06: DURA VERDAD
Sinopsis: Los amigos se hieren con la verdad para no destruirse con las mentiras.
[...]
Si hay algo que Hitoshi no soporta son las mentiras.
Especialmente las mentiras que son tan absurdas que no pueden sostenerse solas. Ha tenido que soportar expresiones de repudio, miedo y cautela, pero son muchísimo mejores que tener que oír excusas que son mentiras de principio a fin.
Una de las cualidades de Kaminari es su honestidad. Es de esos chicos que te dicen cualquier cosa que cruce por su mente aunque se avergüencen completamente en el proceso. Es directo, impertinente y carismático. Bastante torpe también, pero es sincero.
Excepto cuando empieza a mentirle a Kirishima.
La primera mentira que le oye es la del celular, y de ahí en adelante todo desciende en una espiral de incomodidad y frustración.
Hitoshi entiende por qué lo hace, basta verle la cara cuando se aleja del grupo y se permite sufrir en paz. Hitoshi no se lo reprocha, las mentiras son pantallas que usa para mantener sus asuntos en paz, y hasta ahora solo han logrado que se lastime a sí mismo.
Lo escucha mentir y no juzga, hasta que...
"Jirou, ¿quieres salir conmigo?"
&
&
Jueves, practica vespertina.
Cuando termina de cambiarse, y después de asegurarse de que Kirishima no está por ninguna parte, Hitoshi se alista para dejar los vestuarios.
—Ve—le dice Kaminari mientras empieza a desvestirse—Te alcanzo en un rato.
Hitoshi asiente y se marcha; una vez fuera se une al grupo que realiza ejercicios de calentamiento. Poco a poco más de sus compañeros empiezan a llegar. Curiosamente Kirishima no llega... ni Kaminari.
Quien llega es Aizawa que da un repaso rápido al grupo y...
—Justo a tiempo, Kaminari.
—Lo siento, señor.
—Mueve esos pies, Kirishima, estamos a punto de empezar. Hoy haremos una práctica de rastreo y captura...
Por primera vez Hitoshi ignora las instrucciones del profesor y se gira para mirar a Kaminari que se ha quedado al otro lado del grupo con expresión seria. Y si eso no fuera lo suficientemente inusual, Kirishima no deja de mirarlo con una expresión de cachorrito culpable.
¿Se han peleado?
—...y Shinsou estarán en el grupo cuatro.
Su nombre consigue sacudirlo y se ve obligado a concentrar su atención de vuelta en Aizawa.
La dinámica es sencilla, cada grupo está constituido de tres personas que tienen que rastrear y capturar a un robot que se mueve a gran velocidad dentro de la zona delimitada. El grupo de Kaminari entra antes que el suyo así que Hitoshi está cerca de la entrada cuando ellos salen.
Usualmente Kaminari se acerca para quejarse/presumir de sus resultados así que Hitoshi está mentalizándose para recibirlo cuando sucede la segunda cosa rara.
Kaminari pasa junto a él sin mirarlo y sigue hasta llegar con Mineta y Sero.
Hitoshi lo observa con el entrecejo fruncido y cuando sus ojos se desplazan por el resto del grupo encuentra que Kirishima lo está mirando, lo ve con algo que se divide entre la culpa y la vergüenza.
¿Qué ha pasado?
Pero no hay tiempo para indagar, tiene un ejercicio que completar.
&
&
Desde que es amigo de Kaminari, Hitoshi ha tenido que acostumbrarse a observar las prácticas aderezadas con los comentarios del rubio, que van desde las bromas, la admiración hasta la sorpresa. Sus comentarios siempre ocasionan risas dentro del grupo que comanda Bakugou, siempre son motivos de cotilleo y mucha algarabía. Siempre consiguen una reacción de hasta el último de sus miembros.
La práctica de ese jueves es el ejemplo perfecto de la vida que habría tenido Hitoshi si Kaminari nunca se hubiera involucrado en ella.
En una esquina: Kaminari, Sero y Mineta charlan. En la otra Kirishima y su novia le hacen compañía a Bakugou. Y en medio está él, con Midoriya y Uraraka a su izquierda e Iida y Yaoyorozu a su derecha. No se está mal ahí. Los comentarios de Midoriya son precisos e interesantes y las opiniones de Iida siempre son firmes y secas. Hablar con ellos es sencillo y ninguno insiste en conocer su opinión sobre cosas absurdas ni en hacer preguntas hipotéticas de escenarios imposibles.
Debería ser agradable.
Debería ser enriquecedor.
Pero por primera vez Hitoshi no puede concentrarse en lo que sucede. No deja de girarse para mirar a Kaminari, quien insiste en ignorarlo de la misma manera que ignora a Kirishima.
Cuando la práctica termina Hitoshi está listo para averiguar lo que ha pasado, busca a Kaminari y lo primero que ve es a Kirishima acercándose al rubio con una expresión de pena y arrepentimiento.
Kaminari lo ve, pero en lugar de detenerse como usualmente hace, se gira, mira entre el grupo y avanza hacia Jirou.
—Jirou, ¿quieres salir conmigo?
Se oye un aullido desvergonzado proveniente de Mineta, una exclamación de sorpresa de Sero, un coro de risitas entre las chicas del grupo y otras voces que empiezan a reaccionar tras la declaración.
Hitoshi es una de las dos personas que no dice nada. La otra es Kirishima.
—Joven Kaminari—dice Aizawa con ese tono de cansancio y hartazgo que Hitoshi reconoce tan bien—haga el favor de mantener sus asuntos sociales para las horas después de la escuela. Ahora vayan, tenemos clase de repaso en media hora.
&
&
Los vestuarios están llenos de preguntas, risas y codazos amistosos. En el centro está Kaminari que absorbe la atención y brilla con tanta energía que parece deslumbrar. Hitoshi mira desde su taquilla, ve a Kirishima eludir las preguntas mientras pone rumbo hacia las duchas, ve a Sero reír, ve a Mineta ofrecer consejos absurdos, ve al resto del grupo intercambiar preguntas honestas y curiosas.
Ve a Kaminari ignorarlo mientras irradia una energía efervescente y destructora. Lo ve mentir a diestra y siniestra.
El interior de Hitoshi se sacude, aunque no está seguro a razón de qué.
&
&
Kaminari se baña y desaparece antes de que Hitoshi pueda acercarse. No está en el salón de clase cuando él llega y se aparece al mismo tiempo que Aizawa lo que sugiere que tal vez estuviera esperándolo para entrar.
Durante las dos horas de clases que faltan Kaminari no se gira para mirarlo ni una sola vez, no le lanza ni un solo papel con preguntas absurdas o dudas sobre el tema, no se levanta de su lugar para ir a saludar cuando tienen cinco minutos de receso.
En su lugar salta y huye apenas la campana suena, ni siquiera hace caso del intento de Kirishima por llamar su atención.
Kaminari no está en su cuarto cuando Hitoshi va a buscarlo, tampoco está en el gimnasio que usa cuando las cosas con Kirishima se salen de control, no lo encuentra en las duchas ni vagando por el campus. Atardece ya y Kaminari no está por ninguna parte; Hitoshi empieza a sentir que tal vez esté haciendo el ridículo.
Su interior no deja de enrocarse en nudos complejos.
Apartando la preocupación y el pánico, Hitoshi vuelve a los dormitorios solo para encontrar a Kirishima parado frente a la puerta que él mismo estuvo tocando horas atrás.
—Denki, por favor, perdóname, si te molestó...
Se calla cuando lo escucha acercarse y lo mira con una expresión de consternación tan vívida que Hitoshi siente pena un momento por él. No es un momento muy grande porque el muchacho sigue pegado a la puerta y no parece tener intenciones de moverse.
—Hey—dice Kirishima
—Hey
—¿Te importa darme un momento? Tengo que hablar con Denki.
—¿Cómo sabes que está ahí?
—Lo vi entrar.
—¿Y no quiere hablarte?
—Solo dame unos minutos...
—¿Cuánto tiempo llevas ahí?
—No lo sé, ¿media hora?
—¿Y sigue sin hablarte?
—Necesito-
—¿Por qué no te vas y lo intentas mañana?
—Me gustaría hablar con él ahora.
—Pero él no quiere hablar contigo.
—No sabes-
—Sé que llevas media hora aquí y que él no te abre la puerta. Tal vez no quiera hablar contigo ahora.
—Denki, por favor.
—Déjalo por hoy.
—Tengo que hablar con él.
—Sea lo que sea que haya pasado, él no quiere hablar contigo. Que estés insistiendo solo lo hace peor. Déjalo en paz e intenta mañana.
Kirishima suspira, luce miserable y culpable.
—Perdóname, Denki—murmura con los ojos fijos en la puerta—No debí hacer suposiciones por mi cuenta. Debí escucharte. Perdóname si te ofendí. Lo siento.
Se queda ahí un momento más y después se marcha.
Hitoshi espera hasta verlo desaparecer antes de acercarse y tocar con suavidad en la puerta.
—Hola, soy yo, ¿estás bien?
Silencio.
—Kirishima se fue, no tienes que preocuparte, ¿quieres hablar?
—Vete.
En cuanto lo escucha el nudo dentro de él se aprieta.
—¿Kaminari?
—Vete.
Esta vez no le cabe duda, la voz al otro lado de la puerta suena rota y llorosa. Desborda una tristeza tan palpable que Hitoshi experimenta un súbito deseo de ir y pegarle a Kirishima.
Quiere insistir, pero está seguro de que su ayuda no será bien recibida en ese momento.
—...bien, te veré mañana.
Duda un momento, no deja de mirar a la puerta, después suspira y se marcha. No puede dejar de oír la diminuta voz de Kaminari, completamente opuesta a su naturaleza espontánea y llamativa.
Le gustaría poder hacer algo pero no sabe qué.
&
&
A menudo los viernes se convierten en horas interminables y pesadas que arrastran actividades con una lentitud tan agonizante que se vuelven insoportables. Los viernes son el día menos favorito de Hitoshi, que los encuentra soporíferos y desgastantes. Ese día en particular todo promete ser peor porque es el último día de clases, el último día antes de las vacaciones de verano y en lugar de ser una promesa de libertad, se convierte en una cosa que late y fastidia.
Empieza con Kaminari llegando tarde, mintiendo sobre las ojeras en su rostro, sobre su cara pálida producto -según él- de haberse quedado hasta tarde viendo películas en su computadora.
Después sigue con su empecinada necesidad de ignorarlo, de fingir que no son amigos y que ni siquiera se conocen. La pena que Hitoshi siente empieza a convertirse en algo diferente, más puntiagudo y explosivo.
No suele enfadarse, no es una emoción que le resulta familiar, así que le cuesta trabajo entender que lo que siente cuando Kaminari se atreve a mentir frente al resto mientras exhibe su rostro pálido y sus ojos tristones, es algo muy cercano a la irritación.
Se contiene durante las primeras horas, pero cuando suena la campana para el almuerzo Hitoshi decide que ha tenido suficiente.
&
&
No se supone que puedan usar sus quirks en los pasillos de la escuela, pero Hitoshi ni siquiera se preocupa por eso.
—¡Hey, Sero!
—¿Sí?
En cuanto pronuncia la palabra los ojos se Sero se nublan y su expresión corporal se relaja visiblemente.
—¿Qué estás haciendo?,—pregunta Kaminari con sorpresa
—Ve a la cafetería y si alguien te pregunta por Kaminari dile que Aizawa lo ha llamado a la sala de profesores.
Sero se marcha y Kaminari se gira hacia él con una expresión de desaprobación absoluta.
—¿Por qué has hecho eso?
—Era esto o plantarme en medio de la cafetería a preguntarte qué diablos ha pasado.
—No se usan quirks en los amigos.
—Tampoco se les ignora.
—¡No se usan quirks en los amigos!
La culpa solo aviva su irritación, Hitoshi se niega a dejar que la conversación se desvíe de su objetivo.
—Me has ignorado—insiste Hitoshi—¿por qué?
Silencio y después, con una voz cansada:
—Kirishima cree que me gustas.
Le toma un momento comprender el significado de esa frase. Un momento en el que su ira se muere. En su lugar siente algo más. Pánico con toda seguridad.
—¿Qué?
—Kirishima cree que me gustas.
—¿Por eso has dejado de hablarme?
—¿No lo entiendes? Cree que me gustan los chicos. Eventualmente se dará cuenta de que me gusta él.
—¿Qué clase de conclusión es esa?
—No lo entiendes.
—La verdad es que no. Te gustan los chicos.
—Solo me gusta Kirishima.
Su interior se aprieta, como una pieza de estambre que se enrolla sobre sí misma.
—Kirishima es un chico.
—A mí me gustan las chicas... Kirishima es la broma que mi maldito corazón ha decidido jugarme. Se pasará. Saldré con Jirou y ya está.
El estambre se tensa, un poco más con cada vuelta.
—¿Por eso la invitaste a salir?
—Y lo haré de nuevo en la fiesta de Ashido.
—¿Invitarás a Jirou para que Kirishima no piense que te gusten los chicos?
—¡No me gustan los chicos!
—Te gusta Kirishima.
—No es... ¡Es mi mejor amigo!
—Pues no lo demuestras.
—¿Qué?
—Dije que no lo demuestras. Y no creo que invitar a Jirou sea la mejor opción para lidiar con está situación. Dile la verdad a Kirishima.
—¿Qué? ¡No!
—Dile la verdad y termina con esto. Te rechazara, pero estarás en paz.
—¡No! No voy a decírselo.
—Tienes que hacerlo, esta mentira se está saliendo de control.
—¡Ya te dije que no! ¡No quiero que lo sepa!
—Guardar un secreto no es lo mismo que estar mintiendo a todas horas. No debes involucrar a Jirou ni a nadie más.
—Ella me gusta.
—Pero no sales con ella por eso, sales con ella para que Kirishima te deje en paz. Sigues enamorado de él.
—Tal vez si salgo con ella la cosa con Kiri se acabe.
—Así no funcionan las cosas.
—¡Tú qué sabes! ¡A ti ni si quiera te gustan las personas!
El estambre deja de dar vueltas, se aprieta y se aprieta sin parar.
—Y sin embargo no voy por ahí jugando con ellas como si fueran muñecas sin emociones.
—¡Díselo a Sero! ¡No deberías usar tu quirk en un amigo!
Hitoshi siente el calor ascender por sus mejillas.
—Tampoco debes usarlos como sustitutos. Jirou no es Kirishima.
—¿Quién te ha pedido consejo? ¡Kiri es mi mejor amigo y haré lo que sea para mantenerlo así!
Y de pronto el estambre se rompe.
—¿En serio? Porque tenía la impresión de que a los mejores amigos no se les miente, pero eso es lo único que haces. Mentir y mentir. Si acostumbras mentirle a tus amigos, tal vez no quiera ser tu amigo.
Silencio. La expresión de Kaminari se ha congelado en una mueca herida y agonizante. Es justamente como Hitoshi se siente.
Y antes de que pueda decir nada, Kaminari se recupera y escupe una sola palabra:
—¡Jodete!
&
&
Vaya, piensa Hitoshi de pie en un pasillo vacío, debe ser alguna especie de récord. No quería amigos, los tuve, y los perdí. Todo en menos de doce semanas. Bueno, al menos ya no tengo que soportar las estúpidas bromas a la hora del almuerzo.
El pensamiento en lugar de reconfortarlo lo hace sentir miserable. Por suerte se acercan las vacaciones de verano, semanas enteras sin clases, profesores, charla banal, chistes absurdos... y sin Kaminari.
Genial.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro