14: FIRME NEGACIÓN
Sinopsis: Negar una verdad es llenar un cubo sin fondo.
[...]
Hitoshi está acostumbrado a desvelarse.
Lo ha hecho antes: Leyendo, entrenando, estudiando, acompañando a su madre en los turnos nocturnos. En términos simples Hitoshi está acostumbrado a sobrevivir con unas cuantas horas de sueño y profundas ojeras.
Esto es diferente.
Si pudiera verbalizar la situación que lo mantiene despierto Hitoshi recurriría a un famoso y viejo refrán que habla sobre cómo no puedes devolver un gato a la bolsa una vez que lo has sacado. Si Hitoshi no estuviera en un estado de semi pánico es probable que pudiera acordarse de lo que dice exactamente el refrán y lo que significa, pero dado que su mente no deja de saltar al pasado esmerándose por recordar el último año con Denki, no es factible que vaya a ponerse filosófico.
Lo que sabe, es que ahora que lo sabe no hay forma de que pueda volver a no saberlo.
Y Hitoshi daría su brazo por no saberlo, porque saberlo no le está ayudando en nada, especialmente a su cerebro que parece una pista rayada por las veces que termina dando vueltas sobre el mismo punto.
Denki sonriendo, empujando, inclinándose junto a él.
Si Hitoshi pudiera volver en el tiempo iría hasta su yo del pasado y lo sacudiría con fuerza. Le diría algo como "imbécil" y cosas menos gratas; pero bueno, puestos a soñar, Hitoshi viajaría al pasado y se suicidaría con toda probabilidad.
Mejor eso que estar a las tres de la mañana rebobinando momentos en los que prefiere no pensar. Y no quiere pensar en ellos porque al hacerlo se enfrenta a una simple pregunta lógica.
¿Y ahora qué?
La respuesta es sencilla: Ahora nada. Porque aun si él siente algo por Denki, Denki nunca ha dado señales de corresponderle. Todas las risas, las sonrisas y los momentos compartidos no son nada más que Denki siendo Denki. Imaginar que significan algo más es deleitarse en fantasías sin fundamento.
Además, él sigue enamorado de Kirishima
Eso no es cierto.
Bueno y qué, ahora sale con chicas.
Podría salir contigo.
Hitoshi no se hace ilusiones, es una persona práctica que no se deja llevar por las fantasías del amor. Lo único que sabe es que no va a cometer el mismo error que Denki, le basta recordar lo difícil que fue para él su corazón roto y se promete que no caerá en esa trampa.
Así que tras una larga y concienzuda deliberación Hitoshi llega a una simple conclusión. Tiene que hacer caso de sus consejos, los mismos consejos que Denki ignoró una vez.
Mantén tu distancia y no te dejes llevar.
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&
Es más fácil decirlo que hacerlo, su vida se ha convertido en una serie de momentos que giran aparentemente alrededor de Denki, pero Hitoshi es de esas personas que se enorgullece de su temple y firmeza. Se organiza de tal forma que su tiempo a solas con Denki llega a un abrupto final.
Sus esfuerzos incluyen menos contacto con el susodicho y si no quiere mentir va a necesitar una buena excusa para pasar más tiempo a solas.
...
—Eh, Shinsou, ¿a dónde vas?, es hora del almuerzo.
—Tengo que hablar con el profesor Aizawa, ve adelante, los alcanzo luego.
Se marcha antes de que Denki puede apuntarse a ir con él y consigue alcanzar a su profesor antes de que entre en la sala de maestros.
—Necesito más tarea.
El profesor Aizawa ni siquiera parpadea.
—En todos mis años aquí, ninguno de mis alumnos me ha pedido algo así, ¿por qué?
—Los exámenes de fin de año son el próximo mes, necesito conseguir un buen lugar. Es mi primer año en el curso de héroes, no puedo fallar.
—Dudo que falles, Shinsou, tus calificaciones han estado en la media.
—Quiero ser el mejor.
Suspiro—De acuerdo, haré una lista de ejercicios extra, solo asegúrate de no excederte.
...
Su plan también incluye no más sesiones de estudio a solas con Denki en su cuarto.
...
—¿Aún necesitas ayuda con la clase de Present Mic?
—¿Ah? Hola, Shinsou, no te había visto.
—Sí o no
—¿Ahhh?, sí, pero iba a pedirle a Deku su ayuda.
—Puedo ayudarte esta semana, de cinco a siete, ¿te parece?
—Sí, está bien, ¿quién más viene?
—Invita a los que quieras.
—¿De verdad? Pues gracias, Shinsou.
—Te veo en la biblioteca, Uraraka.
...
Pero lo más importante de todo es disminuir el contacto físico.
...
Cuando Denki salta, Hitoshi lo esquiva.
Cuando Denki lo arrastra, Hitoshi se suelta.
Cuando Denki lo toca, Hitoshi retrocede.
...
Hitoshi no sabe en que momento su contacto con el mundo paso de ser una molestia incomoda que le era mayormente indiferente a esos pequeños toques que involucran a un Denki táctil que busca siempre hacerlo sonreír.
Pero no importa cuando empezó porque ahora que es consciente de ello su estómago se hunde en una espiral que no deja de dar vueltas. Y está decidido a no dejar que eso arruine su amistad.
No importa que a veces Denki lo mire con una extraña expresión en su cara.
...
Es la primera vez que Shinsou organiza una sesión de estudio en la biblioteca, y aún no está seguro de que invitar a Uraraka haya sido la mejor idea, pero ella se ha comportado como lo ha previsto y ha traído a otras personas para estudiar.
Shinsou está comparando respuestas con Ojiro cuando Denki entra, lo ve dudar antes de acercarse.
—Vaya—dice inclinándose junto a él—me extrañó cuando dijiste que estudiaríamos en la biblioteca, pero esto es aún más raro. Creí que no te gustaban los grupos de estudio.
—Y no me gustan—responde Hitoshi sin mirarlo atento los números que Ojiro está dictando.
—Oh
Hitoshi no se gira ni se mueve pese a que Denki sigue a su lado mirando sobre su hombro, tiene que hacer un esfuerzo extra para contestar las preguntas de Ojiro y finalmente respira cuando Denki se aparta para ir a sentarse al otro lado de la mesa.
Hitoshi se asegura de no mirarlo.
...
—Shinsou, ¿está bien si cambiamos la hora de la práctica? Le prometí a Hanta que lo ayudaría con su lista-
—Está bien, de hecho quería avisarte que no iba a poder entrenar contigo esta semana.
¿Por qué?
—Le he pedido más trabajo a Aizawa y necesito tiempo para terminarlo.
—¿Más trabajo?
—Sí, tendré que mover nuestras prácticas.
—Oh, está bien, ¿para cuándo?
—Lo checo y te aviso.
No da más explicaciones porque no quiere mentirle, así que se limita a ignorar el diminuto fruncimiento de las cejas rubias.
...
—Ey, ¿estás listo para la noche de películas del viernes?
—Voy a pasar. Tengo tarea.
—Últimamente tienes mucho trabajo, Shinsou, ¿necesitas ayuda?
—No, está bien.
—También te has saltado los almuerzos con el grupo.
—Mmm
—Y no has dicho nada de nuestras practicas vespertinas.
—No tengo tiempo de momento, será después.
—...de acuerdo, ¿te veo el sábado entonces para nuestra tarde silenciosa?
Hitoshi procura no retorcerse de culpa cuando dice:
—El sábado iré a ver a mi madre.
—Oh. Bien, entonces... ¿nuestros planes para el domingo siguen en pie?
—Volveré hasta el lunes.
—Ya
No soporta la cara herida de Denki aun cuando sabe que lo hace por su bien, así que se marcha sin despedirse.
...
Denki soporta el trato indiferente, el repentino cambio de planes, la ausencia y el silencio durante días. Cuando Hitoshi cancela su segundo sábado de tarde silenciosa, Denki se cruza de brazos.
—¿Estás enojado conmigo, Shinsou?
—No
—¿Te ofendí?
—No
—¿Hice algo que te hiciera sentir mal?
—No
—Y entonces por qué no me miras a la cara.
Obedece por reflejo y lo que encuentra es una expresión pensativa.
Cuando Hitoshi vivía en la ignorancia se habría deleitado con la bonita nariz y la boca curvada, habría sentido curiosidad por la tormentosa expresión y posiblemente habría hecho un comentario que hiciera sonreír esos ojos dorados.
Ahora que es consciente de la verdad su cuerpo lo traiciona y hace algo que nunca habría hecho en su sano juicio. Su estómago se contrae, las manos le sudan, el calor asciende por su pecho y garganta hasta alcanzar su cara.
Por primera vez en los años que lleva de vida su maldito cuerpo traidor decide enrojecer.
—¿Shinsou?
Aparta los ojos y maldice el día que su apatía fue aplastada por una sonrisa exuberante.
—Escucha, no tiene que ver contigo, ¿de acuerdo? En un mes vendrán los exámenes finales y se acabara el curso. Quiero-
Se atraganta y toma aire. No es mentira, se dice, pero sigue siendo una excusa que le sabe a ceniza mientras la pronuncia.
—Hablaremos cuando los exámenes terminen.
...
Hitoshi está convencido que la distancia volverá a poner las cosas en perspectiva, que su esfuerzo devolverá todo a como era antes. Está decidido a cumplir con sus propios consejos y a superar lo que sea que Denki lo haga sentir. Y cuando eso haya pasado volverán a ser amigos sin ninguna otra implicación emocional.
Hitoshi volverá a ver la sonrisa de Denki sin sentir la necesidad de extender la mano y tocarlo.
La idea es perfecta y Hitoshi está seguro de que lo conseguirá. Y entonces el mundo le demuestra una vez más lo imbécil que es.
&
&
Oye la conversación por casualidad.
—Te digo que fue él.
Es tarde de miércoles y las chicas de la clase se han reunido en la pequeña cocina del primer piso para hacer galletas. El aire huele a mantequilla y azúcar y el cronómetro de la mesa indica que aún quedan otros quince minutos de horneado. Hitoshi sortea los cuerpos apiñados junto a la isla del centro mientras avanza hasta el gabinete donde guarda sus barritas de proteínas.
—¿Cómo lo sabes?
Jirou hace un sonido raro, entre un resoplido de deleite y un chasquido corto. Ellas se ríen, siguen hablando de un él, del día de San Valentín que fue hace una semana, y de un admirador secreto. Hitoshi está esperando que el agua hierva para prepararse su té y marcharse.
—Te lo digo—dice Jirou con su voz conspirativa—fue él.
—Me estas diciendo que Tetsutetsu fue el admirador secreto que le envió los chocolates a Denki. No te creo.
Hitoshi se gira, el movimiento es súbito y provoca que la caja de barritas caiga de la mesa, el sonido detiene el chismorreo y hace que todas las chicas lo miren.
—¿Qué chocolates?,—pregunta notando la garganta seca.
—¿Ah?—dice Uraraka—¿no te lo contó Kaminari?
Me lo habría contado si yo no lo estuviera evitando.
—He tenido mucho trabajo, no he hablado con él.
Hitoshi no sabe leer la expresión que ve en cada uno de sus rostros, tampoco le importa.
—¿Qué chocolates?,—pregunta de nuevo ignorando activamente la expresión curiosa en los ojos de Uraraka.
—En San Valentín—responde Jirou—alguien le envió chocolates a Denki. No llevaban remitente, solo una nota. No sé que decía.
—No se la enseñó a nadie—añade Ashido—Eiji dijo que no había querido que nadie lo interrogara, pero Kyouka dice que fue Tetsutetsu porque lo oyó hablar con sus amigos.
Jirou interviene entonces para reafirmar su punto y cuando Uraraka responde las chicas vuelven a sumergirse en su discusión. Hitoshi las ignora, lo único que oye es el latido de su corazón.
—Aunque sea cierto—dice Hagakure—¿Tetsutetsu? Uh, ¿no sería raro?
—¿Por qué?,—pregunta Jirou a la defensiva—¿por qué ambos son hombres?
—Por eso y porque se parece a su mejor amigo, sería como salir con Kirishima.
La tetera silba y Hitoshi la apaga de forma automática. Las chicas siguen charlando y Hitoshi se marcha olvidando sus barritas, su té y todo lo demás, su cuerpo se mueve sin que su cerebro tenga oportunidad de establecer un destino.
Solo hay un lugar a donde realmente quiere ir.
&
&
De pie frente a la habitación de Denki, Hitoshi solo puede pensar en algo muy simple.
Soy un imbécil.
No es el hecho de que un chico le haya enviado chocolates a Denki, no son celos -tal vez hay algo de eso, pero Hitoshi se niega a centrarse en ese pequeño detalle- es más bien la sensación de vacío que experimenta cuando descubre que ha tenido éxito apartando a Denki de su vida. Hace días que no habla con él, hace días que no lo mira, hace días que no charlan sobre lo que hacen y lo que harán.
Denki ha recibido chocolates de un admirador secreto, un suceso que lo habría hecho feliz, que lo habría llenado de sonrisas inmensas mientras finge no sentirse halagado, y Hitoshi se lo ha perdido. Se ha perdido su expresión de sorpresa, su sonrisa satisfecha, la risa que habría inundado el cuarto.
Ha pasado días tratando de ignorar lo que siente, tratando de regresar al pasado, y lo único que ha conseguido es arruinar la única amistad que de verdad le importa. Ha estado huyendo sin darse cuenta de que nadie lo persigue.
Cuando se apartó, Denki se mostró confuso, pero no intentó presionarlo. Cuando lo ignoró, Denki se mostró herido e intentó averiguar el motivo. Cuando dejo de pasar tiempo con él, Denki pregunto si necesitaba ayuda. Denki siempre ha querido ser su amigo y Hitoshi lo abandonó sin explicación alguna.
Y es algo que tiene que remediar.
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Toca a la puerta y espera.
Le sudan las manos y su corazón late sin ritmo, cuando la puerta se abre Hitoshi está listo para saludar o disculparse. Su mente barajea decenas de saludos: 'hey', '¿cómo estás?', '¿podemos hablar?', '¿estás ocupado?', 'lo siento',
Pero todo pensamiento desaparece cuando tiene a Denki frente a él.
Denki con su pelo alborotado, sus hombros desnudos, su camiseta holgada, su cuello pálido y sus mejillas afiladas. Es bonito y radiante, con ojos que brillan como el sol, con una boca fina que tiende a curvarse en una sonrisa inmensa. Denki, que se ríe en publico con una risa extravagante y en privado con un sonido discreto, que murmura cuando duerme y se alborota cuando ve cachorros en un aparador. Denki, que tiene opiniones absolutas y una voluntad de acero, que siempre inicia conversaciones y nunca tiene miedo de hacer el ridículo.
Es ese Denki el que rompe el silencio que Hitoshi no se atreve a quebrar.
—¿Shinsou?
Parpadea, y Hitoshi experimenta una súbita oleada de algo que solo podría llamarse ternura. El cariño que ha intentado ahogar se sacude, crece y lo inunda.
En ese momento se jura que será su amigo sin importar lo que suceda, que ahogará ese amor en silencio y se quedará a su lado como el amigo que Denki es para él. Se promete que nunca le hará daño.
Está listo para disculparse y esperar su benevolencia, pero lo que sale de su boca es otra cosa:
—¿Vas a salir con él?
Y es porque aparentemente Hitoshi es un imbécil.
[...]
n/a
Había una escena entre Aizawa y Hitoshi que escribí para esta historia.
roquelg.wordpress.com/2019/04/18/unexpected_ex
Y quería tanto que apareciera que escribí varias versiones del capítulo con ella, sin embargo ninguno de esos capítulos logró terminarse. Así que borre todo, empece desde cero y me concentré en el dilema de Hitoshi y lo que él haría.
Y al final salió.
Ahora, me complace decir que queda un capítulo de esta historia, pero no será mi último proyecto sobre esta pareja. Les he tomado cariño.
Planeaba contarles sobre mis dos proyectos en este capítulo, pero mejor lo dejaré para cuando publique la última parte así que nos leeremos en el que sigue. ¡Saludos!
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