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CAPÍTULO XXVII (Parte II)

No perdieron más tiempo, el mayor sostuvo entre sus brazos al rizado, y lo cargó, depositándolo suavemente sobre su colchón. Harry por inercia cubrió su entrepierna con ambas manos, sus mejillas que tornaron de color carmín y miró hacia otro lado.

"Por el amor de dios..." Se burló Louis, mientras se despojaba de toda la ropa que le restaba. "¿De verdad te apena?"

"Bueno..." Musitó, sin mirarle todavía. "Aún tengo algo de pudor."

"Mhn, ya. No te preocupes." Se subió a la cama, colocándose sobre el cuerpo de Harry y este se tensó de inmediato. "En un rato ya no tendrás ni una pizca."

Un beso más ingresó al conteo, desordenado y muy sensual. Las manos de ambos recorrían con suavidad sus cuerpos, estaban experimentando por primera vez el sentirse piel con piel y les encantó a los dos.

Eso, hasta que Louis separó sus labios con un chasquido y una de sus manos subió a su rostro, mostrándole el dedo índice y anular.

"Chupa." Exclamó, con todos sus sentidos alerta. "Hazlo, precioso."

Harry accedió de una, metiendo ambos dígitos a su boca, los succionó con devoción, sin perder el contacto visual con Louis. Eso hizo que su polla saltara de gusto.

Cuando por fin estuvieron totalmente cubiertos de saliva, el mayor los sacó de entre sus labios, y los llevó hacia en medio de sus piernas.

"Separa." Pidió al príncipe, y él le hizo caso un poco dudoso. "Necesito que respires hondo."

Harry así lo hizo, contuvo la respiración cuando sintió la yema del dedo de Louis rozar con su agujero. Con cuidado, el mayor introdujo el primer dedo en él, lentamente para no lastimarlo.

"Dime si te duele." Y aunque el pene de Louis estaba doliendo como el infierno, iba a esperar a que el príncipe estuviera listo.

El menor no respondió, solamente se dedicó a inhalar y exhalar para acostumbrarse a la intromisión. Poco a poco, se fue calmando, y sin darse cuenta, estaba empezando a mover sus caderas con el propósito de sentir más.

Sin duda la lengua del mayor había hecho un buen trabajo con anterioridad, favoreciendo todo.

Louis lo notó, y empezó a mover su dedo en un ritmo clave para el disfrute de Harry. Y él, estaba tan inmerso en el extásis que lo envolvió, que ni siquiera advirtió cuando el segundo dedo se adentró en el.

El príncipe sudaba, mordía sus labios y se retorcía sobre su cama cuando empezó a regocijarse con el vaivén de los dígitos del mayor.

"Ya Louis..." Dijo en un hilo de voz.

"¿Me detengo?"

"¡No!" Eso casi había sido un grito. "Quiero d-decir, te quiero a ti... ahora."

"No sabes lo mucho que esperé para que dijeras eso." El ojiazul retiró sus dedos, y Harry gruñó ante la sensación de vacío.

Pronto, el castaño se colocó de rodillas frente al cuerpo del príncipe. El ojiverde miró la polla del mosquetero, lucía igual a la suya, dura y roja por la excitación, pero por un momento se asustó al ver su tamaño.

"¿Eso va a caber en mi?" Sus ojos estaban fijos en una sola parte del cuerpo ajeno.

"Vamos a averiguarlo." Se mofó del príncipe, tomando sus caderas y jalando su cuerpo hacia abajo.

Harry abrió más sus piernas ante la acción, y su cabeza quedó fuera de su almohada, sus rizos revueltos sobre las sábanas desordenadas, y sus manos a sus costados.

"Harry, me avi-"

"Si Louis, si, si me duele te avisaré." Estaba comenzando a implorar por lo que tantos días esperó. "Solo hazlo, ya... por favor." Chilló, mirando hacia el techo.

La mente del mosquetero se nubló, sus manos las posó en los muslos regordetes de Harry, se situó en medio de sus piernas y dio unas cuantas caricias a su propio miembro, alineándose a la entrada del príncipe.

No pudo esperar más cuando se adentró en aquel canal que lo envolvió con ansias, su polla era exquisitamente apretada por las paredes calientes del rizado, quién ahora tenía su espalda levemente arqueada y los dedos de sus pies encogidos.

"Dios, dios, dios..." Gimió entre dientes, al sentir a Louis abrirse paso en él.

"Calma, no va a venir a salvarte." Louis jadeó, cuando por fin estuvo completamente dentro del chico.

Estaba seguro de que iba a dejar marcas en la cadera del menor con sus dedos por la forma en que lo apretó.

"E-espera... no te muevas..." Espetó Harry, llevando su propia mano a su frente. "¿Qué t-te ocurre?"

"¿A mi?"

"¡Si! ¿C-cómo me privaste de esto tanto tiempo?"

"No lo sé, quería que estuvieras seguro..." Musitó, haciendo su cuerpo hacia el frente. Su pecho ahora estaba contra el de Harry, y sus manos se colocaron a cada lado de su cabeza.

"¿Seguro de q-qué?" El rizado apenas pudo abrir sus orbes.

"De que te quiero."

El menor no podía describir lo que sintió en ese momento, miles de mariposas, millones, estaban invadiendo todo su ser. Los ojos de Louis lo miraban con deseo, con pasión, y con mucho, mucho amor. Lo que siempre deseo para su vida.

"Y yo te quiero a ti..." Susurró, relajándose cada vez más.

Dicho esto, Louis unió sus labios por centésima vez, y a la par, inició con los movimientos contra el cuerpo debajo suyo.

Su cadera estaba creando un vaivén lento y tortuoso para él, su espalda marcaba sus omóplatos al sostenerse con una sola mano, ya que con la otra, ahora atendía un pezón del menor, apretujándolo con sus dedos.

Harry solo atinaba a gemir y jadear, ante cada leve estocada, su cuerpo vibraba y quería más, el dolor que al inicio sintió fue reemplazado casi inmediatamente por el placer, uno que jamás pensó que existía.

"¿E-eso es todo lo que tienes?" Retó a Louis. "¿A qué le tienes miedo?"

"¿Disculpa?"

"No me voy a... no me voy a romper."

Ahora el que se encontraba sorprendido era Louis. Y le iba a dar a Harry lo que quería.

"¿No te vas a romper?" Cuestionó, antes de salir por completo de su interior. "Ya lo veremos."

Y de una sola embestida, entró nuevamente en él, generando un choque magnífico entre su cuerpo y el trasero del menor. Harry soltó un grito, realmente un grito y Louis sonrío satisfecho.

Si eso quería, eso tendría.

El castaño arremetío con velocidad en contra de Harry, sus piernas se envolvían la cadera de Louis, y sus manos se aferraban a la espalda del mayor, encajando sus uñas en la dermis.

El príncipe era un desastre en gemidos, revolcándose en su cama gracias al movimiento provocado por las penetraciones, sus ojos llorosos y sus rizos enredados, sin duda tendría que tomar otro baño.

Y Louis estaba concentrado en no correrse, no podía con la calidez que estaba recibiendo, la forma en la que el príncipe se apretaba alrededor, estaba por morir ahí mismo.

"¡Oh, dios, Lou!" Arqueó su espalda, al sentir algún punto en su interior ser rozado por la última embestida. "¡Si, justo así!"

"Eres tan hermoso." Gruñó, retirando su mano del pezón del príncipe para llevarla hacia su miembro. "Vamos Harry... disfrútalo, es todo tuyo."

El príncipe no pudo hablar y cuando sintió la mano de Louis envolver su polla, una lágrima recorrió su mejilla. Estaba tocando el mismo cielo.

Al ritmo de las estocadas, el mayor comenzó a masturbar a Harry, deleitándose con las caras que este hacía, se veía tan destrozado y quería grabar esa imagen en su memoria para toda la vida.

El menor sintió el remolino de sensaciones acumularse en su abdomen, sabía que estaba a punto de llegar y solo quería seguir sintiendo a Louis por un poco más de tiempo, no quería que todo terminara aún.

"¿Ya te he dicho lo caliente que eres, Hazz?" La voz de Louis retumbó en sus oídos. "Me encanta cuando te pones tan descarado, cuando intentas provocarme." Musitó, acelerando las acciones con su mano. "Me es i-imposible no querer tenerte así."

Harry maldijo en su mente, Louis le estaba hablando de tal modo con el único fin de llevarlo al límite.

La profundidad de las embestidas era la mayor posible, lo estaba tomando tan bien que no había espacio entre ellos cuando Louis se enterraba, escuchando el golpeteo de sus testículos contra los glúteos del menor.

"Sabes... también me gusta cuando te muerdes los labios... si todos supieran que tu inocencia no existe Harry..." Gruñó, deteniendo todos sus movimientos. "¿En qué momento mi príncipe se convirtió en un chiquillo necesitado?

Louis había citado las palabras que en su sueño le había dicho, sintiendo una extrema satisfacción.

El príncipe abrió los ojos, mirándole con lascivia. "En el mismo momento... en que mi mosquetero me tomó y me hizo suyo c-completamente.

Ambos se quedaron mirando con una ligera sonrisa, y antes de que alguno pudiera decir algo más, Louis reanudó sus movimientos, esta vez con mayor fuerza.

Acercó su rostro al cuello del menor, y se hundió en él, mordisqueando y lamiendo la sensible piel en búsqueda de dejar alguna marca.

Una mano de Harry estaba hundida en los cabellos de Louis y la otra apretaba las sábanas haciéndolas puño, marcando sus nudillos.

Y Louis lo penetraba con brutalidad, deseando que a cada paso que el muchacho diera, recordara a quién le pertenecía finalmente.

La habitación resguardaba todos los sonidos obscenos que la inundaban, gemidos, jadeos y maldiciones, el golpeteo de ambos cuerpos, e incluso uno que otro grito del príncipe.

Gracias a ello, el rizado no pudo contenerse más, y tras una embestida lo exageradamente brusca, sintió todo su cuerpo hormiguear. Se dejó ir por completo, desgarrando casi su garganta ante el gutural sonido impúdico que se le escapó.

Louis sonrío ante la imagen, tiras y tiras de semen caliente estaban siendo expulsadas del miembro de su príncipe, el cuál estaba alando del cabello ajeno con vigor.

Ante la magnífica opresión, Louis dio tan solo dos estocadas más e igual, se permitió correrse en el interior del menor, llenándolo de su esencia. Tembló mientras su orgasmo lo consumía, nunca había tenido uno de tal magnitud.

Suspiró, tratando de calmarse, y con la fuerza que le restaba, se sostuvo con sus brazos para salir del interior del ojiverde.

Observó el líquido salir de su agujero, y si no hubiera sido porque estaba muy agotado, lo más probable es que hubiese tenido otra erección solo con esa vista.

Se dejó caer a un lado de Harry, este seguía bajando de su nube, intentando procesar todo lo que había ocurrido.

Su madre estaría muy decepcionada de él.

Gemma no tanto.

Louis removió el sudor de su frente y acomodó su cabello, también en búsqueda de regular los latidos de su corazón. El calor estaba disminuyendo, y pudo girarse hacia su chico.

"¿Y bien?" Pestañeó, retirando con sus dedos los rizos que cubrían la frente de Harry. "¿Todo estuvo como lo esperabas?"

El rizado le miró con una ceja arqueada, ya se había tranquilizado. "¿Estás jugando, cierto?"

"No."

"Por dios, ya me diste a probar... y ahora vas a tener que alimentarme cada que lo necesite." Se giró sobre el colchón, extendiendo su mano para abrazarle por el torso. "Bueno, solo si así lo quieres tú también."

"¿Piensas que no? ¿Cómo voy a resistirme a este príncipe tan divino?"

"Solo quería asegurarme."

Se miraron, en silencio, por lo que pareció una eternidad. Ahora ambos se pertenecían el uno al otro, Louis estaba doblegado por alguien de la nobleza que lo había elegido a él para ser su persona. Y Harry, se entregó totalmente en cuerpo y alma a la persona que su corazón decidió.

Alma gemela, le llamaban.

El siguiente beso fue interrumpido y la burbuja de amor se rompió, cuando se sobresaltaron ante varios toques en la puerta.

"¡Harold! ¡Ábreme ahora mismo!"

Oh no, Niall.

Holaaa♡.

Perdón lo tardeee, pero aquí les dejo el capítulo 27, me quedó muy largo y ni siquiera me di cuenta hasta que lo puse aquí😭. Aún así, lo dividí en dos partes para mayor comodidad.

Espero lo disfruten y lo lean cuando despierten, nos vemos mañana♡.

Les amo, besos.
-María Tommo.

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