Capítulo 3
El avión de La Guardia estaba lleno, sospechaba que era por la temporada en la cual quería viajar. Las agencias de viajes y aeropuestos estaban llenos ya que la mayoría viajaba de nuevo a casa para ver a la familia.
En cambio, ella no tenía la menor de las ganas de ir a casa, pero su cuñada, Sharon, estaba a punto de tener al primer hijo de su hermano Steve y eso definitivamente no se lo quería perder. Le había prometido a Steve que estaría ahí, y ella jamás podía romper sus promesas con él.
Actualmente, estaba sentada en la clase de negocios del avión, con su laptop frente a ella.
El hombre a su lado estaba roncando que posiblemente el piloto podría escucharlo. Realmente a ella no le importaba porque eso significaba que tenría más tiempo para ella, normalmente su compañero de asiento le gustaba platicar y por cortesía ella le daba toda su atención. Nunca le habían incomodado los extraños, siempre era gente desconocida quien la ayudaba en sus viajes.
Así que en lugar de tener una plática con un extraño, tenía tiempo para actualizar su página web. No era nada grande, no en realidad, pero tenía unos seguidores dedicados además de ser respaldada por Frommers, que era la razón por la que podía pagar los viajes. La página web y su blog era para que ella pudiera interactuar con la gente y enseñarles las maravillas de viajar.
Es por eso que el equipo de marketing la había llamado WanderWomar*, y se había vuelto su marca. Era algo gracioso, y si se le ocurría dejar Frommers ellos se quedaban con el derecho a la marca.
Otra cosa que quería transmitir con su blog, era poder enseñarles el planeta a la gente que no podían viajar por ellos mismos.
Acababa de publicar unas fotos en el aeropuerto y una selfie con su Starbuck con la cita de "Mientras llenan el tanque del avión, yo lleno el mío."
Ahora, que el avión estaba en el aire, tenía tiempo para leer y responder los comentarios. Había unos que no eran muy amables, pero ella siempre terminaba eliminándolos, normalmente la llamaban priviligeada y con falta de tacto por presumir. Esas personas eran envidiosas porque ella había obtenido ese increíble trabajo.
Pero la mayoría de los usuarios eran muy amables e interesados en lo que ella tenía que decir.
Travel_Chick88: ¡Estoy celosa! Amaría pasar Navidad en NYC
WishUWereHere: Viaja con cuidado. Puedo apostar que la gente en casa muere por verte.
Italia4Ever: Yo iré a Roma en Navidad. No puedo esperar!!!!
WinterButterfly: Espero te diviertas! ¡Y que tengas un viaje tranquilo! Por cierto, que clase de bebida pides en SB?
Esos eran la clase de comentarios que la hacían sonreír. Esos 4 en particular eran usuarios desde que el blog había iniciado, siempre respondiéndole y deseándole bien en sus viajes. La interacción con el mundo era algo que siempre había planeado cuando decidió convertirse en periodista.
Y para la gente en casa, bueno, tal vez su familia no podía esperar para verla, pero solo ellos. Él día que se fue, fue un desastre, se acordaba claramente.
Bucky había insistido en ser él quien la llevara al aeropuerto. No sería correcto, él reclamó, que no tuvieran una despedida adecuada, en privado.
Llegaron al estacionamiento y él se estacionó dejando el coche encendido, tal vez, solo tal vez por si cambiaba de parecer. Sus ojos no se encontraron al inicio. Melissa solo estaba viendo su perfil. Recordando cada detalle de su cara.
—Bucky. —Ella suspiró, tratando de que su voz no se rompiera al hablar. Tenía que ser fuerte, por él y por ella, más que nada por ella.
Él dejó salir todo el aire que estaba en sus pulmones volteando sus hermosos y tristes ojos azules hacia ella. —Muñeca, creí que podría hacer esto pero...
—Es muy tarde. —Dijo ella tomando su mejilla con delicadeza. —Es muy tarde, Bucky. Ambos ya tomamos nuestras decisiones.
Bucky movió su cara contra su mano, cerrando sus ojos por un segundo. Cuando los abrió, sus ojos estaban llenos de lágrimas.
Sus propias lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. —Ya encontrarás a alguien más, Buck.
—No quiero a alguien más. —Dijo enojado, su voz estaba rota y grave.
Una sonrisa triste se formó en los labios de la chica. —Lo harás. Y te olvidaras de mí. Solo quieres que superes esto y seas feliz.
—Amor...
No quería escuchar sus ruegos o si seguía, ella no tomaría ese avión, así que juntó sus labios por una última vez demostrando cada pizca de amor que sentía por él en ese beso.
Después de todo, sería el último que le daría.
—¿Señorita?
Melissa parpadear al escuchar que la llamaban, era una azafata a un lado de ella.
—Tiene que apagar su laptop y ponerla en los compartimientos de arriba. Guardar la mesa y abrochar su cinturon, pronto estaremos aterrizando.
—Gracias. —Dijo asintiendo. Sentía el peso del mundo reaparecer sobre sus hombros, y de nuevo sintió el sin fin de emociones acumulándose en su interior.
En su hogar era donde su corazón estaba, después de todo. ¿Eso no es lo que tomo el mundo dice? Siempre había creído que era algo cursi y exagerado, pero ahora entendía.
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