entrenamiento 1/2
Salí de la sala y le di las respectivas órdenes a los guardias que estaban a mi alrededor, ellos me hicieron caso sin decir nada.
-disculpe gran alfa, es hora de su entrenamiento.
-¿Encerio? Se me olvidó completamente...
-no se preocupe para eso estoy yo para avisarle de los acontecimientos que...
-¿Tu eras la mano derecha del antiguo alfa cierto?
-no es así alteza yo solo era el mensajero y guardia del castillo en horas nocturnas...
-entonces yo te nombró mi mano derecha.
-¿encerio? tengo que pasar muchas pruebas para llegar a ese cargo tan importante.
-no te pongas así hoseok, además ¿que mejor mano derecha que un pariente mío?
-pero aún asi...
-ahora soy tu reina hoseok, no puedes decirme que no a esta propuesta, ahora mismo me iré a entrenar y tú puedes esperarme en mi despacho...
-pero alfa...ahí estarán sus omegas.
-no son "mis omegas" ahora trabajaran en el castillo como tú y los demás, mi único Omega será fresita.
-¿Fresita?
-perdon quince decir Taehyung.
-bueno...supongo que su Omega estará comiendo ahora mismo ¿Quiere comer antes del entrenamiento?
-no estaría mal, y ya que eres mi mano derecha y mi primo, no es estrictamente necesario que me hables como si fuera la luna.
-perdon la costumbre...ahora eres la jefa aquí, es normal que te hable de forma respetuosa y ética.
-como quieras.
(...)
Los guardias me llevaron a la puerta trasera del castillo, no hubo necesidad de poner una pata fuera del castillo para escuchar gruñidos y por otro lado aullidos, no me había quitado mi forma lobuna desde que entré a la sala de los omegas. Mientras caminaba por el largo camino al campo de entrenamiento como es de esperar, cada lobo que se encuentra en el camino se inclina ante mi, mentiría si dijera que no es de mi agrado, ya que me hace sentir poderosa...pero por otro lado es mucho para mí, incluso un poco vergonzoso, creo que pondré una regla después del entrenamiento.
-bien soldados una vez más.
Perdida en mis pensamientos me detuve al escuchar al jefe de la guardia, y como no reconocerlo, si es incluso más famoso que el propio alfa de la manada.
-jefe...nos rendimos...ya no queremos seguir está pelea.
-dije que una vez más.
Habían dos lobos en medio de un círculo que los demás han hecho, los lobos se miraban cansados, uno ya tenía la piel desgarrada, mientras que otro tenía lo que se podía ver un mordisco que chorreaba sangre.
-bien, uno...dos...
-¡ALTO!- mi loba gruño al ver esa escena, se notaba que los lobos ya estaban en malas condiciones, no podía simplemente verlos como seguían las órdenes de ese jefe de la guardia, todos retrocedieron al escucharme gruñir, yo camine donde estaban esos lobos y con un movimiento de cabeza les dije que salieran de ahí, ellos claramente me hicieron caso al ser el alfa de la manada.
-disculpe su alteza...pero estábamos en medio de un...entrenamiento.
-me importa poco lo que estaban haciendo, eso parecía más una pelea a muerte que un entrenamiento- el jefe de la guardia se paró enfrente de mi, yo solo lo mire con la cabeza alta importandome poco mirarlo a los ojos.
-mi reina, es un placer tenerla aquí.
-quisiera decir lo mismo de usted, pero no soy un alfa mentiroso.
-que bueno que tenemos una líder sincera, y dígame...¿Que es lo que no le gustó de nuestro entrenamiento?
-no me gustó que siguiera obligando a pelear a esos alfas en las condiciones que se encontraban, si la pelea hubiera seguido solamente tendríamos dos nuevos cadáveres.
-bueno eso no le importaba al anterior alfa, el quería alfas que sean fuertes que no importará el entrenamiento, todos tenían que seguirlo y si no eran débiles.
-pues el anterior alfa por eso es que llevo está manada a la ruina, somos conocidos por ser un manada de sangre, guerra y prostitucion empezando por esa tonta tradición de comernos los cuerpos de los muertos, seguido de que las omegas aquí no tienen libertad, o se ponen a prostituirse a alfas en su época de celo, y seguido de este estupido entrenamiento que lo único que hace es matar a más alfas que ahora mismo están escasos y ustedes matando como si sus vidas no valieran nada.
Todos se quedaron callados a mis palabras, no podían decir nada ya que mis palabras lastimosamente es la verdad.
-desde ahora declaro que el entrenamiento si sera estricto pero si llega a caer un solo alfa en la manada durante el entrenamiento, el castigo irá al jefe de la guardia, el tiene la responsabilidad de todo lo que pase en este campo, y si intentan cubrir al jefe de la guardia van a ser castigados todos los de la guardia por encubrir un delito.
-¡SI SEÑOR!
Se inclinaron ante mi para luego enseñarme las armaduras que usan en la batalla, ellos me tendieron una que podría quedarme a lo cual me llegó la duda.
-¿Porque los anteriores alfas no tenían está armadura durante el entrenamiento?- todos se quedaron callados, incluso podía escuchar un grillo en medio de ese silencio.
-no tiene caso ocultarlo, los anteriores alfas no estaban entrenando, estaban retandose para ver quién se quedaba con una Omega, al parecer uno de ellos era su mate, pero la Omega lo traicionó con el otro, haciendo que su lazo desapareciera, pero no quería alejarse de esa Omega, así que se estaban retando, en realidad estuvieron peleando desde las tres de la mañana, es por eso las condiciones que estaban, pero justo cuando usted llegó se dieron por vencidos. Es por eso que yo les insistía en que siguieran peleando, ya que al fin y al cabo esa pelea no hubiera servido para nada, lo cual eso es lo que pasó, perdí más de seis horas de mi vida mirando una pelea que no sirvió para nada.
-¿Tan difícil era explicarlo jefe de la guardia?
-ahora que lo pienso no, no fue difícil de explicar.
El solo sonrió y se dirigió donde estaban las armaduras de batalla, yo obviamente me puse la mía, me sorprendió ver qué me quedaba perfecta, empecé a estirar mis patas y mi cuello, al mismo tiempo del sonido de mis huesos.
-yo seré su oponente gran alfa- el jefe de la guardia se puso en medio del campo de entrenamiento.
-hay ciertas reglas que tenemos durante el entrenamiento...
-¿Menos la de matarse entre si?
-porfavor las preguntas de último gran alfa...
-ya dejen de decirme gran alfa, no les cortaré el cuello si dicen mi nombre.
-muy bien señorita Min Sora, la primera regla es...no utilizar sus dientes durante el entrenamiento, aquí estamos para incrementar nuestra fuerza no para pelear encerio.
-¿Y entonces que hay que hacer en el entrenamiento si no se pelea?
-ya le dije alfa, no estamos aquí para pelear solo para hacernos más fuertes, dígame ¿Sus garras son fuertes?
-no, son algo débiles.
-¿Y su fuerza de las patas traseras?
-le seré sincera, no tengo mucha fuerza como otros alfas, mi única fuerza son mis dientes, y es lo único que necesito para pelear.
El jefe de la guardia empezó a reírse ante mi comentario, luego escuché a los demás reírse a lo que solté un gruñido.
-es muy graciosa alfa, en una guerra de verdad no diría lo mismo, empezaremos a hacerla el alfa más fuerte de todo el mundo, a final de año tiene que ser el alfa, no, mejor el ser más poderoso de la tierra, los elfos, los vampiros, y toda criatura sobrenatural el 29 de diciembre antes de que la luna de su último resplandor, es cuando nosotros tenemos que ser los ganadores.
Todos empezaron a aullar a la luna, que por cierto se dejó ver a estas horas tempranas de la tarde, había escuchado de las guerras de último año, pero no sabía lo importante que eran, y ahora yo voy a liderar un ejército de alfas, no se si fue buena idea hacerme alfa de la manada...
Gracias por leer esta historia (◍•ᴗ•◍)
(Yo encerio pensé que esta cuarentena era sinónimo de vacaciones...mis maestros ya me dijeron que no xd)
Espero que todos estén bien y sigan las recomendaciones para cuidarse.
💜
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