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CAPÍTULO XIV

Liam, Zayn y Louis estaban listos para ir con Krov al jardín posterior. Buscaban ser discretos, y tras una retrospección a la rutina de Kéven, recordaron que todos los días al atardecer, el hombre salía del castillo y regresaba cuando el sol ya se había metido.

No tenían idea de como se las habían arreglado, pero lo único que se le ocurrió a Louis, fue mentir. De nuevo.

Habían acordado decir que su jefe había decidido dividir sus entrenamientos en dos partes, a medio día y en la tarde para no descuidar mucho tiempo el puesto.

Dónde tres de los seis mosqueteros que estaban de escoltas, les tocaba en la práctica temprano, y a los tres restantes, cuando el sol se ponía.

Claramente ellos eran los del segundo grupo.

Liam había llegado dónde Louis y Zayn, los guardias no le permitieron entrar así que decidió esperar afuera por ellos.

Mientras tanto, sentado en el sofá de la estancia, estaba el príncipe, leyendo un libro mientras bebía una taza de té caliente. Tenía una manta cubriendo sus piernas, a decir verdad estaba muy cómodo.

Louis lo observaba con gracia. Desde el último acercamiento que tuvieron, las miradas se habían vuelto más frecuentes e intensas, al igual que las sonrisas discretas.

Harry estaba feliz con ese avance y Louis solo se dedicaba a ponerle nervioso.

Eso le gustaba.

"Boo, hay que irnos."

Louis volvió a la tierra, ante la voz del pelinegro. Asintió con la cabeza, regresando su mirada al príncipe, quién le observaba por encima del libro con una leve sonrisa.

El castaño se relamió los labios, poniéndose de pie y acomodó su sombrero. Zayn se mantuvo callado al notar la conexión.

"¿Qué?"

"Oh, nada, iré al baño. Liam ya debe estar afuera." Dicho esto, se levantó de su lugar y cruzo la estancia, haciendo un ademán con la cabeza para pedir permiso al príncipe.

Desgraciadamente, el ojiverde le ignoró, estaba muy ocupado con Louis.

Zayn rodó los ojos cuando nadie lo estaba viendo, como dijo, solo aportaría su grano de arena sin meterse de lleno, como ahora.

De hecho, ni siquiera le había contado al mayor sobre la plática que por accidente escuchó, quería que se diera cuenta por si solo y quizá solo le daría un empujón de ser necesario.

Louis se acercó al sofá, y Harry fingió estar inmerso en su lectura. Cuando estuvo frente a él, con su mano, cubrió ambas páginas del libro, haciendo que Harry lo mirara con el ceño fruncido y una sonrisa socarrona.

"¿Qué quieres?"

"¿Yo? ¿Por qué habría de querer algo?"

"Quizá porque estas impidiendo que siga con mi bello cuento." Murmuró el ojiverde, retirando el libro de la mano de Louis y cerrándolo. "¿Qué necesitas?"

"Nada, solo avisar que ya nos vamos a la práctica." Se cruzó de brazos, ante el tono sarcástico que había empleado el menor. "¿Está bien, su alteza?"

Harry reprimió una risa e hizo una mueca en el intento. Se incorporó en el sofá, tallando uno de sus ojos con su mano.

"¿Puedo ir?"

"¿A dónde?"

"Contigo... o bueno, ustedes, a la práctica."

El ojiazul alzó ambas cejas sorprendido y un poco asustado. Le gustaba la idea, si, pero tenía un poco de miedo de que Harry viera el fracaso que eran en el intento.

Sin embargo, estaba dispuesto a mejorar por él, y que mejor motivación que tenerlo ahí para recordar la razón cada que sentía que moría de cansancio.

"Bien, vamos. Pero ponte un abrigo por favor, no queremos que te enfermes de nuevo."

La cara de Harry se iluminó, y como un rayo, se levantó del sofá llevándose la manta y el libro consigo.

Desapareció en su habitación, y fue cuando Zayn salió por fin del sanitario.

"¿Listo?"

"Mhn, si... El príncipe vendrá con nosotros." Tosió un poco, intentando desviar la información sin éxito.

"¿Hablas en serio?" Susurró su amigo, abriendo sus ojos a tope. "Louis, ¿dejarás que nos vea siendo unos inútiles?"

"No le pude decir que no, Zee. Además se quedaría solo aquí, recuerda que Niall está con el rey." El castaño acomodó su casaca. "No podemos dejarle."

Zayn lo miró pensativo, él ya suponía por qué su amigo había accedido, pero también estaba poniendo en riesgo su permanencia en el puesto.

Era un 50% entenderlo y un 50% negarse ante la idea.

Cuando estuvo a punto de decir algo más, el príncipe salió con un abrigo enorme, era muy bonito, de color marrón que combinaba perfectamente con la ropa que portaba ese día.

"Caballeros, estoy listo."

Ambos mosqueteros le observaron, Louis pudo distinguir ese brillo en sus ojos, estaba feliz, Harry estaba muy feliz y todo en él lo gritaba.

"Está bien su alteza, vamos." Zayn se aventuró, y con un movimiento de mano, le cedió el paso al rizado.

Harry así lo hizo, dedicó una fugaz mirada a Louis, quién le observaba con anhelo. Porque sin mentir, el mayor solo pensaba de mantenerlo así, alegre y tranquilo.

Los tres salieron de la estancia, encontrándose con Liam, el cual yacía sentado en el pasillo, con sus piernas cruzadas en flor de loto.

Estuvo a punto de reclamar la tardanza de sus amigos, hasta que vio que venían acompañados. Se levantó de inmediato, y saludó al príncipe.

"Su alteza, buena tarde."

El ojiverde le sonrió, y extendió su mano hacia el muchacho. "Buena tarde, ¿cuál es tu nombre?"

Liam dudo un momento en si era correcto tomarla, pero no podía dejar con la mano estirada a su gobernante, así que la sostuvo por un momento, y luego volvió a su postura.

"Liam, mi nombre es Liam."

El príncipe lo memorizó, y después giró su rostro a Louis "Vámonos."

El menor indicó, y Liam empezó la marcha, escoltando al príncipe por delante, los otros dos mosqueteros caminaron detrás de él.

Sin duda el salir del castillo eran minutos perdidos, era tan grande que aún no se acostumbraban a pasar por pasillos que ellos sentían eternos, deseaba que Krov no se molestara con la espera, no era su intención.

Un rato después, estaban ya en el jardín y pudieron visualizar a sj compañero, pateando unas piedrecillas que estaban en el suelo.

"¡Krov!"

El joven levantó la mirada, encontrándose con cuatro pares de ojos frente a él. La sorpresa en su rostro no fue novedad cuando vio que el mismo príncipe venía con ellos.

"Buena tarde, su majestad."

El mosquetero saludó con cortesía, para después atender al trío de muchachos que estaban listos para la práctica.

"Hola chicos." Musitó y quitó sus guantes, tirándolos a un lado. "Vamos a comenzar."

Y así, el príncipe se alejó un poco de la zona, sentándose en una de las banquitas del jardín. Le gustaba mucho el entrenamiento, en verdad le gustaba y era divertido verlo desde su habitación sin que nadie supiera.

Mejor verlo en vivo y a todo color. Así no perdería ni un detalle.

"¡Separa más las piernas Zayn! ¡Louis, endereza tu espalda!" Gritó el muchacho, mientras evaluaba la batalla en la que se encontraba aquel par.

Luego del calentamiento habitual, habían pasado al combate y defensa, dónde Krov estaba un tanto perplejo por la poca habilidad de los tres, era como si no supieran lo que estaban haciendo.

"¡Cúbrete el costado Louis, si dejas descubierto ahí, la espada contraria te puede atacar!" Habló nuevamente, negando con la cabeza. "¡Así no es!"

Liam estaba descansando, el ya había tenido su turno, y pensó que no le había ido tan mal. Con los reyes, seguía yendo al entrenamiento de la princesa, y gracias a su memoria fotográfica, recordaba muchas cosas que hoy había aplicado.

"Sostenla así." El mosquetero había parado la práctica, para hacer sus observaciones. "La espada la tienes que sostener así." Le indicó al ojiazul.

"Es que... es que si la agarro así, me lastima la muñeca." Jadeó de cansancio, limpiando con su antebrazo su frente.

"Pero se tiene que sostener así, si lo haces mal, fácilmente te van a desarmar." Krov estaba muy confundido.

No entendía muchas cosas sobre la notable nula experiencia, pero no era el momento de hacer preguntas.

"Y tú Zayn, la posición está mal." Se posó a un lado de él, y le indicó como tenía que hacerlo. "Mira, tu pierna derecha va un poco más al frente, flexionada. Y la izquierda, colócala más atrás para que cuando recibas el impacto del contrario, este no te mueva."

El pelinegro suspiró, aceptando. Imitó la postura, y trató de hacerlo lo mejor que pudo.

"Ahora tú." Krov se dirigió a Louis, y lo tomó por los hombros. "Colócate aquí." Lo guió frente a su amigo, éste ya se encontraba esperando. "Haz la misma postura, separa tus piernas y que todo tu peso recaiga en la trasera." Y así lo hizo.

"¿Así?"

"Exacto, ahora, a la cuenta de tres, vas a golpear con ambas manos la espada de Zayn con toda tu fuerza. El punto es mantener la postura, ambos." Louis accedió, empuñandola con sus dos manos cubiertas por los guantes.

El mosquetero se alejó para poder ver de una mejor posición el momento.

"¡Ahora!"

Cuando el grito llegó a sus oídos, Louis levantó la espada y la estrelló contra la de Zayn. La cual, vibró en sus manos pero no obtuvo el resultado que esperó.

El cuerpo de Louis vaciló al sentir el rebote de la colisión de ambos metales, y como consecuencia, se movió dos pasos hacia atrás perdiendo el equilibrio, cayendo sobre su trasero.

Bien, el suelo parecía tener un imán a él.

Krov estrelló la palma de su mano en su frente, Zayn estaba carcajeándose en la cara de su amigo, y Liam se había sobresaltado ante el sonido tan fuerte. Sin embargo ahora también reía.

Y el príncipe, estaba tratando con todas sus fuerzas de no reír, por mero respeto.

Louis ni siquiera quiso voltear a verlo, se sintió un poquito denigrado.

El mosquetero se acercó a él, y le tendió la mano para ayudarle, Louis se tomó de ella para levantarse, sacudiendo sus ropas.

Krov sonrío un poco, antes de inclinarse al oído del castaño y susurrar:

"Tenemos que hablar, ustedes tienen problemas con esto."

El rostro de Louis se transformó, diablos, no les había durado ni un día la mentira. Mordió su labio y aceptó con desgane, no había de otra.

"¡Liam, tu turno! Louis, puedes ir a descansar." Habló firmemente, palmeando su hombro.

Louis cabizbajo, caminó hacía donde estaba anteriormente Liam, a un costado de la banca del príncipe. Le tocaba hacer guardia a él.

Sin decir nada, él tuvo la confianza de sentarse a un lado del príncipe, estaba fatigado y aparte le dolía todo el cuerpo. Miró de soslayo al menor, y se percató de que estaba fijamente mirando al frente.

Louis se extrañó, y por ende, tocó varias veces con su dedo índice el brazo del príncipe para llamar su atención.

"¿Qué pasa?" Preguntó el rizado, mirándole dos segundos, y luego se giró de nuevo al frente.

"¿Todo bien? ¿No te has aburrido?"

Harry no respondió, únicamente negó y Louis torció sus labios gracias a la reacción del menor.

"¿Qué opinas?" Krov es muy bueno, ¿no?"

"¿Por qué no es Kév quién los entrena?" Soltó la pregunta sin pensar, ahora si posando sus ojos en el mayor.

Louis intentó que la voz no le temblara. Las cejas de Harry estaban casi juntas por la manera en la que tenía el ceño fruncido.

"Uhm, él no puede a esta hora y le pidió a su mejor mosquetero que lo hiciera." Respondió, señalando con su cabeza el combate de Liam y Zayn. "Ellos están bien con eso."

"¿Y tú?"

"¿Yo qué?"

"¿Tú también estás bien con que sea ese mosquetero quien ahora les de las lecciones?" Cuestionó el ojiverde.

"¿Por qué no habría de estarlo? Es muy bueno y aparte nos tiene paciencia." Soltó sin darle mayor importancia.

"Ya, bueno, me alegro por eso..." La voz del menor se hizo más bajita, y fue ahí cuando notó lo que estaba pasando.

"¿Estás celoso?"

Harry intentó sonar sarcástico. "No, no te equivoques Louis."

El rizado no se podía definir como una persona celosa, pero si muy insegura. Nunca se había relacionado amorosamente con nadie, siempre esperó a su príncipe azul.

Nunca había experimentado esa extraña sensación que ahora sufría, una especie de ardor en el pecho mezclada con molestia, y no le gustaba sentirse así.

Pero tampoco sabía si estaba bien, Gemma le había explicado un poco sobre eso y le dijo que siempre expresara todo lo que sintiera.

Así que lo estaba haciendo.

"Bueno, solo por si las dudas." El mosquetero se levantó de la banca, y se colocó enfrente del príncipe, tapando la visión de sus amigos. "Usted es el ser más hermoso que ha pisado este planeta y todos nosotros solo existimos para servirle." Hizo una reverencia, y Harry por poco deja de respirar.

Luego, se escuchó el llamado de Krov, su descanso había terminado y era el turno de Zayn.

Louis le guiñó el ojo al príncipe, antes de girarse y correr a tomar el puesto del pelinegro.

Por otro lado, el rizado estaba casi por explotar, sus mejillas estaban demasiado rojas, y su corazón latía desbocado. Louis no se daba cuenta que con ese tipo de comentarios le podía causar un infarto.

Le emocionaba, le gustaba, le hacía sentir especial. Y solo rogaba que también lo fuera para el mosquetero, que no fuese solo por diversión o algo así.

Zayn llegó a su lado, este se mantuvo de pie mientras intentaba regular su respiración.

"Caballero, siéntese, no queremos que le ocurra algo."

El pelinegro le miró, y definitivamente no se hizo del rogar. Se dejó caer en el asiento compartido, recargando su espalda y cerrando sus ojos.

"Parece que está muy cansado, ¿se siente bien?"

"Si, si su majestad, no se preocupe." Zayn se mantuvo inmóvil. "Esto es normal, es de todos los días."

Harry no respondió y desvío su mirada a los mosqueteros que estaban en posición.

Zayn abrió uno de sus ojos, y al notarlo tan perdido, sonrío cuando se dio cuenta a quién estaba mirando.

En definitiva, ya había algo entre esos dos.

Holi♡.

Tarde pero seguro, aquí tienen en capítulo de hoy. Espero lo disfruten, ya comienza el romance entre estos dossss.

Nos vemos al rato, besitos♡.
-María Tommo.

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