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CAPÍTULO XII

Niall caminaba rumbo a la estancia del jefe de los mosqueteros, había pasado ya una semana de lo ocurrido, y sin duda, cumplió sus días de estricto reposo con suspensión de actividades cotidianas.

Porque si, Harry se había encargado de mandarlo a descansar todo el tiempo que le fue señalado, después de un sermón sobre respetar las indicaciones médicas.

El rubio no podía con eso, él siempre estaba activo, necesitaba estar haciendo su rutina diaria para sentirse bien y útil, de lo contrario, su mal humor comenzaba a aparecer.

Era extraño pero él no estaba acostumbrado a estar recostado viendo la vida pasar mientras el personal de servicio le traía alimentos y se encargaban de él.

Generalmente, él solo se ocupaba de sí mismo.

Al llegar a la puerta de su destino, uno de los guardias le abrió para que pudiese pasar, ellos ya tenían la indicación de permitir su acceso así que no se mostraron intransigentes.

Después de agradecer, atravesó la entrada, encontrándose al hombre en su escritorio, charlando con Pierre, quién estaba en una de las sillas frente a él.

"Kév, Pierre, buen día."

"Buen día, Niall." Respondió Kéven, recargándose en el respaldo de su asiento. "¿Qué te trae por aquí?"

"Vengo a pedirte las fichas de los mosqueteros." Soltó de golpe, provocando cierta tensión en ambiente en segundos.

"¿Las fichas?" Cuestionó Pierre, con una mueca en el rostro.

"Si, los expedientes, el registro... no tengo idea de cómo les llamen." Murmuró el rubio, dedicándole una mirada rápida a ambos. "Necesito los antecedentes de Louis y Zayn... también los de Liam."

Kéven frunció el ceño, llevando una mano a su barbilla fingiendo interés. "Nosotros no podemos proporcionarte esa información, Niall."

"¿Por qué? Tú manejas todo lo que tiene que ver con ellos, tú haces las pruebas y exámenes pertinentes para su aceptación. Los necesito." El más joven insistió, no podía dejar pasar más tiempo.

"Si, lo hago, pero es información que tú no tienes por qué poseer." Se puso de pie, digiriéndose a uno de los libreros en la parte posterior del cuarto. "Tú puesto aquí, está a la misma altura que el mío, así que no puedes venir a pedirme eso como si nada."

"No lo hago porque quiera lucrar con esa información, tengo mis razones." Niall se estaba impacientando.

"¿De verdad? ¿Cuáles?"

"No puedo proporcionarte esa información."

Touché.

Kevén río ante la ingeniosa respuesta del muchacho, y cuando regresó a su puesto, le mostró una pila de hojas maltratadas que dejó sobre el escritorio.

"Si los quieres, necesito que me traigas la orden del rey para que yo pueda dártelo, conoces las reglas."

Niall enarcó su ceja ante lo dicho, claro que él más que nadie conocía los protocolos a seguir para la obtención de ese tipo de papeles, sin embargo, estaba casi seguro de que Kév se los daría al no conocer el proceso.

Por primera vez en su vida, se equivocó. El mayor no era tan ignorante después de todo.

"Lo más pronto posible, aquí me tendrás de nuevo con la orden firmada por el rey." Su semblante era serio, era una de las pocas personas que no sentía temor por aquel hombre grandulón. "Y espero los tengas listos."

"Aquí te estarán esperando, Horan."

Dicho esto, el rubio ni siquiera se despidió y salió un tanto molesto del lugar.

Necesitaba revisar las fichas para corroborar algunas cosas que le estaban inquietando, pero no sabía si Desmond le apoyaría en ello, a veces el rey era muy complicado de tratar, tenía que buscar la manera correcta para convencerle.

Seguramente le cuestionaría por qué la urgencia de tener esos expedientes, y lo más probable es que le diría que sería una pérdida de tiempo porque el jefe de los mosqueteros era sumamente recto ante Desmond.

Claramente no eran amigos, pero Kév se había ganado el voto de confianza de los reyes gracias a todos los años de servicio.

Pero estaba seguro de que la reina si lo haría, sin mayor problema Anne le extendería la orden para obtener lo que necesitaba, pero por cuestiones que él desconocía, la autorización que valía en esas ocasiones, solo era la del rey.

Jodida vida.

Por otra parte, Pierre miraba el montón de hojas sobre el escritorio, estaban los registros de todos los mosqueteros actuales, con sus datos básicos y sus antecedentes. Las evaluaciones obtenidas en las pruebas, y por supuesto, el sello del mayor, con la aprobación para integrarse al grupo.

"Aquí no están esos tres novatos, Kév." Pierre continuaba pasando las hojas, sin encontrar una con los apellidos de los jóvenes. "No tienen registro..."

"¿Cómo van a tener, si esos inútiles nunca en su vida han sido siquiera guardias?" Respondió con obviedad la pregunta de su amigo. "Solo los saque para no inquietar a Niall, creyó que era tan idiota como para soltárselos, así como así."

"¿Y qué harás cuando regrese con la orden del rey? Sabes que lo adoran como a su hijo."

"Desmond no, Anne si lo quiere mucho, pero el rey no." Kéven tomó una hoja en blanco. "Y tardará un poco en conseguir esa autorización, porque el rey tiene su itinerario ocupado."

Pierre no parecía tan convencido. "¿Y qué? ¿Cuándo la tenga que harás? ¿Le dirás que los caballos se los comieron?"

"Pareces nuevo, idiota." Kéven rodó los ojos, tomando un poco más de tinta con la pluma de ave para seguir escribiendo. "Para cuando Niall vuelva, ya tendré esos expedientes."

Ambos hombres se miraron por una fracción de segundo, Kéven sonrío con arrogancia, y Pierre negó en desaprobación ante las ideas mal estructuradas de su superior.

"Te lo dije hace días, te lo repito hoy, solo tú sabes lo que haces."

"Si, mi querido amigo, si lo sé."

Louis estaba almorzando con sus amigos en el comedor de los mosqueteros, porque claro, si Kéven había dicho que no los quería en las prácticas... le harían caso.

Pero, a decir verdad, el ojiazul no se iba a dejar afectar tanto por su jefe, si es que aún podía llamarle así.

Ellos nunca iban al comedor, su horario de comida era mucho más controlado para no dejar sus obligaciones de lado, pero ahora, se habían organizado de una manera en que los tres se empezarían a ver de vez en cuando ahí para almorzar, con el único fin de molestar un poquito a Kéven.

El hombre sentenció que no podían estar en las prácticas, pero nunca mencionó otros lugares, y mejor aún, nunca dijo que no podían relacionarse con los mosqueteros.

El castaño ya les había informado a sus amigos lo ocurrido aquel día, y no estaba de más mencionar que Liam entristeció porque lo estaba empezando a disfrutar a pesar de todo.

Zayn por su parte, únicamente se encogió de hombros, a él no le afectó tanto porque en realidad, le seguían costando mucho trabajo.

"Entonces, ¿cuál es el plan?"

"¿Eh?" Louis miró al ojimiel, quién cortaba con cuidado sus vegetales sobre el plato.

"Si, ya que no podremos seguir preparándonos como el resto, ¿cuál es el maravilloso plan de Louis Tomlinson?"

De los tres, Louis siempre era el que tenía las mejores ideas para situaciones complicadas, siempre confiaban plenamente en su amigo, ya que a veces Liam se acobardaba o a Zayn no le salía nada como querían.

Entonces, sencillamente ponían su fe en el mayor.

"Pues... yo no sé, en realidad estoy un poco asustado."

"¿Tú asustado? ¡Liam, ya lo contagiaste!" El pelinegro señaló con su tenedor al muchacho a lado suyo.

"¡Oye! ¡Yo no contagio nada!"

"Chicos, basta." Louis sonrío débilmente, negando con su cabeza antes de beber un poco de agua. "Hasta hace unos días todo estaba claro, y hoy parece que nuevamente estamos a la deriva."

"Al menos no estamos en la calle, pasando frío y hambre." Liam se encogió de hombros.

"No seas tonto. Louis no quiere decir que estemos desamparados, se refiere a que no tenemos el apoyo de nadie." Zayn explicó, obteniendo una mueca de asombro por parte de su amigo.

"Exactamente, incluso había pensado en comenzar a buscar libros sobre defensa, combate, todo eso..."

"¿Libros, en serio? Eso se aprende con la práctica Boo, no con texto. No puedes simplemente buscar información y aprendértela."

"Zee, por dios, también necesitas conocer la teoría." Fue el turno de Liam en interrumpir. "Por mucho que sepas usar una espada, si no sabes de que están hechas y que tipos hay, no tienes la base."

"Exacto, y dime Zayn, ¿de qué está hecha una espada?" Preguntó Louis mientras subía y bajaba sus cejas en burla.

"Ya entendí, gracias."

"Como sea, tenemos que hacer algo pronto y..." El ojiazul hizo una pausa, mientras observaba un punto fijo con detenimiento. "Ya sé que podemos hacer..."

Los curiosos de sus amigos giraron sus rostros al punto de vista de Louis, con el fin de ver que estaba viendo, o mejor dicho... a quién.

Era una de las mesas de enfrente, dónde estaba Krov junto a sus compañeros, al parecer no se habían dado cuenta de la presencia de ellos tres en el comedor.

Un foquito se prendió en la mente del mayor.

"¿Cuánto tiempo nos queda?"

"Como diez minutos, descontando los cinco que necesitamos para regresar." Zayn rascó su nuca.

"Perfecto, esperen aquí y actúen normal."

Ante lo dicho, ambos fruncieron el ceño, viendo al castaño levantarse de su lugar y encaminarse hacia la mesa que anteriormente había estado observando.

Louis tomó aire para darse valor, estaba un poco nervioso pero no era momento para eso, necesitaba ayuda urgente.

"Hey, Krov." Sonrío cuando estuvo frente al muchacho que comía tranquilamente, escuchando las anécdotas de los mosqueteros.

"¡Louis! ¿Qué tal?" Murmuró con alegría, antes de extender su mano para saludarle. "Creí que habías dicho que no comías aquí."

Louis aceptó el saludo, apretando la mano ajena por unos segundos. "Si, lo sé... algunas cosas cambiaron."

"Espera, antes que nada, chicos, él es Louis. Louis, ellos son Chandler y Dean, mis amigos."
Tras la presentación de Krov, los dos chicos en la mesa sonrieron hacia Louis, quien solo se limitó a levantar su mano y moverla de un lado a otro.

"Pero dime, ¿qué te trae por aquí? ¿te quieres sentar?"

"No, no, muchas gracias. Yo estoy allá con mis amigos."

Cuando Louis volteó a señalar su mesa, se encontró con las dos miradas curiosas de Zayn y Liam, quienes, al ser descubiertos, rápidamente se giraron, fingiendo charlar.

Louis cerró los ojos un instante, par de idiotas.

"Ya veo, están muy entretenidos." Una pequeña risa salió de los labios del más alto. "¿Entonces?"

"Disculpa si te molesto, pero quería pedirte un favor. Ya sabes, de mosquetero a mosquetero." El castaño sintió los tres pares de ojos encima de él, diablos.

"Claro, dime."

"Por razones ajenas a nosotros, no podemos entrenar a la hora de la práctica, ya sabes, la corte real demanda mucho tiempo." Louis había comenzado a mover su pie con nerviosismo. "Quería ver si tenías un poco de tiempo libre los próximos días... y pudieras mostrarnos lo que ven en los entrenamientos, para seguir el ritmo."

Si, estaba mintiendo, pero era por una buena causa, al parecer ninguno de ellos sabía lo ocurrido hace una semana con el atentado que sufrieron.

"¿Quieres que yo los entrene?" Krov alzó ambas cejas ante la petición.

"No como entrenarnos, solo explicarnos lo que hacen y todo eso, no queremos perder la rutina, pero nuestro horario ya no es tan flexible." Louis estaba rogando internamente que dijera un si.

"Si, creo que si puedo hacerlo." El joven accedió, sonriéndole nuevamente. "¿A qué hora te gustaría?"

"Mhm, lo voy a consultar con mis amigos, y te busco mañana aquí para decirte, esperando el horario también te beneficie a ti."

"Claro, generalmente las tardes son libres, bueno, tú lo sabes, también te dedicas a esto." La sonrisa de Krov no se borró en ningún momento. "Chicos, ¿saben que Louis y los dos de allá son escoltas de la familia real?"

"¿De verdad?" Cuestionó Dean.

"Si, pero esa es otra historia que después les contaré con un poco más de tiempo, si gustan. Yo me tengo que ir, muchas gracias compañero, mañana te busco."

"¡Sí! Adiós Lou, me mantienes al tanto."
Louis ya no respondió, simplemente regresó a su mesa, en dónde aquel par seguía sentado esperando por él.

"¿Y bien? ¿Qué hiciste?"

"Pedir ayuda. Si Kéven no nos quiere apoyar, que no lo haga, pero no nos quedaremos de brazos cruzados." Habló con firmeza el mayor, sonriendo con autosuficiencia. "Ah, y tengan." Louis golpeó con la palma de sus manos, las nucas de sus amigos, ganándose un quejido de los dos. "Eso fue por su mala actuación e indiscreción."

Ambos comenzaron a sobarse la zona donde recibieron el manotazo, Louis tenía la mano pesada.

"¡No era necesario!" Zayn gruñó, antes de comenzar a levantar sus platos y vasos, juntándolos en una pila. "Pero dime, ¿qué quieres decir con que no nos quedaremos de brazos cruzados?"

"Que mañana tendremos que elegir un horario de práctica, Krov nos entrenará."

Liam casi brinca de la emoción. "¿Bromeas? ¿Uno de los mejores nos ayudará? ¡Fantástico! ¿Cómo lo conseguiste?"

"El día que nos encontraste platicando en el entrenamiento, ¿recuerdas?" El ojimiel asintió. "Me dijo que cualquier cosa que necesitara, le dijera con toda confianza... Y ahora necesitamos esto y accedió."

"Eso último si lo oí, hizo énfasis en -y recuerda Louis, cualquier cosa-, me espanté."

Zayn se carcajeó, antes de llevar los trastes sucios a su lugar para que fuesen lavados, y luego regresó con sus amigos.

"¿Cualquier cosa, he?" El pelinegro golpeó con coquetería el costado del mayor con su codo. "¿Aplica para todo?"

"Cállate Zayn."

El mayor bufó con fastidio, comenzando a caminar a la salida del comedor. Sus amigos lo siguieron con una mueca pícara en el rostro sin decir nada más.

Lo que sus amigos no sabían, es que la intención de continuar con las prácticas no era simplemente joder a su superior. Después de la platica y el casi beso que el príncipe y el mosquetero tuvieron, todo sencillamente explotó en su cabeza.

No pudo dormir los siguientes dos días luego de eso, su mente era un caos, y solo pensaba en Harry. Y su seguridad.

Demonios, su seguridad no era un chiste ni un juego, ellos la tenían que garantizar. Porque sí de algo estaba seguro, era de que nunca iba a dejar que algo le pasara al príncipe.

Fuese mosquetero o no.

Hola♡.

No tengo más que decir el día de hoy, más que ojito con este capítulo.

Les amo, besitos.
-María Tommo.

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