38
Te quedaste dormida en el asiento del pasajero.
Te veías hermosa.
Con tu cabello dorado sobre tu cara,
tus labios entreabiertos,
y tu rostro en completa paz.
En ese momento me habría gustado tener una cámara para poder retratarte,
y al pasar los años, ver esa foto,
para hacerme creer que tuviste una vida feliz.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro