Atardecer
Esa sensación cálida del sol al tocar tu piel fría, ese amarillo dorado y aterciopelado que te invade, se va deshaciendo entre el negro de la calma y el silencio y el jugo suave y fresco del naranja.
Juntos se van compenetrado en una danza lenta y armoniosa, mientras el sol poco a poco desciende tras el horizonte y va dando paso a ese frío azul oscuro que comienza a invadir la luz. El morado, ese de la suave uva bien sabrosa y dulce, ataca al naranja, para reclamar su territorio como la noche que se encamina.
Lentamente dejan de ser calor y dulzor, para tornarse en frío y calma. El sol se esconde solo dejando unos leves rayos como huella de su presencia en el firmamento de leves luces que lo sustituyen.
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