CAPÍTULO XLIX
Zayn alcanzó a desviarse cuando escuchó el grito de Louis; hizo girar a Vanier, y el pobre apenas y pudo reaccionar para dar el cambio en su dirección.
"¡Detente ahí! Atrás de esos árboles." Volvió a ordenar. "¡Rápido!"
Como un jinete experto, el morocho acató la señal, haciendo una disminución en la velocidad, y logrando parar justo dónde le fue pedido.
"¿¡Qué pasa!?"
Pero Liam no obtuvo respuesta, Louis se bajó del corcel, y jaló a sus amigos con fuerza de los brazos para que ellos también descendieran. Ninguno alcanzó a poner los pies sobre la tierra a tiempo, y tuvieron que dejarse caer de lado, chocando contra el césped.
"¡Pudiste avisar!" Gimió Zayn, sobando su brazo.
"¡Calla, mira!"
Señaló con su dedo hacia el camino por el que venían, y sus dos amigos se levantaron de inmediato, viendo lo que ocurría. Liam sintió su pulso aumentar cuando observó la gran cantidad de caballos que iba cortando el viento, uno tras otro, con gente encubierta sobre ellos.
Era un ejército completo y venían perfectamente armados, vociferando como maniáticos.
"Es demasiado." Murmuró el pelinegro, tapando su boca con ambas manos. "Mejor dicho, son demasiados."
"No tenemos nada..." Louis no dejaba de mirar al frente.
"Chicos."
Liam llamó su atención, y cuando ambos giraron a verle, se alzó la casaca mostrando su cinturón. En él, había dos fusiles perfectamente acomodados, con la carga llena, e incluso tenía balas y pólvora de repuesto.
"¿De dónde sacaste eso?" El ojiazul titubeó.
"Las conseguí en el pueblo."
El muchacho sacó el par y se las entregó con la mano temblorosa; eran casi iguales a las que habían usado para entrenar, solo más compactas. Después, les extendió una cantidad razonable de balas, que instintivamente metieron en sus bolsillos para asegurarlas.
"¿Cuál es el plan?" Zayn preguntó, examinando del mosquete.
"No hay uno." Decretó Louis. "Solo ir, defender y tratar que no nos maten."
Los tres mosqueteros, se miraron sin decir nada. Estaban conscientes de lo que seguía, y por algo habían luchado, era momento de demostrar que nada había sido una perdida de tiempo. Que todo lo que Krov les había enseñado, no fue en vano.
No se abrazaron, porque estaban seguros que podrían hacerlo después.
El momento fue interrumpido por los estallidos al otro lado de la frontera, en automático la tercia miró hacia la entrada del castillo. Los guardias habían caído muertos mientras los reclutas de Kéven saltaban de su transporte para poder atacar sin piedad.
Louis corrió tan rápido como su cuerpo lastimado se lo permitió, Zayn le rebasó, y Liam se mantuvo detrás suyo, tragándose los nervios.
♤◆♧
Kéven tomó el liderazgo al iniciar la batalla, y movío sus brazos gritando órdenes, siendo protegido por tres de sus aliados. Estaba riendo, desde lo más profundo de su ser, estaba riendo por enfrentar a su gente contra las tropas de Desmond.
Los mosqueteros tomaron partido enseguida, sin importar la desventaja en la que se hallaban, comenzaron a combatir como lo hacían en los entrenamientos, pero en está ocasión, defendían su título y dejaban el alma en la contienda.
Todos conocían muy bien sus destrezas, sacando el máximo provecho de ellas y concentrándose al cien por ciento en los hombres que su superior había traído. Cada uno tenía que luchar contra varios a la vez, sintiendo el agotamiento llegar pronto. Desgraciadamente, dejaban flancos descubiertos al buscar alivio y era en esos momentos, en dónde cualquier movimiento les quitaba la respiración en un santiamén.
Desmond miraba a todos lados, no entendía lo que pasaba, solamente veía gente enmascarada invadiendo su castillo, asustando a sus amigos y ejecutando a todo aquel que se pusiera en su camino. Notaba que sus fuerzas armadas perecían a cada segundo, y eso ampliaba su estrés ya que no tenían ninguna estrategia de salvación.
"¡Anne, corran!" Gritó con desesperación, empujando por la espalda a su mujer. "¡Salgan de aquí!"
"¡Los guardias! ¡Ataquen!" La reina dio la orden, y varias decenas de hombres desenfundaron sus espadas.
Todo ocurría en cámara rápida, ambos ejércitos estaban envueltos en una atmósfera pesada. Los mosqueteros buscaban la manera de proteger a sus reyes, pero los estaban superando en número, y por cada muerto que había en el batallón de Kéven, caían cinco del reino Styles.
Los guardias disparaban, apuntando a la cabeza de los encapuchados. La gente se comenzó a esconder debajo de las mesas y al interior del castillo, sollozando y rogando que el atentando terminara.
Anne y su hija se alejaron de la contienda, siendo resguardadas por varios hombres. Se dirigieron a la parte posterior y más lejana del castillo, Gemma intentaba mirar hacia atrás, porque todo esto le parecía inaudito, era como si su boda hubiese desatado la desgracia sobre ellos.
♡◆♧
Louis entró enfurecido, con todo el coraje del universo transitando por sus venas; no dio tiempo de nada cuando empezó a disparar por la espalda a varios contrincantes, era una guerra que solo se iba a ganar matando sin caridad. Se sirvió de su excelente puntería, haciendo el mejor intento por contener el agobiante nerviosismo, su mano no debía fallarle con el tino.
Los corceles corrían desbocados, e incluso algunas balas perdidas les tocaron a ellos, manchando de sangre sus pieles inocentes.
Liam recogió una espada del suelo y aprovechó la situación para usarla, degollando a los combatientes mientras Zayn le cubría, acechando a quién trataba de hacerles daño. No permitieron que el plomo les acribillara, heroicamente saltaban y rodaban sobre lo que encontraran para deshacerse de ellos.
El ojiazul olvidó cualquier dolor, el calor corporal le funcionó como anestesia natural; se encargó de ayudarle a sus compañeros, esquivando a la vez las acometidas opuestas. El polvo se había levantado, los jardines estaban repletos de sangre con hombres tendidos en la dura superficie, decapitados o con heridas abiertas en el torso y extremidades.
Y lo peor de todo, es que eran más mosqueteros y guardias del palacio, los que se iban quedando sin vida.
"¡Lou!" Reconoció de inmediato la voz que le llamó.
Krov llegó a su lado, montado en un caballo, y le sujetó de la muñeca para ayudarle a subir. Louis se quejó por el esfuerzo que hizo, pero logró sentarse justo detrás del muchacho.
"¡Son muchos, nos superan!" Habló Louis, tomando la espada que Krov le dio. Era más pesada de lo normal.
"¡Lo sé, espero no tarden!"
El ceño de castaño se frunció, negando con su cabeza sin entender del todo lo que su amigo le dijo. No indagó, se sostuvo con su mano lastimada del torso ajeno, en tanto la otra, empuñaba como un profesional el hierro puntiagudo para atravesar los hígados y estómagos de todos los enemigos del reino. Se estaba desenvolviendo magníficamente, como si hacer eso de cortar cabezas y traspasar órganos fuera parte de su rutina.
Era un impecable trabajo en equipo entre Krov y Louis, uno era el jinete principal encargado de dejar salir las municiones de la pequeña escopeta, y el otro estaba encajando la dura hoja en aquellos que pasaban a su lado. Después de todo, la mano funcional de Louis toleraba las acciones, pero su muñeca resentía la carga extra, no estaba acostumbrado a usar espadas de esas dimensiones.
No había visto a Harry, y eso le estaba causando un miedo terrible, buscaba en todos los rincones con la mirada a su príncipe, pero este no aparecía y solo imploraba que se encontrara bien.
♤◆♧
"¡Niall, mis padres!"
"¡No, no podemos subir! ¡Algo esta ocurriendo allá arriba!"
Los muchachos se habían encerrado en la alcoba, el príncipe estaba llorando a mares y brincaba ante cada estruendo que la lucha producía. Niall buscaba entre las pertenencias de los muchachos, quería encontrar algo, lo que sea que les ayudara a protegerse en caso de ser necesario.
Pronto, un cuchillo apareció en la pequeña cómoda, y sus ojos celestes se iluminaron.
Harry estaba hecho un ovillo, meciéndose de atrás hacia adelante con las mejillas empapadas. Su familia estaba en peligro, era más que obvio lo que estaba sucediendo, pero no se explicaba el por qué.
"Toma." El rubio le dio la daga a su amigo. "Guárdala, por cualquier cosa."
Vaciló con el puñal entre sus dedos, notando que el rubio seguía indagando entre los cajones y las camas. Pero el príncipe ya no prestó más atención, porque algo se estrujó en su tórax. Abrió su boca ante la sensación tan horrible que le llenó, y su corazón se aceleró en demasía.
Louis.
Louis, Louis, Louis.
Era todo lo que oscilaba en su mente, Louis estaba ahí... era un aviso.
Sostuvo con su boca el arma blanca por la parte del mango y se puso de pie con decisión, atando su rizos en un rodete a lo alto. Niall notó lo que estaba haciendo, pero fue demasiado tarde, ya que no alcanzó a agarrarlo para detener su andar.
"¡Harold, no!"
"¡Louis, Louis me necesita!"
"¡Espera!"
El consejero intentó frenarlo, pero el menor abrió la puerta y corrió por el andador, con su amigo pisándole los talones.
"¡Razona!"
"¡Lo hago! ¡No podemos quedarnos aquí!" Harry se negaba a hacer caso.
Subió los escalones de dos en dos rumbo al siguiente nivel, los gritos cada vez se volvían más claros y los estruendos de toda la guerra, hacían que el órgano bombeante en su pecho martillara a la velocidad de la luz. Niall estaba rogándole que se detuviera, pero él había perdido la cabeza, solo quería encontrar a Louis.
"¡Qué demonios!" Exclamó, cuando chocó con alguien en la oscuridad.
Por fortuna, el ojiceleste lo sostuvo de la espalda evitando que rodara cuesta abajo. Ambos miraron hacia el rostro cubierto por la penumbra.
"Su alteza." Pierre susurró, intentando tranquilizar su respiración. "No suba, baje, baje pronto."
"¡Quítate Pierre!"
"¡No, su majestad, no puede subir!"
"¡Entiende, Harry!" Niall lo abrazo por detrás, apretándolo contra su pecho. "¡Tenemos que quedarnos aquí!"
"¡Pero Louis..!"
"¡Louis esta bien!" El hombre gritó, sin un gramo de paciencia. "¡Baje, quédese aquí!"
El príncipe no quería, se negaba rotundamente a permanecer ahí con todo lo que estaba escuchando.
"¿¡Qué está ocurriendo!?" Demandó saber.
"¡Un atentado, Kéven hizo un atentado contra su familia!"
"¿¡De qué hablas!?"
"¡Rápido, por favor baje y le explico en un momento, pero allá abajo!"
♤◆♧
Desmond estaba cubierto por una barrera humana de guardias y mosqueteros, al igual que la reina y la princesa, ambas mirando con los ojos bien abiertos toda la trágica escena.
Gemma estaba molesta, no podía creer en lo que su festejo había acabado, la sangre le estaba hirviendo y todo su castillo estaba embarrándose de sangre pura, de personas que no tenían porque estar siendo masacradas.
Las pocas indicaciones que el rey daba a lo lejos, estaban generando pobres resultados porque el número de contrincantes era notablemente superior. Las gotas de sudor bajaban por la frente de sus hombres, notando la poco habitual lasitud en ellos y eso solo significaba una cosa: no iban a ganar.
Anne se estaba volviendo loca porque no veía a su hijo por ningún lado, no sabía dónde estaba y no le permitían ir a buscarlo. Su corazón de madre le alertaba, su sexto sentido le decía que su pequeño estaba asustado.
"¡Mamá, necesito ir!" Refunfuñó la princesa, al ver que Gustav estaba defendiendo a toda costa su vida, batiéndose en un duelo.
"¡No, debes quedarte aquí!"
"¡No te estaba pidiendo permiso!"
Restándole importancia a lo que su progenitora le dijo, Gemma empujó a los hombres que tenían enfrente, y agarró de ellos una espada, al tiempo que aceleraba su paso para llegar dónde su pareja.
Gustav ya se veía cansado, el no era un guerrero como los demás, pero tenía la noción de lo que estaba haciendo, aunque sus brazos ya le pidieran un desahogo. La princesa se reencontró con él, en el nudo exacto de la batalla para entregar todo lo que podía de sí misma, y los dos juntos, terminaron por derribar al hombre que parecía huir de la muerte, les costó el triple de lo común, pero ella consiguió hundir en su pierna la hoja, dejándolo inmóvil y gritándole insultos genéricos.
Su esposo terminó por cortarle la yugular, y el individuo cayó sobre su propia sangre, que estaba formando un charco más, entre tantos. Ambos se miraron, bufando por la fatiga y después la princesa observó la situación con detenimiento.
El panorama era el siguiente: parecía ser una lucha infinita, las balas ya se habían gastado por parte de ambos ejércitos, y sólo les quedaba salvaguardarse por medio de sus dotes y habilidades en la campal. La mirada de Gemma viajaba a distintos lugares, los mosqueteros estaban perdiendo poco a poco y cada vez había más de ellos tendidos sobre el piso.
El líquido carmín salpicaba por doquier, era una niebla enorme, entre gritos, llanto y jadeos de fastidio. Porque había varios que aún estaban vivos, pero su estabilidad se iba por un barranco.
Los estaban venciendo.
No dudó mucho en aportar lo que ella sabía y todos los años de práctica en algo así de real, algo que estaba sucediendo y que necesitaban salvar por el honor de su familia.
Se amarró el cabello, rasgando después su largo y preciado vestido, haciéndolo más corto para obtener con eso mayor libertad de movimiento. Sintió la fuerza invadir su ser, se iba a unir a la imparable batalla porque esa era su misión, era parte de su esencia.
De ahí, se separó para entrar en combate, con un salto cayendo frente a uno de los tantos enemigos. Varios guardias lo notaron y la rodearon para cubrirla, mientras ellos continuaban con sus propios desafíos. Gruñía con ardor cada que las colisiones entre los metales se hacían presentes, no le estaba causando nada de conflicto deshacerse de quien intentaba retarla.
Su padre la observaba de lejos, y el orgullo le llenó por dentro. Gracias a ello, decidió servir a su reino, no tenía que quedarse con los brazos cruzados más tiempo, todo estaba contra reloj... entonces pidió también una espada a sus mosqueteros, que le fue entregada sin chistar.
"¡No!" Anne le agarró del brazo, cuando se percató de lo que su esposo pensaba hacer. "¡No, no, mi familia!"
"Tú familia está haciendo esto por ti." Le dijo, y se acercó a dejar un suave beso en los labios de la persona que tanto adoró desde el día que la conoció. "Te amo."
La reina no respondió y solo negó con su cabeza, con los ojos bañados en lágrimas.
"¡Ataquen!" Ordenó el rey, elevando la espada al cielo y una parte de los guardias que tenía a su alrededor, asintió. "¡Cubran todos mis flancos y ataquen!"
La mitad de los jóvenes y veteranos, se integraron a la lucha, mezclándose entre las partículas de tierra que volaban en el medio ambiente, brincando sobre rocas y aporreando con sus espadas al ejército contrario. El rey también lo hizo, dejando en buenas manos a su mujer, nada le iba a pasar mientras él estuviera ahí. Nadie se le iba a acercar y de eso se iba a encargar.
♤◆♧
Louis se alejó de Krov y siguió por su lado; infelizmente tuvieron que dejar al corcel porque acabó herido en su pata trasera y terminaron cayendo al suelo por el desbalance. Pero eso no los paró, porque al instante, ya se encontraban atacando con filo, sin miedo a nada, solo con el poder recorriendo cada minúsculo espacio de su ya dañado cuerpo.
No tardaban mucho en deshacerse de sus oponentes, lograban encajar el metal en sus estómagos o cuellos, donde fuera era de gran ayuda, porque ellos hasta el momento estaban ilesos. Louis dio un último golpe cuando concluyó con otros tres ladrones más, y soltó un bufido, permitiéndose tomar un respiro para mirar a su alrededor.
Sus compañeros estaban agotados, por más que intentaban cesar la guerra que se había formado, no podían. La noche estaba terminando de caer y con ella, el imperio que Desmond formó también.
Buscó con la mirada a Krov, el chico parecía lo suficientemente fuerte aún, no necesitaba ayuda. Encontró a Zayn y Liam, quienes de igual forma, entre los dos se ceñían a sus batallas, cubriéndose mutuamente para no sufrir lesiones, salvándose de varias.
Y pronto, sus ojos cayeron en Bennet.
El cuerpo inerte yacía sobre un arbusto, y tenía una hemorragia ensuciando todo el borde de su casaca. Su esperanza subió a tope, no se alegraba en lo absoluto, pero ahora sabía que la vida le había pasado factura al chico.
No sintió lástima.
Su atención volvió al frente, dónde encontró a varios hombres y mujeres más, corriendo hacia él con la intención de dañarlo. Con un vago intento de limpiarse el sudor, pasó el antebrazo por su frente y se puso en guardia, esperando impaciente el encuentro... que nunca sucedió.
Entonces, fue cuando una avalancha de flechas cayó sobre ellos, robándoles la existencia antes de que pudieran quejarse y aproximarse a él.
Se asustó, había que admitir que asustó cuando los vio derribarse uno a uno frente a sus ojos, y aún así, buscó de dónde provenían las nuevas. El aliento se le fue, cuando notó que el acceso del castillo era invadido por una abundante cantidad de personas, que traían arcos colgando de sus espaldas.
"¡Eso!" Krov gritó, y de un movimiento, degolló a su última rival.
Se dirigió hacía el gentío, y Louis lo siguió con la vista, sintiendo el corazón retumbarle en las orejas.
"¡Lo saben, a cualquiera que no traiga la casaca de mosquetero o el uniforme de guardia real!" Vociferó, y los nuevos visitantes rugieron con fervor. "¡Y cuidado con toda la realeza presente, hay gente inocente que no merece esto!
La multitud se enardeció, entrando de lleno en el enfrentamiento, sacando flechas de los estuches que traían y lanzándolas con una puntería limpia e impecable a los causantes del daño.
Eran los arqueros.
Krov se acercó de nuevo a Louis, con una gran sonrisa. El castaño se quedó frío por un instante, habían llegado más para brindarles amparo y eso lo aturdió.
"¡Busca a Kéven!" Gritó el chico, sacándolo de su trance. "¡Querrá huir, búscalo!"
Después de la orden, Krov regresó a lo suyo, con la energía recargada y la fé saliéndole de cada poro. Louis agitó su cabeza y cargó la espada mientras buscaba en todo su campo de visión a Kéven. No podía hallarlo, pero si se topó con algo que le puso los vellos de punta.
Zayn estaba en el suelo, sosteniendo la espada con ambas manos para evitar que el extraño encima suyo la clavara en su garganta. Era un forcejeo que debilitaba cada vez más al morocho, y las venas en su cuello se marcaban por todo el trabajo empleado.
"¡Zee!"
Louis espetó, y se lanzó hacia él, pasando por encima de los difuntos desparramados sobre el césped. Sin dudarlo, pasó de un jalón la hoja recta cortante, desprendiendo la cabeza del joven que quería asesinar a su amigo. La sangre se regó sobre Zayn, y chilló cuando los restos sin vida se desplomaron encima suyo y a un lado.
"¡Estás loco! ¡Eso fue genial!" Habló, cuando tomó su mano para alzarse.
"¿Dónde está Liam?" Preguntó, escaneando la zona.
"¡No sé! Estaba aquí conmigo."
Ambos tragaron saliva, sintiendo más nerviosismo, pero confiaban plenamente en que Liam estaría a salvo por su propia cuenta.
♤◆♧
Harry no aguantaba más, Pierre le había explicado a grandes rasgos lo que estaba pasando y no pudo dejar de temblar desde entonces.
El ayudante de Kéven había bajado en busca de un escondite, y nunca imaginó encontrarse con ellos ahí. Esperaba que no llegaran a entrar en el castillo, todo se estaba desarrollando en el exterior y lo más probable es que ahí se quedara.
Niall se mordía las uñas y Pierre movía su pierna en un tic nervioso, no podían hacer mucho, más que aguardar a que las cosas cesaran. Pero el príncipe no podía con eso, su razón de ser estaba allá, luchando por la supervivencia y no podía quedarse tranquilo.
Y no lo haría.
"¡Por dios!" Harry gritó, apuntando hacia una esquina entre las paredes. "¡No!"
El consejero volteó hacia el punto exacto, y Pierre hizo lo mismo, sin encontrar que era lo raro ahí.
"¿Qué hay?" Cuestionó el rubio, enfocando mejor. "¿Qué pasa?"
Cuando volvió la mirada, el rizado ya no estaba en el cuarto y la puerta estaba abierta en su totalidad.
"¡Maldita sea!"
Pero el menor ya se encontraba al final del pasillo, y para cuando Niall logró captar su escape, Harry ya iba subiendo las escaleras.
El rizado no escuchaba nada, su realidad estaba alterada y su sentido de la vista solo buscaba a una persona. Dejó el castillo, saliendo por la puerta del jardín lateral, y nunca se imaginó encontrar tantos cuerpos cubriendo por completo el color verde del pasto. Había muchas espadas teñidas de color carmín, casacas que correspondían al uniforme de los mosqueteros y tuvo miedo de encontrar a Louis entre ellos.
Paseó sus ojos por todos lados, y se apresuró a tomar un sable que fue abandonado por su dueño.
No procesaba, su cerebro estaba bloqueado y su mente solo le decía "busca a Louis", entonces fue lo que hizo. Trató de pasar desapercibido al atravesar el espacio, pero sufrió varios ataques que le obligaron a robar latidos, acabando con la existencia de unos cuantos sin impedimentos.
Al llegar al jardín trasero, se dio cuenta que todo era peor de lo que pensó. Había flechas volando en el aire, mosqueteros lidiando con forasteros, caballos trotando sin sentido y sujetos desplomándose a cada minuto que pasaba. Resopló cuando encontró a su hermana, a su padre, a Zayn y también vio por lo lejos a Liam, muy inmersos en sus combates.
"¡Harry!"
Y ahí estaba Louis.
Holaaa♡.
Solo quiero decir feliz cumpleaños a uno de mis pilares, Harry Styles, gracias por tenderme la mano cuando más lo necesite y hacerme saber que no estoy sola a través de tu música, te amo♥︎.
Mi emoción y orgullo de que Louis empieza su tour técnicamente hoy, está sobrepasando los límites, quiero llorar. Junio, llega pronto.
Como sea, acá les dejo el capítulo, las últimas actualizaciones serán por la noche/madrugada porque ya regresé a la escuela y encima presencial, se me complica un poco. :(
Pero bueno, no más, les amo, besitos y buenas noches.
-María Tommo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro