03 - {II}
Canción en multimedia: Marina and The Diamonds - How to be a Heartbreaker 🎵 🎶
Sus labios fueron inmediatamente capturados; o debería decir, tal vez, devorados. La boca de Jungkook fue demandante y el agarre sobre su mandíbula seguía ahí, firme. Taehyung jadeó, un poco sorprendido. Su lengua rozó la de Jungkook en medio del beso; fue succionada y su labio también, antes de que el castaño volviera a besarlo con fuerza. Mierda, ese chico no se andaba con rodeos. Sabía muy bien a qué venía.
Su mano abandonó la mandíbula de Taehyung y se deslizó por su cuello, entre sus pectorales, y cuesta abajo sobre sus abdominales.
—Dios —Taehyung se separó con una exclamación cuando su pene fue apresado. Él bajó la mirada y vio la mano de Jungkook masajeando su entrepierna lo suficientemente fuerte como para hacerlo gemir—. Dios. Eso es bueno. —Él había conocido mujeres atrevidas, pero aquello se sentía completamente distinto.
—¿Lo es? —Jungkook sonrió contra sus labios y luego besó la piel de su mandíbula, deslizándose hacia su cuello, sus clavículas y sus pectorales. Taehyung tuvo que agarrar firmemente el borde de la mesa para sostenerse y asimilar lo que estaba por pasar. Él estaba por meter su pene en la boca de un hombre y no podía explicar cuánto lo encendió la idea.
Lo anticipaba, casi con ansías. El castaño desabrochó sus jeans y bajó su cremallera, provocando un escalofrío que sacudió toda su médula espinal. La lentitud con la que Jungkook deslizó su bóxer a la mitad de sus muslos fue desesperante, pero cuando por fin tomó su pene con las manos, Taehyung soltó un suspiro de alivio.
La mano de Jungkook era grande, tomaba una buena parte de su longitud. El pelinegro sintió la sangre abandonando su cabeza demasiado rápido y concentrándose allí, en sus puntos nobles; su erección creció con fuerza en la mano de Jungkook, con sus movimientos suaves y lentos de arriba-abajo. Su boca cincelada y sus labios hinchados se entreabrieron sobre su glande; su cálido aliento le puso la piel de gallina al pelinegro.
Jungkook dio un lengüetazo a su glande, tanteando, y luego chupó toda la punta. Si es que era posible, Taehyung se aferró con más fuerza a la mesa, sintiendo su respiración pesada y su cuerpo caliente. El castaño tomó más con su boca lentamente, luego retrocedió, y volvió a engullir su pene varias veces. Taehyung no podía dejar de mirarlo; sus ojos estaban fijos en el otro, y aunque sabía que a algunas personas les incomodaba el contacto visual, no podía evitarlo. No era una chica. No tenía sus labios rojos y su cabello no estaba suelto sobre sus hombros. Sus uñas no eran largas, tampoco. Era un jodido hombre, y mierda, chupaba su pene tan bien, que Taehyung pronto comenzaría a ver estrellas. Ni siquiera podía sentir sus dientes. El chico era un experto.
Estaba cerca. Podía sentir que iba a correrse pronto. Taehyung estiró su mano y agarró el cabello del castaño entre sus dedos, instándolo a tomar más. Estaba desesperándose. Pero Jungkook tomó su mano y apretó su muñeca hasta zafar su agarre, y le dio una fuerte succión a su miembro, como castigándolo. Ellos irían a su ritmo y Taehyung no podía hacer nada al respecto, no mientras gruñía desde su garganta y buscaba follar la boca del castaño con las suaves embestidas de sus caderas. Dios. Quería correrse o llegaría al borde de la locura.
—¿Está bien si me corro en tu boca?
A algunas personas no les gustaba, de eso Taehyung estaba seguro. Sin embargo, Jungkook no le respondió y simplemente siguió chupando. El pelinegro gimió con fuerza. Su boca era grande, como para tragar todo su pene. Ni siquiera se había separado un solo momento para tomar aire. Todo un chupapollas. Y lo hacía muy bien.
—En serio, será mejor que te apartes —Le avisó con la voz a medio suspiro, sintiendo ese familiar cosquilleo en su vientre. No hizo nada por detenerlo; ninguno de los dos. Taehyung se corrió en su boca y Jungkook siguió chupando, incluso cuando el pelinegro pensó haber acabado. Lo tragó todo, y más.
—Jungkook —Taehyung sintió su cuerpo desfallecer un momento y tuvo que sostenerse en los hombros de castaño. Su pene estaba sensible, pero Jungkook seguía moviendo su lengua sobre él, apresándolo muy bien en su boca. Taehyung lo miró con los labios entreabiertos, demasiado sacudido por el mar de sensaciones, que ni siquiera podía emitir sonido alguno.
—¿Mhm? —Jungkook liberó su miembro, pero su mano se mantuvo masturbándolo suavemente. Después de haber eyaculado y haber sido vaciado hasta las reservas de sus bolas, Taehyung no estaba seguro de cómo podía estar poniéndose duro otra vez—. ¿Qué pasa? Dijiste que te mostrara lo que podía hacer con mi boca.
Taehyung trató de controlar su respiración antes de decir algo, pero sus neuronas no estaban funcionando lo suficientemente rápido en esos momentos, y Jungkook no esperó su respuesta. Dio una larga lamida desde su glande hasta la base, pero no se detuvo allí. Dándole una mirada divertida, el castaño tomó sus bolas y las metió a su boca; Taehyung gruñó desde su garganta. Pocas mujeres hacían eso y sí, para variar se sentía bien que sus futuros ingenieros recibieran un poco de amor y atención.
Era la mejor mamada que había recibido en toda su vida. Solo que no estaba tan drogado como para decirlo en voz alta. Y de todas formas, era muy orgulloso como para hacerlo.
—No vine por una mamada. Puedo conseguir una de esas en cualquier lugar —musitó. Jungkook retrocedió y lo miró con incredulidad, casi podía decir que indignado. Sus labios estaban brillantes—. Oye, no es mi culpa que tuvieras tantas ganas de chuparme el pene. No fue eso lo que te pedí. —Taehyung no tuvo reparos en deshacerse de su camiseta y patear sus botas lejos, seguido de sus pantalones—. Solo dame lo que quiero. ¿Así está bien para ti?
Jungkook se levantó y antes de poder verlo a los ojos, Taehyung le dio la espalda y apoyó sus manos sobre la mesa, separando un poco sus piernas; el castaño lo observó detenidamente, mordiendo su labio, y sí, así estaba perfecto. Sobre su bonito culo podía ver dos pequeños hoyuelos y eso, maldita sea, era una falta de respeto a su autocontrol.
—Debes estar muy desesperado, ¿no? —Jungkook se alejó hacia su maleta, allí donde había traído papel, preservativos y lubricante—. Quiero decir, ¿qué eres? ¿Estás dentro del clóset acaso?
El pelinegro se sobresaltó un poco cuando sintió el frío gel tocó su piel y la mano de Jungkook se perdía entre sus nalgas. Un impropio sonido abandonó sus labios y él los mordió con fuerza, negándose a permitir que eso volviera a ocurrir.
—Te lo dije —Miró a Jungkook sobre su hombro; él estaba muy cerca, sus jeans rozaban la piel de sus muslos, haciéndole cosquillas—. Me encantan las mujeres, pero tengo curiosidad. Mmh —Él volvió a gemir; Jungkook estaba haciendo círculos con su dedo sobre su entrada y eso, entre muchas otras cosas como desconcertante y extraño, se sentía maravilloso.
—Pero esto te pone, ¿no? Coger con un hombre. He follado con muchos tipos heterosexuales. Presumiblemente heterosexuales —se corrigió, sonriéndole con sorna—, pero... ¿Te pone la idea de tener un pene en el culo?
El castaño presionó su dedo contra la entrada de Taehyung, deslizándolo en su interior. Vio los ojos del pelinegro cerrándose con un suspiro y sus dientes apresando su labio inferior.
—Dios —Jungkook sonrió—. Te pone, ¿no es así? —Movió su dedo dentro y fuera varias veces, y luego hizo pequeños círculos dentro de él; estaba caliente y apretado, y su expresión era un poema. Estaba disfrutándolo, y sin embargo respondió:
—No. No me pone —Sí lo hacía—. Solo tengo curiosidad. ¿Por qué los torcidos como tú lo disfrutan?
—¿Los torcidos como yo? —repitió Jungkook, penetrándolo con un segundo dedo. Taehyung se pegó a la mesa, jadeando por la sorpresa más que por el dolor. En realidad no era doloroso, solo un poco incómodo. E invasivo. Ciertamente invasivo. Sintió sus dedos moviéndose dentro, abriendo y cerrándose, despertando nervios que ni siquiera sabía que tenía. Sus piernas temblaron ligeramente por las nuevas y foráneas sensaciones, pero él no dijo nada al respecto, solo lo miró sobre su hombro y mantuvo su mirada, desafiante, y Jungkook sintió que iba a volverse loco viendo esos ojos tercos y orgullosos. Él empujó su mano más profundo y sonrió. Luego presionó ese pequeño botón con fuerza, justo su próstata, deleitándose al escuchar un gemido agudo y sorprendido salir de la boca de Taehyung; el chico sintió que su cuerpo se desarmó una décima de segundo y Jungkook lo sostuvo, rodeando su cintura, mientras seguía penetrándolo con sus dedos a un ritmo lento y profundo—. ¿Solo los torcidos como yo?
—Mhm —Taehyung gimió mordiendo sus labios—. Dios, solo cállate. Fóllame.
Jungkook tomó un preservativo de su maleta. Bajó sus pantalones lo suficiente como para sacar su erección y se masturbó unos segundos antes de colocarse el preservativo. Taehyung esperó, casi con los ojos cerrados, y sus manos aferraron la mesa con fuerza cuando sintió el pene del castaño rozando sus nalgas.
—¿Estás seguro? —preguntó Jungkook a sus espaldas. Taehyung asintió.
—Sí.
Jungkook dio unos golpecitos al interior de sus muslos y Taehyung abrió más las piernas un poco más, sintiendo el látex y el lubricante contra su piel. De repente, su corazón retumbaba acelerado dentro de su pecho y lo ignoró. Jungkook presionó contra su ano lentamente. Taehyung sintió su cuerpo siendo penetrado y su boca se abrió en una pequeña "o" de la que no salió ningún ruido; ese ligero dolor desgarrador robó sus palabras.
—Relájate —murmuró Jungkook en su oído. Taehyung aferró la mesa con más fuerza y gruñó, tirando la cabeza hacia abajo. Su erección, antes despierta y orgullosa, pasó de ser una poderosa "I" a una triste "n" en cuestión de segundos.
El pelinegro levantó la cabeza otra vez, jadeando, y visualizó la bolsa donde estaba su porro de marihuana y el encendedor en una esquina de la mesa. Muy bien, sí, él debería fumar un poco antes de seguir.
—No —Pero Jungkook apresó su mano en cuanto intentó estirar su brazo para agarrar la bolsita; el movimiento hizo que Taehyung lo sintiera enterrándose más profundo—. Mírame follarte cómo lo pediste, o pídeme que pare y lo haré.
El pelinegro gimió ansioso y asintió. Sí. Estaba bien, él podía con eso; tal vez solo estaba siendo un exagerado. Inhaló y miró a Jungkook sobre su hombro.
—Sí. Quiero esto —susurró. El castaño retrocedió suavemente y volvió a embestir contra él, arrancándole un hondo gemido. Su pene era grande; definitivamente no como el tipo de la película, pero tal vez superó sus expectativas. Se sentía lleno. Le gustaba la sensación, y con cada embestida encontraba un sórdido placer entre el ligero dolor; la mano de Jungkook que estaba en su cintura se deslizó hacia su pene y lo tomó en su mano, masturbándolo, y su mano libre apresaba su cadera, guiando el ritmo. Taehyung mordió su labio y cerró los ojos, sintiéndose sin el control de nada a su alrededor, ni siquiera su propio cuerpo.
—Vas a lastimar tus labios —Jungkook jadeó contra su oído, pero se le escuchaba sonriendo—. ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de gemir? —Y embistió su entrada con fuerza, estrellando sus bolas contra el bonito trasero del pelinegro.
Taehyung lanzó la cabeza hacia atrás y gimió. Aunque tratarse de contenerse, su boca entreabierta dejaba salir un jadeo tras otro con cada embestida, entrecortados y agudos, impropios, e incluso si intentaba cerrarla, algunos soniditos se escapaban de su garganta.
Sus manos apretaron la mesa con fuerza; sus dedos ya estaban blancos, pero no encontraba otra forma de aferrarse a la realidad y no dejarse llevar por todo lo que sentía. Era placentero. Su interior estirándose enviaba un agradable escalofrío a toda su cuerpo; el cálido roce del látex contra su piel, en ese duro vaivén, despertaba sensaciones para las cuales no tenía un nombre. Jungkook gimió y embistió con fuerza. Él se sentía caliente y pesado en su interior.
—Escucha eso —Jungkook habló; su voz cansada, socarrona, hizo que Taehyung siseara—. Te escuchas como alguien que está malditamente disfrutando.
Pero Taehyung se negó a responder. No iba a admitir que se sentía bien. Sus piernas temblaban y su visión era borrosa. Aquello era mejor que cualquier porro de marihuana, sin duda.
La demoledora ola del orgasmo lo golpeó con fuerza; sorpresivamente, después de aquella mamada, todavía tenía semen en sus huevos, y este se derramó sin fuerza sobre la mano del castaño. Jungkook siseó en su oído y siguió empujando contra su entrada unas cuantas veces más, sintiendo los espasmos del pelinegro apresándolo y succionándolo, mientras sus propios gruñidos se convertían en sonidos cortados y exhalaciones erráticas. El interior del codón se sintió cálido con su semen y Jungkook retrocedió, saliendo del pelinegro. Su entrada ahora estaba roja y un poco dilatada. Jungkook la acarició con los restos del lubricante, rodeando el anillo de músculos con su dedo suavemente. Taehyung se estremeció y dejó que su pecho descansara sobre la mesa; estaba fría, pero él sentía que podía desmayarse si permanecía de pie un segundo más.
Agitado, miró a Jungkook entre la bruma de la dicha y el cansancio. El chico acomodó sus pantalones en su sitio y trató de peinar su cabello ligeramente húmedo.
Mierda, él ni siquiera se había quitado la ropa y Taehyung estaba... como Dios lo trajo al mundo.
—Descuida. —Como leyendo sus pensamientos, o tal vez leyendo la vergüenza en su cara, Jungkook sonrió—. Algunos somos más urgidos y necesitados de sexo que otros.
Taehyung cerró los ojos, rendido y sin fuerzas.
—Perra chupapollas —masculló—. Al final, eres sorpresivamente bueno con la boca.
Jungkook colocó el rollo de papel higiénico sobre la mesa, junto a su rostro. El sonido hizo que Taehyung abriera los ojos nuevamente y mirara el objeto en cuestión con confusión.
—Lo vas a necesitar para... —El castaño señaló la mesa y su cuerpo en general—, limpiar este desastre. Suerte —dijo tomando su mochila de la silla, en un gesto desapegado y frío, como si lo que acababa de ocurrir fuera exactamente un maldito revolcón en algún burdel barato—, y hasta luego.
Chiquillos, hola~ me siento en la necesidad de pedir disculpas, ya saben que realmente no me gustA así como diciendo GusTAR eso de escribir lemon bUT-
También, la próxima actualización de Capitanes a pesar de que ya está escrita, demoraré en subirla. Lo mismo para El mariscal, aunque esta tal vez la actualice el miércoles. ❤️ Sonrían ❤️
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