Capítulo 7
Me extrañaron????
Capítulo 7
Louis' POV
Luego de tomar el almuerzo, Edward me dijo que tenía hasta las cuatro para hacer lo que quisiera, pero que fuera al sótano y estuviera allí a las cuatro en punto, ni un minuto más. Llamé a Zayn y le pedí que me hablara sobre algo, tal era el aburrimiento que tenía. También le pedí que me avisara cuando faltara poco tiempo para las cuatro de la tarde.
Después de una hora y media de charla, y de enterarme de que Zayn y su hermano gemelo Javaad venían de Bradford y muchas cosas más, el moreno me avisó que faltaban cinco minutos para las cuatro.
-Zayn, necesito que me digas algo- deje mientras me paraba de la cama, en la que ambos estábamos sentados.
-Qué cosa?
-Cómo hago para llegar al sótano?
Su rostro se puso serio inmediatamente.
-No puedo decirte eso- respondió.
-Edward me pidió que fuera allí a las cuatro-expliqué.
Me miró con los ojos llenos de... pena?
-Entonces, te lo diré- contestó con voz lúgubre-. Cuando llegas a la planta baja, a un lado del comedor encontrarás una puerta de madera cerrada; ahí está el sótano. Cierra la puerta antes de bajar- dijo.
Le di una sonrisa tranquilizadora.
-Gracias.
Antes de salir de la habitación, oí que el moreno decía:
-Y, Louis... suerte.
Volteé la cabeza.
-Por qué?- pregunté extrañado.
-Porque realmente me has caído bien- dijo antes de pararse y salir por la puerta, pasando por mi lado y apoyando una de sus manos en mi hombro con una frase silenciosa en su mirada "Lo siento".
Algo desconcertado, bajé las escaleras hasta la planta baja y busqué la puerta. La encontré fácilmente, pero al llegar junto a ella, noté un curioso cuadro colgado al lado. Era un cuadro totalmente negro de unos diez por diez centímetros con un triángulo rojo en el centro. Extrañamente, me quedé como hipnotizado por esa rara pieza de arte.
Salí de mi sopor cuando oí que el reloj de péndulo del comedor anunciaba las cuatro de la tarde.
-Mierda- mascullé antes de abrir la puerta rápidamente y bajar a los apurones en la oscuridad, ya que había cerrado la puerta detrás de mí como Zayn me había indicado.
Llegué a otra puerta, la cual noté que era una puerta porque estaba entreabierta y una tenue luz se escapaba por las pequeñas rendijas, y la empujé suavemente.
Fui bruscamente jalado hacia el interior de la habitación y la puerta fue cerrada con mi espalda al yo haber sido empujado contra ella.
Edward estaba frente a mí, acorralándome contra la puerta con sus musculosos y tatuados brazos, y, a juzgar por su expresión facial, no estaba muy feliz.
-Llegas tarde, Louis- dijo seriamente con su voz grave.
-L-lo siento- respondí, de alguna manera, el Edward que veía ahora era mucho más intimidante que el Edward que veía con Harry alrededor.
-Lo sientes? No puedes cumplir siquiera con una simple orden como llegar a tiempo y yo necesito que cumplas a rajatabla cada orden que te dé- dijo.
-Q-qué?- pregunté extrañado.
-Yo no soy como Harry, Louis, a él le gustan otras cosas en el sexo, aunque eso deberás descubrirlo tú mismo; volviendo a mí, yo tengo gustos... especiales.
-Q-qué?- repetí, como en trance.
Se apartó para dejarme ver, y ojalá nunca lo hubiera hecho, porque quedé traumatizado por lo menos para la siguiente semana.
Las paredes de la habitación estaban pintadas de color vino tinto y una mullida y suave alfombra color crema cubría el suelo. En las paredes habían colgados distintos tipos de armas, látigos de cuero, de goma, de plástico blando, con cuentas de metal o plástico, con varias bifurcaciones, largas varas de madera de distintos largos y grosores, varas de plástico y de metal, paletas de madera, de metal y plástico. Una de las paredes estaba totalmente cubierta por una enorme cantidad de gavetas y cajones de caoba pulida y barnizada. Colgando de unas cadenas que salían del centro del techo habían dos grilletes de hierro que quedaban justo como para dejar a una persona de mi estatura con los brazos en el aire e incapacitada para utilizar los brazos. En un lugar en la pared habían otras dos puertas, una que estaba abierta, que era un baño, y la otra estaba cerrada. En el centro de la pared del fondo había una cama tamaño king con postes de metal y un cobertor de seda negro. En la única pared que quedaba libre había un gran sofá forrado en cuero negro.
Estaba sin palabras. Lo único que atiné a decir, con tantas frases o preguntas que podría haber dicho, fue:
-C-cuántos años tienes?
Edward levantó una ceja, pero respondió:
-Veinte.
-Y juegas con éstos... juguetes?- pregunté, aún atónito.
Una sonrisa de lado apareció en sus perforados labios.
-Y deberías verlos todos- contestó antes de volver a acorralarme contra la puerta-. Oh, cierto, se me había olvidado que no sólo los verás, también los sentirás funcionar en ti, en tu cuerpo- prosiguió en un susurro diabólico-. Desnúdate. Ahora- ordenó mientras se separaba nuevamente de mí.
-Q-qué?- volví a preguntar. Ése no era mi día creativo.
-Que te desnudes ahora a menos que quieras que te castigue más de lo que ya lo haré porque has llegado tarde- dijo naturalmente.
Abrí mucho los ojos y quité mi camiseta sin muchas ganas.
-Más rápido, dije que te quería desnudo ahora, no para mi cumpleaños de ochenta.
Terminé de desvestirme rápidamente, dejando mi ropa tirada a un costado.
-La próxima vez, entrarás desnudo. Tu ropa la dejarás fuera, en el estante que está a un lado de las escaleras- dijo-. Y cuando entres, inmediatamente te arrodillarás a un lado de la puerta, con las rodillas bien separadas y la cabeza gacha a menos que quieras que te castigue. Tus manos irán en tus rodillas, con las palmas hacia arriba, en señal de sumisión- siguió hablando-. Y siempre que estés aquí dentro y en mi presencia, no quiero que cierres totalmente ni tus piernas ni tus labios a menos que te ordene lo contrario, te quiero totalmente abierto y dispuesto para mí, tampoco me mirarás directamente a los ojos a menos que indique que lo hagas; siempre que estés en ésta habitación me llamarás "amo" o "señor" y me tratarás de usted. De lo contrario...- lo interrumpí groseramente.
-Adivino, me castigarás.
Volvió a acercarse velozmente, aplastando mi desnudo cuerpo entre el suyo y la pared.
-De hecho, sí... y si vuelves a hablar a menos que yo te pida que lo hagas o para decir una de las palabras de seguridad, también te castigaré- dijo amenazadoramente-. Palabras de seguridad. Las palabras de seguridad son una especie de código del sumiso para comunicarle a su amo que su cuerpo o su mente ya no soportan más el trato que el amo le esté dando, es como una rendición. Tus palabras de seguridad serán "Rojo" si es que estás por llegar al límite y "Negro" si ya has pasado el límite. Si dices "Rojo" dejaré de hacerte cualquier cosa que esté haciéndote, y si dices "Negro" no te haré nada más en las siguientes veinticuatro horas. El sadomasoquismo no es para lastimar al sumiso, es para lograr placer mutuo, con un amo, en éste caso yo, y un sumiso, en éste caso tú- finalizó-. Alguna duda? Puedes hablar ahora.
-De hecho, sí...- me miró con una ceja arqueada- amo- asintió levemente-. En cualquier momento yo podría decir la segunda de las palabras de seguridad y... usted- dije con duda- deberá parar inmediatamente lo que esté haciéndome?
-Sí, Louis, pero es como una especie de rendición- dijo.
"Maldito." Pensé. "Sabe que mi puto orgullo no me dejará utilizar las palabras de seguridad a menos que sea total y realmente necesario porque acaba de decirme que sería como si estuviera rindiéndome."
Asentí sin mirarlo a los ojos.
-Gracias, amo- dije falsamente.
-No hay de qué- respondió. Ahora que lo miraba, llevaba puestos unos ajustados jeans que realzaban los músculos en sus delgadas y fuertes piernas y una camiseta blanca sin mangas que dejaba ver todos los tatuajes en sus brazos y transparentaba los de su torso-. Alguna otra pregunta?
-Qué hay detrás de aquella puerta, amo?- señalé la puerta cerrada con un movimiento de la cabeza.
-Pero qué curioso resultó el sumiso- dijo más para sí mismo que para mí-. Lo sabrás en su debido momento- me respondió-. Acuéstate en la cama, boca arriba, las piernas abiertas y los brazos por detrás de la cabeza- ordenó.
Asentí sin mirarlo a los ojos y obedecí sin rechistar.
Vi como Edward caminaba hacia uno de los cajones y sacaba un muy pequeño arnés de cuero, como para atar a un pitufo o algo parecido. Cerró el cajón y se dirigió hacia otro que estaba más a la derecha. Lo abrió y sacó una cosa de metal que tenía forma algo parecida a la de un chupete para niños, pero un poco más grande y con una especie de rosca con una gema color negro del lado más fino. Cerró el cajón y se dirigió al baño. Por unos segundos oí el sonido del agua correr. Edward volvió y dejó las cosas que llevaba en las manos en una pequeña mesilla que no había notado hasta ahora. Se dirigió a otro de los cajones y sacó una botella con un líquido transparente dentro. Por el poco movimiento que tenía, lo identifiqué como lubricante. También tomó un pañuelo de seda, oh casualidad, también negro, antes de cerrar el cajón.
El rizado caminó hasta estar a los pies de la cama. Dejó también el lubricante y el pañuelo en la mesilla y tomó mis tobillos, tirando de ellos hacia su cuerpo para mover el mío más cerca del borde.
-Cierra los ojos- ordenó.
Obedecí y pronto sentí como ataba el pañuelo sobre mis párpados, alrededor de mi cabeza. Oí un tapón siendo retirado de una botella y podía oír todos los tenues sonidos que hacía el rizado al moverse, pero no podía ver nada, y eso me desesperaba.
-Estás asustado, no es así?- me preguntó, tomándome por sorpresa.
-S-sí, amo- respondí, diciendo la verdad.
-No deberías... estas relaciones, como las relaciones amorosas, se basan en la confianza mutua. Yo confío en que tú obedecerás todo sin cuestionar nada y tu confías en que yo no te haré daño.
En ese momento sentí sus manos nuevamente en mis tobillos, esta vez levantando mis piernas para apoyar cada una en uno de sus hombros.
-Quiero que te relajes- dijo. Intenté hacerlo, respirando profundamente, pero apenas logré hacerlo un poco antes de sentir sus dedos mojados con lubricante palpar mi entrada y volver a tensarme-. Relájate, Louis, no voy a hacerte daño... confía en mí.
Relajé mis músculos lo más posible, permitiendo la entrada a dos de sus dedos empapados de lubricante. Gracias a que la noche anterior los hermanos Styles me habían follado sin compasión, no me dolió la intrusión, incluso la encontré placentera.
-A-ah...- se me escapó un gemido quebrado.
-Shhh... no hagas ningún ruido- dijo Edward, empujando más profundo con sus dedos en mi interior, tocando mi próstata a propósito. Ahogué un gemido.
Sus dedos se retiraron luego de trabajar un poco más, para dar paso a otra cosa, algo de metal,aunque también mojado con lubricante. Lo que quiera que fuese esa cosa, estaba tocando mi próstata. Sentí como algo se ajustaba como una rosca alrededor del extremo de la cosa que estaba fuera de mí.
-Sabes qué es esto, Louis?- preguntó Edward.
-N-no, amo...
-Esto es un plug anal, pero es uno especial... tiene un vibrador incorporado, y es a control remoto.
-Q-qué, amo?- pregunté desconcertado.
-Espera un segundo, no te muevas- ordenó. Pocos instantes después sentí algo de cuero ajustarse alrededor de la base de mi pene y también en mis testículos-. Ya está, ahora puedes gemir.
-Sí, a-amo.
En un momento, sentí como el plug que estaba en mi interior comenzó a vibrar suavemente.
-Ugh...- escapó de mis labios sin mi consentimiento.
-Y tiene varios niveles, mira...- sentí que vibraba un poco más fuerte dentro de mí- nivel dos- un poco más, arrancádome varios jadeos y algunos gemidos-, nivel tres- vibró más, haciéndome dar pequeños grititos-, nivel cuatro- vibró mucho más. Gemí por lo alto- y nivel cinco.
-A-amo... ah...
-Qué sucede?
-Qué e-es esto...?
-Lo que está alrededor de tus testículos y la base de tu pene?- preguntó.
-Sí, s-señor...- respondí con dificultad.
-Es un arnés especial, no te correrás hasta que yo lo quiera, y como es un castigo, no lo harás.
-Ugh...- me quejé.
Me pegó una cachetada en el culo. Gemí.
Sentía el plug vibrando al lado de mi próstata, enviando olas de placer por todo mi cuerpo, y también sentía el cuero evitando que alcanzara el cielo, reteniendo mi orgasmo.
-Aahh... hmm... oh D-Dios...- Edward se inclinó hacia adelante, haciéndome flexionar las piernas y traerlas más cerca de mi vientre, cambiando el ángulo del vibrador.
-No te muevas, estás retorciéndote como una puta- ordenó.
-S-sí...
Una mano grande se envolvió alrededor de mi pene y apretó con algo de fuerza, haciéndome lloriquear de placer y dolor al mismo tiempo.
-Sí qué?
-S-sí, amo...
La mano soltó mi miembro y al instante deseé seguir sintiendo la presión que me dolía, pero también me llevaba lo más al límite que el maldito arnés de cuero permitía. Dios, era patético.
-Levántate de la cama- ordenó.
Sumisamente, obedecí, jadeando y gimiendo cuando el plug, que aún vibraba, se presionaba contra mi próstata.
-Ven aquí- me tomó del brazo con la fuerza justa para no ser demasiada y me hizo caminar hasta un lugar en la habitación-. Arrodíllate con las rodillas separadas- hice lo que había ordenado-. Echa la cabeza hacia atrás, pero no del todo- aclaró cuando mi nuca casi tocaba la parte superior de mi espalda-, y abre la boca.
Obedecí.
-Bien, recuerda, esta posición es para felaciones, entendido?
-Sí, amo.
-Alguna duda?- preguntó.
-Sí, amo.
-Pregunta.
-Qué debo hacer con mis manos, amo?- pregunté, realmente no sabía dónde ponerlas.
-Puedes colocarlas sobre tus muslos o en los míos, pero recuerda que si apoyas tus manos en mis muslos no debes empujarme hacia atrás o te castigaré.
-Sí, amo.
-Sabes cómo hacer felaciones, Louis?
-No, amo.
-Bien, entonces voy a enseñarte- respondió-. Nunca muerdas un pene, no utilices los dientes a menos que te lo pida y no intentes tomar más de lo que tu boca puede hasta que estés listo. Y si quieres tomar más, relaja lo más posible la garganta. Entendido?
-Sí, amo.
-Te sientes listo como para hacerlo?
Estaba desafiándome? Claro que me sentía listo.
-Sí, amo- respondí con convicción.
-Entonces, vamos a hacerlo.
Oí cómo las ropas se movían y sentí su mano en mi cabello, indicándome que abriera más la boca. Lo hice y noté como un trozo de carne duro y a la vez suave entraba en ella. Cuando dejó de empujarse más adentro, comencé a chuparla suavemente. Un gruñido ronco llegó hasta mis oídos. Chupé lo mejor que pude, y los roncos sonidos que oía de los labios de Edward me recompensaban, era extrañamente gratificante saber que yo podía hacerlo gemir así. Sus largos dedos corrían por mi cabello, en una caricia algo brusca. En un momento, noté que se tensó y sus dedos se cerraron completamente sobre mi pelo, obligándome a detenerme. El rizado retiró su pene aún erecto de mi boca y dijo:
-Levántate.
Obedecí. Me tomó del brazo y me hizo caminar hasta otro lugar en la habitación, dejándome parado con las piernas un poco más abiertas que el ancho de mis hombros.
-Sin mover tus pies del lugar, extiende tus manos hacia adelante- hice lo que decía, tocando la pared con ambas manos-. Ahora deslízalas hacia arriba por la pared hasta que yo te diga que te detengas.
Sin ver nada gracias al pañuelo, comencé a hacer lo que Edward había ordenado hasta que dijo "Basta".
-Ahora, quiero que inclines el cuerpo hacia adelante, arquando la espalda para levantar más el culo- diciendo esto, dio una pequeña palmada en mis dos nalgas al mismo tiempo, haciendo que el plug, el cual seguía vibrando hasta llevarme al límite de mi cordura, se removiera en mi interior.
-A-ah...
Hice lo que había ordenado, quedando en una posición bastante incómoda en la que el maldito vibrador quedaba apoyado directamente en mi próstata y vibraba sobre ella, torturándome.
-Esta es una de las dos posiciones de castigo, la de pared. Hay otra que es de cama, pero sirve más para jugar que para otra cosa- dijo-. Debes recordar perfectamente cada una de las posiciones, no son demasiadas. Entendido?
-S-sí... ahh... a-amo...- respondí con dificultad.
-Es difícil concentrarse con un vibrador justo en tu próstata y sin poder correrte, verdad, Louis?- preguntó impasible.
Asentí dificultosamente con la cabeza al tiempo que decía un "Sí, amo" más parecido a un graznido lastimero que a una frase. Una mano azotó fuertemente contra mis nalgas nuevamente, mis sentidos estaban sobrecargados.
-Pues entonces recuérdalo para ser puntual la próxima vez- dijo antes de volver a azotarme.
Gemí en alto, desesperadamente. Necesitaba liberarme ya.
Una de sus manos se coló por entre mis piernas, acariciando suavemente la base de mi pene y mis testículos, ambos sujetos por el arnés de cuero, haciéndome ver estrellitas detrás de los parpados. Sollocé involuntariamente, era demasiado. Podría decir "Rojo" o "Negro" y todo se acabaría, pero mi orgullo me decía que podía aguantar más que eso, así que no lo hice.
-Agh... p-por favor, a-amo...- mi voz salió quebrada y débil.
Otro azote vibró en mi culo.
-Por favor qué?- preguntó Edward.
-No lo... s-soporto m-más...
Un azote más. Gañí de dolor y placer.
-Entonces por qué no usas una palabra de seguridad?
Negué con la cabeza al tiempo que sollozaba nuevamente y sentía las lágrimas mojar la seda negra.
Volvió a azotarme.
-Aah!
-Tú, bastardo orgulloso- gruñó antes de volver a azotarme. Me quejé en voz alta-. No vas a correrte hasta que Harry decida tener sexo contigo- sentenció-. Y aún así usarás el arnés hasta que él se corra, luego podrás hacerlo tú. Además, seguirás usando el plug hasta que yo te lo diga, excepto para tener sexo con penetración, si sólo debes hacer una mamada o un trabajo manual te lo dejarás puesto- prosiguió. Momentos después, sentí su respiración cálida en mi oído-. Y no te atrevas a quitártelo, lo sabré si lo haces, y voy a castigarte hasta que no puedas sentarte por tres semanas- amenazó, y de alguna manera supe que hablaba en serio-. Ahora voy a sacarte el pañuelo de los ojos. Vas a vestirte y subir y seguir normalmente.
Antes de que pudiera contestar nada, me desvendó los ojos, apagó el vibrador, dejándolo dentro de mí, y salió de la habitación sin dirigirme la mirada nuevamente.
Miré hacia abajo.
Mierda.
-Y cómo se supone que voy a entrar en mis pantalones con esto... amo?- pregunté al aire.
--------------------------------------------------------------------------------------
Tanto tiempo, mis amoooreees!!!! :(
Siento haber tardado SIGLOS en subir nuevo cap, pero no tenía inspiración para escribir sobre el tema de éste cap :S
Iiiigualmente, éste es oficialmente el capítulo más largo de una novela que haya escrito en MI PUTA VIDA!!!! Jajajaja
Espero que lo disfruten :D
Vote & Comment
Megakisses
Anto :*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro