–¡Una más! ¡Una más! ¡Una más!– gritaban los hombres en la taberna, animando a la rubia para que tomara otra jarra de la cerveza alemana.

Ella seguía tomando, mientras su hermano la miraba alzando una ceja y el mejor amigo de ambos sonreía al ver el comportamiento de esta.

Kira no acostumbraba a beber de aquella forma, sin embargo cuando había escuchado a James hablar de que siempre había sido quien más había bebido de los tres ella había comenzado a pedir más jarras, hasta que su mesa se había llenado de estas.

–Kira, deberías parar, creo que ya has demostrado lo que puedes hacer.

–Vamos Stevie, sabes que puedo tomar más que este cretino.– señaló al moreno, quien estaba recostado en su silla, tomando un trago de su vaso– Deja de hacerte el superior Buck.

–Todavía te falta una para alcanzarme, por si es de tu interés. Pero deberías parar.– dejó su vaso en la mesa– Creo que...

-¡Edward, otra ronda!

El mesero sirvió otra jarra, dejándola en la mesa, ante la mirada expectante de todos los que ocupaban el bar. Tomó el vaso y alzandolo gritó:

–¡Por la libertad!

Se llevó la jarra a los labios, bebiendo a grandes tragos. Steve negó con la cabeza, mientras miraba acusador a su mejor amigo.

–Ya la conoces, Steve– rió–  Una vez que empieza, no hay quien la pare.

–Vamos Buck, en tu vida has bebido tanto como lo está haciendo Kira ahora– miró a un joven pelirrojo que miraba a la rubia con expresión de admiración– Y parece que a alguien le está gustando eso.– le dio unos pequeños codazos.

–Oh, no, no, no.– sacudió la cabeza, mientras se ponía en pie– De eso nada.

Kira lo escuchó y sonrió, pensando que se refería a la forma en la que estaba "batiendo el récord".

–¿Asustado, Barnes?– sonrió de lado, ebria, acercándose de forma peligrosa.

–Ya te gustaría, Rogers.– rodeó sus hombros con un brazo, para después pedir una ronda para ellos tres.– Esta última corre de mi cuenta.

–Pensé que todas lo hacían– rió ella, mientras dejaba que la acercase a su cuerpo– Así que vas a invitarme a la ronda que te condene, ¿no Barnes?

–¿No quieres, muñeca?– rió él, pagando la ronda, pasándole una jarra a Kira y otra a Steve.

Steve los miró a ambos, apartando un poco la jarra de cerveza, negando con la cabeza.

–¿Sabéis...? No puedo beber esto.

James sonrió, mientras tomaba un buen trago de la jarra del otro.

–Esto es extraño viniendo de ti, Steve.

–Alguno de nosotros tenía que volver a casa sobrio, no puedo dejar que seáis vosotros los que me llevéis a casa.

–Creo que seremos tú y yo quienes llevemos a Kira a casa, es la chica más testaruda que he conocido.– bebió un trago con una de sus sonrisas de victoria mirando como la joven terminaba de beber la jarra, ahora libre de su agarre– Enhorabuena preciosa, has ganado.

Ella dejó la jarra sobre la mesa, con un grito triunfal y los miró. Se puso en pie y dijo con voz potente:

–¿Quién es el mejor ahora, eh, Barnes?

–Está claro, ¿no?– se puso en pie y tomó la mano de Kira– Y ahora hay que llevarte a casa, pequeña ebria.– rió tratando de acercarla.

El chico pelirrojo los miraba, era normal puesto que Kira siempre había despertado la curiosidad de muchos. Sin embargo, Bucky ya sabía lo que ocurría, de modo que siempre que alguien la miraba así la acercaba a si y sin ningún pudor la besaba, haciendo que todo el mundo apartara la mirada de la más joven.

De modo que eso mismo hizo en ese momento, tomó a Kira por la cintura y la besó sin ningún tipo de suavidad, haciendo que ella se sorprendiera, pero debido a su estado de embriaguez, lo siguiera de la forma fogosa en la que él lo estaba haciendo. Eso hizo que el chico pelirrojo mirase hacia otro lado y el moreno sonriera triunfante y cargara a Kira.

–Ahora vamos a llevarte a casa.

De modo que una vez que llegaron a casa, dejaron a la más pequeña en la habitación más grande, su hermano la puso su "pijama", ya que ella no se encontraba en condiciones. Además, ambos acostumbraban a cuidarse el uno al otro.

–Gracias Steve– susurró besando su mejilla– Eres el mejor hermano mayor del mundo.

–Siempre lo seré, lo sabes. Nunca te abandonaría por muchas razones que me de la vida. Eres mi hermana pequeña y tengo que cuidar de ti como tal.– acarició su mejilla un momento, con una sonrisa.

—Como para que no lo fueras, solo con Buck no sé que habría sido de mí. Ya has visto lo que ha pasado hoy– bromeó.

–No te cuidaría tan mal, ¿eh?– sonrió el mayor entrando en la habitación– Tampoco te visto quejarte nunca.

–Es porque eres mejor de lo que pareces.

Steve se puso en pie, negando con la cabeza con una pequeña sonrisa, él sabía que detrás de todas esas bromas y pullas, había algo más. Ese algo que ambos dejaban escapar cuando se besaban para ponerlo nervioso.

–Os dejo solos para que os pongáis románticos.

La chica hizo un gesto burlón hacia Steve, causado por el efecto del alcohol en ella mientras su hermano salía de la habitación riendo por el gesto, aunque infantil y causado por el alcohol, era tierno. A su vez, James tomó asiento en la cama, tomando una de las manos de la rubia mientras cubría a Kira con las mantas.

–Ahora deberías  descansar, Kira.– susurró dejando un beso en su frente con mucho cuidado, con mucha ternura.

Ella sonrió adormilada y dejó un beso en su mano, el alcohol siempre causaba ese efecto en ella. La volvía tierna y dulce, siempre cariñosa.

–Buenas noches, amor.– su voz sonaba trémula, mientras depositaba un suave beso en los labios del chico.

Tardó unos cuantos segundos en reaccionar, sabía lo que hacía Kira normalmente y una de ellas no era besarle fuera de la vista de Steve.

Sin embargo, en cuanto logró reponerse dibujó una pequeña sonrisa y acarició su cabello rubio. Se acercó a uno de los oídos de Kira y susurró:

–Buenas noches, preciosa.