Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo dos

James al fin había llegado a Silent Hill al seguir las indicaciones de la mujer que se encontró en el cementerio. Entre la niebla ve una figura caminar haciéndole entrecerrar los ojos esperando verlo mejor.

—¡Oye! ¡Espera! —exclama y sigue al sujeto.

Él sigue algunos ruidos y de sustancias asquerosas que estaban en el suelo. Al cruzar la puerta de una cerca para poder llegar al patio de una casa ve a la figura caminar quien parece ignorarle a pesar de hablarle.

Sunderland llegó hasta una cochera que tenía un pedazo roto de la puerta así que se agacha y gatea para cruzar al otro lado. Un ruido hace que voltee descubriendo que el espacio se había bloqueado significando que no podía regresar por esa parte y debería buscar otra salida.

Revisando la vivienda logra oír estática, por curiosidad va a la fuente del sonido encontrándose con una radio sobre un sofá. James la tomó entre sus manos para inspeccionarla.

Un sentimiento de no estar solo en ese lugar hace que mire hacia su izquierda para ver lo que había visto antes. Una criatura que parecía tener los brazos dentro de su piel como si fuera una camisa de fuerza. El monstruo se acerca hacia el hombre tirando algunas cajas que estaba entremedio y en el proceso cayendo el también.

El ojiverde se aleja con lentitud hasta chocar con la pared mientras aquello se levantaba. El rubio voltea hacia la ventana detrás de él cubierta con algunas tablas, para tener un arma arranca un palo con clavos y lo sostiene como si fuera un bate de beisbol.

La cosa agacha un poco la cabeza para levantarla y escupir un vomito de color verde o negro. James lo esquiva hábilmente da unos pasos y lo golpea con el palo. La criatura cae al suelo, pero él no se detiene y lo golpea con su pie unas dos veces hasta que deja de moverse.

El hombre respira y camina hasta llegar a una ventana que rompe para salir de esa casa. Ya afuera oye estática de la radio y la saca de su bolsillo.

—Ja... Estoy... Ven a... —se oye la voz distorsionada de una mujer hablar—. Te... espe... me... Jam...

La transmisión se corta, no hay una voz o alguien hablando. James guarda la radio y sigue en su camino preguntándose donde esta Mary. En la calle ve un cuerpo putrefacto en el suelo que vestía una chaqueta color verde (que parecía negra por lo maltratada que estaba). Aun lado de él había una caja de fósforos perteneciente al Bar Neely.

Sunderland saca su mapa y un plumón para buscar la ubicación del bar, al verla lo marca con un círculo rojo. Si había encontrado aquello no estaba de más revisar, tal vez allí había algo útil.

Caminando un poco más se encuentra a otra criatura que se aleja arrastrándose por el suelo alertándole ya que sabía que debería haber más de ellos no muy lejos. Disparos que se oían bastante cerca de donde está hace que él se quede quieto, aunque una pequeña sonrisa aparece en su rostro, aquello significaba que no estaba solo.

El corrió de donde provenían los disparos y al encontrarse con una mujer de espalda a el que usaba chaqueta de color café sobre una sudadera gris y jeans negros junto a unas botas se acerca lentamente.

—Ey —dice para que sea consciente de su presencia.

Amber al oír la voz de un hombre desconocido se da la vuelta sacando su arma de su funda en el proceso y le apunta con la pistola haciendo que James levante las manos.

—No dispares, soy un humano.

La chica baja el arma y vuelve a ponerla en la funda sin embargo no baja la guardia y mira a Sunderland con precaución. Por todo lo que había vivido no le era fácil confiar en las personas, pero esta vez había hecho una excepción porque notó la apariencia limpia del hombre a diferencia de la de ella que tenía algunas manchas de suciedad y tierra en el rostro así que no le fue difícil saber que el apenas había llegado al pueblo.

—Me alegro de que haya alguien más que no solo sean esas cosas —dice el hombre—. Soy James. James Sunderland, por cierto.

Amber abre la boca para responderle, pero no lo hizo al oír la estática de su radio y la de James. El ojiverde ya había entendido lo que aquello significa así que maldice en voz baja y sostiene su arma improvisada para defenderse. Wilson tira de su chaqueta e inclina su cabeza para decirle que le siga.

El no dudó en hacerlo ya que si podía no pelear contra esas cosas y gastar energía lo tomaba. La rubia sucia camina por un callejón y después de caminar por varias calles llegan a una puerta a la cual necesitaban poner un código. 4444 pone la mujer abriendo la puerta y así ambos entran.

James nota un colchón algo sucio en el suelo y varias latas vacías de comida.

—Así que... ¿vives aquí?

La de ojos marrones asiente mientras se sienta en el colchón y se quita la liga del cabello deshaciendo su coleta de caballo que ya había empezado molestarle un poco.

—Creo que no me has dicho tu nombre —murmura el de chaqueta color verde.

—Soy Amber.

Ambos adultos se quedaron callados en un incómodo silencio hasta que ella lo rompe preguntándole que hacía en ese pueblo.

—Busco a mi esposa. Su nombre es Mary —explica mientras busca la fotografía de ella en su bolsillo y se la entregaba—. ¿La has visto?

—Lo siento, pero eres el primer humano que veo desde que estoy aquí.

Aquello desanimó un poco al rubio.

—No pasa nada. No sé porque creo que ella está aquí... Murió hace tres años.

—¿Qué? —dice la chica sorprendida.

—No estoy loco, es que recibí una carta de ella diciendo que me esperaba en nuestro lugar.

—¿Y no pensaste que alguien solo te jugó una mala broma?

James se quedó helado al no haber pensado en aquella posibilidad que era algo alta y tenía más sentido eso que el creer que su esposa sigue convida. El miró a su alrededor al no saber que decir y notó como el lugar parecía desgastado y desordenado como si ella no llevara solo unos días viviendo en esa tienda.

—¿Cuánto tiempo llevas desde que llegaste a Silent Hill? —pregunta el hombre.

—No lo sé. Es extraño aquí, algunos días parecen más largos que otros.

—¿Pues que día era cuando llegaste?

—5 de agosto.

James guarda silencio mientras cuenta los días dándose cuenta de que ya habían pasado dos semanas. Amber llevaba dos semanas en Silent Hill lo que le hizo preguntarse porque no se ha ido de un lugar tan peligroso, otra pregunta que tenía era que hacía allí.

Ella noto la mirada de confusión de él y habla.

—Si te preguntas porque estoy aquí es por mi trabajo.

—¿Qué clase de trabajo te haría venir a un lugar como este?

Sunderland al oír su propia pregunta, que había hecho sin pensar, se golpea mentalmente la cabeza. Él, que ya había estado en ese pueblo hace unos años, no esperaba encontrarse con aquellas criaturas pues mucho menos alguien que nunca estuvo en Silent Hill.

El rubio mira el arma de la mujer y le cuestiona si sabe usarla.

—Si. Un amigo me enseñó a usarla.

Un silencio incómodo inunda el lugar hasta que James vuelve a romperlo.

—Entonces... ¿Eres policía? —Wilson lo mira sin comprender porque pensó eso—. Lo digo porque sabes disparar y es uno de los trabajos que te harían venir a un lugar como este, si es que tiene una relación, así que...

—Algo así.

El ojiverde abrió los ojos y pensó en trabajos parecidos.

—¿Agente del SWAT? ¿FBI? ¿CIA...?

—Si. CIA, adivinaste —responde rápidamente—. ¿Y tú que eres? —pregunta queriendo cambiar el tema.

—Soy oficinista. Tal vez no sea un trabajo tan emocionante como ser agente de la CIA, pero...

James guarda silencio. Su boca se mueve un poco aun cerrada tratando de decir algo, aunque no sabe qué. Llegado a un punto se rindió.

—No hay nada que decir. Odio mi trabajo, a mi jefe y el pequeño cubículo en el que trabajo, siento que me asfixio cuando estoy ahí.

Amber soltó una pequeña risa, le había parecido un poco gracioso la forma de actuar del hombre. El rubio también sonrió, disfrutaba aquella compañía después de haber estado solo desde que su esposa falleció.

Pasaron los siguientes veinte o treinta minutos hablando, sintiendo como si el tiempo no avanzara hasta que el recuerda por lo que había llegado y mira la radio dándose cuenta de que no había estática y era seguro salir.

—Ya debo irme y será mejor que tú también te vayas de este pueblo.

—Lo haré. Solo necesito dormir un poco, siento que me desmayaré.

El de chaqueta verde no dijo nada sobre que estuviera exagerando porque había notado las bolsas oscuras debajo de sus ojos y asiente sin preocuparse mucho de que una criatura pudiera entrar cuando se fuera y atacarla mientras dormía porque en todo ese tiempo, aunque sea por un momento se le olvidó lo peligroso que era estar ahí.

Wilson se acomodó en el colchón. Se le pasó a la cabeza decirle a James que no podrían irse de ese pueblo, pero desechó esa idea. Lo más probable es que no le creyera y además sabía que no saldría convida de ese pueblo. La gente no preparada a ese tipo de cosas nunca sobrevivía.

—Cuídate la espalda, hay algo extraño en este pueblo y no solo son los monstruos —susurra ella. El que no creyera que sobreviviría no era motivo para no darle una advertencia.

—Si. Tú también.

James se acerca a la puerta, su mano estaba a unos centímetros de la perilla dudando si abrirla y salir con todas esas criaturas.

—¿Tienes miedo? —cuestiona la rubia levantando su cabeza para mirarlo.

—No es tanto miedo. Solo que pienso si es hora de salir solo con un palo con clavos.

La chica asiente entendiendo su punto, estira un brazo para sacar una pistola de un bolso y se la da.

—¿Tienes otra? —pregunta él, no queriendo irse y dejarla sin un arma, pero al verla asentir suspira de alivio—. Gracias.

—Hay algunas balas en los estantes. Toma lo que necesites.

Amber se pone el gorro de su sudadera gris y le da la espalda a James intentando dormir oyendo la puerta por la que entraron cerrarse indicando la salida del ojiverde.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro