Querida Arlina,

Lo lamento por tantas cosas. Por no haber sido lo suficientemente bueno para haber sobrevivido. Por dejarte atrás. Por irme de este mundo sin despedirme. Hay tantas cosas que quiero que sepas, así que decidí escribirte esta carta.

Eres como una hermana para mí. Conocerte fue el mejor regalo que recibí en mi vida. Me siento feliz y orgulloso de decir que soy tu mejor amigo y quien más te conoce en el mundo. Podemos descifrar nuestros pensamientos y emociones con sólo una mirada, y ese tipo de amistad no la tiene cualquiera. Te deseo lo mejor para el resto de tu vida, que seas feliz y que jamás cambies ese corazón cálido y bondadoso que te distingue.

Recuerda que yo soy el que no es nada sin ti. Tú no me necesitas como yo a ti. Por eso te pido que no te estanques por mi partida. Me siento tranquilo de saber que no te dejo sola. Tienes a Garrett, a Moody y a Greg. Lo menos que puedo hacer es dejarte esta carta y todas mis pertenencias importantes: mi Nimbus 2001, mi lechuza Picasso, mis ahorros, mis libros y esta carta.

No sabes cuánto me duele la idea de dejarte atrás. Sé que te prometí que siempre estaríamos juntos, pero eso tendrá que esperar un poco. Perdóname por romper mi promesa de ganar y compartir el triunfo contigo. Sobretodo, perdóname por haberte fallado. Espero que puedas disculparme cuando sea el momento de volver a vernos. Mientras tanto, esperaré por ti pacientemente. Te veré envejecer y tener una vida larga y plena, tal y como mereces.

Te ama con todo su corazón,

Cedric Diggory.