17
Cuando fuimos a recoger nuestras cosas,
madre mía, recuerdo a la perfección ese momento.
No me odies.
No pude contenerme las carcajadas en ese momento.
Pero toda tu maleta se abrió.
Que incluso los guardias quedaron un poco sonrojados.
¿De verdad?
¿Era necesaria tanta... Lencería?
Creo que sigo teniendo la cicatriz de aquel golpe que me diste luego de reírme.
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