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─Capítulo 3 : Un rastro de magia.

[⚜️]

 ❝Y yo estaba huyendo lejos❞

Ella lo observaba, creía que lo había reconocido desde el momento en el que el pisó el bosque, pero era imposible, «se parecen mucho» murmuró para sí misma, sin apartar la mirada del joven pelinegro que se encontraba inmerso en su trabajo, ya habían pasado tres días desde que fue atacado por aquella bestia, desde que aquella voz le advirtió y lo llamó con demasiada insistencia; sin embargo, no podía entenderlo en Evergreen no existe la magia ni nada relacionada con ella, pero tampoco podía explicar lo que vio sin que sea tomado como un loco.

Secó el sudor de su frente y siguió golpeando el incandescente metal frente suyo, intentaba no pensar en esa voz que conocía su nombre, había ignorado también la extraña luz que merodeaba a su alrededor y que seguía siendo invisible para el resto, incluso para su padre quien vino a recoger algunos materiales hace poco.

Se detuvo un momento y comenzó a inspeccionar nuevamente el lugar, todo parecía normal nada se encontraba fuera de sitio, aunque eso fue lo que más lo inquieto, nada debería estar en orden ni el techo debería estar limpio sin las motas de polvo o las tejedoras, además del material restante que se encontraba perfectamente ordenado en las repisas, aunque sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió repentinamente, dejando paso a una joven que señalo rápidamente al joven Lowland.

—¡Tú, Leif Lefebvre! ¿Qué crees que haces, apartándote a tus amigos de esa forma? —reclamó la joven en un tono molesto— Bastian me dijo que lo has estado ignorando todos estos días.

—¿Yo he hecho eso?, no fue mi intención hacerlo, en serio —respondió rápidamente— tal vez me concentré mucho en el trabajo, que no presté mucha atención.

—Como sea, ahora deberás acompañarnos y no preguntes solo debes seguirnos —decreto seriamente— apresúrate, nuestro transporte no puede esperar demasiado.

Leif sabía que no tenía ninguna otra opción, recogió su morral y se apresuró en dejar cerrado el lugar y seguir a la joven, que señaló una carreta en frente, donde ya se encontraba Bastian saludando enérgicamente.

—¡Leif! ¡Lorelei!, apresúrense —exclamó el joven, llamando la atención de todos a su paso.

Ambos jóvenes subieron a la carreta, aunque Leif no podía sentirse tranquilo pensando que alguien más que él y su padre, había estado en la herrería, aunque lo más extraño es que realmente no se llevó nada, solo organizó.

—Me sorprende que estés tan callado, ya dime ¿estás en problemas? —preguntó Bastian preocupado, era inusual ver a Leif calmado, siempre tenía algo que decir y nunca se quedaba quieto, ahora parecía más calmado y pensativo— desde la última vez que hablamos, me pareció extraño que mencionaras el bosque Bleau de repente.

—De hecho Bastian, tú y yo si fuimos al bosque, nos aventuramos y recogiste muchas muestras para tus experimentos, pero al regresar unas ramas nos sujetaron de los tobillos y nos elevaron por lo alto, había rayos y truenos —explicó brevemente, Leif sabía que podía confiar en ellos, después de todos habían sido mejores amigos desde hace mucho tiempo— luego una luz te atravesó y caíste, luego de unos minutos también yo, pero termine cayendo en mi propia cama.

 —Amigos míos estamos en medio de un misterio, mi padre tiene un mapa de todo Evergreen, seguramente conseguiré alguno del bosque y lo investigaremos —aseguró la joven con una sonrisa en su rostro, no había nada más emocionante que una aventura.

—Por cierto, Lorelei ¿Cómo es que tu padre tiene un mapa?, creí que él era solo un panadero, no un explorador —cuestiono Bastian confundido— quiero decir, no me parece lógico ¿o sí?

—Mi padre lo usa a menudo para buscar "ingredientes" no estoy segura de eso, aunque claramente ese no es el punto —respondió, sacando unos pergaminos debajo del heno que estaba en la carreta— algo me decía que tendría la oportunidad de usarlos.

Leif no estaba seguro de hacerlo, la última vez que fue en busca de respuestas se encontró con una bestia, pero algo seguía llamándolo y lo debía averiguar.

El Lago Bourget, es muy popular por todos en Evergreen por ser el lugar ideal para una buena pesca y para despejar la mente; sin embargo, como todos los buenos lugares también guarda secretos como el de una mujer que se pasea por la orilla y atrae a los caminantes nocturnos hasta el fondo del lago, Leif tampoco creía eso, aun así lo que más le asustaba no era ser arrastrado por algo o alguien, sino que la tinta de su cabello se escurriera o que la capa se soltara y mostrará el par de alas en su espalda

—No hay como un buen día, flotando en una balsa, recibir los rayos del sol y zambullirse en el agua, vamos Leif no estarás todo el día con esa capa ¿o sí? —preguntó su amigo, haciéndolo retroceder.

—Creo que prefiero tenerla, mira me quitaré las botas, mi cinturón y los guantes, pero no puedo quitarme para nada la capa ¿entiendes?, es que no me siento bien —dijo Leif rápidamente, no estaba listo para mostrarlas, pero tampoco quería abandonar a sus amigos y perderse de la diversión— no me miren así, les prometo que no interferirá con nada.

—Como sea, no sabía que eras así de extraño Leif —se burló la joven, quitándose algunas de sus prendas encima— tú te lo pierdes.

El sol brillaba en lo alto, los tres amigos se encontraban recostados en la balsa que flotaba sobre el tranquilo Lago Bourget, con los pies metidos en el agua, Leif se sintió tranquilo, no pensaba nada y por solo un momento olvido las alas que yacían en su espalda, el viento los mecía suavemente.

Sin embargo, la paz que habían disfrutado, se terminó cuando la balsa comenzó a moverse más de lo usual, Leif se reincorporó rápidamente observando todo a su alrededor, una forma yacía nadando debajo de ellos, subió sus pies con cuidado y miró a sus amigos que no parecían darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor.

—Lorelei, Bastian, creo que hay algo rodeándonos —susurró levemente, tratando de advertirlos.

—¿De qué estás hablando ahora?, aunque quieras asustarme, no lo lograras —respondió la joven, acomodándose más aún con los ojos cerrados— Leif relájate, solo déjalo salir.

—Es cierto amigo, el Lago Bourget es el lugar más seguro de Evergreen —aseguró Bastian, tratando de tranquilizar al joven Lowland, que no podía dejar de ver el lago— no hay nada que pueda pasar...

Como si esas palabras fueran un detonante, una especie de onda los sacudió violentamente, Lorelei que había estado escéptica se incorporó rápidamente sosteniendo un puñal y tomando ahora una pose defensiva, por otra parte, Bastian abrió los ojos sorprendido, pero se quedó en su lugar estático.

—Veo que ahora, si me creen, no se muevan —advirtió Leif, pero otra onda los sacudió volteando por completo la balsa y dejándolos caer en el lago— ¡Tengan cuidado!

Un tentáculo formado por el agua los golpeo, Lorelei intentó contraatacar y Bastian regresar a la balsa, por su parte Leif buscaba una forma de regresar a la orilla, otro tentáculo se levantó y fue directo hacia él, pero en ese momento la voz lo llamó «Leif»  no sabía que esperar, la voz realmente estaba ahí, pero aun así no podía verla «Leif» «Leif, pide ayuda» pero él no entendía ¿a quién debe pedirle ayuda? «Leif» ...«Leif» cuando otro tentáculo se dirigió hacia sus amigos, Leif cerró los ojos y rogó que estuvieran en la orilla.

La luz que había estado junto con él desde el bosque, los arrastró de regreso liberándolos de las turbulentas aguas, Leif se arrastró hacia la orilla intentando recuperar el aliento. Miró a sus amigos que lo observaban con ojos como platos, por un momento olvidó lo que había estado escondiendo, toco su espalda y la capa había desaparecido y por lo consiguiente su cabello había vuelto a la "normalidad"

—Leif... ¿Qué le pasó a tus ojos?, y esas cosas detrás de tu espalda y tu cabello... ¿qué demonios te pasó? —murmuró Lorelei, avanzando con cautela hacia él— ¿desde cuándo lo escondes?

—¿por eso no querías quitarte la capa?, tú...—añadió Bastian levemente— ¿acaso por eso querías ir al bosque?

La mirada en sus ojos, lo miraban como si fuera un extraño... se acercaban con cautela y él retrocedía cada vez más, él debía huir y lo hizo dejándolos ahí confundidos. 

Había huido como un cobarde, no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido ayer en el lago, su vida monótona había sido arruinada desde que decidió ir a ese bosque al cual  nunca debió haber ido en primer lugar, encerrado en su habitación mirando el techo detenidamente e ignorando por completo la luz que seguía estando junto a él.

Unos golpes leves en la puerta interrumpieron su ensoñación, murmuró un leve «pase» siguiendo con lo que hacía, no se sentía bien, miró su «elojr» que marcaba la hora sexta.

—¿Hasta cuando seguirás evitándonos? —preguntó una voz, haciéndolo sobresaltar — no creas que vamos a olvidar lo que vimos

—Leif, sabes que puedes confiar en nosotros —añadió una segunda voz, que reconoció como Bastian su amigo— admito que fue sorprendente, ya sabes no es normal.

Los miró rápidamente, ya no había miedo o lejanía en sus miradas y lo sabía, no tenía nada para responder, ni siquiera él lo sabe.

—No hay nada que realmente me de miedo y lo saben, pero desde que fui a ese bosque cosas extrañas han estado pasando, voces llamándome y lo que pasó en el lago fue otro de esos encuentros —explicó finalmente, reincorporándose en su lugar— estas alas en mi espalda y mi cabello son solo pequeños cambios, comparado con lo que he visto y oído estos días.

—De hecho con Lorelei lo investigamos con los antiguos libros de mi padre, sabes aparte de la alquimia, él está interesado en la "magia" aunque no es posible en Evergreen, hay un lugar llamado "StarFall" donde sí lo es —comentó Bastian, sentándose al lado de su amigo— donde habitan personas como nosotros, pero a ellos los llaman "Highland", mi padre dice que hace poco estamos en una especie de guerra, como la que hubo hace 200 años.

Ya había escuchado ese nombre antes, Monsieur Dubois lo había mencionado cuando respondió a su pregunta.

—El Bosque Bleau seguramente fue una especie de detonante, y tal vez algún tipo de magia entro en ti, Bastian ya está acostumbrado a sus fallidos experimentos, pero tú has estado solo entre carbón y metal ardiente, seguro fue algo que recogiste sin querer ahí —añadió Lorelei, ganándose una mala mirada por parte del castaño— debemos investigar.

Repentinamente, escucharon ruidos fuertes abajo, caminaron lentamente pegando sus orejas a la puerta cuando escucharon voces extrañas del piso de abajo, una de ellas también era su madre que parecía alterada, algo estaba pasando.

Los tres amigos abrieron la puerta lentamente y agarraron lo primero que vieron en su camino como arma, bajaron lentamente las escaleras topándose con unas extrañas personas quienes vestían por completo de blanco, de largos cabellos y aura extraña casi irreal, aunque lo que verdaderamente los sorprendió fue el par de alas en sus espaldas, tal y como Leif las tenía.

—Hemos detectado un rastro de magia, hasta aquí en Evergreen específicamente en esta casa, me temo que tendremos que llevárnoslo —anunció el misterioso hombre, quien se dispuso a recorrer la casa.

—¡Ustedes no pueden llevarse a mi hijo!, él un Lowland, él no es como uno de ustedes criaturas y no voy a permitir que le pongan una mano encima —exclamó su madre enojada, Leif sujeto su navaja con fuerza, él no iba a permitir que la lastimaran— tendrán que pasar por encima de mi cadáver.

Su voz temblaba, pero aun así podía oír su determinación, se disponían a volver a un lugar seguro para poder contraatacar, pero Bastian tropezó haciendo caer una maceta que la madre de Leif tenía, causando un sonido estridente y llamando la atención.

—¡Ustedes alto ahí! —decreto, otro de los extraños.

—¡Leif, hijo mío, huye! —gritó su madre, antes de empuñar una espada— ¡corran y no miren atrás!

Y eso hizo, los tres jóvenes subieron rápidamente y salieron huyendo por una de las ventanas, cayendo violentamente, pero no se detuvieron... ellos debían escapar.

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Z I D I A N

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