La primera vez que Mina vio a Nayeon se enamoró por completo de ella.

Era el cumpleaños de Sana, una amiga en común que tenían. Aún eran jóvenes, tenían 18 y 20 años. Pero Mina estaba segura de que algo dentro suyo se movió de alegría cuando la, en ese entonces, rubia se acercó a ella y la saludó.

Su charla fue entretenida, se reían entre sí y descubrían que tenían cosas en común; el arte y la música. Mina hacía ballet y Nayeon cantaba. Con el paso del tiempo, sus sentimientos sólo crecían y crecían.

Y siguieron creciendo hasta explotar.

Mina recuerda la primera vez que Nayeon usó el cinturón.

Tenía 22 años, había hecho enojar a Nayeon en una pelea. Ella creía que era otra discusión de parejas, sin embargo no todo fue así.

Esa noche Mina descubrió que estaba saliendo con un monstruo. Pero el arrepentimiento en los ojos de su novia le había hecho caer nuevamente, olvidando como se había reído de sus lágrimas y dolor.

Mina perdonaba fácil y Nayeon era excelente actriz.

El día de su boda, con 25 años, Mina ya ni siquiera pensaba en aquello. No se había vuelto a repetir, no habían peleado mucho.

Pero no todo es color de rosa.

Sólo hizo falta que no tuviera escapatoria para recordar con quién estaba casada.