Ese fue uno de los fines de semana más locos sin duda, no sé cómo pase de practicar tiro y estar riendo con mis amigos pasando la buena vida a que mi papá se fuera con la comandante general del ejército y estar rodeada de soldados, luego poniéndome nostálgica con cosas del pasado y de último ir a comer a un restaurante de puta madre, con la carne más deliciosa que he comido en mi vida, justo en lo que le estoy cambiando me llega un mensaje de mi papá, en el mensaje me llega una foto en la que estamos todos durmiendo en la parte de atrás del Jeep, Erick y Jorge estaban en las orillas, al lado de Erick estaba Angie con la cabeza apoyada en su hombro, después estaba Dante con su cabeza apoyada en mi hombro, yo en medio durmiendo recta y Julieta, con su cabeza en mi otro hombro y el mensaje decía: Mira hija los bellos durmientes en mi carro, sí que gracioso mi papá, pero bueno si quiero hacer lo que quiero hacer hoy me tengo que apurar a cambiarme, así que me pongo un pantalón acampanado negro un top de encaje negro y un blazer rojo aprovechando que aún no es época fría, porque después voy a tener que usar unos abrigos que voy a parecer Hagrid de Harry Potter, aunque la nieve es muy relajante y divertida entonces tampoco es que no me guste la época fría, aprovechando el tiempo pero sin pasarme, me hago un maquillaje simple para taparme las ojeras que me han estado apareciendo por los sueños locos que he tendido y lo complemento con un pintalabios rojo, un delineado simple con unos brillos y me deje el pelo suelto, me gusta como está así que hoy no le voy a hacer nada, claro solo peinarme para no parecer loca, luego de arreglarme, bajo para comer.

—Hola hija, ya viste la foto que te mandé, creo que todo lo pasó les acabó las energías, solo comimos en el restaurante y se quedaron fundidos, que bien que al final fuimos en el Jeep, así que al menos regresaron cómodos a sus casas y los papás de tus amigos no tuvieron de que preocuparse, solo que hacer que se despertaran estuvo en mongol, pero no nos quedaba de otra, no podíamos cargarlos a todos a su cama, no es como cuando tenían diez años.

—Si me recuerdo de eso, a veces llevabas a los chicos a sus casas, pero cuando se quedaban dormidos, tu solo tenías que cargarlos, pero míranos ahora, llegamos al punto que podemos disparar rifles de asalto y tenemos la fuerza suficiente como para vencer a los que fastidian a todos los demás y mira todo ha salido de puta madre. —Mierda, esa palabra no iba aquí, ojalá mí papa no se enoje.

—Hija me alegro que estés feliz con todo lo que has logrado y que eso te tenga emocionada, pero trata de contener tu lenguaje que pareces una loca, pero ese no es el punto, lo importante es que comas ahora, para que te puedas ir a estudiar, aunque lo bueno es que es temprano, así que si quieres puedes tomarte tu tiempo, pero no te vayas a confiar.

—Si papá disculpa, pero de paso gracias por recordarme lo del tiempo, tengo que hacer algo y antes de que digas algo, que yo te conozco, no es nada ilegal, solo quiero pasar a comprar algo con el dinero que tengo ahorrado allí, pero si quiero llegar a tiempo al instituto tengo que pasar temprano. — La verdad si le debo un regalo a Angie por toda la ayuda que me dio, le prometí algo desde el viernes y ya es lunes y ni siquiera la llamé en todo el fin de semana, no puedo ser tan mala de hacer eso, aunque siendo justa, tampoco le hable a nadie más, me dedique a tratar de limpiar el ático y si digo tratar, porque tengo prohibido ir allí y porque lleva años sin limpiarse, solo veo que papá mete cosas y más cosas pero nunca veo que lo limpie y ya parece la entrada a Mordor y al final me va a servir como guarida secreta, pero tengo que tener cuidado para que él no se dé cuenta que estoy entrando allí. —Por cierto, papá el desayuno está muy bueno, tú siempre te queda muy bien. —Y no lo digo solo para que mi papá se sienta bien, el olor del tocino me inundaba, y el sabor de del huevo me alegraba la mañana, la comida de mi papá te despierta todos los sentidos.

—Me alegro que te guste hija, lo hago pensando en que tengas mucha energía para todo el día y más ahora que te dio por levantarte más temprano, me alegro que ahora ya no estés llegando tarde, pero también trata de descansar bien, que a veces se te notan unas ojeras.

—Gracias enserio por la energía en la mañana y creo que no era necesario que me recordaras que poco a poco me estoy convirtiendo en un mapache. —Y lo mejor va a ser que no te enteres porque no duermo bien, estoy segura que no te haría la más mínima gracia. —Pero muy bien papá, ya me voy a ir a comprar lo que te decía y también me voy a llevar una de panna cotta de las que me regalaron los chicos.

—Está bien hija, ve con cuidado y ya nos vemos en la tarde para el entrenamiento con Dante y Julieta, que tenemos que seguir con el Krav Maga, siempre es bueno mantener la práctica, como la hemos llevado todos los años.

—Si papá eso no se me olvidaría jamás, tu no te preocupes por eso, yo vivo aquí, así que no puedo faltar y esos dos, aunque se abriera un foso que divida media ciudad en dos y de allí salga el mismísimo Leviatán, estoy segura que ellos, se enfrentarían al Leviatán para venir aquí, te lo digo enserio papá siempre y cuando yo esté aquí ellos van a venir.

—Claro mi hija presumiendo del poder que tiene sobre sus amigos, ¿Por qué eso no me sorprende? Hija, no sé que tan bueno sea que tu tengas ese poder sobre ellos, pero como sé que diga lo que te diga no lo vas a cambiar sea porque no quieres o porque ya es tanto que no puedes...

—Me hierve el alma que mi papá me diga que lo hago no es bueno, sé que no lo es, pero tampoco puedo dejar de hacerlo. —Si papá ya me has dicho muchísimas veces que esto no te parece tan buena idea, pero tampoco tienes que preocuparte tanto ok y menos repetirlo cada vez que puedas y con respecto a eso, también te quería decir que seas más discreto con lo que dices respecto a Angie, se lo que hago con ella, las dos tenemos un acuerdo con lo que estamos haciendo, entonces es algo que manejamos solo las dos.

—Está bien hija, tú sabes lo que haces, pero solo te voy a decir una ultima cosa el juego del amor es muy divertido, pero a la vez es muy peligroso, solo ten cuidado con lo que haces porque si no, eso no va a terminar bien para nadie.

—Lo sé papá, pero lo bueno de este juego es que yo pongo las reglas. —Creo que con esa frase dejé a mí papá helado, pero así aproveché para ir a lavarme la boca, robarme una manzana e irme a la joyería, espero poder conseguir lo que quiero, Angie se merece algo así, y a parte puedo disfrutar del paseo por la calzada principal para llegar a su casa, o al menos esa era la idea, pero cuando tengo algo planeado llega el universo y me escupe en la puta cara.

—Señorita no se puede pasar por esta área, estamos podando los árboles de esta sección de la calzada. —Carajo, como no me di cuenta de todas las vallas de contención si son de verde y naranja fluorescente, se ven desde diez cuadras a la redonda, además los obreros también están usando los mismos colores. —Y como le digo señorita, esta calle esta cerrada el resto del día, pero puede ir por la calle de rio. —Claro me alegra mucho su optimismo, señor obrero, pero ya me jodió el plan, lo único bueno de esto es que tengo tiempo de sobra para llegar a la joyería.

—Muy bien señor, muchas gracias por su información, siga con su buen trabajo, es más le regalo esto, no es mucho, pero espero que le sirva de algo. —Le digo eso mientras le lanzo la manzana que me había robado, se veía la alegría del señor, supongo que no mucha gente le ha de agradecer, es más estoy segura que se cagan en sus muertos, así que me estoy aumentando el buen karma.

Luego de eso, me fui a la calle del rio pasando por los puentes, este rio jamás ha sido navegable, siendo sincera me gustaría que lo fuera para poder ir en un barco por todo el rio para atravesar la ciudad, pero aun así disfruto del sonido del agua corriendo y el paisaje reflejado en el agua, sinceramente casi no uso esta calle porque el camino se hace más largo, pero ya que hoy no puedo usar la de siempre solo me queda disfrutar del camino, me tomo mi tiempo para llegar a la joyería pero cuando al fin llegué vi que había más gente de la que esperaba y se llevaban de todo, desde collares súper extravagantes, discretas pulseras hasta anillos de compromiso, cuando al fin puedo pasar al mostrador esta el joyero, es un joven que llegó hace unos años a la ciudad pero se termino convirtiendo en el dueño de la joyería más importante del país.

—Bonjour que te trae por aquí a le diamant rouge. —El joyero siempre saluda así a la gente desde el mostrador mientas suena un poco de música francesa en su radio, para tener 30 años no está nada mal, esa barba de candado le sienta muy bien junto con esa sonrisa de buena persona, las nariz afilada y ojos verdes enmarcados en esos lentes, es una gran combinación. —Y bien que es lo que buscas ¿Unos aretes? ¿Un collar que combine con tus peculiares ojos? ¿Unos anillos? Tu pide lo que necesites y Antoine Duvalier te lo conseguirá.

—Gracias Antoine, estoy buscando una gargantilla que le quede bien a una chica que es muy hermosa, tiene unos ojos verdes como esmeraldas, una sonrisa perlada, y un cabello hermoso que es tan rojo como el fuego. —Ok creo que, si me emocioné demasiado con la cara que tiene Antoine, creo estoy hablando de más. —¿Cuál me recomiendas tu? Es un regalo de agradecimiento.

—Un regalo para tu chica amada, muy bien cherè ahora mismo te traeré algo que estoy seguro le quedará muy bien y mostrará tu gratitud a tu hermosa novia por la manera en la que la has descrito, ahora mismo Antoine Duvalier te traerá algo digno de esa reina. —Ni siquiera me dio tiempo de explicarle nada porque se fue corriendo a buscar lo que le pedí ¿Por qué todo el mundo piensa que somos novias? Bueno creo que con esa pregunta el descarómetro debe de haber volado por los aires, tampoco tengo tan poca vergüenza se porque lo dicen y creo que la manera en la que me expresé de ella no ayuda mucho, pero, por otro lado, este lugar es muy lindo, tiene la elegancia de una joyería, pero también tiene algo acogedor, para que sea un lugar más agradable.

—¡Oye Antoine! ¿La gargantilla podría tener encaje? No sé porque, pero esa tela siempre me ha llamado la atención y creo que estaría bien. —Y ahora le estoy agregando preferencias, eso no va a ayudar a que piense que no somos novias.

—¡Claro Mon amie, una buena propuesta para tu amada! Ya tengo una idea de lo que te voy a traer y estoy seguro que te gustará. —Aunque por lo que he escuchado a Antoine le emocionan los regalos para pareja entonces si no le aclaro nada el me va a traer algo buenísimo, creo que me funciona mejor. —Muy bien mon amie creo que esto te va a gustar a ti y a tu novia.

El que no me dejara aclarar la situación me funciono a mi favor, me trajo una gargantilla hermosa con una tela de seda blanca, con encaje y un cascabel de oro, no se para que es, pero me gusta el detalle.

—Muy bien cherè, esta gargantilla es muy especial, se le llama el sonido del amor, ya que cada vez que escuches el sonido del cascabel es que tú amor está cerca. —Ósea que para eso es el cascabel.

—Antoine te lo agradezco mucho, está preciosa está gargantilla, me la llevo.

Luego de pagar y llevarme la gargantilla en una caja de terciopelo muy linda que combinaba muy bien con la gargantilla en sí, le da un toque muy bueno de elegancia, también apuré un poco el paso para llegar a la casa de Angie, así podemos disfrutar del camino sin tener que ir corriendo como locas y estoy segura que Ferrán va a estar listo para no dejarme entrar, pero no me importa, yo le llevo el regalo a mi fosforita y no voy a dejar que el cavernícola de su hermano me arruine el plan de agradecerle todo lo que me ha ayudado, luego de poco tiempo al fin llegué a la casa de ella.

—Porque carajos vienes todos los días a mi casa, porque estas tan obsesionada con volver una loca a mi hermana.

—Ya Ferrán, enserio no tengo tiempo para tus locuras que ya vamos tarde, así que si no es mucha molestia me dejas pasar para que nos vayamos con tu hermana.

—Tu sí que estás loca, si no te quiero dejar entrar a la casa mucho menos voy a dejar que te lleves a mi hermana, así que mejor empieza a irte antes que yo te saque.

—Ja, me gustaría ver qué lo intentes, podrás ser muy grande, pero te aseguro que no me puedes derrotar, así que mejor evitaré darte esa humillación y voy a pasar ok. —Este odio irracional de Ferrán ya me está molestando, y estoy segura que casi que estamos soltando rayos con esta discusión, pero yo ya estoy lista por si hay que dar golpes, nadie me va a estar amenazando y se va a salir con la suya.

— ¡Ferrán! Ya te dije que dejes de fastidiar a la amiga de tu hermana, ella se toma el tiempo de venir aquí y tú encima te pones a importunar. —Que bien que la mamá de Angie estaba aquí, así me evito las peleas innecesarias. —Buenos días Victoria, pasa tranquila, Ángela te está esperando en su cuarto.

—Muchas gracias Alexandra, voy a ir por ella para que nos podamos ir. —La mamá de Angie es como verla a ella solo que, en adulta, el mismo cabello rojo, y los ojos verdes, lo único que cambia es que Alexandra usa lentes y que obviamente está más desarrollada, lo mejor es que con ella me llevo tan bien que no tengo que ser tan formal como con los padres de los demás. —Que te vaya bien en el trabajo.

—Gracias querida, cuida bien de mi hija, aunque sé que no tengo nada de qué preocuparme y tú Ferrán no estés fastidiando a las chicas, ok, pero bueno ya me voy. —La mamá de Angie es la mejor, pero bueno ahora que se fue a Ferrán no le queda de otra que dejarme entrar

—Ya escuchaste a tu madre así que déjame pasar. —En tu cara gran trozo de mierda

—Argh está bien, te voy a dejar entrar, pero no creas que no te voy a tener el ojo encima desgraciada.

—Sabes que Ferrán vete al infierno ok. —Salir corriendo hacia el cuarto de Angie mientras le sacaba el dedo de en medio al inútil de Ferrán es tan satisfactorio, en fin luego de sacarme al inútil de encima, fui directo al cuarto de Angie y como no estaba ni en su cama ni en el baño, era obvio dónde iba a estar ya sabía cómo funciona así que salí directamente al techo y me la encontré allí, con los ojos cerrados, disfrutando de la brisa mañanera con su cabello rojo suelto dejando que el viento lo mueva, llevaba un overol de mezclilla y una blusa blanca debajo, un outfit sencillo pero bastante bueno, creo que eso salió demasiado poético. —Si es mi linda fosforita disfrutando de su mañana ¿Ya estás lista para irnos?

—Ah, no me había dado cuenta que estabas allí. —Bueno, ella estaba tan relajada que era obvio que no me iba a notar. — ¿Hace cuánto estás allí?

—No mucho la verdad, acabo de escapar de Ferrán, lo bueno es que tu mamá me ayudo a pasar.

—Que bien mami aún no se había ido, pero hablando de irse no crees que sería bueno que nos fuéramos.

—Sí creo que sería bueno, pero antes. —Para que todo quedara mejor puse un tono de voz más serio. —Pasemos a tu cuarto que quiero decirte algo.

—Muy bien, vamos pero todo está bien ¿Verdad? Estás muy seria.

—Tranquila Fosforita, tu solo ven conmigo, siéntate en tu cama y cierra los ojos.

Aunque claramente estaba dudando de mis palabras al final Angie entro a su cuarto y se sentó en su cama, este cuarto es tan grande que podíamos hacer vida de casadas aquí, pero ese no es punto, que ya me estoy yendo por las ramas.

—Muy bien Violet, ya estoy aquí ¿Qué me ibas a decir? —Se me acaba de ocurrir una idea algo maquiavélica, esta idea provocó una sonrisita malévola en mis labios. —Ok conozco esa mirada y esa sonrisa ¿Que se te ocurrió ahora?

—Nada fosforita, tú no te preocupes solo quería que cierres lo ojos y no los vayas a abrir. —Ella al fin me hizo caso y entonces pude buscar una panna cotta de las que traía y una cuchara, tomé un poco y se lo di. —Muy bien Fosforita, si adivinas que te acabo de dar te voy a dar un premio, si no tu me tienes que dar algo. —Ya se que se supone que este era un regalo de agradecimiento, pero tengo derecho a jugar un poco. —Te voy a dar una pista, es algo que viste hace muy poco.

—¡Eso es! Comí un poco de panna cotta con crema batida, es delicioso. —Wow no pensé que lo fuera a adivinar tan rápido, yo quería jugar un poco más, pero creo que ya no voy a poder, que triste. —Si era eso ¿Verdad?

—Claro, lo lograste adivinar así que te ganaste dos premios, te puedes quedar con la panna cotta. —Que de todos modos era uno de tus regalos. —Y también te voy a dar esto, espero que te guste. —Agarré la cajita de la gargantilla, la abrí y se la puse en la mano. —Ya puedes abrir los ojos.

Cuando Angie vio la gargantilla me miró con tal sorpresa que casi se cae de la cama, pero la cogí y la volví a levantar.

—¡Oh, Dios mío! —Dijo —¿Esto...? —Sí, es para ti. —Le contesté. —¿Estás segura? —Preguntó.

—Sí, es para ti—respondí, su cara sorprendida no tenia precio y se veía que no me lo creía. —El mismísimo Antoine Duvalier me ayudo a escogerla. 

—¿¡¿¡ANTOINE DUVALIER!?!? Pero a ver Victoria ¿Cuánto dinero te costó esto? No pienses que soy mal agradecida, pero no lo puedo aceptar, no se porque me lo das, si yo no he hecho nada para que me des algo así.

—Porque quiero agradecerte toda la ayuda que me has dado, tu eres la única que podría aguantar los planes que se me ocurren para fastidiar a los chicos, mas sabiendo como se ponen.

—Y además, no puedo aceptarlo yo misma porque no soy digna de un regalo tan bonito, si te he ayudado en tus ideas, pero no es para que llegues a tanto.

—Pero si a sido para que llegue a esto y mas, Angie. Sé que no estás acostumbrada a recibir regalos como éste, pero quiero que la tengas, así que por favor, tómala.

Angie dudó un momento, pero finalmente aceptó la gargantilla y se la puso al cuello, Antoine tenia razón queda increíble con ella, le da un toque de ternura que la hace ver hermosa, ese cascabel es un detalle que jamás se me habría ocurrido. 

Estuvimos unos minutos admirando la gargantilla y hablando de ella, cuando terminamos ambos bajamos las escaleras y comenzamos a caminar hacia la calle principal.

—A ver dime ¿Qué te hizo decidirte a comprarme un regalo?

—La verdad es que te debía un regalo de agradecimiento y antes de que digas nada, justo lo decidí ayer pensando que te merecías algo muy bueno por toda la ayuda que me has dado.

—Gracias, Violet, te lo agradezco mucho, pero no sé qué decir, estoy muy agradecida.

—No digas nada, sólo disfruta del viaje. —Las palabras de Ferran resonaban en mis oídos mientras nos alejábamos, sigue empecinado en que no entre a su casa y que no me relacione con Angie, no voy a dejar que arruine mis planes, así que voy a tener que decirles a los chicos de Erick que vigilen aún más a Hezra.

Hoy no llegamos tan temprano como la última vez, además del hecho de que nos costó pero logramos comprar los dulces, cuando llegamos ya estaban todos y obviamente la nueva gargantilla de Angie no iba a pasar desapercibida, eso ayudo un poco a qué

—¿De dónde sacaste eso?— Preguntó Erick, fue el primero en notar que Angie llevaba una gargantilla súper llamativa.

—Lo compré para Angie, me lo dio el mismísimo Antoine Duvalier. —Tal vez no debería mencionar eso, pero ya lo hice así que ni modo.

—¿Para Angie? ¿Por qué? — Mientras decía eso la expresión de Dante cada vez iba cambiando de  la sorpresa a otra emoción que no sabría describir. — Y como que el joyero mas famoso del país te la dio ¿Cuánto te costó eso?

—Si Vic, eso debe de haber sido demasiado caro. — Y cómo no podía ser de otra manera Julieta también quiere decir algo, su expresión es una mezcla de envidia y preocupación. — ¿Por qué gastaste tanto en un regalo para Ángela? —Al decir eso sí se notó el veneno, eso si salió con ganas de ofender.

—Porque se lo merece. —Tuve que decir eso con firmeza, no voy a dejar que ellos quieran dañar a mi fosforita, yo la metí en esto y yo me voy a encargar de defenderla. —Es mas si pudiera, le hubiera dado el collar diamantes que está en la vitrina de la joyería. 

—¿Así que le compraste un regalo? ¡Eso es genial! — No pensé que Jorge fuera a intervenir para evitar que nos matáramos, pero creo que lo hizo por Angie, de todos modos es su mejor amiga.  —Creo que le gusta, ¿no? 

—Georgie, claro que me gusta, es un regalo hermoso dado con todo el cariño posible, por parte de mi linda Violet, me alegra tanto que es hora del premio de ella y los dulces de todos ustedes. —Angie siguió su rutina de siempre, repartió los dulces para todos y un gran beso para darme un dulce, sus besos son de lo mejor, son como una píldora, pero de éxtasis, son como un shot de energía para seguir con los planes de evitar el Armagedón entre estos dos y de paso puedo pasármela bien haciéndolo. — Listo así se inicia un día feliz para darlo todo en el instituto, con azúcar, alegría y cariño en el cuerpo.

—Jóvenes ¿están sordos? ¡Ya sonó la campana y ustedes siguen perdiendo el tiempo! A ustedes les encanta ir a detención verdad, si quieren les doy un pase completo para allá. — Carajo el puto profesor Solano no nos puede dejar en paz, aunque creo que tiene un punto, nunca escuché el sonido de la campana. —Pero bueno jóvenes reaccionen o si quieren que los lleve a la detención.

—No profesor Solano ya nos vamos a clases, de todos modos nos toca con usted, entonces todos vamos tarde. —Creo que el profesor Solano no se había dado cuenta de eso, su cara fue un poema. — Entonces que dice mi estimado profesor nos vamos todos juntos a la clase.

—No tiente a su suerte señorita Abrantes no estoy de humor para bromas, así que no pierdan el tiempo y vayan a clase.

—Hoy si que tenías ganas de reírte verdad Vicky, incluso te arriesgaste con enojar a Don Amargón, pero creo que también es muy desvergonzado, se fue literalmente al lado opuesto. — Esa mirada entre pícara y preocupada que reflejan sus ojos chocolate le encantaría a cualquiera, a ver no soy de piedra y tampoco puedo negar lo evidente, Dante es precioso.

—A que te refieres con arriesgarse, si ya sabes cómo es nuestra Vic, sin miedo a nada, ella va con todo y eso es lo mejor de nuestra querida Vic. — Y también la sonrisa socarrona de Julieta combinada con la mirada de complicidad de sus profundos ojos azules también la hacen ver hermosa.

—De todos modos creo que sí sería bueno que nos vayamos a la clase para que el viejo bastardo no tenga una excusa para enviarnos a la detención. — Que Jorge se exprese así de un profesor no es muy normal, estoy segura que no quiere ir a detención. — No quiero que mis papás se enteren que ando en detención, así no podría ir a ver a María José y allí si me jodería bastante.

—Tranquilo papá pitufo, si literalmente somos las seis personas con promedio más alto de todo el instituto, estoy seguro que por una ida a la detención no te van a joder, al menos mis padres no lo harían. —Eso explica mucho el porque Jorge y Erick son tan opuestos pero también porque se llevan tan bien, se complementan entre ambos.

Dejamos de perder el tiempo y nos fuimos directamente a la clase, lo único que se me hizo raro fue que el inútil de Hezra no me estuvo fastidiando, pero no me quejo, es mas se lo agradezco al universo, el no tener que lidiar con el es bastante reconfortante, así solo me ocupo de ponerle atención a Don Amargón.

—Muy bien jóvenes ya estamos todos, tengo que darles una información a todos ustedes: El festival está muy cerca de realizarse por lo cual lo que sean miembros de un club tienen que participar en la exposición del club, mientras que los que no, tienen que hacer una presentación en solitario, en grupo o adherirse la de algún club y es de carácter obligatorio por la tanto el que no lo haga reprobara el semestre y nadie va a poder protestar nada. ¿Quedó claro?

—Profesor, esto no tiene sentido, no nos pueden obligar a hacer el ridículo como los inútiles de los clubes, porque todos sabemos que los que están en algún club es porque eso da créditos extra para poder salvar el semestre. — Felicidades Hezra, te ganaste un viaje a la detención y me ahorraste el tener que darte tu merecido si fastidias a alguien en el receso, porque todo el mundo sabe que sí te mandan a detención en una clase, pierdes tu derecho al receso  — Así que yo no tengo la mas mínima intención de participar. 

—Joven Miriani, ¿Por qué le gusta llevar tanto la contraria y de paso ofender a todos? El porque la gente se une a los clubes o deja de hacerlo no le importa y tampoco tiene el derecho de menospreciar a los miembros de dichos clubes o de llamarlos inútiles, porque si están en algún club eso quiere decir que tienen alguna habilidad y por eso mismo esta en el club, pero parece que usted no se da cuenta de eso y antes de que me intente replicar, usted decide si quiere participar o no, pero que le quede clara una cosa, si no lo hace no me dará ningún cargo de conciencia verlo repetir el semestre y para que vea que no estoy jugando va a venir conmigo al lugar en el que merece estar: La detención. — Ver la cara de asombro de Hezra, es algo que da una satisfacción tremenda, tanta que dan ganas de burlarse de el cuando pase a mi lado es mas lo voy a hacer, no creo que el profesor se dé cuenta.

— A parte para evitar el regaño, lo mejor son los susurros. —Bien hecho idiota, disfruta tu tiempo en la cárcel.

— En las que andas fenómeno, este es lo mejor que me ha pasado, es más esto va a dar el poder para joderte. — Esta respuesta no me la esperaba, el hecho que se fuera con una sonrisa y que el profesor no se diera cuenta, me dejó demasiado preocupada. 

Nota del autor

Hola mis queridos seres humanos que leen mi libro como siempre me gustaría saber qué les pareció el capítulo de hoy en los comentarios y que si les gusto dejen su voto.

La imagen del encabezado es la gargantilla que Victoria le compró a Angie.

No me voy a intentar justificar el hecho de no haber actualizado en tanto tiempo, pero lo que si les prometo es que el próximo capitulo no tardará tanto en salir, se los juro.

Y sin nada mas que decir, nos vemos y que Loki los bendiga 

Chao!!!!!