Recordatorio para el futuro: contigo, las cosas siempre podrían salir mal.

Como cuando nos dejó nuestro barco porque decidiste tomarte una foto con un perro.

Como cuando no nos regresaron nuestro dinero.

Como cuando tuvimos que dormir en una banca en un parque porque nos estábamos quedando sin dinero.

Como cuando un policía me persiguió por unas veinte manzanas por haber pasado la noche en la banca.

Como cuando me llevaron a la cárcel.

Como cuando tuviste que pagar mi fianza con lo poco que teníamos.

Como cuando estuvimos a un segundo de perder nuevamente nuestro barco.

Pero al final, durante la noche,

simplemente dormimos en los brazos del otro.

Porque nada, más que eso, importaba realmente.