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Eres mi misión parte II


Recuento de palabras del capítulo: 1019.
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Cuando la pequeña llegó al sótano con algunos víveres en una pequeña mochila, los tres llevaban dos semanas planificando el ataque silencioso, debían ser cuidadosos para que nadie descubriera que HYDRA estaba tras aquel asalto.

La menor bajó las escaleras muy despacio, en las últimas semanas había notado como los adultos empezaban a comportarse de una forma extraña, casi como si hubieran encontrado su... Humanidad. Cuando la muchacha se giraba, los encontraba con las manos descansando en la mesa, la mano de uno sobre la del otro con suavidad, muchas veces los descubría lanzándose vistazo quedando en silencio durante unos segundos. Pero lo que más le llamaba la atención a la menor era cuando intercambiaban algunas palabras, aunque fueran oraciones sencillas, era mucho más de lo que acostumbraban.

Normalmente los intercambios consistían de que se ofrecieran a compartir el catre con la pequeña o comer un poco menos de la ración de comida para que uno de ellos pudiera tomar un poco más. Le gustaba ver aquellos pequeños actos y las pequeñas sonrisas tímidas mientras aceptaban el ofrecimiento del otro.

La primera noche que ella durmió con uno de los adultos, durmió con la mujer. Parecía que la única que conocía los verdaderos nombres de ambos en aquella misión, era ella. Cuando durmió con "Ghost" o Kira, como ella preferia llamarla, al principio trato de dejarle bastante espacio, pero cuando a la mañana siguiente despertó siendo abrazada por la mujer, decidió que lo mejor sería dormir de aquella forma desde entonces.

Sin embargo, la única vez que compartió el catre con "El Soldado de Invierno" o... James, pero ella nunca lo llamaba así, quizá por el miedo a su reacción; el soldado la había mantenido cubierta con las sábanas, acomodado a su lado sin invadir el espacio de la joven.

Pero ahora... Ambos se mostraban hasta algo protectores con ella, enviándole a las misiones menos peligrosas y rápidas, más seguras y discretas. Sin duda, la estaban protegiendo de las misiones peligrosas a las que ellos se enfrentaban.

Cuando llegó a la pequeña habitación, con la puerta oscura a un lado de esta, los otros dos la miraron, dejando de hablar al instante. La chiquilla no pudo evitar mirarlos algo confundida, sin saber muy bien el por qué de aquel silencio.

-¿Ocurre algo?- preguntó ella, dejando la mochila con víveres sobre la mesa.

-Oh, no- intervino Kira, pues en la mente de la pequeña, siempre era aquel nombre propio y no "Ghost", no quería un fantasma, quería la mujer que tenía delante, la mujer cuya presencia podía sentir y palpar- Solo estábamos sopesando unas opciones.

La menor se sentó de rodillas en una silla, mirando el cuaderno sobre la mesa, aunque no sabía leer, aquello no parecía ser un plan. Frunció el ceño levemente y los miró. James se mantuvo completamente serio, sin mostrar la menor turbación por la presencia de la muchacha, pero cuando sus miradas se cruzaron, ella pudo percibir perfectamente cierto desasosiego en él.

Los ojos zarcos prácticamente idénticos parecían no esconder secretos, puesto que la máscara que el soldado trataba de colocarse cada vez caía más y más, hasta aquel momento, en la que pendía de su aparente frialdad de un fino hilo que amenazaba con romperse.

-¿Qué clase de opciones?-pronunció con algo de dificultad, ensimismada en los ojos añiles del otro.

-Es complicado... - Kira se llevó las manos al cabello rubio corto, pensativa.

-No podemos dejar que asistas a más misiones-declaró entonces James- No podemos ponerte en peligro.

-Se supone que se lo diríamos con más tacto- los ojos esmeralda de ella se desviaron a los azures del otro.

-Es mejor ser claro- se encogió de hombros y se puso en pie- Además, parece que lo de traer provisiones no se le da tan mal.- sonrió un poco- ¿Donde lo conseguiste?

-Lo compré en una tienda de comestibles que había por aquí cerca.-tomó una chocolatina, a punto de morderla, pero Kira se la quitó de las manos.

-Primero vamos a comer lo demás, ¿vale? - Le dijo cuando advirtió la mirada de la niña.

-Está bien - sacó comida caliente de la mochila, pasándoselo a Kira.

La de cabello blondo repartió la comida entre los tres de forma equitativa, de modo que todos comieran lo suficiente para no dejar comida sobrante.

La comida transcurrió en silencio, sin embargo, la pequeña solía mirar a sus compañeros bastante. No sabía por qué, pero le gustaba en ambiente que se formaba cuando comían, era tranquilo y aquel sótano... Casi parecía acogedor en momentos como aquellos.

Cuando terminaron, James se puso en pie y se estiró, después las miró a ambas, su mirada no auguraba nada bueno.

-¿Qué ocurre?-se adelantó Kira.

-Quizá podemos salir un rato a la nieve, ¿no os parece? Hay un descampado detrás.

-Podríamos, pero nos podrían encontrar con facilidad.

-Por algo tenemos documentaciones falsas, ¿no? - sonrío el hombre con sorna- Solo será esta vez, además, alguien se ha esforzado mucho y merece un descanso.

-Está bien-suspiró y los miró a ambos- Pero abrigaos mucho y cubrios el aspecto lo mejor que podáis, no quiero tener un par de fichados de la ley aquí abajo.

Ambos asintieron sin perderla de vista y, rápidamente, se prepararon para salir fuera. Sin perder un segundo, subieron las escaleras y corrieron hacia el descampado, dejando a Kira sola con sus pensamientos.

Sin embargo, la sacaron de su estado cuando ambos entraron una hora más tarde con los abrigos chorreantes por el agua y las melenas parda y áurea en el mismo estado que los abrigos.

La reprimenda llegó pronto, pero cuando los mandó a tomar un baño caliente en aquel pequeño aseo, ellos obedecieron sin rechistar. Esto la hacía sentir bien, era casi como hacer de madre en una familia.

Les dejó una sopa caliente en la mesa frente a cada uno de ellos y empezó a comer, simulando estar enfadada con ambos.

Quizá no estaba tan mal sentirlos como una familia, estaba segura de que no sería capaz de tener una familia real en el futuro.

Así que decidió aprovechar cada segundo que viviera con ellos.

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