El pequeño espacio estaba en completa oscuridad. Alguno que otro insecto caminaba por el suelo o la pared. El grifo del lavamanos goteaba creando un sonido que sería relajante de no ser por el lugar.

La puerta se abre bruscamente dejando entrar la luz del sol por unos segundos antes de que esta se cierre.

El hombre que entró al baño se acerca al lavamanos y abre la llave. Después de lavarse las manos y echarse un poco de agua en la cara, él nota como sus manos empiezan a temblar violentamente. Su mano derecha presiona con su dedo pulgar la palma de su mano para calmarse.

Con lentitud levanta su cabeza para ver su rostro en el reflejo del espejo, su mano derecha toca su rostro como si quisiera asegurarse de estar ahí y saber qué es lo que está haciendo en ese lugar.

James se mira en el espejo por unos segundos y se acerca a la puerta del baño para abrirla y salir de ahí, algunas brisas de viento movían las hojas caídas del suelo cerca de donde él estaba. El rubio camina hacia una barandilla.

En mis sueños más oscuros veo este pueblo. Silent Hill. Prometiste volver a llevarme algún día. Pero nunca lo hiciste. Y ahora estoy aquí sola. En nuestro lugar especial. Esperándote.

James se apoya en la barandilla pensando en lo que pasó. Hace unos días había recibido una carta con el nombre de Mary en ella, su esposa.

"Es ridículo. Es totalmente imposible", piensa James. Mary había muerto de una terrible enfermedad tres años atrás lo que le hacía preguntarse porque la buscaba. Podría ser muchas cosas. Algún motivo para tener un cierre a su historia con Mary, tal vez porque tenía alguna leve esperanza de que si estuviera con vida o porque sentía que era algo que debía hacer.

De cualquier forma, no podía regresar como si algo le dijera que no puede irse y debía llegar al pueblo el cual fue su lugar especial junto con Mary. El hombre se acerca su auto para tomar el mapa de South Vale y su mano se acerca a la puerta trasera del auto para abrirla buscando algo, pero como si alguien se lo impidiera se aleja y después de bajar unas escaleras sigue el camino del bosque.

Al pasar unos minutos se acerca a un pozo el cual tenía una hoja de color rojo flotando en el agua. James miró el papel hasta que siente un dolor en su cabeza y él pone una mano en su frente como si quisiera aliviar el dolor.

—¡Aaagh! Es como si... me estuvieran estrujando el cerebro —susurra el hombre.

El continuó caminando hasta llegar a un portón que al cruzarlo lo lleva al cementerio.

Una mujer de cabello castaño corto que vestía una camiseta blanca de manga larga con cuello de tortuga acompañado de unos pantalones color café, casi rojo se arrodilla frente a una lápida. Su mano toca la piedra para quitar el polvo de ella. James se acerca y pone una mano en su brazo para que sepa que está ahí.

—Disculpa... —dice Sunderland asustando a la mujer quien suelta un pequeño grito sorprendida.

—Perdón, estaba...

—Tranquila, no pretendía asustarte. Creo que me he perdido.

Aquello confundió a la chica que entrecerró los ojos un poco sorprendida.

—Si. Estoy buscando Silent Hill. ¿Sabes si se va por aquí?

—Eh... Si —la mujer señala hacia un área detrás de James—. Es difícil ver con esta niebla, pero solo hay una carretera. No tiene perdida.

—Gracias —responde dando unos pasos para ir a esa dirección, pero ella vuelve hablar.

—Pero... yo que tu no iba allí. Hay algo muy... extraño en ese lugar. Y no hablo solo de la niebla.

—¿Es peligroso?

—Tal vez... No sé cómo explicarlo.

—Iré con cuidado.

La chica se apresura a decir que no está mintiendo así que James le tranquiliza diciéndole que no cree que lo haga.

—Es solo que... no me importa si es peligroso o no. Voy a ir de todas formas —aclara James.

—¿Por qué?

—Estoy buscando a...

El hombre se queda en silencio pensando si en serio iba a decirle a una completa desconocida porque había ido aquel pueblo cuando él tampoco tenía un motivo claro. ¿Qué podría decirle de todas maneras? Él no tenía una respuesta así que solo dijo que buscaba a alguien muy importante para él.

—Yo también —confiesa ella—. Estoy buscando a mi mamá... A mi madre, quiero decir. Hace mucho tiempo que no la veo —explica mientras le da la espalda al rubio para mirar alrededor—. Pensaba que mi padre y mi hermano estaban aquí, pero tampoco los encuentro... —no tarda en recordar la presencia del sujeto así que se da la vuelta—. Perdona, no quiero molestarte con mis problemas.

—No, no... —dice rápidamente—. Espero que los encuentres

—Si. Tú también.

Al dar acabada la conversación el hombre se aleja y camina hacia el lugar señalado para llegar a su destino.

En el pueblo de Silent Hill una persona caminaba por las calles de South Valley. La visión de aquella persona era opacada por la densa niebla a pesar de ello pudo encontrar un cuerpo en el suelo el cual usaba una chaqueta café bastante maltratada. Al agacharse toma una hoja y lee su contenido.

Este lugar es una locura. Solo hay muerte en todos lados. A cada lado que voy esas criaturas están en todas partes. Si alguien lee esto será mejor que huya de acá antes de que sea demasiado tarde.

La persona suspira revelando que es una chica por su respiración. Ella mira a su alrededor frustrada. De poder salir de aquel maldito pueblo lo habría hecho desde que llegó, pero no podía hacerlo. Cuando quiso hacerlo se dio cuenta que el lugar de donde llegó ahora solo había un precipicio interminable el cual antes no estaba ahí.

Ella no sabe cuánto tiempo ha estado en Silent Hill, pero lo que si sabe es que ha estado haciendo de todo para buscar una salida algo que parece imposible.

La de ojos marrones sale de sus pensamientos al oír la estática de su radio haciéndola maldecir y levantarse del suelo con su pistola en mano. Algo que no tardó en descubrir es que los radios o algún medio de comunicación no funcionaba haciéndole imposible contactar con alguien del exterior para pedir ayudar, no obstante, pudo darle un buen uso al primer objeto porque cada vez que el aparato emitía estática era una alerta de que las criaturas estaban cerca y entre más fuerte fuera el sonido más cerca estos estaban.

Amber caminó con su arma en alto apuntando a su alrededor hasta oír un sonido detrás de ella así que se da la vuelta para encontrarse con dos criaturas las cuales parecían ser personas de no ser porque no tenían piel y solo había carne además que tenían varios ojos en su cuerpo.

Ella le dispara a uno de ellos matándolo de unos cuatro disparos, pero al intentar dispararle al otro monstruo oye un click. La criatura trata de golpearla, pero ella lo esquiva y se esconde detrás de un auto. La mujer sacó un machete de la funda de su espalda y manteniéndose agachada rodeó el vehículo hasta estar detrás de aquello. Levanta su machete para encajarlo en su cabeza una y otra vez. Sangre le salpicó en la cara, pero no se detiene hasta que esa cosa deja de moverse.

Wilson se quita el pañuelo que cubría su boca y su nariz para limpiarse la sangre y el poco sudor que había en su frente. Posteriormente revisa su arma, saca el cargador y quita la bala encasquillada de la recamara, vuelve a poner el cargador y al darse cuenta de que todo está en orden la guarda en su funda.

Llegado a ese punto no sabía si era una bendición o una maldición el que siguiera convida. Ya había visto cosas horribles antes que le hacían tener pesadillas cada vez que cerraba los ojos y con todo lo que ha vivido en ese pueblo ya ni siquiera debe dormir para tenerlas. La vida propia se ha vuelto una pesadilla.