Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2: Esto se parece a ese cursi video de Taylor Swift.

Capítulo 2: Esto se parece a ese cursi video de Taylor Swift.

Recapitulemos.

Les explicaré un poco más sobre mi vida para que entiendan la magnitud del problema de que besé a uno de los gemelos Holt y no sé quién fue.

Cuando tenía 8, mi mamá me puso la película de Pocahontas por primera vez. Creo que lo que en realidad quería era que me despejara un poco por todo lo que estaba pasando con mi papá. El punto es que me enamoré de la historia de esa morena llena de carácter que se enamora del apuesto chico rubio de ojos azules tan paciente, aventurero y curioso. Yo soñaba con un chico así, y sí, solo tenía 8.

Estaba encantada con esa historia, amaba la pareja y soñaba con encontrar a ese príncipe de cabello rubio y ojos azules. Entonces bajé a la cocina por más palomitas y empezar Pocahontas 2 cuando me asomé por la ventana y vi a una familia mudándose a la casa de al lado.

—¿Qué pasa, abuela? —pregunté. Mi abuela Gi se acababa de mudar para ayudar a mamá.

—Oh —dijo ella, entendiendo el problema—. Es una familia nueva. Van a vivir ahora aquí al lado. Son nuestros nuevos vecinos, hay que ser buenos con ellos.

Me incliné un poco más.

Una guapa señora de cabello rubio, largo y sedoso con apariencia de la más fina princesa bajó de un auto. Cargaba ropa sencilla y tenía una enorme sonrisa. Un señor atractivo y castaño apareció detrás de la cajuela con dos cajas que se miraban pesadas.

—¿Te ayudo? —le preguntó la señora al hombre. Él negó, se acercó a ella y depositó un beso en su mejilla.

—No, ve a buscar a los chicos mejor.

—De acuerdo. —La señora desapareció en la casa nueva y volvió con tres chicos que parecían estar haciéndose muecas y riéndose a carcajadas—. Chicos, compórtense por favor.

Me fijé mejor en los tres chicos. Dos de ellos... eran iguales; eran gemelos. Tenían el cabello rubio y lleno de rizos tan despeinados que les caían por toda la frente. Sus ojos azules eran chispeantes y profundos como el mar. Fue una revelación; mi John Smith estaba ahí, afuera de mi casa. Supe de inmediato cuál era el gemelo para mí: tenía una linda sonrisa, justo como John Smith. Le sonreía a su hermano gemelo que solo lo miraba con el ceño fruncido y los labios apretados. No me agradó al instante, por más prejuicioso que eso haya sonado. ¡Tenía 8 años!

—Wow, ellos parecen de tu edad, Ariana.

El otro niño se veía menor que ellos y era muy diferente físicamente. Tenía el cabello negro azabache, pero compartía el mismo color de ojos. Se parecía más a su papá.

Así fue cómo conocí a la familia Holt.

La mamá era Cassidy Kennedith y el papá Dave Holt. El hijo menor se llamaba Reed Holt. Después descubrí que los gemelos se llamaban Chase y Caleb. A diferencia de todo el mundo, nunca tuve problemas en diferenciarlos. Chase era sonriente, simpático y un amor de persona. Me hacía sentir mariposas en el estómago y mi corazón latía a altas velocidades. Caleb siempre miraba todo como si fuera un rompecabezas, cargaba sonrisas burlonas y me daban ganas de golpear algo con él alrededor.

A pesar de que éramos vecinos, nuestra amistad se limitó a jugar en la misma calle con los otros niños de la cuadra. Aunque sabíamos quiénes éramos en la escuela, no es como si mantuviéramos contacto y nos frecuentáramos para ir al cine o lo que fuera. Compartía clases con Caleb, pocas con Chase —pero eso no afectaba que lo acosara en los pasillos— y Reed iba en primer año de instituto, así que lo saludaba y ayudaba siempre que podía. Era todo.

Mi silenciosa amistad con Reed quedó en silenciosa amistad, mi crush con Chase en solo un crush y mi antipatía por Caleb continuó como antipatía.

Y aquí me encontraba, casi diez años después mirando por mi ventana del segundo piso en mi cuarto hacia la casa de los Holt. Siempre me arrepentí que el cuarto que miraba por mi ventana fuera el de Caleb y no el de Chase. Era molesto ver sus sonrisas de suficiencia y cómo seguido llevaba chicas a casa. Estaría mejor si Chase estuviera en su lugar; quizá hasta seríamos más unidos.

Sus cortinas estaban cerradas, pero podía ver la luz encendida, lo que no tenía sentido porque era de día. Por alguna razón, no aparté la mirada de su ventana, como si eso fuera a darme las respuestas que no tenía.

¿Lo besé a él? ¿Besé a Caleb Holt?

Pasé mi lengua por mis labios, intentando captar algún sabor. Rodé los ojos al instante. Ilusa. Después de haberme bañado tres veces y lavarme los dientes otras cinco, ¿iba a recordar a qué supo ese beso? Pero aún a las 9 de la noche de ese sábado, yo no podía sacarme eso de la cabeza.

Era terca a morir.

Cerré mis ojos e intenté recordar. Sus manos sobre mi cintura, apretándome como si no quisiera soltarme nunca. La forma en la que me sostenía me hacía pensar que él estaba deseando ese beso. Yo lo tenía agarrado del cuello de la camisa al principio y luego él acomodó mis manos de forma que quedaran sobre sus hombros, pero pronto se fueron de rebeldes hacia su cabello lleno de rizos que me volvían loca. Él pareció disfrutar eso porque suspiró en medio del beso. Incluso pensé que estaba temblando, pero lo más seguro es que esa fuera yo por el frío. Su beso fue desesperado, algo demandante... e increíble.

Fue un increíble primer beso.

Porque sí, bueno, había sido mi primer beso.

Qué buena forma de darlo por primera vez: medio en las nubes porque alguien le echó algo a mi bebida, con un gemelo que no podía recordar y después de haber llorado, con el maquillaje corrido. Al menos fue mejor que el de esa compañera a la que besó su crush por primera vez para que le aumentaran un punto en química a él, aun cuando el chico tenía novia y luego aclaró que no significó nada.

Siempre hay alguien peor.

Abrí mis ojos y volví a mirar la ventana.

Por un mango. ¿En serio, Ariana? ¿A quién besé? ¿Cómo pude desperdiciar mi primer beso de esa forma?

Y de pronto, las cortinas se abrieron.

El susto fue tan grande como cuando estás releyendo los mensajes de tu conversación con alguien y de repente se pone en línea y empieza a escribirte, por lo que te sales de golpe y lanzas el celular al otro lado del cuarto, sin querer que le aparezca el visto rápidamente y se dé cuenta que estabas en su conversación.

Solo que en lugar de lanzar el celular, me caí de la cama hacia atrás.

A pesar de que estaba del otro lado de la ventana, pude escuchar la molesta risa de Caleb Holt.

Algún día me iré de aquí y nunca tendré que escuchar su odiosa risa de nuevo.

Me puse de rodillas en el suelo y asomé mi cabeza por un lado de la cama, dándole una mirada fulminante al gemelo. Él estaba deshaciéndose en carcajadas y mi mirada no parecía intimidarle, ni siquiera un poco.

Sentí un retorcijón en el estómago; era tan molesto.

Me levanté rápidamente, incapaz de soportarlo un segundo más y caminé hacia la ventana. Él se dio cuenta de lo que quería hacer cuando tomé las cortinas y se lanzó hacia su buró por una libreta y un plumón para escribirme algo. Caleb y yo habíamos desarrollado la maña de las libretas años atrás, y todo empezó cuando de niños me preguntó si saldría a jugar. Él siempre tenía una libreta y un marcador cerca, igual que yo, lo que era gracioso porque yo no lo soportaba.

Esto se parece a ese cursi video de Taylor Swift. ¿Por qué lo hacemos, otra vez?

Me hizo una seña con el dedo para que esperara y decidí darle la oportunidad.

Iba a admitir que seguía nerviosa con la posibilidad de haberlo besado a él.

Si había besado a Caleb Holt, ¿cómo iba a sobrellevar eso?

Levantó la libreta y me enseñó lo que había escrito.

Baja. Patio trasero. Ya. Necesitamos hablar. Es sobre lo que pasó ayer.

Se me cortó la respiración. Mis ojos subieron de la libreta hacia la tormenta gris con azul que eran los suyos y me quedé ahí. Quería que me dijera, con solo una mirada, si me había besado con él o no. El mensaje parecía indicar que podía haber sido así, pero... Por Dios.

Hacía mucho calor de pronto y mis piernas se sentían como gelatina. Intentando no demostrarle mucho que estaba afectada, le alcé el pulgar y cerré mis cortinas para finalmente poder tomar un respiro tembloroso.

Estaba a punto de saber la verdad y había dos opciones: o dormiría soñando una próxima boda, o dormiría con ganas de no volver a despertar.

Bajé las escaleras lentamente, queriendo alargar el tiempo pero eso no impidió que llegara al patio trasero. Mamá todavía no llegaba del trabajo, la abuela ya se había ido a dormir y Melissa probablemente estaba viendo tele en su cuarto. Abrí la puerta y de inmediato me invadió un aire frío que me obligó a abrazarme a mí misma.

Salí, cerrando la puerta detrás de mí y ubiqué la sombra de Caleb más adelante. A su casa y a la mía nos separaba una cerca de madera pequeña, de forma que nos podíamos hablar a través de ella. Él estaba recargado contra ella, mirando hacia mi patio y cuando me acerqué pude verle mejor.

Cargaba un suéter con un gorro, pero no lo llevaba puesto. Tenía una expresión pensativa en su rostro, sus ojos azul gris por primera vez no brillando con burla y sus labios apretados, como siempre. Me gustaba más el carisma natural de Chase.

—¿Caleb? —hablé cuando noté que él seguía demasiado ensimismado.

Sus ojos por fin me enfocaron. Se quedaron ahí, tiesos, y yo no me atreví a apartar la mirada.

Les explicaré algo. Todas las chicas tenemos un fetiche con algo para un chico. Mi ex amiga Andrea amaba la sonrisa de un chico (sobre todo si traía hoyuelos incluídos), mi madre amaba que estuvieran muy altos, para Denisse —una de mis mejores amigas que no asistía a la misma escuela que yo pero la conocía de toda la vida— el olor lo era todo y yo... Yo adoraba los ojos. Perderme en una potente mirada era lo más maravilloso que podía pasarme.

Pero justo ahora odiaba haberme perdido en la de Caleb.

—Caleb —volví a hablar como si lo estuviera regañando a él, cuando en realidad estaba regañándome a mí misma—, ¿qué ibas a decirme? ¿Qué pasó ayer?

Por fin, logré captar su atención. Él carraspeó y soltó un largo suspiro.

—Ayer fuiste a una fiesta, y por lo visto no andabas muy completa...

—Alguien le echó algo a mi bebida —me defendí.

—¿Estás segura?

—Sí —dije con convicción—. Malamente tomé un vaso rojo de esos que estaban por ahí y aparte vi a unos chicos reírse detrás de mí cuando di el primer sorbo.

Un destello de furia pasó por los ojos de Caleb, pero ya no dijo más sobre el tema. Se quedó callado un par de segundos, y yo no lo presioné, hasta que por fin decidió hablar.

—Bueno... Ayer, mientras estabas borracha, tú... Besaste a mi hermano.

* * *

DECLARACIONES, DECLARACIONESSS.

Bueno, gurls, ya salí de la escuela por fin, eso significa más mañanas libres, debo ser capaz de subir más seguido, aunque de esta novela tengo ocho capítulos escritos y muchas ideas para los siguientes. Estaba considerando la posibilidad de trabajar este verano gg, pero creo que estaría difícil eso :c Necesito dinero JAJAJA.

En fin, espero el capítulo les haya gustado muchísimooo. Qué piensan? Los capítulos de esta novela tienden a ser cortos, por eso hay actualizaciones seguidas.

OIGAN, he pensando en cambiar a Toby Regbo por Jacob Elordi (sí, el de The Kissing Booth) pero es que siento que me lo imagino más como Jacob (como castaño y más malote) que Toby porque parece más niño bueno, pero ustedes díganmee.

Faniela, fuera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro