CAPÍTULO VII
"Maldición, debí escuchar a Louis, ¿cuándo podrás retomar las prácticas de equitación?"
Niall estaba a punto de arrancar las finas hebras de su cabello de la desesperación, Zayn ni siquiera lograba mantenerse arriba del corcel, antes de que el animal se sacudiera y lo tirase ya por cuarta vez.
La espalda del pelinegro ya estaba comenzando a resentir los golpes que había recibido gracias a las caídas.
"Perdón. Aún recuerdo como hacerlo, es solo que este caballo no me quiere."
"¿Bromeas? Pushkin es el corcel más noble que tenemos aquí."
"Por alguna razón, no le caigo bien."
De nuevo, Zayn inhaló profundamente, sacudió sus manos y acomodó su sombrero. Con decisión, se acercó nuevamente al caballo, y le susurró en el oído:
"Vamos Polish, no me hagas quedar mal."
Y dicho esto, el caballo ni siquiera le dio la oportunidad de intentar subirse. Tras relinchar, se levantó en sus dos patas traseras, y golpeteó un par de veces el suelo con las delanteras, alzando la tierra de este.
Zayn comenzó a toser al sentir el polvo entrar en sus fosas nasales, y los estornudos no tardaron en hacerse presentes.
Niall estaba a punto de llorar.
"Ya, me cansé." El rubio se bajó de su corcel, se dirigió al chico, lo tomó del brazo y jaló de él para regresar con su caballo. "Irás conmigo, no podemos seguir perdiendo el tiempo. Nos esperan en el otro reino en un par de horas."
Zayn asintió un poco frustrado, se sentía inútil.
Niall se acomodó en el lomo del caballo, y enseguida, le extendió la mano a Zayn para ayudarle a subir. Y así lo hizo, con un poco de dificultad, logro subirse al lomo,acomodándose detrás del más bajo.
Zayn dudó un poco, no tenía la intención de si quiera tocar al rubio, no quería incomodarlo.
Se debatía mentalmente entre sí sostenerse de la silla de montar por la parte de atrás, o simplemente rezarles a todos los santos para no caerse cuando empezara la marcha.
"¿Qué esperas?" La vocecilla molesta de Niall lo sacó de sus pensamientos.
"¿Perdón?"
"Te perdono, pero ¿qué esperas para sostenerte?"
"Uhm, yo... ¿de dónde me tengo que agarrar?"
Niall rodó los ojos, y sin voltear a verlo, únicamente llevó sus manos hacia atrás para tomar al pelinegro de los antebrazos.
Acto seguido, jaló ambos brazos hacia enfrente, rodeando con ellos su propia cintura. Zayn abrió los ojos a tope.
"Si no te quieres caer, necesito que te sostengas con firmeza."
El rubio jaló de las riendas, y antes de que Zayn pudiese protestar, se sostuvo con fuerza de él.
El caballo comenzó a galopar a un ritmo considerado, detrás de ellos venía un guardia del reino, escoltando al compañero del príncipe.
El camino no fue tan largo, considerando que Niall era muy buen jinete y que sabía controlar de forma excelente al corcel.
Zayn contuvo la respiración varias veces cuando sentía que en cualquier momento caería, y sin darse cuenta, el rubio sonreía al sentir las manos del chico aferrarse a su torso, era demasiado gracioso.
Cuando a lo lejos se comenzaron a visualizar las pequeñas casas de la gente del pueblo vecino y en la colina un castillo, se indicó que era momento de disminuir la velocidad.
Los caballos de los guardias y en el que iban Niall y Zayn, únicamente empezaron a trotar con tranquilidad, parecía que los animales disfrutaban de esos paseos.
"Y bien, Zayn, ¿cuánto tiempo llevan aquí en el palacio?"
"Bueno... nosotros trabajamos aquí desde hace 5 años, empezamos siendo ayudantes de limpieza por un par de años, y luego..."
Zayn tuvo que replantear su explicación, no quería arruinarlo, a su mente vinieron las palabras de Kéven.
"¿Y luego?" Niall insistió.
"Ah, sí, y luego Kéven nos vio jugando en la cocina a mis amigos y a mí. Pretendíamos usar de espadas los utensilios." Zayn agradeció que la plática no fuese cara a cara, era muy malo para mentir. "Y dijo que podía vernos futuro como mosqueteros."
Niall frunció el ceño y una mueca apareció en su rostro que Zayn no pudo ver.
"¿Sí? ¿Tan sencillo como eso?"
"Claro, no podíamos creerlo. Pero sí él vio que teníamos las características natas para ser uno, por algo fue." Comentó, empezando a creer su propia mentira.
"Ya, características natas... y entre ellas montar caballo."
"Exac-¡no! Bueno... quiero decir, Louis y Liam si lo hacen perfecto, y yo... sé como hacerlo, pero los caballos tienen algo en mi contra."
"Qué raro." La situación estaba haciendo que la mente de Niall comenzará a trabajar. "Porque hasta dónde sé, es requisito principal saber cabalgar."
"Ehm, s-sí, pero Kév dijo que como éramos tan buenos, en las disciplinas que no lo fuéramos nos iba a apoyar, entonces ese es mi punto débil." De verdad Zayn estaba haciendo el mayor esfuerzo por sonar creíble. Y creyó estarlo logrando.
"¿Cuánto tiempo tienen formando parte de los mosqueteros?"
"Uhm, no sé, aquí se pierde la noción del tiempo..."
Niall prefirió no decir nada, sumándole que ya estaban llegando al pequeño pueblo, prefirió mantenerse callado e investigar un poco más a fondo a Zayn y sus amigos con cautela.
Louis y Liam no se habían salvado del entrenamiento como Zayn, quién probablemente estaba brincando de felicidad al no tener que formar parte por un día.
Los chicos ya estaban en el patio, Liam estaba en la zona de combate, y el ojiazul se encontraba en la de resistencia física. Este último limpiaba su frente del sudor a cada segundo, pero todo implicaba un sacrificio.
"¿Eres nuevo?"
Una voz llamó su atención, dejándose caer por fin en el suelo, las lagartijas que estaba realizando estaban acabando con él.
"¿Eh? No, claro que no. Es solo que estoy un poco enfermo y no me siento con tanto ánimo." Habló Louis, tumbado en el piso.
"Ya, bueno, nunca te había visto por aquí. Y mira que yo conozco a todos los mosqueteros."
Louis levantó la vista, encontrándose con uno de los mosqueteros que él había visto varias veces entrenar por la rejilla de la bodega.
Era Krov. El ojiazul tenía que manejar la guardia baja.
"Uhm, creo que la gente suele no notar mi presencia." Se incorporó, sentándose por un momento mientras observaba al chico. "Tú te llamas Krov."
"Sí." El muchacho extendió su mano hacia Louis, para poderlo ayudar a levantar. "¿Por qué yo no sé tú nombre?"
"Porque no te lo he dicho, me llamo Louis. Louis Tomlinson."
"Pues mucho gusto Louis, un placer conocerte." El más alto sonrió, y Louis le correspondió el gesto. "Bueno, si algún día necesitas ayuda, puedo apoyarte en lo que necesites. Y espero verte en el almuerzo hoy."
"Muchas gracias, pero no almuerzo con ustedes." Comentó Louis un poco desanimado.
"¿Por qué?"
"Mi horario es diferente, solo comparto entrenamientos. Mi deber no me permite convivir con todos ustedes más allá de este rato."
A Louis eso parecía bajarle el ánimo, él quería también hacer amigos ahí, todos se llevaban muy bien, incluso Liam había comentado que estaba comenzando a platicar con Maxime y que era un tanto agradable.
Entre los mismos mosqueteros existía una especie de hermandad, todos se apoyaban entre todos.
El castaño había visto desde sus días en la bodega, que cuando tenían cinco minutos de descanso, todos reían entre sí y conversaban. No lo mal entiendan, Louis era feliz con sus amigos, pero quería sentirse parte de sus compañeros también.
Quería formar parte al cien por cierto del grupo que ya estaba formado por todos los hombres que diariamente practicaban para cumplir con sus obligaciones.
Seguía soñando con llegar a la categoría de vigilancia, donde podía ir a los pueblos y corroborar que las calles estuviesen tranquilas y libres de problemas. Tal y cómo D'artagnan lo había hecho por él.
"Oh, bueno, ¿se puede saber por qué?"
Justo cuando Louis estaba por explicarle a su nuevo conocido, un Liam agitado apareció.
"¡Lou! ¿Has visto a Maxime? Ya es hora de irnos."
El ojiazul negó con la cabeza, y su mirada se posó en Krov, quién observaba a chico con desconfianza.
"Li, él es Krov. Krov, él es Liam, uno de mis mejores amigos."
"¡Oh dios! Sí, tú eres Krov, ¡uno de los mejores mosqueteros de aquí!" Louis abrió los ojos en advertencia, indicándole a Liam que cerrara la boca. "Ehm, bueno, eso dicen."
El mencionado soltó una carcajada, acomodando su casaca con cierto aire de superioridad.
"Supongo hay mucha competencia, hago lo que puedo. ¿Se van ya? Aún falta un rato para que la práctica termine."
"Ehm sí, es que por el momento estamos siendo escoltas de la familia real." Fue el turno de Liam de acomodar su casaca. "Somos sus guardias."
"¿De verdad? ¡Eso es fantástico! Por eso no los había visto tanto por aquí."
"Eh, sí, esa es la razón. Bueno Krov, nos vemos mañana quizá."
"Hasta luego compañeros, y recuerda Louis, lo que necesites."
La cara de Liam se transformó en una mueca al oír lo dicho por el más alto, y Louis únicamente se despidió con un movimiento de mano. Ambos caminaron con rapidez hacia sus alcobas, para poderse duchar antes de presentarse con sus gobernantes.
Lo que Louis no sabía, es que un par de ojos esmeralda lo habían estado observando desde una de las ventanas del castillo, con mucho interés de saber que era lo que estaba hablando con su compañero.
Harry no se había despegado de uno de los grandes ventanales de su habitación, al darse cuenta de que este daba hacia el gran patio lateral donde se llevaba a cabo el entrenamiento diario. Rápidamente buscó con la mirada al castaño, y cuando lo localizó, su sonrisa se ensanchó.
El príncipe observaba con gracia a Louis hacer todos sus ejercicios, tenía que admitir que el muchacho parecía ser lo bastante hábil para esquivar, así como ágil para correr, brincar o incluso cabalgar.
Sin embargo, luego de unos minutos, pudo la notar que la resistencia del muchacho se iba terminando, desplomándose en el suelo por segunda vez.
Su sonrisa decayó un poco al notar que tomó la mano ajena que le estaba siendo ofrecida para levantarse, y la sonrisa de aquel muchacho apuesto y mucho más alto que él, era sencillamente hipnotizante. El mismo rizado tenía que admitirlo. A veces se sentía muy inferior a todos.
Ante el pensamiento, decidió alejarse del cristal, y volver a su cama, en dónde se recostó hecho un ovillo mientras abrazaba su almohadón de plumas. No sabía porqué se sentía triste, un sentimiento extraño le invadió, así que intentó hacer caso omiso de ello, cerrando sus ojos para intentar dormir.
Despertó una hora y quince minutos después. Por lo visto, se había perdido la hora de la comida y Niall ni siquiera había venido a recordarle, lo cual lo desconcertó por un momento, hasta que recordó que su amigo había salido del castillo.
Tras un bostezo, se talló sus ojos para aclarar su visión, y se levantó de su cama. Luego de ello, salió de su habitación, notando que Louis se encontraba sentado en el comedor de la estancia.
El muchacho jugaba con unas cuantas uvas, golpeándolas con sus dedos como si fueran pelotas, hasta que reparó la presencia del príncipe.
Se puso de pie inmediatamente.
"Su majestad, ¿está todo bien?"
Harry no respondió, solo asintió con seguridad.
"¿Quiere que le traigan el almuerzo? Me parece que ya pasó su hora."
"No, no tengo hambre. Gracias Louis."
"¿Está seguro? Si quiere puedo ir a las cocinas y pedir qu-"
"He dicho que no tengo hambre, muchas gracias."
Ante el tono de voz, el castaño decidió no hablar más. Se sintió realmente mal y su rostro lo expresó.
Lo cual, Harry notó y se arrepintió al instante, ¿por qué le había contestado así?
"Quiero decir, me gustaría dar mi habitual paseo por el jardín. Si no te molesta acompañarme."
"Es mi deber ahora, su majestad."
Harry suspiró, entrando rápidamente a su habitación por un abrigo, había comenzado a bajar la temperatura. Cuando estuvo listo, salió con tranquilidad de su dormitorio, seguido por los pasos de Louis.
Una atmósfera extraña se tornó camino al jardín, Harry iba un par de pasos adelante, pero Louis sintió algo extraño en el príncipe.
El día anterior había tenido la conversación más amena con él, y justo ahora estaba actuando como si le incomodara su presencia. Honestamente, no entendía nada.
Hola hola. ♡
Les dejo aquí el último capítulo tranquilito que tendremos hasta ahora, ya que se viene el primer momento soft de la historia y el comienzo de la primer montaña rusa de drama.
Así que a partir de la próxima actualización, comenzaré con las dedicatorias en los capítulos. ♡
Nos vemos mañana... o quizá más tarde. Aún lo estoy pensando. Jiji.
Les amo, besitos.
-María Tommo.
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