no entiendo aquí..." Yoongi empieza, y mira a Seokjin. "Es que crear esta cosa, suena muy sencillo. Atroz, pero muy sencillo. ¿No hay una trampa? ¿Tan fácil es crear monstruos?"
Seokjin sonríe de forma orgullosa, aunque en su rostro hay preocupación.
"Siempre tan inteligente, Yoongi-ah" Seokjin borra la sonrisa antes de hablar. "Madre es la única que podría crear algo tan horroroso como esto, me duele aceptarlo, pero no voy a negar que algunos de mis hermanos son demasiado peligrosos y temibles. Como Aquarius, incluso, el mismísimo Taehyung. El problema es que Madre nunca aceptaría trabajar con la familia Jung, es por ello por lo que quiero averiguar cómo demonios lograron hacer funcionar de una forma tan nefasta algo tan peligroso como esto."
Jungkook alzó la cabeza cuando el mar rugió fuertemente, encontrándose con el nenúfar emergiendo del agua con fuerza y agitando el mar, logrando que varias olas golpeen hacia afuera, rodeándolo. Los pétalos de la flor se abren de nuevo, dejando ver a Capricornus vestido completamente de blanco y sin un solo rasguño.
El menor boquea sorprendido, de verdad, que todo lo que tenga que ver con Taehyung era simplemente mágico e increíble. ¿Cómo es que Madre había creado algo tan perfecto en medio de un impulso para protegerse? ¿Cómo podía haber sido eso?
El nenúfar comenzó a acercarse hacia la orilla para que Taehyung no tuviese que recorrer tanto. El rubio se acerca rápidamente hacia la orilla, sin saber si es prudente volver a entrar al agua. Sin embargo, ya se encuentra mojado, así ¿qué mas daba? Volvió a entrar hasta que no sintió el suelo y nadó hacia el mayor.
Taehyung, con su cabello azul, estiró sus brazos hacia arriba, cerciorándose que todo estuviese bien en él. Ah, su forma humana era tan frágil. Pero lo eran aún más los verdaderos humanos.
"¡Taehyung!"
Como ese chico exponiéndose a un posible resfriado al esperarlo al aire libre con la ropa húmeda y volviendo a entrar nada más para ayudarlo cuando él simplemente podía caminar en el agua. Taehyung se incorporó suavemente tratando de adaptarse al nuevo brazo.
"¿Jungkook?" pregunta su voz teñida de preocupación. "¿Qué haces? Debiste irte a casa. Vas a enfermarte."
"No quería dejarte solo" responde, sujetándose del nenúfar para mantenerse a flote sin necesidad de gastar energía y fuerzas. Taehyung lo mira directamente a los ojos, sin embargo, Jungkook está concentrado en revisar el estado del mayor, en busca de heridas. "Y no sé conducir la motocicleta sin ti... ¿Te encuentras mejor?"
"Ah, lo había olvidado" comenta golpeando su frente y cae boca arriba de nuevo en el centro de la flor, mirando el cielo que está oscureciendo. "Seguro Seokjin ha averiguado ya qué eran esas cosas..."
"¿Uhm? ¿Hablas del cuerpo?" el menor pregunta y Taehyung asiente sin devolverle la mirada.
"¿Está mal si no quiero saber la respuesta? Solo..." su brazo nuevo cae sobre su frente observando como las estrellas comienzan a aparecer poco a poco, como lucecitas siendo encendidas una a una. "Solo estoy un poco cansado de esto. Nunca pensé que fuera sencillo, por mi Madre que no, pero... Tampoco creí que fuera tan complicado y que los Jung estuviesen tan avanzados... Tan... fuera de sí."
"Estás estresado" Jungkook concluye, apoyando su barbilla en sus antebrazos. "Es normal... No es un problema común, es algo demasiado grande y, básicamente, todo el mundo está involucrado... Hay demasiadas vidas en peligro, y-" Jungkook se corta, y ríe suavemente antes de que Taehyung le dé una mirada interrogante "Iba a decir que eres humano..."
"Solo has visto mi forma humana. Claro que piensas que lo soy" Taehyung comenta y luego suspira. "Sube, te vas a enfermar si sigues ahí."
"Uh, ¿no volveremos aún?"
"No quiero regresar aún, ¿tú sí?" sus labios se fruncen en un puchero adorable, antes de acostarse sobre su lado, deseando que Jungkook le de una respuesta negativa. Si Jungkook desea irse a casa, Taehyung tendrá que llevarlo porque el menor no sabe conducir la motocicleta. No le molesta ni le parece demasiado, solo que quiere... Desconectar un momento.
Su cerebro está demasiado atareado entre el dilema que surge de vez en cuando cada que siente que es imposible salvar a la raza humana. Sin embargo, todo se siente demasiado extraño, porque mirando los ojos del menor, la idea de abandonar se desvanece poco a poco, porque si decidiera dejarle el mando a Aquarius no solo Seulgi y los demás desaparecerían, si no, también Jungkook.
Y Taehyung cree que Jungkook ya ha perdido demasiado como para también perder la vida.
También está Nari, ¿cómo podría dejarla morir cuando su madre se esforzó para esconderla con la esperanza que ella encontrase la libertad que su presencia había dado a entender? Taehyung los había impulsado a luchar, a mantenerse de pie hasta el final, y, ahora que habían perecido, ¿cómo podía dejarlo morir en vano? Taehyung no tenía el corazón para ello. Simplemente no podía.
"No, estaré solo como siempre" murmura bajito, con voz apenada ante su lastimera existencia. Jungkook no quería que Taehyung sintiera pena por él, pero tampoco quería alejarse de él.
"Sube entonces, puedo cerrar los pétalos y que el frío no nos mate. O, bueno, a ti." Taehyung invita, a lo que Jungkook asiente y se impulsa con sus brazos para subir a la planta acuática gigante, con la ropa empapada y escurriendo, pesada y pegada a su cuerpo. Taehyung le ayuda dándole una mano y tira de él hacia el centro de la planta.
Entonces, Jungkook puede darse cuenta de que es realmente enorme y blandito, es simplemente acogedor, justo como Capricornus. Se disculpa porque está mojando el lugar, pero Taehyung niega, acostándose de nuevo sobre su costado y Jungkook copia su acción, pero boca arriba, observando como los pétalos se cierran como una bóveda.
Por un momento, se quedan a oscuras, hasta que los pétalos se iluminan suavemente con varios puntos de luz, como si fueran pequeños focos, como los que se suelen usar para Navidad. Jungkook sonríe de forma nerviosa cuando siente como el nenúfar comienza a sumergirse como un submarino, hacia el fondo del mar y el aire no se extingue. Es tan imposible, tan irreal, y le gusta.
A Jungkook le gusta todo este mundo irreal que Taehyung es. Ha vivido tan cotidiana y mundanamente que le fascina encontrar lo menos pensado en ese chico de cabello azul al que atropelló sin querer con su bicicleta.
Tal y como lo prometió, el nenúfar se mantiene cálido y Jungkook se siente completamente seguro en ese lugar. Puede observar las siluetas de algunas algas bailando en los pétalos del nenúfar, escucha el burbujeo suave del agua, y también el canto suave y melódico de alguna hermana de Taehyung que nada algo lejos de ellos.
Jungkook se gira, mirando a Taehyung que se ha mantenido observándolo en silencio. Su brazo nuevo se acerca a su rostro y sus mejillas se calientan en cuanto el mayor aparta los mechones de su rostro, despejando su frente. Ninguno de los dos dice algo, no es necesario.
Se miran a los ojos por un largo momento, sin pensar, sin ninguna intención más allá de valorar las facciones y rasgos del otro. Taehyung no aparta la mano, y con sus dedos finos delinea la nariz y la barbilla del menor. En el tiempo en que ha estado en la Tierra, Taehyung ha encontrado humanos lindos, sobre todo los niños ante sus ojos son demasiado bonitos, pero Jungkook... Jungkook tiene algo que él simplemente no puede dejar de... ¿Adorar?
¿Serán sus labios delgados y rosas como rubíes? ¿Su piel suave como terciopelo? ¿Su cabello dorado como el sol? ¿Sus lunares que lo incitan a besarlos? ¿O serán esos ojos que contienen una galaxia con estrellas infinitas? Sí, Taehyung tiene una debilidad por sus ojos; tan grandes, tan redondos, tan dulces y llenos de honestidad. Podía mirar sus ojos en busca de respuesta y las encontraría.
"Eres extraño" suelta de pronto y Jungkook lo mira confundido, simplemente esperando, disfrutando de la mano acariciando su rostro. "Ustedes siempre me han parecido interesantes, antes y ahora, pero nunca había encontrado un ser humano como tú."
"¿Es eso malo?" pregunta en un susurro, sintiendo su corazón latir fuertemente no queriendo ser rechazado. Estaba tan cansado de la soledad, estaba tan cansado de no tener familia, de no tener amigos, él... ¿Lo considerarían ellos su amigo? ¿O simplemente eran amables porque él se veía, y realmente es, tan vulnerable?
"No, nada que ver" responde Capricornus, no apartando su mano, esta vez, dejándola descansar sobre su brazo, suspirando. "Lo digo porque me haces sentir de diferente manera, de una bonita y diferente manera. Me siento en paz cada que te siento cerca, siempre logras traerme de vuelta entre todos mis pensamientos que me mantienen atrapado en decisiones impulsivas y que podrían solo dañar a terceros."
Cierra los ojos con suavidad, de forma natural. Está agotado, a pesar de que su nenúfar ha logrado devolverle, o hacerle, mejor dicho, un brazo nuevo y curado sus heridas, se siente tan agotado por el abuso de su poder estando herido, desangrándose. ¿Conocería ese dolor Aquarius? No lo creía. Aquarius nunca se metía en problemas, siempre tan centrada en sí misma, siempre girando en su propio eje. ¿Cuándo fue la última vez que compartió risas con su hermana? Habían nacido del mismo vientre, del mismo impulso, con el mismo objetivo, y ahora ellos estaban tan... Separados. Pensar en la relación deteriorada con su hermana solo lo agota un poco más, y quiere dormir, pero está consciente de que quizá Jungkook no quiera dormir ahí y tenga hambre.
"Taehyung."
Su voz lo trae de nuevo hacia la conciencia, y abre los ojos batiendo sus largas pestañas, hasta que sus ojos azules y profundos conectan con los del menor, esperando sus palabras. Su ceño se frunce preocupado cuando observa que hay temor en ellos, y los rasgos de Jungkook se ven asustados, como perdidos.
"Cuando todo esto termine, te irás, ¿no es así?"
Taehyung aprieta los labios, no puede mentirle. No quiere mentirle. Taehyung no podía quedarse. Mejor dicho, Capricornus no puede quedarse. No es un ser humano, no pertenece a la Tierra, él pertenece a las infinitas galaxias, girando alrededor de Madre o simplemente viajando en el tiempo en su nenúfar que lo protegía y abrazaba con sus pétalos. Ese nenúfar tan suyo, tan adherido a sí mismo, ese nenúfar que perecería si él falleciese, si se extinguiese como la llama en una candela ante el viento.
"Tendré que irme" afirma, y los ojos de Jungkook multiplican las estrellas dentro de ellos y se cristalizan, apretando los labios y asintiendo para no llorar como un bebé frente al mayor. No es un niño, Jungkook es un chico grande, él necesita aceptar y superar, por más que duela saber que Taehyung se irá en un incierto futuro, él necesita seguir... "Quisiera quedarme, pero yo no pertenezco aquí."
"Lo sé, lo siento, es solo que..." Jungkook vuelve a mirarlo, con las lágrimas derramándose en sus blancas y lisas mejillas. "Solo... Te quiero."
Taehyung entrelaza sus manos y se acerca para besar su mejilla con suavidad, Jungkook cierra los ojos disfrutando el contacto. Dios, ¿cuándo fue la última vez que alguien lo contuvo? Jungkook había tenido que creer en un mundo tan perfecto para casi todos a su alrededor y tan oscuro para él. Disfrutaba su propia compañía, pero a veces se sentía tan desolado que no podía evitar preguntarse porqué seguía de pie, ¿a quién le importaría si se fuera? Todos estaban concentrados en su vida, ni siquiera se preocuparon por el menor de edad desamparado aprendiendo a vivir y soportar el mundo adulto cuando solo era un niño...
Se había saltado tantas etapas y lágrimas que tener a alguien que le dijera que lo quería de forma sincera había sido demasiado devastador y reconciliador al mismo tiempo. Taehyung lo había destruido y reconstruido al mismo instante, con solo un par de palabras llenas de ternura y afecto. Jungkook solo quería hundirse en su pecho y devolverle todo el cariño dado.
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