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10 FINAL \:V/


Ivan estaba inconsiente desde hace 2 meses en la cama. Su nuevo jefe habia ido a visitarlo de vez en cuando pero al no ver ningun cambio, se retiraba a regañadientes.

Sus "amigos" habian demostrado tener algo de respeto y llevarle flores o presentes, aunque algunos con la incripcion de "Ojala que te mueras pronto" o "Estupido Socialista".

Las visitas mas frecuentes, por supuesto, eran las de sus hermanas y sus ex-empleados.

-Estara bien, Nat, no le pasara nada. Ahora vamonos que tengo papeles que hacer- criticaba Jones, el nuevo tutor de Bielorrusia

-Callate! No vez lo mal que esta? Tengo que quedarme aqui! Con el! Solo asi estara mejor!-

-Mi jefe sigue con sus paranoias cubanas y no tengo tiempo para esto! Natasha, debemos irnos!- la jalaba de la muñeca con insistencia y temor

-Tranquila, Arlovskaya, yo cuidare de él- dijo una voz conocida que recien entraba -Confia en mi, fräulein, estara en buenas manos- hizo un gesto de okey con las manos y una sonrisa burlona hacia el yankee

-Como crees que una miss confiaria en un nazi de mierda?- rio el americano

-Prefiero hacerlo con este estupido germano que con un americano cobarde- replico la rubia y vio de reojo a Gilberd -Mas te vale que lo hagas o tus bolas corren peligro-

Se acomodo el lazo, beso a su hermano en la frente y se fue sola a la puerta de salida, perseguida por el estadounidense.

**

-Oh! Miren quien esta aqui! No esperaba verte aqui! Hola! Me recuerdas?- saludo el prusiano al ver al pequeño Toris entrar.

-Si, eres Prusia, la Orden Teutonica. Viviamos juntos con el que ahora esta inconsiente-

Ambos hombres miraron al ruso dormir.

-Quisiera que esto nunca le halla pasado, hizo cosas malas pero esto es triste-

-Todo tiene un precio- dijo de repente el albino -West y yo fuimos separados por mas de 40 años; es cierto, tuve momentos felices al lado de Ivan- rio con ligereza -Pero nada me devolvera el tiempo que perdi lejos de los que quiero. Por decadas no pude piropear a Roderich o fastidiar a Elizabeth, ni perseguir a Italia o salir a tomar con España y Francia- sus ojos se humedecieron -Aunque a pesar de todo, dicen de cada persona o pais le llega su tiempo en el que debe dejarlos y ser nada..-

Gilbert se levanto de la silla blanca de metal y se aproximo al baltico

-Hazlo feliz, bien?- desvio su mirada -Logra sacarle esa sonrisa que yo nunca pude. Cuidalo y que no se enferme mas, que es como un crio terco. Consuelalo cuando este de malas y rie con el cuando este alegre-

-Gilbert, se que Ivan esta grave con estos cambios pero eso no significa que nunca mas lo volveras a ver-

-Nunca se sabe eso, niño. Yo he vivido mas que tu y se lo que es la muerte-

-Asi que fuiste tu quien le enseño esa frase a la Uni..quiero decir, a Rusia- respondio algo fastidiado

-Prefiero decir que ambos la aprendimos juntos-

Al lituano le daba algo de celos admitir que el albino conocia más a su amo que incluso el mismo, bueno, era obvio, eran una clase de amienemigos desde mucho antes del suceso del puente.

Claro que en su estancia en la ahora desaparecida URSS, Prusia era el segundo, despues de Toris, en la lista de favoritos del euroasiatico.

El germano era el perro fiel que lo seguia dia y noche, recibiendo no solo bofetadas o patadas cuando el señor de la casa estaba de mal humor, sino un cariño carnal al momento de compartir bebidas y uno que otro chiste sucio, cosas que luego terminaban en la alcoba principal del comunista, y con un enfadado Estonia, encargado que la lavanderia y limpieza personal del dormitorio.

El enfermo pestañeo

-Beilschmidt, el asombroso yo, se retira- hizo una teatral reverencia -Recuerda lo que te dije, si? Pero nunca se lo digas, nunca le menciones lo que dije sobre el. Prometelo.-

-Lo prometo, cuidare de él- respondio el castaño

-Entonces ya puedo irme en paz, si! Dile eso, que el gran Gilbert se fue y que le desea suerte en su vida- Las lagrimas saltaban de los ojos del germano -Dile que estare alli a su lado aunque no me vea-

La mente de Toris se turbaba cada vez mas: primero China, ahora Prusia? No le molestaba pero tampoco le agradaba.

Miro a Rusia que hacia una sonrisita inocente al oir al albino sin que el lo sepa.

Mantendria él solo esa felicidad? El mundo estaba lleno de maldad y él era solo un pequeño baltico, no queria que nadie se encarge de su querido excepto el, pero, seria capaz? O el castillo de naipes que estaban reconstruyendo se volveria a caer?

-Se lo dire sin falta- dijo al fin Laurinaitis mirando el reloj colgado en la pared -La visita es corta y supongo que nos sacaran de aqui en minutos-

-Si, tienes razon- sonrio fragil -Tengo algo para ti, Toris- le entrego un pequeño objeto cubierto con una fina tela roja -Lo dejaste olvidado en algun campo de batalla y Feliks me encargo a dartelo. Ey! Pero no lo veas ahora, hazlo cuando me vaya y reflexiona sobre tus actos. Es malo olvidar quien eres verdaderamente, Liet-

-Gracias Gilbert..por lo que quiera que sea-

-De nada- Bajo la mirada y se despidio del lituano.

Dio una ultima mirada al ruso antes de partir, hizo un gesto militar sin poder contener las lagrimas, que ahora caian por sus mejillas- Hasta siempre, kamerad-

Y cruzo la puerta para nunca mas volver a verlo.

El baltico se tuvo un mal presentemiento.

-Hola Liet- dijo de repente Ivan, abriendo los ojos

-No debiste..dejarlo asi, él te aprecia mucho- critico a su pareja -Y parece estar deprimido-

-Ya le dije mis pensamientos, no tenemos nada por lo que hablar despues de lo de Berlin-

-Guardar rencor es malo, bolchevique- le respondio Toris con sarcasmo -Ambos lo sabemos-

-Oh Lituania, mi dulce Lituania- trato de levantarse para abrazarlo pero el menor lo aparto

-Debes recuparte primero, guardemos los abrazos y el sexo para despues-

-Haha, entonces me puedes besar?- pregunto el euroasiatico con una casta sonrisa

Laurinaitis se acerco a él y lo contemplo, esos ojos violetas que lo atemorizaban pero a la vez lo enloquecian, ese pelo rubio y brillante como esos campos de cebada en Vilna; vio todo lo que amaba

-Bienvenido de vuelta, Rusia-

Lo beso con emocion y por primera vez comprendio que su lugar siempre habia estado..alli. Sus ojos se humedecieron y rompio en llanto

-Te extrañe tanto! Me tenias preocupado!- lo abrazo tan fuerte y fue correspondido -Pense que nunca mas despertarias y..y..nose! Que mataria a quien te habria hecho todo este daño!-

-Serias capaz de golpear a Alfredo en la cara? Haha- acaricio el largo cabello de su baltico con ternura -Reviviras a los nazis y los haras explotar?-

Laurinaitis se quedo callado. Simplemente lo siguio abrazando como si fuera a irse de su lado en algun momento.

Pero algo lo hizo sentirse incomodo..

Abrio rapidamente la palma de su mano y, solo vio, una semi oxidada cruz de hierro y una nota en aleman

"A su colaboracion con el Tercer Reich en la batalla de Vilna contra la URSS - 1942"

¿Esa cosa..acaso era suya?

-Que fue lo que te dio Gilbert? Me lo muestras?-

Los girasoles volvieron a florecer en Moscú.

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FIN :)

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