CAPÍTULO XI (Parte I)
"Diablos, ¡Louis!"
Gimió el ojiverde, apretando sus dedos en los hombros del castaño, mientras subía y bajaba por toda la extensión su miembro.
Harry podía sentir todo su interior lleno, y la velocidad con la que su cuerpo se movía sobre el regazo de Louis, estaba llevando al borde del abismo al ojiazul. El trasero de su príncipe se estrellaba una y otra vez contra sus testículos, provocando sonidos obscenos que resonaban en toda la estancia.
Una de sus manos apretaba con delicia la cintura de Harry, mientras que la otra, se ceñía en su cuello, ahorcándole cada vez un poco más fuerte, privándole de oxígeno.
Estaba tocando el cielo mientras se dedicaba a follar al príncipe con rudeza.
Harry era un desastre ante sus ojos, labios rojos e hinchados, de su boca solo salían jadeos y su pecho bajaba y subía ante la respiración acelerada.
Las gotas de sudor que recorrían sus cuerpos sólo eran la prueba de toda la actividad física realizada.
"H-harry, dios, eres tan bueno..."
"¿Lo soy? S-solo para ti..."
"Solo para mi..."
El mayor le soltó el cuello, llevando ahora su dedo pulgar a la boca del príncipe, quién lo recibió gustoso, lamiéndolo mientras se enterraba más profundo en la polla del mosquetero, sacándole un sonoro gemido.
La imagen más erótica que sus ojos azules habían visto.
"Y-ya no pue- ¡oh, demonios!" Chilló, al sentir su punto dulce ser rozado por el ojiazul, quién jadeó en respuesta.
"L-lo encontramos..."
Fue lo único que Louis pudo decir, antes de moverse con rapidez, dejando al menor recostado sobre su espalda en el sofá cambiando la posición en la que estaban. Ahora Harry estaba debajo de él y el ángulo de las embestidas era mucho mejor.
Uno de sus brazos se sostenía en el respaldo del sillón, y el otro, yacía a un lado de la cabeza de Harry. Él mantenía sus ojos cerrados ante cada estocada.
Estas eran erráticas y desmedidas, la mente de Louis estaba nublada, el único fin que tenía en ese momento, era el de hacer lloriquear al príncipe, que pidiera por más y le rogara que no se detuviera.
Harry mordió su labio inferior avergonzado, no podía simplemente gemir como su garganta lo estaba implorando, pero la adrenalina al pensar que alguien los podía escuchar, solo le excitaba aún más.
"No, no." Louis acercó sus labios a los del ojiverde y susurró sobre ellos. "Déjalos salir, que todo el castillo se entere... que todos aquí se sepan que el príncipe... es un m-maldito necesitado por mi polla." Tomó el labio inferior del menor entre sus dientes, mordisqueándolo.
Harry gimió como respuesta en su boca.
Las caderas de Louis chocaban una y otra vez contra el cuerpo debajo suyo, en un ritmo descontrolado, que hacía a Harry retorcerse en extásis, al grado dónde una de sus manos tiraba de los cabellos ajenos con desesperación.
El rizado podía sentir aquel remolino en su abdomen, su próstata era golpeada en cada embestida y estaba seguro de no poder aguantar ni un poco más.
"Lou... yo no-"
"¿Quieres correrte? ¿M-mi príncipe favorito quiere correrse?" Preguntó, cesando sus movimientos por un segundo, ganándose un gruñido de su amante.
"No me hagas esto, muévete, por... por favor..." El ojiverde incitó, rotando ligeramente sus caderas.
"¿Dónde quedó el jovencito inocente?" Preguntó, mientras arremetía con fuerza contra el culo del menor. "¿Dónde está tu formalidad?" Propinó otra embestida, viéndolo arquear su espalda, las lágrimas estaban comenzando a salir de sus bonitos ojos verdes. "¿En que momento mi príncipe se convirtió en un chiquillo necesitado?"
Y abrió sus ojos.
Demonios.
No, no, no.
No podía haberle pasado eso.
Quería que la tierra se lo tragara en ese mismo instante y lo escupiera al otro lado del mundo. Se sentía tan avergonzado.
Miró su entrepierna, tenía una jodida erección que había comenzado a doler, sus mejillas estaban rojas, no podía creerlo. Incluso estaba sudando.
Se negaba a haber soñado con el príncipe.
¿Qué pasaba por su cabeza? ¿Cómo iba a soñar con follar a Harry? Que irrespetuoso.
En esos momentos agradecía infinitamente haberse retirado a su alcoba esa noche, después del día tan horrible y complicado que tuvieron, Zayn le había dicho que se fuera a descansar y que él se quedaba en la estancia.
Él aceptó porque el dolor de su brazo no cesaba aún, y en el sofá tenía que recostarse de lado, lo cual sería muy incómodo.
En el sofá donde soñó que acababa con la pureza del príncipe.
Aturdido, se sentó en su colchón, observando el panorama. Liam dormía plácidamente en una de las otras dos camas, el siempre regresaba a su alcoba para dormir, él no tenía que pasar la noche en la estancia de los reyes.
Nunca se lo permitirían.
El castaño sacudió su cabeza y cubrió su rostro con ambas manos. ¿Cómo vería a Harry a los ojos sin querer salir corriendo? La vergüenza lo carcomería vivo, ¿Qué había sido aquel sueño?
Tenía graves problemas, su mente le estaba jugando una muy mala broma.
"Nunca creí decir esto Lou, pero estoy tan agradecido de que Zayn se deshiciera de ese hombre."
Después de la crisis existencial de Louis, se encontraba vistiéndose y preparándose para ir a cumplir con sus deberes. Le había platicado a Liam todo lo que había ocurrido, y su amigo no daba crédito a semejante historia.
"Ya sé Li, pero gracias a eso, estamos aquí." Se encogió de hombros. "Y cómo te dije, tenemos que estar más atentos a Niall, es demasiado curioso y me preocupa."
"Solo está cumpliendo con su deber Louis, no tiene nada de especial."
"Ya lo sé, pero debemos de ser más cuidadosos, precavidos... O al menos Zayn y yo, si."
"Y yo." Liam hizo un puchero con su labio inferior. "Aunque no estemos en la misma área, entramos juntos, los tres somos un fracaso."
"Como sea, Niall estará más atento ahora, lo presiento, y nosotros debemos cumplir sus expectativas." El castaño mordió su uña con algo de nerviosismo.
"Todo irá bien, y si él consejero llegase a preguntar algo, todos responderemos lo mismo."
El ojiazul asintió con su cabeza, eso le daba un poco más de calma. "Ya, solo que me sigue conflictuando mucho... que cuando esos cobardes vieron a su amigo muerto, se asustaron."
"¿Cómo dices?"
"Si, podría jurar... podría jurar que estaban igual de incrédulos que nosotros."
"Pero Lou, no hay lógica. Ellos iban por Harry, pasara lo que pasara." Liam rascaba su nuca, su amigo en ocasiones pensaba todo con tanto detalle que le preocupaba.
"Si, quizá estoy sobre analizando las cosas, pero yo siento que no esperaban que les costara tanto trabajo... esperaban que todo fuese más sencillo."
"No entiendo nada. ¿Cómo sabes tú eso?" El ojimiel estaba desubicado.
"No puedo saberlo, pero yo me descuidé y ese era el momento perfecto para que uno de ellos me atacara." Louis hizo una mueca al recordar el momento. "No lo hizo porque se sorprendió al ver el cuerpo de su amigo... Incluso soltó la espada."
"Eh, déjame ver si entendí, estás pensando que-"
Liam no pudo acabar la frase, porque la puerta de la alcoba se abrió repentinamente, azotándose contra el muro.
Ambos muchachos giraron su rostro, y vieron la figura de Kéven entrar a la habitación. Louis tragó saliva.
"Sal de aquí, Liam." El tono de voz que su jefe había usado, le puso la piel de gallina. Estaba molesto.
"Buen día. Ya me voy."
Liam le dedicó una mirada de disculpa a su amigo, tomó su espada y su sombrero, antes de salir por la puerta con rapidez esquivando la mirada de Kéven. El castaño se levantó de la cama, irguiendo su postura y mirando a los ojos a su superior. No iba a tener miedo.
"Louis, ¿cómo estás?"
"Afortunadamente bien, no me hirieron de gravedad." El ojiazul podía sentir el ambiente tenso.
"¿Y Horan? ¿Sabes cómo está él?"
"También está bien ahora, él sol-"
"¡No! ¡No está bien Louis! ¿Entiendes que por su incompetencia casi lo matan?" Kéven apuntó con el dedo el pecho del castaño. "Por tú culpa y la de Malik, casi dejan al príncipe sin consejero."
"Señor, yo..."
"¡Entiende!" El hombre comenzó a agitar sus manos por encima de su propia cabeza con inquietud. "Entiende el punto. Si algo le hubiera pasado, no estarías ya aquí, lo más probable es que tú estuvieras en el calabozo con el otro inútil, están haciendo quedar mal a mis hombres, ¡incluso mataron a una persona!" Pasó la mano por su rostro con exaspero. "¡Le quitaron la vida a un desconocido y ni siquiera pudieron traer sano y salvo a Horan!"
"Señor, discúlpeme." El ojiazul se atrevió a interrumpir. "Pero esto no habría ocurrido si nosotros fuésemos mosqueteros de verdad." Musitó, manteniendo la postura firme frente a su jefe. "Si usted nos hubiese permitido entrenar antes, si nos hubiese dejado ser parte de los mosqueteros hace meses, como se lo pedimos, esto no estaría pasando."
"Louis-"
"Permítame. Si usted quiere garantizar la seguridad de la corte real, ¿por qué no puso a Krov o a Elian? Ellos son de los mejores hombres que tiene bajo su cargo. Nosotros hicimos lo que pudimos, y si matamos a alguien, fue en defensa propia." Louis tenía el ceño fruncido, no podía negar que se sentía molesto.
"Ustedes son..."
"Debería cuestionarse más sus decisiones, no todo tiene porqué recaer en nosotros, señor." Sí, quizá estaba mal interrumpir a la gente cuando hablaban, pero el castaño nunca se iba a morder la lengua con lo que pensaba.
"Mira, insolente." El mayor tomó a Louis del brazo, y lo apretó con fuerza, justo donde tenía la herida de la espada. El muchacho ahogó un grito. "Si ustedes no faltaran a sus prácticas cada que se les da la gana, ya podrían haber aprendido mínimo como evitar este tipo de incidentes."
"No faltamos por gusto, f-faltamos porque el príncipe nos necesita. Además, él cree que nosotros ya estamos lo suficientemente preparados y que las faltas no nos afectan en nada." Louis luchaba por ignorar el dolor que la mano en su brazo le estaba provocando.
"Ya, ¿y? Ayer su mejor técnica fue enfrentar a los ladrones, ¿Por qué no simplemente huyeron? No estaban tan lejos del castillo." Los ojos de Kéven estaban inyectados de ira, Louis nunca lo había visto tan furioso.
"Nosotros, nosotros no pensamos en ese momento..."
Kéven gruñó, y soltó a Louis, empujándolo hacía atrás, provocando que el cuerpo del más joven chocara con la pared.
Este se quejó, llevando de inmediato su mano contraria a su brazo, asegurándose de que no comenzara a sangrar.
Louis entendía la molestia de su superior, claro que la entendía, pero tampoco era normal que se colocara así por algo que al final de todo, no había resultado tan mal, quizá merecía el regaño, pero la reacción de Kév estaba yendo muy lejos.
"Escúchame bien, Tomlinson." Kéven inhaló con profundidad. "No los quiero ver en los entrenamientos."
Louis frunció el ceño al instante. "¿Qué?"
"He dicho, que no quiero ver en las prácticas ni a ti, ni a Zayn, ni a Liam. No quiero verlos poner un pie en el patio con los demás."
"Pero... pero señor, nosotros necesit-"
"¡Cállate!" La mano del jefe de los mosqueteros golpeó con fuerza una taza que se encontraba sobre la cómoda, tirándola y haciendo que esta se rompiera en pedacitos. "Si su lógica fue enfrentar algo que no sabían si iba resultar, sigan a ciegas."
"Eso solo lo perjudicaría a usted. Por ser nuestro responsable directo." El castaño no podía permitir que todo se fuera por la borda.
"¿Bromeas?" Kéven carcajeó colérico. "Yo fácilmente me puedo lavar las manos de eso."
"Pero el primer día usted dijo que teníamos que dejar su nombre en alto, no puede simplemente deslindarse de todo..."
El enojo de Louis se esfumó, ahora se sentía vulnerable. En ese momento deseaba que alguno de sus amigos estuviera ahí, quería a su familia. Necesitaba apoyo.
"No me creas tan estúpido, Tomlinson. Siempre voy a estar un paso adelante de todo lo que ocurre en este mugroso lugar." Su jefe se encaminó a la puerta, con una sonrisa en el rostro.
"Usted no puede, no puede negarnos la práctica... el rey-"
"Yo les niego lo que quiero. Y para que sepas, si algo ocurre, los únicos que pagaran son ustedes, porque no importa lo que yo haya dicho o hecho."
Louis tragó saliva con dificultad, ¿qué iba a pasar ahora? Estaba a punto de echarse a llorar ante el estrés que sentía.
"Usted nos mintió."
Kéven sonrío desde el marco de la puerta. "Oh, no te equivoques Louis, yo no les mentí. Ustedes solos se engañaron, y si se les ocurre decir algo con el rey, yo usaré todo en su contra para refundirlos en un calabozo el resto de sus vidas."
Y ante esas últimas palabras, la puerta se cerró de una, dejando al ojiazul consternado, sintiendo las lágrimas comenzar a asomarse por sus ojos.
Todo estaba tan mal y Louis no sabía que hacer aparte de llorar.
Por otro lado, Kéven suspiró, acomodando su sombrero con determinación, él no iba ser quién pagara las consecuencias de esos tres. Y estaba dispuesto a lo que fuera con tal de no tener la responsabilidad de sus acciones, al final, ya estaba dando los pasos necesarios.
¡Hola!♡
Lamento la tardanza. Bueno, dividí el capítulo en dos partes porque quedó muuuy largo, si termino pronto mi tarea hoy, se los subo más tarde. Si no, será hasta mañana. ♡
Es la primera vez que escribo smut, no me juzguen:(, creo que quedó decente.
Espero se encuentren bien, les amo, besitos♡.
-María Tommo.
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