23
Hubo una tarde en especial, que te acompañé hasta el porche.
Nos miramos a los ojos.
Sonreíste.
Sonreí.
Te inclinaste hacia mí, y por un momento creí que me besarías.
Pero no.
Sólo posaste tus labios sobre mi mejilla y me susurraste «Nos vemos mañana, Elliot.»
Cuando llegué a casa, mi madre me preguntó que pasaba.
Le dije que estaba enamorado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro