Nunca he sufrido un ataque de pánico.

Nunca he experimentado el momento en el que tu garganta se cierra y sientes como te asfixias.

En el que tus ojos no pueden enfocar nada.

En el que te sientes mareado y a punto de caer.

En el que solo puedes escuchar.

Escuchar los latidos de tu corazón dentro de tu cuerpo, sabiendo que en algún momento todo se irá a la mierda.

Supongo,

que siempre hay una primera vez para sufrir un ataque de pánico.

Y esa primera vez sucedió al escuchar tu historia.