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꒰ Cuatro.

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El fin de semana había pasado con prontitud para Kim Doyoung, quien no había sentido el paso del tiempo entre tantas actividades dentro y fuera de la empresa, que cuando el fin de semana dio su comienzo, Doyoung pudo sentir el cansancio en su máximo esplendor, obligándolo a ser un completo holgazán por pasar casi todo el día sábado acostado sobre su cama, únicamente levantándose para recurrir al baño o comer.

Con el cuerpo levemente entumecido, Kim se levantó el día domingo a las nueve de la mañana para dirigirse al gimnasio de su edificio para ejercitar su cuerpo y darle vida a sus músculos. Estirando su cuerpo, se encaminó hasta su armario donde sacó unos pantalones deportivos, junto a una camisa blanca sin mangas; una vez se encontraba listo, bajó hasta el gimnasio donde se dedicó a realizar su calentamiento previo antes de comenzar su rutina diaria.

Cuando los treinta minutos en la caminadora dieron su fin, Kim caminó hasta la pequeña mesa al fondo donde se encontraban su bolsa para así sacar la pequeña toalla para secar su transpiración. Con la respiración errática, dejó la toalla sobre su bolsa para encaminarse hasta el banco de abdominales donde se dedicó a realizar los ejercicios correspondiente hasta que su cuerpo le comunicó que había sido demasiado ejercicio por el día, así que después de hacer un pequeño ejercicio para ayudar a su cuerpo a enfriarse. Regresó hacia su departamento donde el fuerte olor a tocino junto a huevos revueltos le inundó las fosas nasales, indicándole que necesitaba cumplir ciertas necesidades naturales de su cuerpo.

Después de un desayuno ligero y una cena ducha, Doyoung se encaminó hasta su despacho para revisar ciertos documentos de la empresa antes de comenzar nuevamente la semana laboral.

Lunes por la mañana y Kim Doyoung se encontraba caminando en compañía de su secretaria hacia la sala de conferencias, donde sabía a la perfección, pasaría toda la mañana sumergido entre presentaciones de los beneficios que traían los posibles nuevos socios. Dando un pequeño suspiro, se adentró a la sala donde fue recibido por sus socios jefes de los diferentes departamentos de la empresa.

— Buen día, damas y caballeros —saludó Doyoung, mientras tomaba asiento en el extremo principal de la larga mesa— Por favor, demos inicio a esta reunión.

Una vez que la reunión comenzó, las típicas gráficas mensuales de las ganancias y de las pérdidas de la empresa eran proyectados en la pantalla plasma, lo cuales fueron explicado por el contador general, para luego darle lugar a los representantes de cada departamento para demostrarle a Doyoung que la empresa iba de viento en popa, horas después se le había dado paso a los representante de los postulantes a socios de la empresa para que explicaran los beneficios que le ofrecerían a la empresa.

Después de largas horas, habían acordado en tomar un pequeño descanso para poder estirar sus piernas y liberar un poco la tensión que se les había formado ante tanta seriedad. Estirando sus músculos, Doyoung escuchó el taconeo característico de los tacones de su secretaria, por cual se giró para verla.

— Señor Kim, en su agenda está una cita después del almuerzo con el doctor Jung, debido a que la reunión será prolongada, ¿la cancelo? —preguntó su secretaria.

Aturdido porque no recordaba en que momento había anotado en su agenda electrónica su cita con el urólogo y el solo hecho de mencionar el nombre del doctor, las escenas donde el doctor le había introducido dos dedos en su recto y gracias a ello había alcanzado un potente orgasmo había llegado a su mente creando estragos en él. Llevando su cabeza hacia atrás, con un nudo formado en su estómago, Doyoung guardó silencio y recordó sus últimas palabras antes de salir del consultorio, la había jurado que no iba a volver, debido a que se había sentido ultrajado, pero después de varios días, solo podía verle el lado placentero de las cosas.

— ¿Señor Kim? —preguntó la secretaria.

— Cancela la reunión, diles que continuaremos mañana, debido a que me salió un imprevisto de carácter urgente —le ordenó antes de salir de la sala rumbo a su oficina para tomar ciertas cosas.

Una vez en su oficina, Doyoung escuchó la notificación de su móvil avisándole que dentro de veinte minutos tendría su cita con el doctor Jung. Con nerviosismo tomó sus llaves y su móvil para salir disparado rumbo al parqueo. No sabía con exactitud por que tenía tanta prisa por llegar a la clínica o por que regresaba ahí cuando había jurado no volver; conduciendo por las calles de Busan, Doyoung tamborileó sus dedos sobre el volante cada que vez que los rótulos le informaban que estaba cerca de llegar a su destino.

Con el automóvil aparcado en el estacionamiento, Doyoung vio a varios hombres de edad salir de la clínica, y gracias a ello se obligó a salir para entrar al lugar; con sumo cuidado abrió la puerta de la clínica, pero aún así captó la atención de los presentes y entre ellos la del doctor Jung, quien se encontraba fuera del consultorio atendiendo a un hombre que claramente podría ser su abuelo.

Con el sentimiento de arrepentimiento caminó hasta uno de las sillas de espera, bajo la atenta mirada del doctor Jung, deseoso de salir corriendo lejos de aquel lugar, Kim tomó una de las revistas para intentar apaciguar el deseo de huir, ya que no era un adolescente, ya era un hombre e iba a enfrentar la situación como un hombre.

Sonriendo ladino, Jung observó a su sexy paciente tomar asiento, antes de regresar su atención en el señor Jang del cual se despidió con un agradable apretón de mano. Una vez libre inspeccionó la sala de espera para darse cuenta que solo había dos pacientes más aparte de Doyoung, de los cuales solo iban a cambio de medicamento, por lo cual atendió con rapidez, una vez solo en su consultorio llamó a su secretaria, la cual entró con prontitud.

— Karina, por favor, pasa las siguientes visitas hasta las dos y media —le comunicó— Ah, ve donde Mark y ayúdale un poco con el papeleo. Desde que Mina dio a luz está un poco atascado de papeleo.

Enviar a Karina para que ayudara a su primo con el papeleo de su clínica de pediatría, la cual estaba en el edificio continúo al suyo, solo era un excusa para quedarse a solas con su atractivo paciente; escuchando la voz de Karina darle la indicación a Doyoung para que entrara al consultorio sonrió lascivamente mientras se acomodaba en su silla. Pasaron pocos segundo para ver entrar a su nuevo paciente el cual traía puesto un fino traje color negro tallado a su cuerpo, el pantalón le apretaba tan bien sus muslos, pero sobretodo ese hermoso y gran trasero. Ese trasero que él había penetrado con sus dedos y que posiblemente hoy lo penetraría con su polla. Ante esa imagen en su cabeza, la sensación de su polla cobrar vida lo invadió.

Doyoung por su parte se sentía nervioso y con las piernas temblándole, caminó en silencio en pocos pasos hasta la silla frente al escritorio del doctor. Una vez sentado frente a frente al doctor cayó en cuenta que no tenía excusa válida para estar ahí, lo cual sabía a la perfección que solo elevaría el ego de el hombre frente a él. Tragando la saliva que se había acumulado en su boca, se obligó a mirar al doctor quien lo miraba con una expresión hambrienta.

— Me gusta que seas puntual —dijo por fin Jaehyun rompiendo el silencio— ¿Has venido por más de lo que obtuviste hace unos días atrás? —preguntó sin dejar de mirar a su paciente.

Cerrando los ojos levemente, Doyoung intentó controlar las sofocantes emociones que lo aturdían.

— Aturdido, y sin saber el porqué volviste aquí es como te encuentras, sin embargo, deseas experimentar nuevamente la sensación de mis dedos penetrando tu hermoso culo, deseas liberar el estrés que has cargado los últimos días por la falta de sexo —dijo Jaehyun levantándose de su asiento— ¿Me equivoco? —preguntó Jaehyun.

— Sí, se equivoca—mentía tanto él como el doctor lo sabían— únicamente regresé para que me realice el dichoso examen, si bien puedo buscar otro urólogo, no lo hice porque mi esposa insiste que sea usted quien realice la prueba, así que le suplico que sea lo más profesional posible en cuanto a mí.

Sus palabras habían salido con tanta seguridad que posiblemente hubiera sido capaz de convencer a cualquiera que no conociera la situación. Pero lastimosamente, no el Doctor Jung.

— Bien, seremos profesionales. Por favor, pasa a desnudarte —dijo con sarcasmo para luego caminar hacia el espacio de revisión.

Tragando el nudo de emociones, Doyoung se levantó de su asiento para caminar con la falsa seguridad que habitaba en su cuerpo hacia el pequeño vestidor, donde una vez estuvo con la puerta cerrada, se recargó sobre esta y soltó un profundo suspiro y posteriormente tomar una profunda bocanada de aire. Estaba completamente nervioso no sabía que rumbo tomaría las cosas, no sabía si realmente el urólogo sí retomaría su profesionalismo o si iba a seguir ultrajándolo. Doyoung no tenía nada seguro, únicamente que su polla había comenzado tomar vida.

Negando levemente, comenzó a despojarse de su ropa, Doyoung comenzó por despojarse de sus zapatos para seguir con su pantalón y su ropa interior y así seguidamente de las prendes superiores. Una vez completamente desnudo, tomó la bata que estaba colgada a solo unos centímetros de él. Armándose de valor, abrió la puerta y salió con la barbilla levantada, mirando al doctor Jung quien tenía todo preparado.

— Bien, ve hasta la camilla y párate en la esquina posterior de ella, notarás que es mucho más alta que las que normalmente tiene, y es para facilitar el trabajo. Por ello vas a subirte en ella, te acomodarás boca abajo, sin topar todo tu cuerpo en el colchón. Levantarás tu culo y recargarás todo tu peso en tus antebrazos y codos —explicó Jaehyun.

Confundido siguió las órdenes del doctor sin decir palabras; incómodo por la posición en la que se encontraba, las mejillas de Doyoung se habían tornado rosadas y su polla había demostrado un poco feliz, pues sabía a la perfección que su trasero quedaba completamente a la vista del doctor quien claramente podría follarlo sin problema alguno.

Jaehyun por su parte al ver lo obediente que era Doyoung, sintió como su polla se endurecía bajo su pantalón, pero al notar lo sugerente que se miraba su paciente en aquella posición, las gana de azotar ese albino y gran trasero para luego besarlo y morderlo a su antojo lo invadieron. Sin embargo, retuvo todo impulso, primero tenía que hacer caer la falsa postura del paciente; después de haber tomado el bote de lubricante, caminó con lentitud hasta su paciente para así torturarse así mismo con aquella hermosa vista. Con cada paso que daba el deseo de poseer aquel trasero aumentaba.

— ¿Siempre se tarda tanto en atender a sus pacientes? —preguntó Doyoung desperado por sentir el tacto de Jaehyun sobre su culo.

— No, únicamente estoy apreciando una vista digna de ser admirada —contestó con osadía— Ahora guarda silencio, voy hacer mi trabajo profesionalmente —agregó una vez estuvo completamente cerca de Doyoung.

Notando el sarcasmo en las últimas palabras del doctor, Doyoung movió un poco sus rodillas para acomodarse en su lugar y darle un poco de descanso a sus músculos, sin saber que esa acción podía verse mal intencionada. Para vista de Jaehyun, se había visto como si su paciente sacudiera su trasero como señal a una invitación indecorosa. Con una sonrisa socarrona implantada en su rostro Jaehyun tomó el bote de lubricante y dejó caer una generosa gota sobre dos de sus dedos y posteriormente una pequeña cantidad del mismo líquido sobre la rosada entrada del mayor.

— Relaja tu cuerpo, así todo será más fácil y rápido —dijo Jaehyun.

Una vez sintió el cuerpo de su paciente relajado, Jung llevó un dedo medio hasta la rosada entrada de este, para comenzar a introducirlo poco a poco, causando estragos en Doyoung quien se había obligado a retener los gemidos que amenazaban con escapar de su boca. Sin saber el porqué su cuerpo se excitaba cuando sentía los delgados dedos el doctor sobre su cuerpo.

Con la sensación de aquel dedo medio completamente introducido en su recto, Doyoung comenzó a sentir como este tocaba su próstata dando pequeños golpecitos haciendo que su cuerpo reaccionara de forma traicionera puesto había comenzado a temblar y su polla ya se encontraba goteando el característico pre-semen. Con sus dientes mordiendo con fuerza, Doyoung sintió como otro dedo se une sumando a la exploración de su recto.

— Por lo que puedo sentir, tu próstata se encuentra completamente saludable, reacciona muy bien a los toques, y no se encuentran abultamientos extraños en ella —explicó Jung con profesionalismo, sin embargo, su voz se escucha gruesa y cargada de deseo— Todo está en orden, ahora necesito saber si quieres que pare mis acciones, ¿lo deseas, Kim?

¿Deseaba que aquellos toques llegaran a su fin? Posiblemente no, pero se negaba a contestar, puesto que sabía que si lograba abrir la boca lo único que saldría de ella sería el mar de gemidos que se había encargado de retener. Pero un fuerte azote en su culo, logró que este soltara su labio claramente maltratado por sus dientes y que un fuerte gemido saliera de la boca, y haciéndole recordar lo dominante que era el doctor y como le gusta ser llamado cuando estaba cegado por el placer.

— Pregunté algo —dijo Jaehyun con su tono autoritario— Cuando te haga una pregunta, tienes que contestar con rapidez, ¿quedó claro?

— Sí, señor, quedó claro —contesto Doyoung también cegado por el placer.

Satisfecho con la respuesta de su paciente, Jung dio inicio a una serie de penetraciones con sus dedos largos y delgados, haciendo que este dejara de reprimir sus jadeos y gemidos.

— ¿Debería parar, Kim Doyoung? —preguntó

— No, señor.

Sonriendo por la respuesta de su paciente, Jaehyun aumentó el ritmo de las penetraciones. Viendo el cuerpo de Doyoung estremecer y escuchar sus agudos gemidos envían una descarga de placer dirigida a su polla, la cual estaba completamente dura y pidiendo atención. Doyoung por su parte se encontraba con los ojos cerrados y la boca entreabierta soltando un mar de jadeos y gemidos los cuales eran ocasionados por los expertos dedos del doctor. Sin ser consciente de las acciones de su cuerpo, Doyoung comenzó a mover su culo hacia atrás para tener más contacto con los dedos del doctor.

Si bien las novedosas sensaciones lo tenían abrumado, el hecho de sentir los dedos salir bruscamente de su interior de su cuerpo y su espalda tocar el cuero que cubría el colchón lo abrumó aún más. Sin tener el espacio de poder protestar, Doyoung sintió la cálida y húmeda boca de su doctor tomar su gruesa y completamente erecta polla para comenzar a succionarla con rudeza, haciendo que el aire abandonara el cuerpo de Doyoung.

— ¡Santa Mierda! —exclamó una vez fue capaz de recuperar el aire perdido.

Soltando gritos de placer y sintiendo pequeños espasmos de placer, Doyoung dejó toda la situación en la boca de Jaehyun, quien chupaba con avidez  desde la base hasta el enrojecido glande, para posteriormente pasar hasta los testículos de este, haciéndolo gemir con brutalidad y torcer los dedos de sus pies. Soltando el miembro de Doyoung, Jaehyun tomó una bocanada de aire y en ese intervalo de tiempo, fue capaz de observar el desastre que era su paciente, el cabello ligeramente desordenado, ojos cerrados, mejillas teñidas de carmesí y labios ligeramente abiertos, era la imagen que los ojos de Jaehyun capturaban.

Y aunque el conjunto de todo aquello era lo suficientemente atrayente, había algo que capturaba la atención del doctor, los labios rojos e delgados que pedían a gritos ser besados y dominados en una guerra por el control. Con el deseo de dominar aquellos labios, Jaehyun subió hasta ellos y sin perder el tiempo con posición, sus finos belfos sobre aquellos delgados, donde sintió el dueño de aquellos finos belfos tensarse mientras el comenzaba a moverse con lentitud hasta que notó como el beso era correspondido de a poco dándole la señal perfecta para comenzar a devorarlos con pasión.

Sintiendo comenzaba una pequeña guerra por el control, Jaehyun llevó su mano derecha hasta el rostro de su paciente para tomarlo con fuerza logrando así dominar la situación. Con su lengua explorando toda la cavidad bucal de Doyoung, Jaehyun tuvo que separarse por la falta de aire, con las respiraciones errática, ambos hombres se miraron a los ojos, y una leve sonrisa apareció en ambos rostros, antes de fundirse en un demandante beso, el cual llevó a ambos al borde del abismo.

Entre besos dominantes, Doyoung fue capaz de despojar de la ropa inferior de su doctor, sabía a ciencia cierta que este ocuparía un alivio para su miembro y por extraño que sonara el estaba dispuesto a dárselo, separándose de los labios del contrario, Doyoung logró tomar la polla de su Doctor entre sus manos para luego comenzar dejarle pequeñas caricias los cuales hacían gruñir de placer a Jaehyun. Sintiendo bajo su tacto las venas de la gruesa polla de Jaehyun, hizo que Doyoung se preguntara cómo se sentirán aquellas venas bajo las caricias de su lengua. Sin embargo, no hizo amago de querer tomar aquella polla con su boca, puesto que sabía su posición de sumiso en el momento y no debía hacer nada sin haberlo recibido como orden.

— ¡Mierda, Kim! —exclamó Jaehyun—  Me preguntó cómo se sentirá mi polla en tu pequeña y dulce boquita —Doyoung sabía el rumbo que tomarían las cosas con solo haber escuchado aquellas palabras de la voz ronca de su doctor— Chúpamela, pequeña perra.

Si bien Doyoung jamás había hecho una felación, sabía todo los puntos que volvían loco a un hombre, debido a que había recibido infinidad de mamadas, y cada una tocaba un punto que podía llevar a la locura a cualquiera.

— Sí, señor —contestó Doyoung antes de empujar levemente a Jaehyun para que este quedará completamente parado y él sin perder tiempo, se colocó sobre sus rodillas y sobre su mano izquierda, quedando su cara frente a libre polla de Jaehyun, quien dejaba un trozo de carne a la espera de ser devorado. Tomando una bocanada de aire que luego fue expulsada, Doyoung tomó con nerviosismo la polla con su mano derecha para dirigirla hasta su boca, donde comenzó a hacer su trabajo bucal, que comenzaba desde el gran glande hasta los testículos de su doctor quien soltaba gruñido tras gruñido y agarraba con fuerza la cabellera de Doyoung.

— Voy a correrme en tu linda boquita y tú vas a permitirlo —dijo Jaehyun cuando los característicos espasmos hicieron acto de presencia.

Doyoung consciente del significado de aquellas palabras siguió su trabajo con avidez hasta que sintió la pequeña vibración de la polla que estaba en su boca y segundo después, el espeso y cálido líquido llenar su boca, el cual tragó con dificultad. Aquello para Jaehyun había sido un punto de placer para su ego, sorprendido con Doyoung, Jaehyun se propuso a darle la merecida recompensa, así que sin darle tiempo de asimilar bien las cosas, lo tomó de los brazos y como si fuera un objeto liviano, lo cargó hasta acostarlo boca arriba para luego volver a introducir sus dedos con rudeza, logrando que este diera un grito ahogado mientras que él comenzaba a penetrarlo con sus dedos, si bien podía haberlo hecho con su polla, prefería entrenar un poco más a Doyoung y que fuera este quien rogara por su polla.

Tocando con violencia la próstata de Doyoung, Jaehyun sintió el cuerpo del mayor estremecer en su lugar, Jaehyun comprendió que no tardaría mucho para que Kim se corriera, y fue por eso que llevó su boca hasta el miembro de Doyoung donde chupó levemente y Doyoung llegó aún potente y prolongado orgasmo.

Después de varios minutos en los que se recuperaron de sus emociones, ambos hombres comenzaron a colocar en su lugar sus prendas de vestir, Jaehyun únicamente había tenido que subir su ropa interior y su pantalón de vestir, en cambio, Doyoung había salido corriendo hacia el pequeño vestidor con las piernas temblándole debido a que aún no lograba recuperarse del todo, vistiéndose con rapidez sin darse la oportunidad de pensar en las cosas que había hecho.

Una vez estuvo vestido nuevamente, salió del pequeño cuarto, y al hacerlo, no encontró al doctor en la área de revisión por lo cual a pasos lentos caminó hasta donde se encontraba el escritorio del especialista para encontrarlo recargado sobre el mueble. Tragando la saliva que se le había acumulado, Doyoung se acercó hasta el doctor sin saber muy bien que decir.

Jaehyun al notar la aproximación del mayor alargó su mano hasta la cabellera de Doyoung para tomarlo con rudeza y acercarlo hasta él.

— Pondremos las cosas claras, yo soy tu hombre, tu dueño, por lo tanto, soy quien te domina. Tú eres mi sumiso, eres mi propiedad, tu cuerpo me pertenece, aunque tengas esposa —gruñó Jaehyun en el oído de Doyoung— ¿Quedó claro?

— Sí, señor.

Doyoung no sabía cómo había llegado a semejante circunstancia, si bien antes él había sido quien había tomado el papel de amo y señor de sus parejas, el hecho de ser ahora el dominado por un hombre menor que él, le generaba cierto morbo.

— Bien, te quiero aquí el miércoles a las cinco de la tarde —gesticuló Jaehyun, soltando la cabellera de Doyoung— Debemos crear un acuerdo de conveniencia.

— Sí, señor.

Después de Jaehyun le dejara ir, Doyoung salió a paso apresurado de la clínica hacia su auto donde una vez dentro soltó un suspiro, sentado frente al volante.

¿En qué mierda se había metido y qué mierda era ahora él? Se preguntó Doyoung.

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