—¿Quién?

—Bucky.

La sorpresa y preocupación aparecieron en la cara de Steve. —Mierda, lo siento. No creí que él estuviera por aquí. Él me dijo – creí que él estaría en – ¿sabes qué?, olvídalo, ¿quieres irte?

—¿Creíste que él estaría en otro lugar con la mujer con la que se está agarrando las manos? —Melissa mencionó mientras volteaba a ver su bebida. —¿Quién es ella? —Melissa se bebió su trago en dos segundos mientras Steve la veía ansioso.

—No la conoces. —Dijo murmurando mientras la reconfortaba colocando su mano sobre su brazo. —Su nombre es Ana. Es una maestra substituta en la escuela donde trabaja. Tienen algo serio me parece.

—¿Cuánto tiempo han estado juntos? —Melissa exigió queriendo saber, necesitando saber.

—Como dos años.

—¿Están –están casados? —Melissa tragó con dificultad aún sin ver los ojos de Steve.

—No. —Dijo gentil. —Ni si quiera están comprometidos.

Finalmente, Melissa alzó la mirada. —Puedo sentir que se viene un "pero" que no me quieres decir

—Pero. —Steve continuó con su voz calmada. —Él tiene un anillo, lo vi la última vez que estuve en su casa, no creo que él sepa que lo vi.

Con una firme determinación tomó su abrigo y su bolsa mientras se terminaba ahora, el trago de Steve. —Creo que debemos irnos. Hablaré con Scott mañana.

—Está bien. —Steve tomó su abrigo mientras volteaba a ver a su hermana. —De verdad lo lamento, Mel. No quería que te pusieras así. No sabía que lo verías tan pronto.

—Lo sé, Steve. —Le aseguró. —Se que no sabías, solo tengo mala suerte. Vamos a casa. Tengo que actualizar mi blog de todas maneras. —Se volteó hacia la puerta negándose a voltear a donde tanto anhelaba y desesperadamente quería.

Los dos dejaron el bar, sin notar el par de ojos azules que acababan de verlos salir.

***

—Hey, Mel. Sharon y yo iremos al centro comercial por unos regalos de última hora, ¿vienes con nosotros? Creemos que comprar lo más temprano este día será mejor.

Vio como su hermano entraba a la cocina, donde ella estaba trabajando checando unos emails. —Claro. No creo necesitar nada, pero me hará bien dar un paseo. Nada más deja terminar de responder este email y nos vamos.

—Okay, tienes diez minutos. —Él desapareció pero regresó antes de lo esperando sin dejarla responder la tomó del brazo. Steve era muy estricto cuando se trataba del tiempo.

Por suerte había terminado de responder varios emails, así que cerró su laptop y se estiró para iniciar a caminar.

A sus editores les había gustado la idea del bar, pero querían algo más grande que solo una locación. Ellos decían que la página de la revista estaba promocionando lugares para escaparse con sus parejas en Navidad, creyendo que la gente querría ver el mundo durante las fiestas.

Frommer's quería que intentara algo diferente, usando su nombre como ejemplo.

Wander Woman En Casa Para Las Fiestas. Había peleado para cambiar el cursi título pero ellos insistieron. La primera parte del artículo hablaría de la llegada, el viaje, reacciones. El bar y otros locales serían la segunta parte. La tercera sería acerca de amigos y familiares y la última parte, sería acerca de como había dejado todo eso atrás para comenzar una nueva vida y las conclusiones si tenía alguna.

La buena noticia era, que iban a ponerla en su sitio oficial justo a un lado de "A Donde No Ir Para Tu Luna De Miel De Invierno" y arriba de "Top 10 De Los Mejores Lugares Para Desayunar En Us." Tendría más visitas y posiblemente más libertad de hacer las historias que ella verdaderamente quería hacer, si tenía suerte.

Después de ponerse algo más cálido, los tres se fueron directo a la camioneta de Steve y se dirigieron al centro comercial.

—Estacionarse es una pesadilla. —Steve murmuró mientras se movía lentamente por el estacionamiento. —No puedo ni imaginarme como estará por la noche.

—Si hubieras comprado todo lo que te dije cuando te lo dije, no estaríamos aquí. —Sharon dijo jugando un poco con él.

Melissa se quedó callada mientras veía por la ventada del asiento trasero. Las multitudes no la molestaban pero había algo acerca de las compras navideñas que ponía a todo mundo de cabeza y eso era algo que no le gustaba.

Dentro del centro comercial no estaba mejor. Parecía que todo mundo había tenido la misma idea que Steve, creyendo que llegar temprano sería mucho mejor.

La gente estaba apresurada por todos lados, lo niños estaban formados para tomarse una foto con Santa, y Melissa comenzaba a tener comenzon por los nervios.

—Iré a la libería. —Les informó a Steve y Sharon. —Menden un mensaje cuando hayan terminado.

Ellos accedieron y ella siguió la ruta famiiar para la única libería en todo el pueblo. Era una hermosa tienda con muchas cosas que leer y mirar, e inclusive tenían una cafetería. Había pensado que encontraría un buen libros y tomaría un chocolate caliente y tal vez, tomaría unas fotos mientras esperaba a que su cuñada y hermano terminaran sus compras.

Sus ojos se dirigían a diferentes signos, pasó por viajes, hasta terror, luego por suspenso, ayuda personal hasta que se encontró com romances contemporaneos.

Este era un secreto que nadie sabía sobre ella, ni si quiera sus amigos más cercanos en Nueva York, sus colegas o inclusive Steve.

Pero ella se derretía por las novelas romáticas. Se ponía emocionada con tal solo saber de ellas, pero era verdad.

Después de ver el estante por unos minutos, encontró una que parecía buena opción y la tomo. Luego se fue a la cafetería por su chocolate caliente.

Uso un filtro de snapchat espacial para Navidad y se tomó una selfie con su trago. La publicó en su blog, pero está vez añadió una frase: ¿qué opinan de disfrutar un poco del centro comercial antes de Navidad?

Después de leer 50 páginas, y adentrarse en las vidad amorosas de Claudia y Dean, su mejor amigo/interes amoroso, finalmente recibió un mensaje de Steve de que estaban listos para irse.

Ya que no iba a quedarse con la duda de ese romance, pagó por el libro y salió para ir en busca de Sharon y Steve.

En el segundo que los vio, se detuvo como si hubiera una pared invisible frente a ella.

No estaban solos.

Bucky y su nueva novia estaban con ellos, hablanco cálidamente, ¿cuáles eran las posibilidades?

Melissa volteó a todos lados para ver si podía esconderse en algún lugar pero estaban en el camino directo hacia los estacionamientos. ¡Mierda!

Bucky eligió ese preciso momento de duda para voltear a verla.

Las puntas de sus orejas se pusieron coloradas mientras desviaba su mirada, diciéndose que no era muy tarde para correr. Pero entonces, agarró su bolsa con fuarzas mientras tomaba un gran respiro y lentamente caminaba hasta el grupo que seguía hablando sin notar su existencia, salvo uno.

—Ahí está ella. —Sharon dijo sonriéndole. —¿Ya lista para irnos?

—Sip, tengo un libro, estoy bien. —Dijo lo más falso posible. La necesidad de saludar a Bucky estaba matándola. Así que volteó a verlo. —Hola Bucky.

¿Qué carajos estaba mal con ella? ¿Hola Bucky? Habían pasado cuatro años desde que habían hablado o veía al amor de su vida y ¿eso fue lo único que pudo decir?

—Hola Mel. —Él respondió con algo en sus pjos que no podía identificar. Se preguntaba si era la incomodidad en su cara.

—Hola, no creo que nos conozcamos. —La mujer a su lado estiró su mano hacia ella mientras forzaba una sonrisa en su cara. —Soy Ana.

—Melissa. —Ella respondió sacudiendo su cabeza antes de dejar su mano. —Un placer conocerte.

—Igualmente. —Ella parloteó de nuevo. —Bucky me ha hablado mucho sobre ti.

—¿En serio? —Melissa volteó a verlo. Y en el segundo que sus ojos se volvieron a encontrar los nervios volvieron a apoderarse de ella. ¿Cómo era posible que después de 4 años seguía poniéndola tan nerviosa?

—Solo un poco de nostalgia por las fiestas. Es todo. —Bucky explicó ofreciendo una sonrisa mientras se alzaba de hombros indiferente.

No pudo evitar una sonrisa formarse en su cara. Después de todo, lo entendía, las fiestas y todo lo relacionado a Navidad le recordaban a él.

Steve aclaró su garganta. —Sis, creo que debemos de irnos, Sharon esta cansada. ¿Quieres quedarte un...

—No. —Ella negó con su cabeza mientras veía a la otra pareja. —Fue bueno verte de nuevo, Bucky. Feliz Navidad a ambos.

—¡Feliz Navidad! —Ana regresó mientras se agarraba del brazo de Bucky pero sus ojos azules estaban pegados en Melissa.

—Feliz Navidad, Mel. —Dijo suave con una expresión que no podía decifrarse. Después de eso, ambos se dieron la vuelta y continuaron con sus compras navideñas.

Ella se giró para ver seguir a Sharon y Steve hacia la salida, mordiéndose el labio para evitar llorar.