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03. Resaca y Escuela

Dolor, dolor y más dolor era lo único que sentía; era como si un auto me hubiera atropellado miles de veces. Solté un gruñido e intenté taparme el rostro, pero algo me lo impidió. Miré a mi lado derecho y allí estaba Cheryl, tranquilamente dormida con su brazo en mi pecho. Miré mi lado izquierdo y allí estaba Isabel, abrazando mi cintura y también dormida. Con cuidado, quité sus brazos de mí y me levanté de la cama.

Cheryl: Buenos días...

Su voz se escuchaba ronca, lo más probable era por todo lo que gritó anoche.

Samantha: Buenos días... Debo irme —Comencé a buscar mi ropa alrededor de la habitación—

Isabel: Sin despedirte —Se sentó, cubriendo su cuerpo con la sábana—

Cheryl: Isabel, cariño, esa fue la despedida para ti —Se levantó y me dio mi camisa—

Samantha: Debo irme o perderé mi vuelo —Me puse mi ropa y agarré mis otras prendas— Isabel, gusto en conocerte. Cheryl, nos vemos luego.

Besé la mejilla de Isabel para después besar la de Cheryl y despedirme con la mano. Salí del cuarto de Cheryl solo en ropa interior, no me molestaba que la gente me viera asi.

Archie: ¡Llegas tarde! —Gritó, entregándome algo de ropa limpia—

Me quejé por el grito que dio y agarré mis cosas de aseo.

Samantha: Baja tu volumen, me duele hasta el cabello.

Archie: ¿Tienes resaca?

Los dos salimos de la habitación y comenzamos a caminar hacia los baños.

Samantha: El maldito ponche... Hablando de eso, ¿qué diablos tenía ese ponche?

Archie: Nadie tomó del ponche, esa cosa era alcohol puro.

Samantha: Ahora entiendo el dolor de cabeza y las náuseas.

Entramos a los baños y yo rápidamente me cepillé los dientes para luego entrar a una ducha y darme un baño rápido.

Jason: ¡Buenos días!

Samantha: —Gruñí— Bájale dos rayitas a tu voz, por favor.

Jason: ¿Y esa que trae hoy?

Archie: Resaca, tomó de tu ponche mágico.

Jason: ¿Cómo sigue viva? Literal, le pusimos de todo, por eso casi nadie tomó de él.

Jughead: ¡Chicos!

Volvió a gruñir Jughead, que había llegado impertérrito por haber corrido desde no sé dónde.

Jughead: ¿Ya escucharon? Se anda diciendo que Samantha se fue muy feliz de la mano de Cheryl y la chica bonita, Isabel, creo que era su nombre.

Archie jadeó y abrió la cortina, pero yo ya estaba con la ropa interior puesta y secando mi cabello.

Samantha: Tú —Apunté a Jughead— Bájale también a tus gritos, por favor.

Archie: Cuenta todo, pequeña diablilla —Dijo con una sonrisa orgulloso—

Jason: Entre menos, mejor, no quiero saber nada de la vida sexual de mi hermana.

Samantha: No lo recuerdo gracias a tu ponche mágico —salí de la ducha y comencé a vestirme— Solo desperté en la habitación de Cheryl.

Archie: ¿Con ropa?

Negué y me senté en una silla para ponerme los zapatos, mientras Archie y Jughead se acercaron más a mí para sacarme información.

Samantha: Vuelvo a repetir que no recuerdo, y el próximo que grite, le rompo la nariz. —Advertí y salí del baño—

Sentí algunas miradas en mí y las ignoré. Entré a mi habitación y miré la hora en mi teléfono. Me quedaban dos horas para llegar al aeropuerto. Agarré mis maletas y salí de la escuela. La mayoría ya me esperaba afuera para despedirse.

Hope: Llegas tarde, perderás tu vuelo.

Samantha: No lo creo.

Archie agarró mis maletas y las comenzó a meter en la cajuela de mi auto mientras todos se despedían de mí.

Josie: Adiós, Sam. —Me abrazó y se limpió una lágrima que había caído de su mejilla—

Samantha: No me voy a morir, máximo serán un par de meses, chicos.

Jason: Samantha, te voy a extrañar tanto. Siempre serás la mejor amiga que tuve. —Dramatizó y se limpió una lágrima falsa. Luego, me abrazó, y al separarse, dejó su mano en mi hombro— ¿Quién se quedará con tu auto?

Samantha: Vuelvo a decir que no me voy a morir, imbécil.

Aproveché que Archie regresó para agarrar la última maleta y le di mis llaves. Él se les quedó viendo sin entender.

Samantha: Cuídate a mi bebé, ¿sí?

Archie comenzó a festejar y, sin aviso, lo golpeé en el rostro, haciendo que cayera al piso.

Samantha: Les advertí. —Apunté a los demás con los ojos entrecerrados— Y ustedes saben que yo no bromeo.

Algunos me miraron con miedo y otros sorprendidos, sin entender qué diablos había pasado.

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Tenían razón, había perdido mi vuelo y me tocó dormir en el aeropuerto. Bella llegó ayer a Forks, y hoy estaba pensando en ir a su escuela y molestarla un poco, como haría una buena hermana mayor.

Había llegado al aeropuerto de Washington hace apenas unos minutos y aproveché para cambiarme y asearme en el baño del aeropuerto.

Saliendo del baño, comencé a buscar a mi padre. No me tomó mucho encontrarlo, gracias a su típico abrigo que decía "Jefe de Policía" y su bigote.

Samantha: ¿Cuándo te quitarás a la oruga que tienes por labio? —bromeé sobre su bigote—

Mi padre me miró, corrió a abrazarme, levantándome un poco del suelo, y luego me soltó rápidamente para pasar su mano por su espalda.

Charlie: No tuve que hacerlo. Tronaron huesos que no debían tronar.

Samantha: —Me reí un poco y besé su mejilla— Hola, papá.

Charlie: Ay, mi pequeña pulga, cómo has crecido.

Samantha: —Arrugué un poco la nariz por el apodo— Papá, no exageres.

Charlie se rio y me ayudó a llevar mis maletas a su patrulla. Durante todo el camino a Forks, aprovechamos para hablar de lo que había pasado estos meses en los que estuve en el internado.

Llegamos a la escuela y pasamos al frente del auto naranja que Jacob había arreglado.

Samantha: Pensé que bromeabas cuando dijiste que le habías regalado esa chatarra de auto.

Charlie: ¡Oye! —Dudó un poco— Tiene un bonito color.

Por el tono en que lo dijo, no supe si estaba bromeando o lo estaba diciendo en serio.

Se estacionó frente a la escuela, y nos bajamos, caminando por los pasillos vacíos hasta la oficina del director.

Director: Oh, Oficial Swan, es un gusto verlo —Saludó a mi padre dándole un apretón de manos y luego a mí— Usted debe de ser la señorita Samantha, yo soy el director Vexter.

El teléfono de Charlie comenzó a sonar, se disculpó y salió de la habitación para contestar.

Samantha: Un gusto conocerlo, señor Vexter.

Vexter: Solo llámame Vexter, el señor me hace sentir viejo.

Sonreí y asentí mientras él buscaba algo en sus cajones.

Vexter: Tu padre me había dicho que te quedaras un par de meses aquí con tu hermana.

Samantha: Sí —asentí y le entregué una carpeta con mis documentos—

Vexter: Bien, déjame ver.

Comenzó a revisar la carpeta y a escribir un par de cosas en su computadora. Pasaron los minutos hasta que la campana sonó.

Vexter: —Miró su reloj y sonrió un poco apenado— Ya es hora del almuerzo. ¿Qué tal si vas y buscas a tu hermana? Cuando vuelvas, ya tendré todo listo.

Le agradecí y salí de su oficina. Le comenté rápidamente a papá a dónde iría y comencé a caminar por los pasillos, escuchando perfectamente los susurros de los estudiantes.

"Es la chica nueva, pensé que sería diferente."

"¿Es Bella? ¿Cómo diablos se cambió tan rápido?"

"Qué sexy."

Me detuve y bajé mis gafas de sol, dejando ver mis ojos, guiñándole el ojo a la chica que había dicho lo último.

Caminé por un par de minutos hasta encontrar una de las entradas de la cafetería y, sin pensarlo, abrí las dos puertas al mismo tiempo. Algunas personas me miraron sin darme mucha importancia.

Samantha: ¡Mariee! —Grité alargando la "e"—

Marie es el segundo nombre de Bella

Si antes todas las miradas no estaban en mí, ahora sí lo estaban, incluida la de mi hermana, que se levantó de su asiento mirándome sorprendida.

Samantha: Oh, Marie, ¿por qué me miras así? No estás fe-

Fui interrumpida por Bella, que casi me tira al abrazarme.

Bella: ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas en el internado. —Se separó y me sonrió—

Samantha: Bien dicho, estaba, pero cuando oí que estabas sola en Forks, no pude evitar venir y quedarme un tiempo contigo, como en los viejos tiempos.

Bella sonrió y me abrazó, feliz de no tener que pasar por esto sola, y yo pensando que sería incómodo.

Samantha: Marie, por cierto...

Iba a decir algo más, pero recibí un golpe en el hombro de su parte.

Bella: No me llames así, ya no tengo cinco años.

Samantha: Aww, pero siempre serás mi pequeña hermanita.

Ella me miró mal y yo solo reí. Fuimos interrumpidas por una tos muy falsa.

Bella: Oh, cierto, ven. —Me llevó a la mesa donde se sienta con sus amigos— Ellos son Mike, Jessica y Erik. —Mientras decía quiénes eran, los apuntaba—

Samantha: Es un gusto conocerlos. —Me quité las gafas de sol y les sonreí—

Jessica: Oh, wow. —Dijo sorprendida y con un pequeño sonrojo en sus mejillas al ver mis ojos— Son verdes.

Mike: Es cierto.

Todos estaban viendo mis ojos, incluida mi hermana, que estaba igual de sorprendida.

Samantha: Con el tiempo se aclararon. —Mentí— Antes los tenía de un café claro.

Mis ojos habían cambiado después de mi transformación. Nadie supo explicar el porqué, pero terminaron llegando a la conclusión de que fue por ser híbrido de un cambiaforma y vampiro.

Un chico llegó corriendo y besó la mejilla de Bella para luego empujar la silla de Mike e irse corriendo.

Erik: Oh, Taylor. —Dijo el nombre del chico que salió corriendo—

Mike: ¡Oye! —Corrió persiguiendo a Taylor— ¡Te mataré!

Aproveché para sentarme en la silla de Mike, al lado de Bella.

Jessica: No puede ser. —Se acercó un poco a mí— Es como el primer grado, eres como el juguete nuevo.

Samantha: —No pude evitar reírme de eso— Siempre es así en los pueblos pequeños, lo digo por experiencia.

Una chica de lentes muy linda llegó y se quedó sorprendida.

Xx: Sonrían. —Nos tomó una foto a ambas—

Bella: Oh, ok. —Dijo algo incómoda—

Xx: Lo siento, es para el reportaje, bueno, los reportajes. —Me apuntó— Yo no sabía que había otra chica nueva.

Samantha: —Sonreí y le ofrecí mi mano— Soy Samantha, hermana de Bella.

Angela: Soy Angela.

Angela estrechó mi mano, pero antes de que me soltara, llevé su mano a mi boca dejando un beso.

Samantha: Es un gusto conocerte. —Dije coqueta y con una sonrisa ladeada que le sacó un sonrojo a Angela—

Erik: No hay reportaje, Angela. —Interrumpió el momento— No vuelvas a hacerlo.

Bella intentó decir que estaba bien, pero fue interrumpida por Erik, que se levantó y se puso al lado de mi hermana, inclinándose para estar en la misma altura y puso sus manos en su hombro.

Erik: Tienes mi apoyo, bebé. —Se alejó de la mesa—

Samantha: ¿Qué diablos fue eso? —Pregunté riéndome un poco de la situación tan rara—

Angela: Escribiremos otro editorial acerca de los... —Negó un poco pensando— De los chicos y el alcohol.

Bella: O podrías hablar de Samantha.

Samantha: —Levanté las cejas sorprendida y me apunté— ¿Yo? Pero si soy tan aburrida.

Bella: Oh, por favor. —Miró a las chicas— Estudia en un internado para niños dotados.

Samantha: Estudiaba. —La corregí, pero me ignoraron—

Bella: Y tiene una banda.

Gruñí un poco molesta. Lo último que quería ahora era llamar la atención.

Angela: Samantha...

Me miró con ojos de cachorro, no pude evitar gruñir y darle mi teléfono.

Samantha: Pon tu número y después te mandaré la información necesaria. —Suspiré derrotada—

Angela: Bien, jeje. —Rio triunfante, añadió su número y me devolvió mi teléfono— Gracias, Samantha.

Prefieren los capítulos largos o cortos?

:)

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