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Fin


Su corazón comenzó a correr a mil por hora, su cerebro dejó de funcionar —¿Qué haces...

Él la interrumpió acercándose y recargando sus labios sobre los de ella, tomando su mejilla tiernamente.

Era tan delicado, tan lento que trajo lágrimas a sus ojos. Todas sus emociones desbordaban. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había sentido sus labios.

Melissa se dejó perder en el momento. Ahí, en Times Square en Año Nuevo,justo después de la media noche. Ese beso que tanto había anhelado por fin era de ella. Melissa sabía que en el fondo ella lo extrañaba demasiado. Siempre había sido él.

Pero su mente no procesaba nada excepto el dulce tacto de sus labios. Besar ahora, preguntar después, pensó.

Melissa respondía el beso con fervor, tomando a Bucky por el cuello delicadamente. Su brazo libre fue directo a su espalda baja y la atrajo lo más posible a ella. El beso duró como un minuto que se sintieron horas. No había nada de incomodidad. Era como si nunca se hubieran separado.

Bucky se alejó lentamente recargando su frente sobre la de la rubia. —Dios, como te he extrañado. —Dejó salir con dificultad para respirar.

—¿Qué estás haciendo aquí, Buck? —Melissa preguntó viéndolo directamente a los ojos. Solo para asegurarse que no estaba imaginando nada. —De verdad estás aquí, ¿no es cierto?

Él dejó salir una pequeña risa haciendo que su cara se viera mejor de lo que ella recordaba. Los ojos de Bucky estaban llenos de amor y concentrado en poder respirar apropiadamente. —Estoy aquí. —Dijo tomando la mejilla de la chica. —Y no desearía estar en ningún otro lado.

—¿Pero cómo? ¿Qué pasó con Ana? Tengo muchas preguntas. —Melissa seguía incrédula. —Nada de esto tiene sentido.

—Primero hay que quitarnos de la mitad de la calle. —Bucky sugirió tomando su mano y entrelazando con la de él. Todo la calle estaba llena de gente gritando y confetti. La voz de Frank Sinatra cantando New York, New York estaba a todo volumen mientras todo mundo seguía celebrando el final del año y comienzo de otro.

Los dos se detuvieron alejándose del tumulto de gente y él volteó a verla de nuevo. —Aquí podremos hablar mejor.

—Bucky. —Melissa estaba desesperada por respuesta y él lo sabía. ella no tenía la fuerza para no creer que eso fuera real. Necesitaba estar segura que él estaba ahí para quedarse.

—Leí tu artículo. —Admitió tomando ambas de sus manos entrelazando sus dedos. —Leí sobre tus planes de dejar la ciudad y volver, tus planes de dejar de viajar. Y no dejaba de leer la parte donde decía que dejaste escapar al amor de tu vida. Probablemente lo leí como 100 veces, tratando de no engañarme y no alzar mis esperanzas antes de hablar contigo.

Melissa vio su cara con cuidado.

—Ana me encontró leyéndolo, por cierto. —Bucky vio la unión de sus manos. —Ella vio el estado de como lo estaba leyendo y me preguntó si podíamos hablar, luego procedió a enlistar cada una de las razones por las cuales no quería seguir saliendo conmigo.

Sus ojos volvieron a los de ella. —Creo que sus exactas palabras fueron "No puedo seguir con alguien que está enamorado de alguien más.

A Melissa se le fue la respiración. —¡¿Qué?!

—Vamos muñeca, no me digas que no sabías.

—Bucky, te juro que no sabía, creí que tenías un anillo. ¡Creí que ibas a pedirle matrimonio a Ana! Han estado tanto tiempo juntos ¡Oh Dios! —Melissa se alejó y comenzó a caminar en círculos. —Oh Dios, ¿qué he hecho? Te he confundido. Hice que te sintieras nostálgico, está confundiendo tus sentimientos y tú-

—¿Podrías calmarte? —Bucky se acercó a la rubia para poder detenerla. —Mel, cálmate, tú no hiciste nada, no me confundiste. Te lo prometo. —Se puso frente a ella tomando sus brazos firmemente. —Tú sabes que jamás te he perdido de vista, te diste cuenta y no quiero sonar como un acosador pero nunca he podido dejarte ir. Mi nombre de usuario lo dice "Desearía que estuvieras aquí". Mel, nunca te dejaría ir, bueno, fisicamente si, no puedo obligarte a quedarte pero no al 100%.

Los ojos de la rubia se llenaron de lágrimas mientras bajaba la mirada escondiéndose. Esto no podía ser real, ella no lo merecía y Ana, pobre Ana...

Él soltó un suspiro, soltando un poco su agarre. —Todos los días, quise venir manejando a Nueva York para verte. Todos los días me pateaba por darme por vencido y nunca subirme al auto y venir a verte. No sabes cuanto me odie por dejarte ir, creyendo que todo había acabado entre nosotros. No fue justo de mi parte hacerte escoger entre mi y tus sueños. No fue justo para Ana, fui yo quien estuvo mal. Nunca le di mi corazón completo, pero no estaba en posición de dar. Era todo tuyo, siempre lo fue.

Melissa suspiró tratando de llorar pero no poder.

Bucky tomó su barbilla obligándola a mirarlo. —Mel, por favor no llores.

—Lo siento. —Dijo ella sin voz. —Lo siento muchísimo, Bucky. Nunca quise hacerte pasar por todo eso, ser un desastre para tu vida. Ana es tan dulce, ella era buena para ti y ella-

—Ella no es tú. —Él la interrumpió —Ella no era tu, y ella nunca iba a ser tú. Tú eres para mi. Lo sé desde esa Navidad en casa de tus padres.

La rubia colocó sus brazos sobre él, creyendo que así jamás se tendría que alejar de él. Creyendo que eso compensaría los 4 años que estuvieron separados. —Mientras más tiempo estaba lejos, más fácil era para mí convencer que había hecho lo correcto.

Sus brazos se ciñeron más a su cintura, pero no decía nada, la estaba dejando hablar esta vez.

—Me distraía constantemente. La distancia ayudaba. El trabajo se convirtió en mi todo. Inclusive me alejé de casa y de mi familia. Estaba asustada de que te vería feliz con alguien más y me arrepiento de todo. Estaba asustada de volverte a ver y que tú me vieras como una extraña.

Melissa sintió como se le dificultaba respirar.

—No creí que era para tí. —La rubia continuó hablando. Se sentía muy bien poder expresar todo lo que sentía. —Quería que estuvieras con alguien con quien compartieras tus sueños, que te quedaras y tuvieras familia. Yo en ese tiempo no era suficiente para ti.

—Claro que sí. Todavía lo eres.

—Bucky. —Ella susurró. —Creo que ambos lo arruinamos, pero jamás deje de amarte. No importaba a donde fuera, cada ciudad, cada playa, cada museo...todos hubieran sido mejor contigo a mi lado.

Melissa no podía dejar de verlo. —Por favor no llores más.

—¿Qué hay sobre el anillo?

—He tenido ese anillo por 5 años. —Dijo tímidamente. —Haz la cuenta.

¿Cinco años? La realización llegó a su mente como una tonelada de ladrillos. Ese anillo se suponía que era para ella. —Oh Buck...

Bucky rodó sus ojos. —Tu hermano es un chismoso, por cierto. Me hubiera gustado que preguntara antes de meterte ideas en tu cabecita.

Ella dejó salir una risa. —Nunca fue su intención.

—Sí. —Él asintió. —Es por él que estoy aquí. Steve y tu papá me regalaron todas sus milla aéreas para poder comprar un boleto de avión y llegar a tiempo. Traté de correr sin parecer sospechoso para la policía. Soy la razón por la cual Steve quería saber donde estabas.

Ahora todo lo que Steve le había dicho tenía sentido. —Y estás aquí.

—Y aquí estoy. —Sus bellos ojos azules no dejaban de brillar. —Sé que estás preocupada por Ana, pero te prometo que lo hablamos y terminamos en paz. De hecho ella me llevó hasta el aeropuerto.

Melissa no podía creer lo que estaba escuchando. —Tendré que enviarle una canasta de cachorros o algo que lo compense. Es increíble.

—Es muy amable. —Bucky asintió. —Y empática, ella perdió a un amor antes de mí. Pero cambiando de tema, hablemos de nosotros.

—¿Ahora somos un nosotros? —Melissa preguntó divertida. —¿Somos un nosotros de nuevo?

Él sonrió divertido. —Bueno, sin ofender, muñeca, pero no hice este gran gesto romántico para que terminemos siendo amigos.

Ambos se rieron mientras él se agachaba para besarla de nuevo. El pensamiento de besarlo de nuevo cada vez que ella quisiera le hizo estremecerse.

—¿Qué dices, Mel? —Bucky se alejó. —Ven a casa conmigo.

—Hmmm, ¿podemos mudarnos un poco más cerca de la ciudad? Solo que tardarías un poco más en llegar al trabajo.

—¿Crees qué me importa el tiempo en llegar a mi trabajo? —Bucky se rió. —Ese fue un muy buen chiste.

—Solo me aseguró de que está vez nos comuniquemos mejor.

—Lo que tú quieras. —Él prometió recargando su frente con la de ella.

—¡Hey, tórtolos! ¿Adivinen qué pareja aparecerá en la galería de Año Nuevo mañana?

Melissa se alejó al escuchar la voz tan conocida para encontrarse a Clint con una sonrisa malvada y una cámara en las manos apuntando a la bella pareja. —¡Clint!

—Oh sí cariño, lo hice. —Dijo asintiendo mientras saludaba a Bucky con una sonrisa. —Tengo a los dos en medio de Times Square. Vamos a escribir una conclusión y a tus lectores les encantará. ¡Van a ser publicados!

Bucky la tomó por la cintura de nuevo y la miró interrogante.

Melissa lo miró de nuevo con una sonrisa en el rostro. —Un feliz para siempre. —Ella explicó. —Mis lectores quieren un feliz para siempre.

—Ah. —Bucky asintió. —Un nuevo año, un nuevo lugar, una nueva oportunidad y un feliz para siempre. —Él sonrió. —Eso suena perfecto. 

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