Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Purgatorio

Basado en el main event QSMP: Purgatory

Roier siempre fue de ocultar sus sentimientos. Los malos, al menos.

El más claro ejemplo de ello, fue aquella terrible traición que había sufrido a manos de dos de quienes consideraba de sus mejores amigos.

Uno fue Quackity, aunque el mismo chico parecía haberlo olvidado. Algo muy raro estaba pasando con él desde meses atrás, casi como si fuera una persona completamente diferente.

Y bueno, de todos modos, el chico de beanie a pesar de estar coludido no era el mayor culpable en su historia.

Era Spreen.

En su vida, Roier había pasado por varias situaciones incomodas, pero con Spreen nada era incomodo en realidad, había camaradería, confianza y, al menos por parte de él, algo más. Algo a lo que nunca se molestó en buscarle un nombre pues solo se enfocaba en lo que le hacía sentir.

¿Le gustaba? Sí, sin lugar a dudas. ¿Spreen sentía lo mismo? No lo sabía, y no era como que le importara saberlo. Porque con incontables aventuras y situaciones de vida o muerte, Spreen seguía ahí siempre. Siempre constante, siempre a su lado.

Y sin saberlo en ese entonces, Roier empezó a hacer una lista de sentimientos que tenía por el híbrido de oso.

"Amor", fue el primer sentimiento que agregó. Un amor torpe e inexperto, pero amor al fin y al cabo...

Nunca terminó de entender lo que pasó en verdad aquel día, porque un minuto estaban hablando de tacos y al siguiente huía de un bastante alterado Spreen con hacha en mano.

Cuando cayó al suelo por una zancadilla del pelinegro y se giró en su espalda para poder verlo, algo cambio dentro del castaño. Aquellos sentimientos que tenía por su amigo de cierta forma evolucionaron.

En su pequeña lista mental agregó, justo después del amor otro sentimiento: "Decepción"

Los días que le siguieron, Roier esperaba algo más, una explicación coherente, pero muy por el contrario Spreen solo lo evitaba, hasta que un día simplemente desapareció.

Y "Odio", algo que nunca imagino sentir por alguien, se agregó en su mente.

La vida en la Isla no paró, al contrario, siguió adelante, reflejada sobre todo en él, cuando aceptó casarse con la única persona que nunca le dañaría.

Pero, así como pasaron cosas buenas, Roier seguía pasando por bastantes malos ratos. Y ahora, de pie frente a un Cellbit con evidente sed de sangre, Roier por primera vez sintió que podía abrirse con alguien.

—No sé si te he contado lo suficiente —Roier empezó— pero tengo una cicatriz muy grande debajo de esta sudadera.

—¿Quién te hizo daño, guapito? —habló entre dientes, empuñando fuertemente la ensangrentada daga.

Si no fuera su esposo, Roier hubiera sentido escalofríos al ver la mirada fría y penetrante acompañada de un tinte de venganza de parte de Cellbit, no había que ser un genio para saber que el brasilero estaba dispuesto a matar al que fuera que le hubiera hecho eso.

Y podría haberse alegrado por el incondicional (aunque retorcido) apoyo de Cellbit, pero en su lugar...

—No es importante...

En su lugar, continuó su relato, omitiendo todo el tiempo el nombre del oso a pesar del repentino interés de Cellbit por un nombre para poder tomar acción por su propia mano.

Porque sin haberse siquiera dado cuenta, "Preocupación" fue el siguiente sentimiento que agregó...

QSMP [Todos los habitantes, favor de acudir al spawn]

Roier suspiró —Por ahora, finjamos que todo está bien...

Ambos asintieron mientras se transportaban al punto de reunión.

Tan pronto aparecieron, Bagi corrió a tomar a Cellbit del brazo y alejarlo del grupo, dejándolo sólo.

—¡Qué asco soy normal!

Roier giró su cabeza al escuchar la voz y tuvo que sostenerse de la waystone para no caerse, pues tan pronto lo primero que pudo ver fueron un par de orejas de oso... talló sus ojos y suspiró entre aliviado y decepcionado al ver que no eran las negras que ya bien conocía, sino de una tonalidad más bien café.

Uno nuevo, dedujo mientras se acercaba al chico, otra pobre alma varada en sea lo que fuera Isla Quesadilla, decidido a tratar de aligerar un poco su probable incertidumbre, se abrió camino entre el resto para saludarle.

Aunque no se esperaba que el desconocido lo recibiera con una gran sonrisa, y mucho menos con lo que le dijo.

—¡Ostias, Roier! ¿Sigues aquí? ¿Qué tal estás?

Parpadeó repetidamente varias ocasiones.

—Disculpa... ¿nos conocemos?

—Ay claro, que con mi pinta de plebeyo no puedes hacerte una idea... aunque ahora que lo pienso, creo que tampoco conociste nunca a mi yo malvado, ¿o sí? —rascando su nuca y con una sonrisa de lado le tendió la mano— Rubius, supongo que nos veremos mucho por aquí.

Sin entender aún mucho, Roier solo atinó a devolver el saludo, tampoco iba a juzgarlo, pensó, ya había muchos locos en Quesadilla después de todo.

Rubius lo examinó de pies a cabeza.

—Debo decir que te ves bastante bien, me alegra —sonrió—, a pesar del lio que armó aquel demonio, mira que jugar con ustedes así por un taco... en fin supongo que Spreen y tu hicieron ya las pases.

Y esta vez, fue el mismo Rubius quien tuvo que sujetarlo fuerte para que no cayera contra el suelo.

¿Quién era este tipo? ¿Y por qué sabía de él y Spreen?

"Miedo" se agregó en su mente mientras miraba con ojos bien abiertos al oso pardo frente suyo, Rubius parecía confundido un segundo, pero luego una luz de entendimiento brilló en sus pupilas.

—No lo sabes...

No se lo estaba preguntando, se lo estaba confirmando —Spreen fue demasiado confiado, hizo un pacto con una parte de mí que... por suerte ya no existe, y este le pidió algo...

—¿Qué le pidió? —habló el castaño con un hilo de voz.

Rubius se preparó para continuar, pero en ese momento una fuerza extraña comenzó a jalar al resto hacia el vagón de un tren. Los dedos de un Roier aun en shock se deslizaron del agarre del más alto mientras era arrastrado.

—¡Spreen nunca quiso lastimarte! —le gritó Rubius— ¡El trato era matar a tu mascota o dejar que el demonio te matara a ti! ¡Háblalo con él antes de que sea tarde!

Fue lo último que escuchó Roier mientras era arrojado ceremoniosamente al interior del vagón y veía por la ventana la figura de Rubius alejarse en la lejanía...

...

...

...

—Parece que iremos en equipos.

Roier no sabía exactamente quien estaba hablando, y no le interesaba en lo más mínimo saberlo.

¿Debía estar preocupado por estar en una gran sala junto a todos después de que ese pato extraño les dijera que tendrían que mudarse un tiempo? Tal vez, pero su cabeza estaba ahora en otro lado.

El breve encuentro con Rubius le dejó más preguntas que respuestas, claro, podría haberle mentido, pero ¿por qué lo haría? Además, era claro que el tipo no sabía que Spreen hacía mucho se había ido de la Isla...

—¡Háblalo con él antes de que sea tarde!

La última frase de Rubius se repetía en su mente, una y otra vez...

Roier siempre fue de ocultar sus sentimientos.

Hasta hoy...

Sonrió.

Y agregó "Esperanza" en su lista...

—¡Miren allá!

El castaño alzó la mirada a la gran pantalla en lo alto de la habitación, sea quien sea que hablaba de equipos tenía razón.

—Estamos separados, guapito.

Le dijo Cellbit unos metros lejos, mientras los demás miembros del ahora Equipo Rojo se reunían para sea lo que fuera que les tenía preparado La Federación.

También tendría que hablar con él, pensó amargamente. Pedirle ayuda, usar sus dotes de investigador para poder dar con el paradero de Spreen.

La sonrisa de Roier se ensanchó solo un poco más al ver a su propio equipo, reconociendo la cara de Rubius entre sus compañeros, aunque no estaba del todo seguro porqué no estaba aquí ahora, pero si La Federación lo incluía debía ser por algo.

Con determinación dio media vuelta dejando la pantalla tras suyo y comenzó a caminar hacia Maxo, pero la cara llena de terror de su amigo le heló la sangre.

—¿Maxo? ¿Qué--

—¡NOOOOOO! —lanzó un grito desgarrador mientras se dejaba caer de rodillas al suelo, ojos pegados a la pantalla.

Siguió su mirada y entendió enseguida, el rostro de Dan ocupaba toda la pantalla, acompañado de dos palabras bastante tétricas en grandes letras rojas: 'Fallecido Permanentemente'

Tragó duro, nunca conoció mucho a Dan, pero sabía que era un buen amigo de Maxo, tendría que darle su apoyo para que--

La pantalla hizo la más breve transición cambiando la imagen...

...

Roier siempre fue de ocultar sus sentimientos... los malos, al menos. Odiaba molestar a otros con sus problemas y prefería mostrar su mejor faceta al mundo.

A diferencia de Spreen.

Spreen siempre dejaba claro cuando algo le molestaba o no le parecía, ya sea con indiferencia, evidente molestia, palabras insultantes, o incluso con golpes.

—¡Háblalo con él antes de que sea tarde!

Repitió la voz de Rubius en su cabeza mientras sus ojos seguían fijos en la pantalla sobre ellos.

Específicamente en los ojos de Spreen, casi como si pudiera ver sus pupilas amatistas tras sus siempre características gafas de sol.

—Guapito, buena suerte.

Sintió la mano de Cellbit sobre su hombro por un segundo, pero no pudo contestarle, demonios, no pudo ni mirarlo, ni siquiera se dio cuenta cuando al parecer se rindió y se alejó dejándolo solo nuevamente.

Roier espero un poco más, a que quizás las palabras cambiaran de 'Fallecido Permanentemente' a 'Desaparecido' o algo por el estilo.

Y espero. Y espero...

Y sintió que esperó horas, pero en realidad todo duró apenas un par de segundos hasta que la pantalla volvió a ponerse negra por completo, pero por poco que durara, la imagen del rostro de Spreen junto a esas dos horribles palabras, estaba seguro, lo atormentaría por todo lo que le quedara de vida.

QSMP [Disfruta las islas]

Mientras era jalado del brazo por Maximus, Roier lanzó un suspiro triste, escuchando a otros de sus compañeros hablar a su alrededor logró recolectar algo de información sobre lo que tendrían que hacer.

Dos semanas, sobrevivir, misiones, y algo sobre necesitar purificarse. Alguien incluso bromeó llamándolo 'Purgatorio'

Amor. Decepción. Odio. Preocupación. Miedo. Esperanza.

Sonrió con amargura mientras agregaba el séptimo y último sentimiento que alguna vez tendría por Spreen.

"Remordimiento".

Purgatorio era sin dudas un nombre adecuado...








La mano de Spreen se aferró con fuerza a la última roca de aquella cueva en vertical donde había sido arrojado horas atrás. Con el último esfuerzo en su cuerpo se impulsó hasta poder ponerse a salvo en el pasto.

Jadeaba entrecortadamente, tratando de ignorar el dolor punzante de la herida de espada en su costado y lo mucho que ardían los cortes múltiples en el resto de su cuerpo.

Era un desastre. Pero estaba con vida...

Mirando al cielo estrellado, se preguntaba qué demonios había pasado en la estúpida Federación o cómo se poronga se llamara... porque un momento estaba aún tranquilo, alejado lo más humanamente posible del asentamiento sin dar señales de vida, y al siguiente, un ejército de cucuruchos lo habían acorralado y atacado.

Spreen no era un experto, pero sabía por la forma en que actuaban que su objetivo era claro: matarle.

Y por poco lo logran, pero cometieron un terrible error: arrojarlo a aquella cueva y asumir que la caída lo habría matado.

Tendría que recuperarse, curar sus heridas, y volver al asentamiento lo antes posible. Si habían llegado al extremo de buscarlo por cada rincón de la Isla para matarlo sin él estar haciendo absolutamente nada, no podían traerse nada bueno entre manos con los que seguían ahí...

En la calma de la noche, Spreen se permitió cerrar los ojos un momento, el rostro dolido de Roier se materializó tras sus párpados mientras lanzaba una risita irónica ante el pensamiento de pronto volver...

Este viaje era su purgatorio, después de todo...

°•○●○•°•○●○•°•○●○•°•○●○•°•○●○•°

Escribí esto con mis lágrimas (?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro