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veintitrés: corazón dulce

NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y/O COMENTAR xoxo <3


CAPITULO VEINTITRÉS: CORAZÓN DULCE

PERCY ERA UN IDIOTA.

Al menos eso era lo que Maliah pensó la primera vez que con un completo descaro, se atrevió a humillarla de la forma más vil que alguien podría haber hecho.

Había golpeado su lado sensible, abriendo una herida que creía haber curado, pero que ahora se encontraba tan sensible y molesta, como si le hubieran echado sal encima.

Y con eso, se había ganado su odio.

Verlo o tenerlo cerca no podía ser más que un fastidio completo. Percy era tan idiota como lo era de engreído, un tonto sabelotodo que sacaba conclusiones que, evidentemente, no le correspondían.

Tan torpe. Tan despistado. Tan molesto. Él era simplemente odioso.

Alguien como Jackson no podía ser de su agrado.

Y nada de eso mejoró aquel momento en el que el símbolo de Poseidon, el rey de los mares, flotó sobre la cabeza de Percy robando la atención de cualquiera.

Eso fue la gota que derramó el vaso.

Él no era digno.

No más que ella. No podía.

Era injusto.

Maliah había estado toda su vida esperando por su padre incluso sin saber la verdad detrás de él y, en cuanto lo supo, fueron meses implorando su presencia y buscando mil formas de llamar su atención, para luego llevarla a perder las esperanzas por completo.

Al parecer ella estaba destinada a ser olvidada como un trapo viejo sin valor.

Maliah empezaba a creer que su simple existencia no tenía relevancia.

No importaba cuanto Luke tratará de animarla o convencerla de lo contrario porque ella sabia la verdad, incluso aunque nadie más que Clarisse se atreviera a decirserlo.

Y apesar de odiar a la cruel hija de Ares, no podía no estar de acuerdo con sus palabras.

Tal vez era eso lo que la llevaba a odiar tanto a Percy, no su torpeza ni su forma de contradecirla sin parar, si no el hecho de que él pudo conseguir tan rápido lo que desde niña, ella había anhelado con desesperación. Pidiéndolo en cada vela de cumpleaños, en cada moneda tirada a la fuente, en cada rezó, en cada diente de leon esparciéndose por los aires.

Y nada funcionaba, nunca, no hasta que Jackson apareció.

Él lo había conseguido todo tan fácil mientras que ella, una vez más, solo era usada como un viejo juguete olvidado. Siendo la marioneta de alguien que solo la necesitaba para conseguir lo que estúpidamente se había robado de sus manos y ordenándole ser la niñera de un niño estupido que ni siquiera podía consigo mismo.

Desprenderse del campamento no fue fácil, mucho menos de Luke, quien antes de irse, solo logró confundirla aún más de lo que estaba.

Recuerda donde está tu lealtad, esa frase se repetía en su mente sin parar y aquel beso había sellado una promesa que en un futuro, complicaría su vida por completo.

Maliah sabia donde estaba su lealtad; con su madre, con sus verdaderos amigos, con su familia.

Con Percy.

Porque si atrevería a decir que Percy era ajeno a su vida, sabía que estaba mintiendo. Él se había impregnando en su mente, ocupando sus pensamientos y adueñándose de sus emociones.

Quería odiarlo, de verdad lo deseaba, pero cada segundo que pasaba, Percy lograba cambiar su perspectiva de todo lo que pensaba y odiaba que sin importar lo que hiciera, él siempre tendría una reaccion en ella que nunca podría controlar ni borrar, porque, lo cierto era, que el rubio ya ocupaba un lugar en su vida, en su mente, en su alma y en su corazón.

Él se había adueñado de ella por completo en tan poco tiempo y no entendía como había permitido tal cosa.

Maliah estaba confundida.

¿odiaba a Percy? Tal vez no como antes, pero ¿lo quería? Esa era una importante pregunta de la cual no podía encontrar una respuesta exacta.

Solo sabía que estar al lado de él ya no se sentía tan desagradable como antes.

No esperaba que las cosas se complicarian al recuperar el escudo del imbecil de Ares, ni mucho menos que, incluso protestando, Percy se sacrificará en su lugar.

A veces realmente odiaba esa parte de él, el tonto héroe que se sacrificaba por todos, pero que nadie lo haría por él. Aborrecía aquello, pero a la vez lo admiraba, le gustaba que sin importar lo que sucedería, Percy no podía ser egoísta.

Porque él no era así, porque Percy tenía un alma pura y genuina que sin importar lo que pasara, jamás podría cambiar, ni siquiera la bondad de su corazón.

Y tal vez eso era una de sus cosas favoritas.

Cuando sus ojos la observaron fijamente, todo pareció detenerse. Su mirada contenía un brillo especial que nunca antes había notado, pero que ahora parecían querer hipnotizarla por completo.

Los ojos de Percy eran como el color del mar y le transmitan una calma serena, la misma que provocaba escuchar las olas chocarse entre sí.

Quería decir tanto, pero a la vez, sentía como si las palabras no pudieran salir de su boca, pero esperaba que él realmente entendiera que no quería que se fuera.

Cuando comenzó a acercarse, sintió su cuerpo temblar por completo, algo que solo sucedía cuando Luke estaba cerca, pero no era él quien estaba ahí ahora, si no el tonto rubio que siempre lograba sacarla de quicio.

Y cuando sus labios tocaron los suyos tímidamente, todo se sintió extraño, pero no extraño de malo, si no de algo más.

Una sensación nueva apareció en su interior, algo que nunca antes le había sucedido.

Cuando al fin pudo reaccionar, ya era tarde, Percy ya se encontraba en esa silla, siendo agarrado por ella como una enredadera y convirtiéndose en uno solo, haciendo que la desesperación comenzará a crecer.

── Estoy bien. ── repetía el rubio dándole una pequeña sonrisa nostálgica, apagando su voz poco a poco.

A los segundos, lo único que se podía escuchar en aquel lugar eran los pequeños sollozos de la ojiverde mientras observaba al chico convertido en oro.

Su deseo se había cumplido.

Deshacerse de Percy era algo que Maliah había rogado desde el primer enfrentamiento y a pesar de que eso la hubiera hecho feliz en su momento, ahora le provocaba un vacío horrible.

Debio tomar el escudo e irse, rescatar a Grover y a Annabeth para luego terminar la misión.

Pero no podía abandonarlo como si nada. Eso no era justo y no había pasado el peor momento de su vida llorandole a su estupido padre como para ahora dejarlo ahí a su suerte.

Incluso aunque esa silla fuera como un laberinto sin salida, no se rendiría. Eso no era digno de ella.

── Felicidades, lo lograste, ahora puedes tomar el escudo y volver con tus amigos. ── escuchó una voz luego de unos minutos de puro silencio.

Dirigió la mirada rápidamente hacia arriba, donde aquel hombre de lentes y bigote puntiagudo, la observaba fijamente.

Lo reconoció rápidamente, Hefesto.

── No me iré sin él. ── afirmó dandole una mirada dura para luego volver a lo que estaba.

── Dije que podías irte, tienes es el escudo y debo admitir que Ares tiene muy poca paciencia. ── habló el hombre, nombrando a su hermano con un disgusto que no pasó desapercibido para la rubia.

── No me iré sin él. ── repitió firmemente, recibiendo una mirada de molestia.

── Estas yendo demasiado lejos, Maliah y a tu padre no le agradará este comportamiento. ── dijo y ella negó rápidamente con una sonrisa.

── ¿a mi padre no le agradaría? ── preguntó con una sonrisa burlona. ── Ese es su problema, lo que le guste o no, no es asunto mío, no haré lo que Zeus quiera o espera que haga y si no está de acuerdo en eso pues muy mal por él.

── ¿irías en contra de sus reglas?

── Las reglas deben ser justas, las suyas no lo son, solo sirven para su propio beneficio. ── contestó con molestia y él la observó fijamente.── Y no importa si quiere darme un castigo o si esto no lo hace feliz, pero no seguiré siendo su marioneta.

Suspiró sintiendo como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas nuevamente y observó la silla delante de ella, donde Percy aún se encontraba.

── Y no voy a dejar a Percy ── murmuró suavemente. ── No voy a abandonarlo, eso no es justo.

── A veces no todo justo y debes aprender eso. ── declaró Hefesto seriamente y ella negó.

── Tu creciste con eso, yo no, no fue lo que mi madre me enseñó. Cuando algo no es justo se debe cambiar para que lo sea, eso es lo correcto, eso es lo que está bien. ── frunció el ceño y lo observó con molestia.── Ustedes no piensan así porque no son buenos, porque juegan sucio, porque se lastiman entre ustedes, pero él. ── señaló al rubio.── Él no es como ustedes, él si vale la pena porque él si es bueno.

Hefesto la observó en silencio, analizando sus palabras con cuidado. Podía notar como fruncía su ceño levemente, pero en su mirada se encontraba una tristeza que en su vida, pensaba que podía existir aquel sentimiento en un Dios.

── Percy no hiere a los demás por gusto propio, él jamas lastimaría a los que quiere, porque él si es justo y bueno, pero ustedes nunca van a entenderlo. ── dijo haciendo una mueca y el mayor bajó la mirada.── No voy a dejarlo y si Zeus quiere hacer un berrinche por eso ¡adelante! ¡qué lo haga! Siempre ha hecho lo que quiere de cualquier forma.

Sabia que sus palabras podrían causar un problema y que probablemente su padre se molestaría, pero poco le importaba, Zeus no era relevante en su vida y si quería molestarse por hacer algo correcto, entonces él era el problema y no podía dejar que eso le afectará, no más.

Zeus no podía hacer siempre lo que quisiera, esperando que los demás obedecieran sin rechistar ¿quién se creía que era?

El titulo de Dios del Olimpo no era más que un chiste si era él quien lo portaba y Maliah no le haría caso a alguien que jamás se había interesado por ella.

Zeus podía irse al carajo.

Antes de siquiera poder hacer algo, un melodía corta la saco de su trance y observo rápidamente a Hefesto para luego observar la silla, donde sus manecillas comenzaron a moverse.

Caminó rápidamente de ella y vio como poco a poco, el oro dejaba de cubrir al rubio, liberandolo por completo. Sonrió levemente cuando él la observó perdido y pronto, cayó a sus brazos, donde sin pensarlo, lo sostuvo con fuerza.

── Eres buena niña, Maliah. ── escuchó hablar a Hefesto y rápidamente lo miraron. ── Tienes un buen carácter y un corazón puro, tal vez nuestra familia debería seguir tu ejemplo de vez en cuando. Lo comentaré con el resto y no te preocupes por papá, me encargaré de él.

Asintio levemente y dandole una última mirada, desapareció de su vista, dejándola con la única compañía del rubio.

── Ese era...

── Hefesto. ── concluyó con una leve sonrisa para luego darle un golpe en la cabeza.

── ¡auch! ── se quejó Percy con una mueca.── ¿eso por...

Pero fue callado rápidamente cuando los brazos de la ojiverde lo envolvieron en un brazo, dejándolo perplejo.

── No vuelvas a hacer eso, idiota. ── murmuró, sintiendo como se tensaba ante sus palabras.

A los segundos, los brazos del rubio la fundieron en un abrazo fuerte, como si temiera que ella pudiera escapar en cualquier momento.

Y si no estuviera loca, pudo jurar que un fuerte rayo sonó en el exterior.

HOLAAAAAAA !!!!

actualizar de madrugada ya es mala costumbre.

este cap es súper largo pero porque realmente me enganche escribiendo JJAJAJA además se necesita un cap desde la perspectiva de Maliah de vez en cuando.

en fin ¿cómo andan?

¿opiniones, algo?

Zeus en cualquier momento hace un tornado si Percy sigue cerca de Maliah JAJAJJA si no vinieron el tt sobre el último cap, vayan a verlo.

Poseidón el fan n°1 de Malcy

el fic ya tiene 7k de votos QUEEEEEEEEE les juro no me la creo. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, lo agradezco un montón <3

no se si mañana vaya a actualizar, capaz si o capaz no, depende mi humor.

también recuerden que ya estamos cerca del final y que probablemente la cantidad de capitulos sean 35 o 30, veremosss

no quiero terminarlo, pero ya quiero que lean el final, disfruten la paz mientras puedan :)

en fin, nos estamos leyendo en el próximo capitulo, buenas noches y cuídense muchoo muaaaa <3

- tina 💗


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