Sinopsis: Mi mejor amigo es aquel que saca lo mejor de mí.

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No son amigos.

Hitoshi está seguro de ello. Él simplemente es el chico que sabe.

Nunca hablan de lo que ocurrió en el gimnasio. Es un secreto. Un pequeño momento de debilidad que Hitoshi acepta silenciosamente nunca volver a mencionar. Uno pensaría que en semejante situación el dueño del secreto se escondería lejos, o al menos evitaría a la persona que conoce la verdad, pero Kaminari no lo hace.

En los días que siguen al... secreto, Kaminari adquiere el terrible hábito de sentarse en su mesa para el almuerzo, de pegarse a él en los entrenamientos, de hablar con él en clase y básicamente rondar a su alrededor como una batería llena de conversación, buenas intenciones y risa.

Hitoshi sabe por qué. Solo necesita alzar los ojos para ver a Kirishima charlando con Ashido, riendo con ella y coqueteando como cualquier par de enamorados. Sin ellos el resto del grupo se compone de Bakugou -quien suele ignorar cualquier intento de conversación- y Hanta -que generalmente anda a su aire- dejando a Kaminari en una situación que usualmente un mejor amigo asume con resignación.

Ser el Chaperón. El Tercero en Discordia.

Pero ser el chaperón con un corazón roto es más de lo que Kaminari puede hacer, así que se junta con Hitoshi sin pedirle aprobación. Soy su única opción, medita Hitoshi con calma. Después de todo él es el chico nuevo, y es menos probable que la atención de Kaminari resulte llamativa.

Hitoshi lo tolera, de la misma forma que aprendió a tolerar su atención en primer lugar.

Hay una fuerza, un magnetismo en Kaminari que hace girar el mundo a su alrededor. Hitoshi sabe que existe gente así, gente con una personalidad burbujeante, capaz de iniciar conversaciones, de hacer bromas, de reír, incluso si ocultan un desamor.

Cuando Kaminari centra toda su atención en él, Hitoshi se da cuenta de lo fácil que es dejarse llevar, olvidar que en realidad no son amigos y que él solo es el foco que Kaminari usa para centrarse en algo más que su corazón roto.

Es fácil olvidar que él es la segunda opción.

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El tiempo pasa. Hitoshi sigue observando, curioso, esperando por el inevitable alejamiento. Solo que éste nunca llega.

Para sorpresa de Hitoshi la amistad de Kaminari y Kirishima no cambia, siguen tratándose con la misma familiaridad, con la misma energía. Y la única diferencia que logra detectar es que Kaminari no lo toca con la misma frecuencia... pero Kirishima lo hace.

Es demasiado amigable, piensa Hitoshi mientras ve el brazo alrededor de los hombros de Kaminari. No es la primera vez que lo ve, no será la última, pero resulta curiosa la ligera sacudida que hace su corazón mientras observa. La misma que siente cuando ve a Kaminari sin su sonrisa, vagando por el campus con ojos serios.

En momentos como ese le gustaría preguntarle, ¿por qué no te marchas?, ¿por qué no te alejas?, pero no se atreve porque esa es la clase de conversación que los amigos sostienen y ellos no lo son.

Sí, a veces camina a su lado en silencio, a veces interrumpe en las conversaciones cuando Kirishima está siendo demasiado amigable y ve que la sonrisa de Kaminari titubea; pero no son amigos.

No hablan de lo que sucedió en el gimnasio. Forma parte del pasado y hay una regla tácita de nunca mencionarlo. Hitoshi está seguro de que ha sido cosa de una sola vez y de que no volverá a repetirse.

Sabe que cuando hablan en clase, o se juntan para entrenar o se sientan a trabajar en los deberes, no están siendo amigos, sino una farsa que Kaminari usa para esconder las lágrimas que nunca brotan.

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Siendo que no son amigos hay muchos detalles y caras en la vida de Kaminari que Hitoshi no sabe y que no le causan intriga. No quiere saberlo... pero a veces aprende cosas sin darse cuenta. Algunas son fáciles de percibir como la habilidad de Kaminari de avergonzarse a si mismo cuando una chica bonita se materializa cerca de él. Hay otras que permanecen ocultas hasta que se cruza con ellas por accidente, como la amistad de Kirishima y Kaminari, cuando este sigue sin superar su desamor.

No piensa en ellos como un paquete, aunque lo parecen. Kirishima existe como un ente separado que Hitoshi solo ve en la distancia. Un ser ruidoso y amigable, noble y honesto. Se supone que es el mejor amigo del rubio, pero es Hitoshi el que tiene que lidiar con los trozos rotos del corazón de Kaminari.

Un día, mientras busca a Kaminari para ir a entrenar, los oye, y de ahí en adelante empieza a encontrárselos por todas partes.

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"Iré a Shibuya este sábado, ¿quieres venir?"

"¿No tienes planes con Ashido?"

Como siempre, piensa Hitoshi

"No, está ocupada"

"Oh, ¿y por qué vas a Shibuya?"

"Por el regalo de cumpleaños de Mina"

"Ah"

"Y no tengo idea de lo que voy a darle, ¿sugerencias?"

"Ufff, no, lo siento"

"Bueno, ¿puedes venir conmigo y ayudarme a escoger?"

Hay una pausa. Dura lo mismo que un latido.

"Iré"

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"Noche de película. ¿Qué dices?"

"Genial. ¿Cuándo?"

"Viernes. A las ocho. Mi cuarto"

"¿Cabremos en tu cuarto?"

"Bakugou no viene, ni Hanta"

"Ew, man... no quiero hacer de chaperón"

"Mina tampoco viene, ella y las chicas tendrán una noche para ellas"

"Oh"

"¿Vienes?"

"Yeah"

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"¿Tienes planes para el fin de semana?"

"¿Cuál es el plan?"

"Película. Comida. Tal vez helado."

"Kiri, eso me suena a cita. ¿Me estás confundiendo con Ashido?"

"Ella también viene... y Jirou"

"Jirou me odia"

"No te ha importado antes"

"Ahora es diferente"

"¿Por qué?"

Silencio

"¿Denki?"

"Olvidalo. Sí, sí... iré"

"¡Genial! Le diré a Mina"

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Cada vez que los escucha, Hitoshi se odia.

¿Por qué tengo que encontrármelos en todas partes?

Y entonces se da cuenta. Es su culpa. Porque ha cambiado la dinámica. Porque es ahora él quien busca a Kaminari y no al revés. Y la única razón que encuentra para ese cambio es que la situación con Kaminari no está mejorando, no cuando Kirishima es amigable y Kaminari no pone limites en su trato, porque han pasado meses y Kaminari sigue dando paseos vespertinos en silencio con ojos serios y sin su sonrisa, como un fantasma de lo que fue.

Hitoshi no lo entiende.

Kaminari no se aleja. Kaminari no cambia. Kaminari sigue repitiendo la misma dinámica que termina con él conteniendo las lágrimas mientras Hitoshi camina a su lado.

Un día, Hitoshi estalla

—¿Por qué aceptaste ir con ellos?,—pregunta vagamente sorprendido del ultraje en su voz.

—¿Ellos?

—Maldita sea, ¡Kirishima!, fuiste con él y con Ashido. Vas con ellos aunque no quieras.

—¿Qué?

—¿Eres un masoquista? ¿Te gusta sufrir?

—Qu- ¡no!

—Entonces por qué lo haces.

—¿Hacer qué?

—Estar con él. Salir con él. No le gustas.

Se arrepiente en cuanto lo dice, pero no hay vuelta atrás. Por largo rato ninguno de ellos dice nada, y entonces:

—Es mi amigo—dice Kaminari—Es mi mejor amigo. Sé que no me quiere de esa forma. Sé que nunca lo hará. No puedo cambiar lo que somos sin decirle la verdad, y eso es algo que no haré. No es su culpa que mi corazón lata cuando me toca, o que me emocione por tenerlo cerca, y no voy a castigarlo por eso. Él solo quiere pasar tiempo conmigo. Quiere compartir su felicidad conmigo, porque soy su amigo. Somos amigos. No puedo perder eso.

Hitoshi asiente y de pronto no sabe qué hacer con sus manos.

—Lamento si te he molestado.

—¿Por qué yo?,—pregunta Hitoshi de pronto y se arrepiente. Maldice su habilidad para soltar lo primero que se le ocurre.

—Creí que éramos amigos.

—Lo somos—dice Hitoshi y por una vez no se arrepiente, porque Kaminari sonríe, y si bien no es la misma sonrisa de antaño, al menos ésta no contiene lágrimas.

Somos amigos, piensa Hitoshi con sorpresa e intenta no pensar en la ironía de la situación.